jueves, 30 de junio de 2011

Como para no indignarse

Hoy no voy a hablar de fútbol. Por una vez, no va a ser el fútbol el motivo principal de un post en este sitio. Hoy voy a hablar de indignación. Del por qué de la indignación de muchos españoles. 

Lo primero que me gustaría mostraros es la siguiente foto:



Corresponde al debate sobre el estado de la nación que ha tenido lugar en los últimos dos días. Ese es el aspecto que mostraba el hemiciclo una vez los palmeros del Zapatero y del Rajoy habían terminado su trabajo de montar follón u ovacionar con el entusiasmo propio del adolescente fan de un grupo de música. Es decir, cuando los dos líderes terminaron sus intervenciones, los notas se piraron, se fueron, se largaron, se abrieron. Y que los demás portavoces del resto de grupos políticos les hablasen a los sillones vacíos. 

¡Viva la democracia!

Si es que ya lo dijo José Bono, ese gran demócratra. 


Bono: "Hay que dejar a los partidos minoritarios donde deben, porque en las urnas pintan poco"



Y se quedó el tío tan ancho. Claro que parece que se olvida de que eso es como decir que hay que dejar a los votantes de los partidos mionoritarios donde deben, porque a nosotros, los gobernantes, nos importan un carajo.

Yo soy votante de un partido minoritario. ¿Es para indignarse, o no? Eso lo dijo el presidente del parlamento la semana pasada. 

Todavía si el debate entre los líderes de los partidos más grandes fuese interesante. Pero no, señores. En ese debate se escucharon cosas como la siguiente: 


Rajoy: "Hasta tal punto sabía lo que me iba a decir, que se lo he visto escrito a máquina".
Zapatero: "Vamos a modernizarnos, no era a máquina, sino a ordenador".
Rajoy: "¿Ven señoras y señores cómo lo tenía escrito y cómo lo sabía? ¡Acaba de reconocerlo!".

¡Qué altura de miras! ¡Qué cara a cara más interesante! ¡Qué debate más intenso! ¿A máquina o a ordenador?

- ¡Acaba de reconocerlo! ¡Acaba de reconocerlo!- Imagínense a Rajoy señalando con el dedo a Zapatero -  Es culpable de traer su respuesta preparada y escrita a máquina. 
- A máquina no - Replica Zapatero con aire de lo más interesante - A ordenador, que yo soy muy moderno. 

Y los españoles a cuadritos. Este es el nivelito de los que nos gobiernan y de los que nos van a gobernar. Y mientras, los palmeros de cada uno armando follón como en el patio del colegio. 

¿Es para indignarse, o no? ¡Que hay cerca de cinco millones de parados, joder!

Entre tanto, y con la aquiescencia de la ministra Sinde, esa que quiere inspeccionar nuestros blogs para poder cancelarlos si lee algo que no le gusta, San Sebastián es declarada capital española de la cultura para 2016. San Sebastián, esa ciudad cuya mayoría de ciudadanos ha votado a la vertiente política de ETA para que les gobierne. Capital de la cultura. ¡De la cultura! ¿De qué cultura, por Dios? ¿Ese es el icono de la cultura española al que se le va a dar la capitalidad de la misma en 2016? 

De verdad, en serio, ¿es para indignarse o no?

Es decir, Córdoba, por ejemplo, donde durante siglos y siglos convivieron tres culturas diferentes, la cristiana, la musulmana y la judía (estos a veces en la clandestinidad) cuna de Séneca, de Averroes, de Maimónides, capital de uno de los reinos musulmanes más poderosos y deslumbrantes de la historia, que tenia un millón de habitantes cuando San Sebastián era un aldea de pescadores... Córdoba es menos icono cultural que aquellos de la boina y el euskera inventado. 

Pero, ¿qué coño está pasando aquí?

¿Cómo no se va a indignar la gente? ¿Cómo no va a salir a la calle? ¿Cómo no se van a desarrollar asociaciones como la  del 15-M?

Es que es natural, demasiada paciencia hemos tenido en los últimos años.

Claro que los hay que no se enteran. De otra forma no se puede explicar que Zapatero le diga esto a Rosa Díez en el turno de réplica al discurso de esta en el debate de estos días:


Y ya está. Así son las cosas. Eso de que cientos de miles de españoles salgan a la calle para reclamar que se cambie la Ley Electoral y así terminar con el bipartidismo, o al menos atenuarlo, no parece servir para nada.

Claro que si no tenéis bastante con esto y queréis más, os dejo lo último, lo más grande, lo que me quedaba por ver y por oir. La mayor muestra de poca vergûenza que he visto en mucho tiempo. Es que hay que tenerla de cemento armado para asegurar esto. Habla Paolo Vasile, el consejero delegado de Telecinco para decir lo siguiente


Vasile: "Belén Esteban es la precursora del 15-M"



Y ya está. Después de esto, a mí no me apetece decir nada más.

Como veis, hoy no tengo lo que se dice un buen día.

miércoles, 29 de junio de 2011

Ya están aquí las consecuencias.

Hace unos días, en unas de esas ocasiones en las que tienes poco que hacer y te dedicas a bucear por internet sin un rumbo fijo y definido, acabé leyendo algo en un foro barcelonista que me llamó poderosamente la atención, y que a continuiación me hizo sonreír.

- Las consecuencias van a llegar antes de lo esperado - pensé. 

Un aficionado culé, imbuido, supongo, en lo que le venden a mansalva a través de sus medios oficiales y extraoficiales, y sin tener demasiada idea de lo que se cuece más allá de las franjas azules y granas, se preguntaba cómo era posible que no vinieran los clubes españoles importantes como Sevilla, Villarreal o Atlético de Madrid, pagaran los 10 millones que pedían por Bojan Krkic (precio que consideraba muy interesante) y se lo llevaban, ya que estaba claro que el Barça quería desprenderse de él. Eso fue, naturalmente, antes de que las conversaciones con la Roma avanzaran hasta el nivel en el que se encuentran hoy. A este aficionado no le cabía en la cabeza tal cosa, toda vez que los tres equipos buscan delanteros. Dando por hecho que 10 millones por un jugador tan joven y con tantísima proyección es una cantidad objetivamente atractiva, lo que plantea esta persona puede tener visos de coherencia.

Pero es que a esta persona se le olvida algo sumamente importante. Ya digo que supongo que esa reflexión la hace por estar imbuido en lo que venden, no porque sea un ignorante. Pero estas son las consecuencias del devastador duopolio que se ha instalado en la Liga Española. Si los dos equipos grandes se llevan el 80% de la pasta, los demás no tienen de esta para acometer fichajes. La tendrían caso de vender a algún futbolista, pero ¿quién hace eso hoy día con la situación en la que se encuentra el fútbol? Además, cogiendo el ejemplo del Sevilla ¿qué sentido tendría vender a Negredo para traer a Bojan? ¿No es mejor quedarse con Negredo? Pero este es el ejemplo del Sevilla que está bien económicamente, porque equipos como el Atlético y el Valencia, si venden, utilizarían buena parte de ese dinero en reducir sus colosales deudas. De los clubes que están acogidos a la Ley Concursal, ni hablo. 

En estos días estamos viendo cómo los grandes las están pasando canutas para colocar a sus descartes. Sobre todo el Real Madrid, ya que el Barça tenía una plantilla mucho más corta. Buscando información sobre esto, encontré un artículo en As en el que dice que los merengues se quieren desprender de siete jugadores: Lass, Gago, Garay, Canales, Pedro León, Drenthe y Mateos. Salvo este último, que es canterano, el resto costó una millonada. 20, 20, 10, 6, 10 y 13 millones de euros respectivamente. Un total de 79. Eso aparte de reventar carreras muy prometedoras, como las de Garay, Canales o Pedro León, y dejar a sus equipos de origen sin algunas de sus estrellas, lo cual les restó potencial. Ahora se quieren desprender de ellos y no hay Dios que pague, no ya lo que costaron, sino ni siquiera una cuarta parte (quizás sólo por Canales, aunque a este lo quieren ceder). Y, por supuesto, tampoco hay clubes con la capacidad de asumir las fichas. Mientras, los jugadores se agarran a sus contratos, como es natural, y que sea lo que Dios quiera.

Sé que esto ha pasado siempre, pero es que la cosa no tiene más remedio que ir a peor. Y si Madrid y Barça se salen con la suya respecto al contrato televisivo a partir de 2014, pues mucho más. Los equipos españoles, o están tiesos, o tienen cortado el grifo para evitar estarlo. Hay 20 clubes españoles acogidos a la Ley Concursal. Veinte, que se dice pronto, ¡eh!. Sólo el Málaga parece estar invirtiendo algo de dinero, pero, si yo fuera aficionado malaguista, me preguntaría qué sería de mi club si al árabe de turno le da por volverse a su desierto petrolífero dejando al Málaga con jugadores que cobran mucho más de lo que esa entidad se puede permitir. Bueno, que le pregunten a un bético si les surge esa duda. Los béticos no necesitaron a un jeque musulmán, pero su caso fue muy parecido. 

Pues sí, aficionado del Barça, estas son las consecuencias de la postura tan egocéntrica y de la cortedad de miras del club del que eres hincha y del otro grande de España. Esto es lo que pasa. Si les quitáis a sus mejores jugadores cuando os da la gana y si luego queréis acaparar la inmensa mayoría de los derechos televisivos, estáis recortando el nivel tanto económico como deportivo de vuestros teóricos rivales. Y si, para colmo, muchos de estos equipos están gobernados por patanes que despilfarran el dinero de estos traspasos, pues a tirarse de un puente tocan. 

Yo pensé que las consecuencias tardarían un poco más en verse, pero ya están aquí. Ya están llegando. Te hablo del Sevilla, el club mejor gestionado de España. O sea, el que podría estar en mejores condiciones para acometer un fichaje. El Sevilla no se va a gastar más de 5 millones en un delantero. Es lo que hay. Os llevásteis a Alves, a Keita y a Adriano y el club utilizó ese dinero para sanearse y hacer algún que otro fichaje. Pero su potencial cayó lo bastante como para no volver a entrar en Liga de Campeones. Ahora, ni entran dineros por traspasos (no tenemos jugadores tan cotizados, ya los vendimos todos) ni tampoco por participar en la máxima competición continental (el haber vendido a esos jugadores nos ha hecho decrecer en lo deportivo y no siempre se puede entrar en dicha competición). Consecuencia, no hay dinero para asumir vuestros descartes. Y mucho menos la ficha que cobran. A buscarse las papas en el extranjero, o a comérselas con más papas, es lo que hay. 

Y eso hablando del Sevilla, que es de lo mejorcito que hay hoy por hoy. No digo nada del Atlético o del Valencia. 

De tanto como queréis acaparar, acabaréis por destrozarlo todo. Pero es bueno que estas cosas pasen porque hacen recapacitar al personal. Ya que estaba metido en As, leí los titulares y me encontré con este:


¿VA EL FÚTBOL HACIA UNA LIGA BIPOLAR?

Astiazarán, presidente de la LFP: "El reparto de la tele equilibrará la Liga"


Ya se va hablando del tema de otra manera. Ya se va viendo la realidad y lo que está ocurriendo. Ya se va recordando lo que pasa en la Premier y en otras ligas europeas. Aún se dice con la boca pequeña, aún se buscan excusas para justificar lo que están haciendo los grandes, pero la cosa está ahí.


Los equipos españoles que no son los dos gigantes, no ya sólo no pueden competir con ellos en el césped, sino que ni siquiera tienen la capacidad de asumir las migajas, es decir, los descartes de aquellos. En otra época, grandes jugadores triunfaron en equipos medianos después de ser descartados por Madrid o Barça (Pardeza, Alfonso, Aldana, Unzúe...) Hoy día no son asequibles ni tan siquiera algunos canteranos (véase Thiago Alcántara)

¿Nos damos cuenta hacia dónde vamos? ¿Nos damos cuenta de que esto traspasa el césped de un terreno de juego? ¿Nos damos cuenta o no queremos darnos cuenta? ¿Miramos para otro lado o cogemos el toro por los cuernos?

En el Sevilla (y varios clubes más) lo tenemos claro. A ver si los demás caen del guindo de una puñetera vez. 

martes, 28 de junio de 2011

Rivalidad metida con calzador

Ha sido volver al Betis a Primera División y ya están la mayoría de los medios de comunicación buscándole las vueltas a cualquier cuestión para rescatar del baúl de los recuerdos una rivalidad que ya hace tiempo que está desvirtuada. Es así como piensan que pueden rellenar páginas y espacios en estos meses de verano en los que la actualidad brilla por su ausencia. Primero fue el monosílabo en negativa de Marcelino y ahora toca eso que llaman la "cláusula anti Betis". Y lo que te rondaré, morena, por lo que se viene viendo. 

La rivalidad entre Sevilla y Betis siempre estará presente mientras ambos equipos existan. Pero es evidente que ya no es lo mismo que en otras épocas, ya que la diferencia entre ambos clubes es abismal. Por eso, todas estas maniobras que se están produciendo para reverdecer el clásico pique me parecen fuera de lugar. Es meter la rivalidad a calzador, por la fuerza. Y que la gente caiga en el juego.

De lo del "no" de Marcelino ya se ha dicho de todo y no vale la pena abundar nada más. Pero esto de la "clausula anti  Betis" creo que merece un comentario, aunque sea para que se imponga el sentido común.

Lo primero, yo no me acabo de creer que el Sevilla se dedique a imponer este tipo de cosas. Y si lo está haciendo, francamente me parecería fatal. No sé qué nos puede importar a nosotros a donde puede irse cualquier jugador con el que nosotros no contemos. Sería aplicar el dicho de "ni come ni deja comer", cosa que creo que no nos debe interesar en absoluto. 

Por otra parte, no entiendo bien a qué viene tanta crítica a la gestión que el Sevilla está haciendo a sus descartes. El hecho de que no se cuente con un jugador no quiere decir que ese jugador no valga nada. De todos es sabido que el entrenador quiere una plantilla corta, con lo que todos no caben. Luego está la cuestión de si los elegidos son los más idóneos o no, pero ese es otro tema. Por tanto, es perfectamente factible que tengan que salir del equipo jugadores con cierto caché, como de hecho está ocurriendo. Es que, como decía antes, todos no caben. Es tan simple como eso, y la cuestión no merece que se le de ni una vuelta más.

El caso de Alfaro es el ejemplo perfecto de esto que estoy hablando. Yo no me desprendería de él, eso lo tengo claro, pero no soy yo el que manda y el caso es que el cuerpo técnico no lo quiere en la plantilla para el año que viene. Pero eso no quiere decir que el jugador no valga nada. El jugador vale, y mucho, por eso digo que no me desprendería de él. Y el Sevilla está en su perfecto derecho de intentar sacar tajada por su traspaso, faltaría más. Además, es que esa es la obligación de los rectores. Si luego no se puede, pues mala suerte, pero aún estamos en el mes de junio y es del todo comprensible la actitud de la directiva. 

Esta es la razón por la que no entiendo muy bien por qué desde ciertos sectores de la prensa se diga con tanto convencimiento que la culpa de que Alfaro no se haya ido aún a otro club es del Sevilla por no facilitar su salida. Y el colmo es ya eso de que ese otro club es el Betis, y que el Sevilla se niega a que el jugador se vaya al eterno rival. Como si estuviésemos obligados a regalar al futbolista por el mero hecho de que no tenga cabida en esa plantilla tan corta que los técnicos quieren modelar. 

Vamos a ver, si el Betis no tiene dinero para acometer el fichaje de un jugador como Alfaro, pues es su problema, pero que no nos vengan con tonterías.

De todos modos, no es mi intención meterme con el otro equipo de la ciudad. En este asunto, todas las partes están jugando sus cartas, como es natural. Como es la obligación de cada uno. El Sevilla quiere sacar tajada del traspaso del jugador. El futbolista pretende que le den la carta de libertad, ya que no cuentan con él, para así poder negociar con un más amplio abanico de clubes. Y el Betis, si es que es verdad que están interesados en el delantero, tensa la cuerda a su manera para intentar llevárselo gratis. Es el clásico juego de todos los veranos, los tiras y aflojas, cada uno tratando de obtener el mayor beneficio de cada una de las situaciones. Todo perfectamente legítimo, lógico y comprensible. 

Aquí, el problema, como casi siempre, lo genera la prensa, cierto sector de la prensa, que se empeña en sacar mierda de donde no la hay. Que trata una y otra vez de generar noticias cuando no hay noticias que contar y que le dan una y mil vueltas a cosas que no tienen mayor recorrido que el que tienen.

Que cada uno haga lo que tenga que hacer y que el sol salga por Antequera. Pero que dejen ya de meternos la rivalidad con calzador, que luego nos escandalizaremos cuando los salvajes de turno hagan las salvajadas que justifican el calificativo. 

Eso sí, espero de verdad que lo de la "clausula anti Betis" sea otro invento, porque me decepcionaría muchísimo que el Sevilla se rebajase una vez más hasta caer en este tipo de historias. 

lunes, 27 de junio de 2011

La razón por la que me ilusiona el proyecto del Sevilla

Se publica hoy en la web Orgullo de Nervión una interesantísima entrevista a Jose María del Nido en la que se aborda una gran variedad de temas referentes a la actualidad del Sevilla. No se trata de nada que no se sepa ya, pero siempre gusta oír, en este caso leer, al presidente decir las cosas de ese modo tan categórico que acostumbra y que tanta seguridad da. Al menos a mí me la da, sé que hay por ahí algunos que tratan de poner en entredicho la credibilidad de nuestro máximo dirigente. Pero después de lo que he visto en clave sevillista en la última década, yo sigo confiando en este hombre, no lo puedo evitar. 

Como digo, en esa entrevista se tocan multitud de temas, pero hay una frase que me ha llamado la atención más que ninguna, que explica por qué sigo confiando en este señor y también cual es la razón por la que el titular de la noticia es "Hacía tiempo que no veía un proyecto tan ilusionante"

A la pregunta del periodista:

Usted negó en varias ocasiones que el Sevilla hubiera finalizado ciclo. Sin embargo, ahora no tiene ningún reparo en reconocerlo. ¿Qué ha pasado?

La contestación del Jose María del Nido fue la siguiente:

En la entidad, y dado el periodo de éxitos que hemos tenido, nos ha costado asumir que se hubiera producido un fin de ciclo. Eso es una realidad. A lo mejor había que haberlo visto antes. Es posible. Pero los títulos nos impedían ver con claridad que se estaba produciendo ese cambio de ciclo.

Si nos quedamos en la superficie de las cosas y nos atenemos únicamente a la literalidad de las palabras, podemos concluir que no se puede confiar en este señor porque hasta anteayer decía una cosa y ahora dice la contraria. Porque está reconociendo una cortedad de miras que no casa en absoluto con el máximo dirigente de un club que aspira a ser grande. Porque no se corta en admitir que se empeñó en algo contra viento y marea cuando muchos le aseguraban lo que hoy día es una obviedad y él mismo ha acabado por reconocer. 

Eso si nos quedamos en la superficie de las cosas y nos atenemos únicamente a la literalidad de las palabras. No me cabe la menor duda de que los habrá que se le lancen a la yugular argumentando lo que acabo de decir en el párrafo anterior. Pero yo pienso de diferente manera. 

Una de las máximas que intento imponer en mi vida es que, para solucionar un error, primero hay que reconocerlo. Y eso es lo que está reconociendo Del Nido. Un error. Lo que pasa es que no es tan sencillo concluir que algo es erróneo o no. Muchas veces no nos damos cuenta de tales cosas cuando todo nos estalla en la cara. Cuando ya no tiene remedio. Pero no es el caso, porque en el Sevilla nada ha estallado en la cara de nadie. El Sevilla se ha mantenido en unos niveles muy superiores a lo que todos hemos conocido a lo largo de nuestras vidas. Y si nadie entre nosotros hemos tenido la experiencia, ¿cómo saber si lo que ha venido ocurriendo es lo normal o se trata de un error, cuando seguíamos estando en cotas tan altas? ¿Dónde está la línea entre lo extraordinario y lo manifiestamente mejorable? Distinto sería que el Sevilla hubiese caído de nuevo en la medianía que nos carcomió durante décadas. Pero eso no ha ocurrido. Teniendo en cuenta que no tenemos experiencia en estar en lo más alto, ¿cómo saber lo que es un error y lo que no?

Las palabras de Del Nido asumiendo lo que han hecho mal es una noticia excelente para el sevillismo. El sevillismo lo sabe, y ese es el motivo por el que el proyecto que viene ilusiona tanto. O uno de ellos. 

Es evidente que las cosas se están haciendo del mismo modo que se hicieron cuando se forjó el equipo que ganó tanto en tan poco tiempo. La directiva ha reconocido aquello en lo que se equivocó y se ha puesto manos a la obra. No se trata de palabras, lo estamos viendo en hechos, en fichajes, en planificación, en decisiones concretas. Y eso ilusiona. ¿Cómo no va a hacerlo cuando todos conocemos la capacidad de estas personas? Son ellos mismos los que forjaron aquel equipo campeón. Y lo forjaron casi de la nada. ¿Cómo no van a ser capaces de hacerlo ahora que nos encontramos en una posición mucho mejor que hace una década?

Además, esto que está pasando demuestra que lo que ha ocurrido estas dos o tres últimas temporadas, esa sensación de que el Sevilla podía dar más de sí, pero no lo hacía, era consecuencia de un planteamiento erróneo. De una visión distorsionada de la realidad. De no acometer un cambio de ciclo que se tenía que haber llevado a cabo antes. Pero es que se puede argumentar que ese fallo a la hora de interpretar las cosas, de medir los momentos, es consecuencia de la inexperiencia. De no haber estado nunca en una situación como esta y haber tardado por ello un poco más de lo deseable en dar con la tecla. 

La experiencia es un grado. Nuestra directiva ha adquirido esa experiencia. Y en base a ella ha descubierto dónde estaba el error, lo ha reconocido y se ha puesto manos a la obra.

Como decía antes, todos sabemos de la capacidad de estos señores. Ahora, esa capacidad, esos esfuerzos están orientados en la dirección correcta, una vez asumidos y reconocidos los errores.

Por eso me ilusiona el proyecto. 

¿Cómo va a ser de otra manera?


viernes, 24 de junio de 2011

Sergio Sánchez

Después de lo acontecido con el malogrado Antonio Puerta, el caso de Sergio Sánchez es muy especial para el sevillismo. Una vez se le diagnosticó su patología cardíaca hace un año y medio, todos seguimos su evolución con enorme interés y nos alegramos sobre manera cuando lo vimos reaparecer como futbolista. Sin embargo, y por encima de todo esto, para mí es un asunto más especial aún, ya que mi padre murió hace ya años a consecuencia de una afección congénita del corazón, que en su época no se podía operar y que, para cuando fue posible, su organismo ya estaba demasiado deteriorado y no resistió la intervención. Si mi padre hubiera nacido veinte o treinta años más tarde, no habría muerto sin llegar a la cincuentena. El problema de Puerta fue que no se le diagnosticó previamente su enfermedad. El problema de mi padre fue que, a pesar de habérsela diagnosticado, no era posible la intervención cuando su cuerpo la hubiera resistido sin problema. Y la gran fortuna de Sergio Sánchez fue que se lo diagnosticaron a tiempo y fue posible operarse con seguridad. Tanta, que a día de hoy es, no ya una persona como otra cualquiera en lo que se refiere a la salud, sino incluso que se puede dedicar al deporte profesional.

Yo me alegro muchísimo por él porque este tema me toca la fibra sensible. Me lo tomo como algo personal. 

Una vez dicho esto, ahora viene la otra parte. 

En estos días, por las noticias que van saliendo en los medios en los que uno puede confiar, todo hace indicar que Sergio Sánchez va a acabar fichando por el Málaga. Y a mi me satisface mucho esa noticia. Sé que el Sevilla le va a perder dinero al futbolista con la operación. Más que nada porque lo va a vender por menos de lo que costó y porque, en el tiempo que ha estado aquí, no se ha podido amortizar prácticamente nada de la inversión que se hizo con su fichaje. Más bien todo lo contrario. Pero, a pesar de eso, ya digo, me satisface mucho la noticia. 

Son varios los motivos que me hacen sentir de esta manera. Empezando por el principio, es evidente que en el Sevilla sobran centrales, y más aún cuando hay que hacer hueco para que venga alguno experimentado que mejore a todos los demás. Y dentro de las posibilidades, creo que la salida del catalán le conviene al Sevilla. Una vez se ha recuperado a la persona y al futbolista, es decir, una vez el club ha mostrado su faceta más humana dándolo todo para la recuperación de esta persona en esos dos ámbitos, es evidente que se trata de un jugador de riesgo. Quiero decir que no es lo mismo tener en plantilla a un futbolista que nunca ha tenido ningún problema de salud grave que a otro que ha tenido que ser intervenido a corazón abierto, por mucho que se asegure que todo salió a la perfección. Sé que es un argumento muy frío y quizás hasta insensible, pero cualquiera que haya leído el primer párrafo del post sabrá que no es precisamente insensibilidad lo que me inspira este asunto. Todo lo contrario. Pero ahora estoy hablando de la realidad pura y dura. 

Por tanto, me alegro de que haya buenas ofertas por él. El futbolista podrá seguir jugando y el Sevilla se libra de ese riesgo. Insisto, después de haberlo dado todo por la recuperación completa de esa persona. 

Pero es que las cosas no quedan ahí. Sé que hay un sector del sevillismo que opina que a este chico habría que darle otra oportunidad. Pero yo estoy convencido de que detrás de este interés en traspasarlo hay mucho más. Es más, no es que yo tenga información privilegiada de lo que ocurre dentro del club, que no la tengo, pero algo sí que sé, algo sí que me ha llegado (no se trata de la típica rumorología), no conozco los detalles, pero la intención del Sevilla de deshacerse del jugador no tiene nada que ver con la faceta deportiva. Eso lo sé a ciencia cierta.

Vamos, que, sin conocer los detalles, sé que el comportamiento del jugador una vez recuperado no ha sido correcto. Que no se ha sabido prácticamente nada porque Gregorio Manzano es discreto. Al nuestro ex entrenador se le podrán decir mil cosas, pero en este asunto de ha comportado de un a manera sensacional, beneficiando mucho al Sevilla tanto en la gestión de la "crisis", como en el hecho de que esa buena gestión ha mantenido el caché del futbolista y ahora se le puede traspasar, que es el deseo de la entidad. 

A día de hoy, y detrás del Madrid y del Barcelona, el Sevilla es el club más apetecible de toda la Primera División española. Es un equipo con aspiraciones, que está montando un proyecto nuevo, que tiene un entrenador recién llegado que está que se sale del pellejo, que paga bien y que no tiene problemas económicos, algo muy a valorar cuando se sabe que hay tantos clubes ahogados con las deudas e incluso acogidos a la Ley Concursal, es decir, no pagando.

Esto lo digo yo, lo dice cualquiera con dos dedos de frente y una migaja de sentido común, y lo certifica la actitud de algunos futbolistas importantes. Perotti dijo que no quería escuchar ninguna oferta, viniera de donde viniera, y se decía que una de ellas venía nada menos que del Liverpool. Negredo, en el mejor momento de su carrera tanto por edad como por estado de forma y cotización, no sabe en qué idioma decir ya que no tiene la más mínima intención de marcharse del Sevilla. Ni al Madrid ni al "San Madrid". Los jugadores descartados están que echan humo por las orejas del enfado y la frustración porque saben que la oportunidad que ofrece este Sevilla es descomunal. Y, lo más grande, Kanouté ha decidido quedarse, dejando de lado ofertas que se suponen mareantes en lo económico. 

Además, jugadores como Rakitic o Trochowski vinieron después de rechazar propuestas mucho mejores.Thiago ha reconocido a su compañero en la sub'21 Capel que estuvo ilusionadísimo con la idea de su posible fichaje por el Sevilla que al final se frustró. Y hasta Amalfitano se ha desmarcado con unas declaraciones desde Marsella, sede de su nuevo equipo, asegurando que su no fichaje por nuestro club no tuvo que ver en absoluto con el dinero, dejando entrever que fue el propio Sevilla quien finalmente desistió de contratarlo.

En estas circunstancias, ¿cómo es posible que un jugador como Sergio Sánchez esté conforme con irse del Sevilla? Todavía si tuviera una oferta de un grande. Pero, ¿al Málaga? Con todos mis respetos, y aún teniendo en cuenta la sensacional plantilla que está haciendo el Málaga, no se trata de un grande. Ni siquiera un equipo del nivel del Sevilla, al menos a priori. La única explicación es que, no sólo el Sevilla quiere desprenderse de él, sino que él también está deseando marcharse. Vamos, que algo gordo ha tenido que ocurrir para que el "feeling" entre jugador y club se haya venido abajo. Y mucho más después de lo ocurrido con su salud y el excepcional comportamiento que el Sevilla tuvo con él en ese sentido. 

Sé que algo gordo ocurrió, no sé exactamente qué ni los detalles, tampoco me importa. No me gusta el morbo ni remover la mierda. Pero sé que Sergio Sánchez dejó de ser digno de vestir nuestra camiseta. No tiene ningún sentido que un futbolista que dejó de serlo y que lo volvió a ser diga, tras su reaparición, que no quiere jugar de lateral derecho porque no está en condiciones de hacerlo. Cualquiera en su situación habría estado dispuesto a jugar hasta de portero con tal de ir recuperando la forma. Ahí había algo raro, tenía que haberlo. Manzano dejó de contar con él, a pesar de sus problemas con la defensa, y eso es significativo. Recuerdo las declaraciones de Cáceres diciendo que el mister sólo ponía a sus amigos. Si eso no es razón para echar la cruz a un jugador. Y Cáceres, después de pagar su castigo, siguió jugando. No, Manzano no es rencoroso. Será otras cosas, pero rencoroso no.

Y Sergio Sánchez apenas volvió a jugar. 

Y ahora está conforme en irse a un equipo como el Málaga cuando compañeros suyos no quieren saber nada de clubes como el Madrid o el Liverpool. 

En estas condiciones, cuando uno u otro, club y jugador, no quieren seguir juntos, yo me alegro de que el futbolista se vaya. Aquí necesitamos gente comprometida. Yo no me voy a meter con el futbolista. Tengo una imagen muy negativa de él, pero no voy a decir más al respecto porque no puedo demostrar lo que sé que es cierto. Por tanto, prefiero dejarlo aquí.

Eso sí, me alegro una barbaridad de que esté bien, de que haya podido volver al deporte y de que tenga la posibilidad de fichar por un club en crecimiento como el Málaga. Deseo que le vaya bien, que sea feliz, que triunfe, incluso que se haga realidad lo que dijo Del Nido y que sustituya a Puyol en la selección. Lo deseo de corazón, aunque, si ocurriese, me tendría que arañar la cara a dos manos por haberlo tenido en el Sevilla y haberlo dejado ir. La salud está por encima de todo y yo no quiero el mal para nadie, todo lo contrario. 

Así que ojalá que Sergio Sánchez triunfe allá por donde vaya y que la vida le sonría.

Pero yo no lo quiero en el Sevilla. 

martes, 21 de junio de 2011

Pero, ¿qué se piensa la gente que somos?

En estos días ha saltado a la portada de diferentes medios informativos el maravilloso gesto que tuvo nuestro equipo alevín de entregar el trofeo de campeón del torneo de Iraugi a su rival, el Español, porque reconocían que estos habían sido mejores, y mucho más teniendo en cuenta que eran jugadores más jóvenes que los sevillistas, con la importancia que tiene la edad en esas categorías. 

La verdad es que en un principio me sorprendió el hecho de que fuera noticia porque todos sabemos que nosotros sólo salimos en los medios para cosas malas o para reírse de nosotros, a no ser que ganemos algún título, que entonces sí que nos dan un poco más de cancha. No demasiada, pero sí un poco más. Y lo achaqué al hecho de que en estos días veraniegos no hay noticias de interés que llevarse a la boca, más allá de la insoportable rumorología de los supuestos fichajes de turno de los equipos grandes. 

Sin embargo, poco después, mi visión del asunto ha variado hasta el punto de escandalizarme. Yo, por motivos familiares, tengo contacto con gente de fuera de Sevilla. Y lo que en verdad ocurre es que esta gente de fuera está flipando por el gesto, no por la deportividad en sí, sino porque apenas se creen que un club como el Sevilla sea capaz de algo así, da igual la categoría de la que se trate.

Y es que la imagen que tenemos es la que es, y me he dado cuenta de que esta es mucho peor de lo que imaginaba. Esta gente se piensa que somos una especie de horda de tramposos que pasamos por la vida tratando de engañar a los demás, de defraudar, de cualquier cosa fraudulenta que se os ocurra con tal de conseguir nuestros objetivos. Y no sólo en el fútbol, que lo que nos ocupa ahora, sino en cualquier orden de la vida. Tanto es así, que estoy convencido de que en el subconsciente de quien ha llevado la noticia a la portada de los informativos está la sorpresa por ver a unos tramposos empedernidos actuando de esa forma. La noticia no es el gesto; la noticia, lo que la lleva a la portada, es que ese gesto lo tengan unos gañanes como nosotros. 

Yo ya sabía que, en cierta manera, es un poco así como nos ven en el exterior, pero os aseguro que, por lo que he podido escuchar en estos últimos días, la cosa va mucho más allá de lo que siempre había supuesto. He ahí el motivo de mi escándalo. 

En estas circunstancias, creo que este es un problema de difícil solución. La verdad es me cuesta creer que hayamos llegado hasta este punto, y bien harían todos los estamentos en ponerse manos a la obra para cambiar esa mentalidad porque de este modo no vamos a ninguna parte. Andalucía es, quizás, la comunidad autónoma con más kilómetros de autovía en España. Algo parecido pasa con las líneas de alta velocidad. Los pueblos andaluces son grandes y soberbios, nada que ver con el empobrecimiento rural de muchas partes de nuestro país. En esta tierra se vive muchísimo mejor que en otros lugares y las perspectivas de futuro son admirables si nos ponemos a ello, a tratar de que sean admirables, porque tenemos de todo: recursos naturales, infraestructuras y gente dispuesta a trabajar.

Esto último haría carcajear a más de uno, estoy seguro, pero cuando salgo de Andalucía (lo hago a menudo) y alguien insinúa que aquí somos unos vagos, yo siempre contesto que decir eso es cosas de ignorantes. Que en verdad somos unos héroes, porque ponerse a trabajar a diario con el insoportable calor que hace aquí durante tantas fases del año es de héroes.

Y que si ellos tienen cojones, que se vengan y lo hagan, a ver cómo acaban. 

No se puede consentir que se piense por ahí que todo lo mucho que tenemos aquí se ha conseguido a base de subvenciones y subsidios. Vamos, que el resto de españolitos se mata a trabajar para pagarnos las cosas a nosotros, mientras nosotros nos tocamos los h..., el ombligo. Cuando, en verdad, en España, si alguien se mata a trabajar (término casi literal, porque yo hay veces que me quiero morir cuando vuelvo a casa del curro) somos nosotros al hacerlo en estas condiciones a veces casi infernales. 

Y esto se traduce al mundo del fútbol. No se puede consentir que un club modélico como el Sevilla (MODÉLICO) tenga la imagen que tiene hasta el punto de que alguien como yo tenga que escuchar cosas como las de estos días. Hasta el punto de que haya gente que esté estupefacta por ver que nuestros niños son capaces de tener gestos como el que han tenido. 

¿Pero qué se piensan estos que somos?

Yo sé que los avances en el ámbito del márketing y la comunicación en el Sevilla han sido considerables en los últimos años. Pero bien harían en llevar a cabo las acciones necesarias para ir cambiando poco a poco esa percepción que se tiene de nosotros. Que detalles como el que han tenido nuestros alevines ayudan, de eso no cabe duda. Pero no puede ser que se diga con tanta libertad cosas como las que he oído en estos años que son de verdad indignantes. Cosas como que los éxitos del Sevilla de Juande fueron fruto del dopaje, que las sustancias dopantes estaban en las papillas del doctor Escribano y que por culpa de esas sustancias murió Antonio Puerta. Eso se lo he escuchado decir yo a una persona con un nivel cultural medio alto, no a un cualquiera. O que la bonanza económica del Sevilla está motivada por los negocios "fraudulentos" de Del Nido en Marbella (no sé dónde se pensarán estos que nos hemos metido los dineros de tantos y tantos traspasos de los últimos años). Por la razón que sea, nuestros éxitos nunca son consecuencia del trabajo y del buen hacer. Nunca. Siempre se encuentra un motivo ilegal para explicar que nos vayan bien las cosas. 

Y eso no puede ser. 

Yo estoy convencido de que si todos ponemos nuestro granito de arena, la sensacional blogosfera sevillista es un extraordinario ejemplo, podemos ir mejorando las cosas. Pero eso no basta. Desde más altas instancias se deberían tomar cartas en el asunto y hacer algo. Lo que sea. 

Espero que algo así esté en la mente de los que nos dirigen. 

lunes, 20 de junio de 2011

El interés de Marcelino por la cantera

Prácticamente desde que llegó, Marcelino García parece estar tomándose un interés por la cantera que hacía tiempo que no veíamos por parte de nuestro entrenador. Desde que llegó Manzano para ser exactos. Hubo otra etapa cercana en el tiempo en la que tampoco se contó con el filial. Se trata de los años en los que fue Juande Ramos el técnico, aunque de eso nadie habla. De hecho, hay un ejemplo muy claro en este sentido. Diego Capel había debutado en Primera División con Joaquín Caparrós un año antes de llegar Juande. Con el manchego no jugó nada, lo hizo en el Sevilla Atlético. Y justo un año después de la espantada de aquel, debutó con la selección absoluta. Lo que pasa es que cinco títulos en quince meses lo eclipsan todo, como es natural. 

En fin, que me voy por las ramas. El caso es que a mí me ilusiona bastante esa actitud del asturiano. Y comparto plenamente la idea de tener una plantilla corta para dejar sitio a los chavales y que vayan entrando poco a poco. Marcelino habló de 22 futbolistas, pero a mí, la verdad, no me salen las cuentas. 

Veintidós futbolistas son dos onces completos, y viendo lo que hay en la plantilla, y con lo que se cuenta, nos podríamos encontrar con algo así:

Once 1: Palop, Cáceres, Fazio, Escudé, F. Navarro, Medel, Rakitic, Navas, Perotti, Kanouté y Negredo

Once 2: J. Varas, Coke, S. Sánchez, Alexis, Luna, Guarente, Trochowski, Capel, Manu, Rodri y el delantero que se asegura que se va a fichar.

Ya van veintidós, y aquí faltan el central que se quiere contratar también, Bernardo y Campaña (con ficha del primer equipo, con lo que no pueden alternar con el filial) y Armenteros. Y eso sin hablar de Salva y Luis Alberto, que harán la pretemporada, pero que parece que tendrán ficha de filial. 

Y todo ello dando por supuesto que se va a encontrar una salida para Dabo, Romaric, De Mul, Alfaro, Jose Carlos, Koné, Cala, David Prieto y Acosta. 

Está claro que sobra gente, incluso quitando de en medio a jugadores a los que se les ha dicho que harán la pretemporarda, pero que todos sabemos que es casi imposible que sigan, caso de Dabo, Romaric o Acosta. De hecho, de entre los veintidós que enumeré en los dos onces, el fichaje del defensa, Bernardo, Campaña y Armenteros, sobran cuatro. ¿Qué cuatro jugadores sobran?

Aquí habrá gustos para todo, pero en mi opinión sobran dos centrales, un medio centro y un extremo zurdo. Y si yo fuera el entrenador, descartaría a Alexis, a Sergio Sanchez, a Guarente y a Armenteros. 

¿Por qué?

A Alexis porque no me gusta nada (como a la mayoría del sevillismo). A Sergio Sánchez y Guarente porque son futbolistas de riesgo, es decir, muy susceptibles de ser baja por diversos motivos. Y a Armenteros porque la buena temporada que ha hecho en el Rayo ha subido su cotización y se le puede sacar partido. Antes que vender a Perotti, lo tendría clarísimo. Claro que algunos dirán que largarían a Capel.Yo, sin embargo, creo que el almeriense es el típico jugador que si lo coge un entrenador en condiciones, lo puede poner como una moto. Sobre todo si lo coloca en su sitio, no como el "profesor" Manzano, que lo torturó continuamente obligándole a jugar por la derecha. No podemos valorar a Capel por lo hecho en la última temporada porque eso sería de lo más injusto. 

Con una plantilla así, confiando en que el defensa y el delantero que vengan sean de nivel, creo que el Sevilla puede aspirar a mucho. De hecho, me gusta bastante, me atrae, no cabe duda. Y dejando sitio a los que vienen por detrás. Sin embargo, no creo que ocurra lo que a mí me gustaría. Supongo que en defensa será Bernardo el que salgo cedido. Se habla de que igual se le busca equipo a Rodri, capaces son de volver a ceder a Luna para dejar hueco a Dabo, me extrañaría mucho que largaran a Guarente, antes veo a préstamo a Campaña...

En definitiva, que la apuesta por la cantera puede quedar en un "bluff" si no se acaban de tomar decisiones valientes. No sé qué pensará Marcelino al respecto, prefiero esperar a verlo antes que opinar sin manejar información. Por lo pronto, el asunto tiene buena pinta en lo que a la cantera se refiere.

A ver cómo acaba la cosa. 

sábado, 18 de junio de 2011

Rentabilidad y memoria

Lo primero, y antes que nada, os recomiendo encarecidamente la lectura de este artículo del blog Algarivo. Es lo que ha inspirado la redacción del post que viene a continuación. 

No podemos permitir lo que se pretende en relación con el museo (o el no museo) del Sevilla. De producirse, unos serán culpables por acción, pero muchos podemos serlo por omisión.

Para ser sinceros, yo no manejo la información suficiente como para criticar con detalle lo que pretende la directiva al respecto. Da igual, en este caso. Me basta con saber que el Sevilla no tiene un museo en condiciones y que, lejos de plantearse la posibilidad de hacerlo, lo que se quiere es dar un paso atrás en este asunto, para crear un espacio mayor en el que desarrollar ese proyecto de zona de ocio que, previsiblemente, tanto beneficio va a aportar a la entidad. 

Dice el dicho que en el medio está la virtud. A mi me parece sensacional que el directiva del club pretenda sacar la máxima rentabilidad de los bienes e instalaciones que se disponen. El Sevilla no deja de ser una empresa que necesita financiación, dinero en definitiva. El dinero tiene que salir de algún lado. Y si se consigue dinero de un sitio del que antes no salía nada, pues es posible que de esa manera se puedan bajar los precios de los abonos, se pueda paralizar el traspaso de algún jugador o se pueda ofrecer más a algún futbolista que interese para acabar por ficharlo. Hablo a grandes rasgos, esto de la economía es mucho más complicado, pero simplifico para que nos entendamos. Si sale dinero de donde antes no salía, se puede emplear en algo que antes era inviable porque faltaba ese dinero que ahora sí que está.

Y todo eso, no sólo está bien, es que es altamente recomendable. Es que es la obligación de todo gestor, es lo que diferencia a uno bueno de uno malo. 

Pero centrarse de un modo absoluto en este aspecto de la gestión es como vivir en el negro, dar la espalda al blanco y olvidarse de la posibilidad de trasladarse a un tono más grisáceo. En el medio está la virtud, ya digo. 

A mí me parece inconcebible que el Sevilla no tenga un museo en condiciones. No ya una sala donde exponer los trofeos (muchos o pocos, eso depende de con quien te compares), sino de un lugar pseudo-sagrado en el que introducirse, dejarse atrapar y que, al salir del mismo, se comprenda un poco más qué es ser sevillista. No se necesitan trofeos para eso. Se necesitan reliquias, como las que hay en cualquier iglesia antigua (en lo que se refiere a la religión, por poner un ejemplo). Y reliquias hay multitud. Reliquias las tenemos todos, no sólo el club en sus instalaciones.

Yo mismo tengo un escudo del Sevilla en un cajón de mi casa. Es uno de esos que se pueden bordar en una camiseta y está un poco viejo, más que nada porque tiene alrededor de treinta años. A simple vista no deja de ser algo inservible, de mala calidad y que ofrece una imagen que se puede conseguir en cualquier sitio. Basta meter "Sevilla FC" en Google e imprimir cualquier foto de las miles que salen. Pero si os digo que ese es el escudo que llevaba la primera camiseta del Sevilla que yo tuve, que me la regaló mi abuelo cuando apenas tenía seis o siete años y que aquel día fue quizás el más feliz de mi vida hasta ese instante, pues la cosa cambia.

No es un escudo, es el recuerdo de aquel día, es la memoria de mi abuelo (el que me hizo sevillista), es la imagen de aquel niño que se salía del pellejo del orgullo que le daba pasear por la calle con esa camiseta. Ese trozo de tela en mal estado explica muchísimas cosas sobre mí, sobre el lugar de donde vengo y sobre las personas que forjaron mi carácter y mi forma de ser. Eso es una reliquia. ¿Cuántas de esas puede tener un club centenario como el Sevilla?

Y eso aparte de los trofeos.

A mí me indigna que se le entreguen plaquitas a los "marchenas" de turno, y que luego se mire más la rentabilidad económica que la espiritualidad. La memoria es de las cosas más importantes que posee el ser humano. Nos ayuda a entender lo que somos, de dónde venimos y cómo lo hemos hecho para llegar hasta donde estamos. Nos permite aprender de los errores para no cometerlos más, y avanzar gracias a los aciertos pasados. Nos lleva a conocernos mejor a nosotros mismos, lo cual facilita mucho la toma de decisiones en todos los ámbitos. Si conoces bien algo, es más fácil saber lo que será bueno o malo para ese algo.

La memoria es fundamental, es imprescindible. E incuantificable la rentabilidad económica que proporciona el hecho de conocer bien quién somos y tomar buenas decisiones en consecuencia. 

El Sevilla necesita un gran museo, uno a la altura de su grandeza. Por prestigio, por preservar la memoria, por presumir de títulos, por orgullo de los mismos, por un montón de motivos. 

Hay una frase que me encanta y que dice que hay cosas en el mundo que no se pueden pagar, que sólo se dan. De la misma forma, hay otras cosas que son tan importantes, que superan todo análisis económico y de rentabilidad. Están por encima de todo eso. No se puede cuantificar su importancia porque no hay números en el sistema numérico para hacerlo. 

Espero que a alguien en la directiva se le encienda la bombilla correspondiente y se arregle este desaguisado. Que se dejen de plaquitas y homenajes chorras a gente que no se los merece y se centren en tantas y tantas otras cosas que parece que se olvidan con demasiada facilidad.

Yo no puedo hacer mucho desde mi posición, pero desde este sitio se apoya sin reservas la iniciativa en pro de un museo digno para el Sevilla. Que a nadie le quepa duda. 

jueves, 16 de junio de 2011

La paja en el ojo ajeno

Por motivos de trabajo, tuve hace unos años la oportunidad de vivir durante un par de ellos en Asturias. Tenía mi casa en Gijón, pero trabajaba en Oviedo, que está a menos de media hora en coche. Fueron unos años fantásticos porque Asturias es un lugar maravilloso y su gente muy abierta y amable. Los del norte tienen fama en Andalucía de ser personas cerradas e introvertidas, pero Asturias es como un oasis en ese desierto. Los asturianos son mucho más parecidos a los andaluces que a los leoneses, por poner un ejemplo. Y eso que a los leoneses los tienen al lado. Su diferencia con los gallegos o los cántabros también es enorme. Conozco una persona que asegura que no puede ser casualidad que si doblas el mapa de España en dos por la mitad, Asturias y Andalucía coincidan en el mismo espacio. No dice nada de que lo mismo ocurra con Cantabria y País Vasco, pero creo que es un ejemplo que explica bien lo que quiero decir. 

Los asturianos (por lo general) son personas extrovertidas, amables, cercanas y serviciales. También tienen un punto de informalidad que me recordaba mucho a los andaluces. Si un leonés te dice eso tan típico de "te llamo un día de estos y quedamos", el leonés te llama un día de estos y queda contigo. Todos sabemos que esa frase la utilizamos mucho aquí para despedirnos de alguien, pero que si ese alguien espera que le llamemos, puede hacerlo sentado y con algo para picar y no pasar hambre, porque no llamamos ni quedamos. Es sólo una forma de hablar. Eso pasa también en Asturias. 

Además, y es aquí a donde quiero llegar, los asturianos (insisto, por lo general) tienen en su forma de ser un punto de vanidad, de soberbia, de prepotencia que se plasma con claridad en su forma de expresarse. No hay más que ver la pose y el deje a la hora de hablar de gente como Luis Enrique, David Villa o Fernando Alonso, por nombrar algunos asturianos famosos. En eso también nos parecemos un poco, sobre todo los sevillanos, que tan chauvinistas solemos ser. En Oviedo está muy extendida la expresión de que esa ciudad es " la capital del paraíso", porque hace unos años hubo una campaña de publicidad institucional que definía a Asturias como un "paraíso natural". Y claro, como la capital de Asturias es Oviedo... pues eso. Y si esa expresión está extendida, no digo nada de esa otra que dice que "Asturias es España y el resto, tierra conquistada".

Con dos cojones. 

De hecho, a Don Pelayo se le idolatra allí hasta el punto de que Pelayo es un nombre bastante común en aquella zona. Se supone que Don Pelayo lideró al ejército que ganó la primera batalla a los moros invasores en Covadonga, aunque yo tengo otra teoría. Cualquiera que vaya a Covadonga y suba un poco más hasta los Lagos de Enol se puede imaginar a esos moros hartos de cabalgar por la extensa y aburridísima meseta y que, al llegar allí, se encuentran a unos bárbaros harapientos arrojándoles piedras desde las laderas de las montañas (porque otras armas no tenían). Y esos moros, al llegar arriba y ver el mar al fondo (porque desde los Lagos de Enol se ve perfectamente el Cantábrico), se darían la vuelta diciendo:

- Vámonos de aquí, que este país se ha acabado, que el mar está ahí mismo. Y a estos salvajes, que les aguanten sus p..., sus santas madres. 

Esa es mi teoría, que nada tiene que ver con ningún argumento históricamente comprobado y que seguramente no se corresponda con la realidad de las cosas. Pero es mi teoría. 

Pues bien, de aquella tierra es de donde viene Marcelino García Toral. Y ya de parecernos, no puedo dejar de recordar que allí tienen un derby, un clásico, una eterna rivalidad o como queráis llamarle a lo que ocurre entre Sevilla y Betis, y que allí se da entre Sporting y Oviedo. Os aseguro que poca diferencia hay entre ambas rivalidades. La nuestra tiene más solera porque los equipos son más grandes, han conseguido más éxitos, pero la rivalidad se parece muchísimo. Y viene todo esto en consecuencia de las palabras de Marcelino respecto al Betis. Bueno, las palabras no, la palabra, más bien. Porque sólo dijo "no", y "no" es una sola palabra. Monosilábica para más señas. Vamos lo más corto que se puede decir, lo menos que se despacha en el mercado de las palabras. Es hasta un monosílabo de dos letras, recordemos que los hay hasta de tres. Lo mínimo, lo más irrisorio. Yo creo que jamás en la vida dos pírricas letras juntas tuvieron tanta repercusión. 

El "no" de Marcelino fue obvio, es lo normal que se debe contestar a la pregunta que le hicieron. Pero fue un "no" vanidoso, prepotente, como suelen decir los "noes" los asturianos. Marcelino está que se sale del pellejo porque se encuentra ante la gran oportunidad de su vida, el mayor reto de su carrera. Y, ante eso, a un asturiano le sale su vena soberbia. No lo puede evitar. Luego está los complejos de inferioridad y las ganas de la prensa de rellenar páginas en estos días en los que la actualidad es casi nula. Pero ese es otro tema. 

Y eso es lo que ha ocurrido. Que un asturiano orgulloso de su éxito se ha expresado como lo suelen hacer los asturianos en ese estado. ¿El Betis? Jeje. No, no tiene nivel para competir con el Sevilla. Obvio, pero ofensivo. ¿Que no lo tendría que haber dicho? Opiniones las hay para todos los gustos. Yo no lo habría dicho, pero es que el asturiano medio no se puede contener ante oportunidades como esa. 

Rafael Gordillo ha asegurado que Marcelino debería de enterarse de lo que son Sevilla y Betis y de lo que representan en esta ciudad. Y yo le digo al presidente del Betis que igual es él quien debería de enterarse de que Marcelino sabe eso de sobra porque Marcelino ha salido de la cantera de Mareo, del Sporting, de Asturias, de un lugar donde hay una rivalidad muy, muy parecida a la nuestra. 

Lo que pasa es que los asturianos son así. Y los sevillanos también. Muchas veces es bueno llevar a cabo el sano ejercicio de mirar menos la paja en el ojo ajeno y más a la viga del propio. ¿O es necesario recordar las "palabras ofensivas" de los béticos hacia los sevillistas a lo largo de la historia?


miércoles, 15 de junio de 2011

La Rojita busca un killer

Yo a veces no sé si los periodistas de deportivos de Madrid son unos perfectos ignorantes o de verdad están al servicio de la causa madridista de una forma tan escandalosa y hasta mezquina. Tiene que ser una cosa u otra. No hay más opción posible. 

Hoy me he torturado leyendo este artículo de este señor que se hace llamar Alfredo Relaño en el Diario As. Ya sé que no debería someter a este tipo de martirios, pero es que es tan escasa la actualidad ahora que no hay liga, que hay ocasiones en las que uno acaba por caer en la trampa. Pocas veces, pero las hay. Para no haceros perder el tiempo, lo que viene a decir este personaje es que, respecto a la selección sub 21, no hay un delantero centro nato y resolutivo que remache el buen juego que este equipo se ve que desempeña. Según él, la verdad es que yo no he visto ningún partido. Si me interesa poco la absoluta, ya imaginaréis hasta donde llega mi inquietud en lo referente a la que estos tipos llaman "La Rojita". 

En el artículo cita a los delanteros de dicho equipo, Mata, Bojan, Muniaín, Adrián, recalcando que ninguno es un killer. Y que si en esa generación no existe ningún jugador de esas características, pues que deberían mirar a los que son aún más jóvenes y llevarse a un tal Morata. El tal Morata, por supuesto, juega en el Real Madrid, en el Castilla, más bien, que milita en el grupo 1 de la Segunda División B. Han hecho una buena temporada, terminando terceros. Y el tal Morata ha materializado 14 goles, lo cual no está mal. No es un escándalo, pero tampoco está mal. 

Pero en este punto, yo me pregunto: ¿Qué pasa con ese jugador que fue el máximo goleador de toda la categoría, de todos los grupos, durante casi toda la temporada, y que dejó de serlo al final porque dejó de jugar en Segunda B para hacerlo en Primera? En el Sevilla, me refiero. Hablo de Rodri, por supuesto, jugador que la semana pasada cumplió los 21 años y que incluso estuvo en la preselección previa al Europeo sub 21 que se está jugando ahora. Rodri dejó su guarismo de goles en 19, marcados, claro está, en muchísimos menos partidos que los que jugó el tal Morata para hacer 14. Y Rodri es un verdadero killer, justo el tipo de jugador que este Relaño dice que falta en la sub 21.

¿Es que Relaño no conoce a Rodri? Si es así, sería de vergüenza y sinceramente no sé qué hace hablando a escala nacional de estos temas. Y si lo conoce y no lo menta para hablar de un madridista que es peor, sería de vergüenza también, y aún mayor. Eso por no hablar de la ineptitud del seleccionador a la hora de confeccionar una lista de convocados. De Milla (el seleccionador) no se puede hablar de otra cosa que no sea ineptitud, refiriéndose a este tema en concreto, porque sí que conoce a Rodri (se lo llevó a la preselección) y no se le puede tachar de estar entregado a la causa madridista (en este caso en concreto, insisto) porque no se ha llevado a Morata. Esto de Morata es cosa del tal Relaño. Y eso que hay hasta otro jugador del Sevilla Atlético que ha hecho más goles que el madridista. Se trata de un tal Luis Alberto (15 goles), que ya hay que ser inepto (o tenerla de cemento armado) para no llevarse a Luis Alberto a la sub lo que sea. 

Yo, la verdad, me alegro de que no se los lleven. Me da rabia por la ilusión que les puede hacer a los chavales, pero me alegro de que no se los lleven. Así juegan con nuestro equipo, descansan lo que tienen que descansar, no sufren riesgos de lesiones, no se ponen en el escaparate más de lo que ya están, y permanecen con nosotros, que es el Sevilla quien les paga y quien les tiene que sacar rendimiento.

Eso sí, lo que es indignante es indignante. Nos pongamos como nos pongamos. 


martes, 14 de junio de 2011

El fútbol es lo de menos

En estos días, mi hijo acaba de cumplir dos años. Es increíble como pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando  pasé los quince días más complicados de mi vida porque fueron esos días los que el crío tuvo que pasar en la UCI al nacer con los pulmones inmaduros. Aquello ya es cosa del pasado y hoy día es un niño sano, que está para comérselo (¿qué va a decir un padre?) y que mira a la vida con la inocencia propia de la edad que tiene. Pero de verdad que parece que fue ayer cuando pasó aquello que pasó.

Mi madre me dice siempre que aproveche este tiempo porque es cuando más simpáticos están los niños. Que luego crecen, y aunque todas las edades tienen sus cosas buenas, la que tiene ahora siempre se echa de menos. Sin embargo, yo  no veo el momento de que el crío tenga algo de uso de razón y así poder compartir con él la gran pasión que invade mi vida. El sevillismo, por supuesto. No tanto el fútbol, sino ese sentimiento que raya lo irracional y que tantas alegrías y disgustos me lleva dados. Últimamente, gracias a Dios, son muchas más las primeras que los segundos. Y pido al Cielo que cuando llegue ese momento, la situación económica en mi familia sea lo bastante buena como para permitirme comprar el carnet de socio para él y para mi e ir cada quince días al estadio los dos juntos. Es de las cosas que más ilusión me hacen en el mundo a día de hoy.

El otro día me preguntaba mi mujer que cómo me hice yo sevillista. Ella no es de Sevilla y no comprende del todo este tipo de cosas. Se las imagina, se acerca a su comprensión, pero no lo acaba de entender completamente. Ni creo que lo haga nunca, esto es algo que se mama desde pequeño, que no se aprende. Yo le contesté con la verdad. Lo hice gracias a mi abuelo, que murió hace veinticinco años, pero que está presente en mi vida como si lo hubiera visto ayer. 

Mi abuelo, claro está, era sevillista hasta el delirio. Sus dos últimos años de vida lo pasó postrado en un sillón porque una enfermedad le impedía hacerlo de otra manera.  Pero cuando veía un partido del Sevilla, sacaba fuerzas de donde no las tenía para pegarles unas tremendas patadas a la mesa cada vez que un jugador sevillista iba a rematar un balón a portería. Como si fuera él quien estuviera en el campo jugando el encuentro.  Y lloraba como un niño pequeño siempre que el Sevilla marcaba un gol. Esos años los pasó viviendo en casa de mi tía (su hija) con su mujer (mi abuela). Y recuerdo que, en esos casos, mi tía acudía para ver lo que le pasaba, no fuera que tuviera algún problema o necesitara cualquier cosa. Claro que, cuando llegaba al cuarto en el que mi abuelo se encontraba, miraba para la televisión y veía a los jugadores abrazándose, comprendía lo que ocurría y sonreía.

- Vaya susto me has dado - Le decía - Creí que te pasaba algo - Y a continuación le daba un beso, mientras a mi abuelo se le escapaban los lagrimones, y se marchaba feliz a seguir con lo suyo. Por supuesto, mi tía también es sevillista. ¿Cómo iba a ser de otra manera con un padre así?

Siempre que me acuerdo de ese tipo de escenas, como ocurre ahora, me empieza a picar la nariz, se me hace un nudo en la garganta y casi se me escapan a mi las lágrimas. Igual que mi tía, ¿cómo voy yo a ser de otro equipo con un abuelo así? Recuerdo que aquel hombre estaba casi todo el día riendo, era una persona de lo más simpática. Pero cuando el Sevilla perdía, se ponía serio. Muy serio. Entonces yo, cuando era muy niño y muy inocente, me extrañaba muchísimo.

- ¿Por qué no te ríes, abuelo? - Le preguntaba. Y el me miraba sin quitar ese gesto grave y me contestaba con cariño.
- No se puede estar todo el tiempo riendo.

No tardé mucho en comprender que tenía toda la razón del mundo. ¿Cómo te vas a reír cuando pierde el Sevilla? Es que es algo tan lógico. Pues así era mi abuelo. Y ahora soy yo quien no se ríe cuando pierde el Sevilla. Incluso, mi abuela, su mujer, que no era aficionada al fútbol en un principio, acabó por interesarse y hacerse sevillista acérrima. Ella vivió veinte años más que su marido, y sus últimos tiempos también los pasó postrada. Yo iba a verla todas las semanas al menos una vez, y siempre que aparecía por donde vivía me preguntaba.

- ¿Cómo ha quedado el Sevilla?
- Ha ganado, abuela.
- Bien - Mascullaba entonces. 

No preguntaba por cuanto, ni contra qué rival, ni quien había marcado los goles. Lo único que le importaba era que hubiese ganado. En todo caso, cuando empataba, decía.

- ¿En casa, o fuera?
- Fuera, abuela.
- Bien - Mascullaba también, porque ella sabía que un empate fuera se podía considerar un buen resultado. Al menos mejor que en casa. 

Para mi abuela, el ser sevillista se llegó a convertir en una cuestión de buen gusto. Ser del Sevilla era cosa de personas educadas y bien criadas. Ser de otro equipo era algo feo, de mal gusto, ya digo. No veáis el disgusto que tenía porque, de sus ocho nietos (cuatro por cada uno de sus dos hijos), dos acabaran siendo béticos, uno por cada parte. Les quería igual, qué remedio, pero no le gustaba en absoluto. 

Todo esto fue lo que le expliqué a mi mujer el otro día. Ya se lo había contado en otras muchas ocasiones, pero creo que a ella le gusta escuchar estas historias. Supongo que debe ser porque las cuento con toda la ilusión del mundo, y a todos nos gusta ver ilusionados a nuestros seres queridos. 

- Pues anda que si llega a ver al Sevilla ganando títulos uno tras otro como estos últimos años... - Me comentó, respecto a las lágrimas de mi abuelo
- Pues imagínate - Le dije, a pesar de que ni yo mismo alcanzo a hacerlo. Si el pobre hombre lloraba con un gol del Sevilla, ¿qué hubiera ocurrido de haber visto todo lo que hemos visto últimamente? ¿Cómo no iba a llorar yo al ver a nuestro capitán levantando una copa tras otra? Se trata de muchísimo más, pero sólo imaginarme la imagen de mi abuelo siendo testigo de todo eso hace que se me salten las lágrimas. 
- Eso es el sevillismo - Le aseguré - No se trata de fútbol. El fútbol es lo de menos. 

Volviendo al principio, ya digo que no veo el momento de que mi hijo crezca lo suficiente para poder enseñarle todo esto. Por mucho que mi madre pueda tener razón cuando dice que ya echaré de menos esta época. Pero yo quiero ver su cara la primera vez que acuda a nuestro templo y se le pongan los ojos como platos al ver el ambiente. Y deseo con toda mi alma observar su gesto de ilusión infinita cuando los Reyes le echen la equipación del Sevilla. La felicidad, muchas veces, reside en este tipo de pequeñas cosas y yo quiero ser así de feliz al lado de mi hijo. Para que él crezca acompañado de este sentimiento. Para que él sepa de donde viene y la importancia que tiene. Para que pueda ser tan enormemente feliz como le he sido yo viendo a mi equipo celebrar títulos. Para que comprenda que esto viene de largo, que hubo antepasados suyos que sintieron lo mismo. Y para que, cuando sea mayor y sea él quien tenga un hijo, sepa inculcárselo a él también. Ojalá la vida me deje estar en el mundo los años suficientes como para echarle una mano en ese empeño. Porque os aseguro que si mi hijo, o el hijo de este, mi nieto, acaba por decir sobre mí cosas como las que yo acabo de contar sobre mi abuelo, podré decir que mi vida ha merecido la pena. 

Porque esto es más que fútbol. Es mucho más. Son sentimientos, los que uno tiene porque también los tuvieron sus antepasados. Porque es la memoria de estos lo que hace que nos emocionemos, da igual quien sea el jugador que marque el gol o el que levante la copa. Esos jugadores pasarán, pero el sentimiento será el mismo, si no más fuerte. Por eso nos fastidia que los jugadores no suden la camiseta, que fuercen las cosas hasta el punto de negarse a jugar para poder marcharse por el dinero que les ofrecen en otros sitios, que nos dejan tirados, que no nos respeten. No es porque hagan ese tipo de cosas. Es porque, obrando así, están faltando al respeto a esos antepasados que lloraban cuando el Sevilla marcaba un gol mientras no podían levantarse de un sillón porque una enfermedad les impedía hacerlo. Esa es la explicación, no otra. No tiene nada que ver con el fútbol.

Las cosas son así, al menos así las siento yo. Es mi abuelo quien me hizo sevillista y es su recuerdo el que hace que me emocione. Tanto es así, que, aunque no tenga la más mínima intención de morirme, hasta la muerte me puede llegar a hacer un poco de ilusión si ella puede suponer que pueda volver a ver un partido del Sevilla al lado de mi abuelo. Aunque sea en el tercer anillo.

Porque en eso consiste el sevillismo.

¿O no?

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