viernes, 31 de agosto de 2012

El dinero de los catalanes


El FLA, o Fondo de Liquidez Autonómico, es una línea de crédito gestionada por el ICO (Instituto de Crédito Oficial) que a su vez es un organismo del Estado. Por tanto, ese Fondo es un préstamo que pide el Estado para tener una cantidad dinero que se reserva o destina a ayudar a las Comunidades Autónomas (CCAA) que tengan dificultades económicas. El Fondo les presta ese dinero que ha pedido prestado antes, a  cambio de una serie de condicionantes, y vigila que esos condicionantes se cumplan. 

El Fondo tiene una dotación de 18.000 millones de €, de los cuales, 6.000 millones se los presta Loterías y Apuestas del Estado (sí, sí, créanselo, parte de lo que nos gastamos todos los españolitos en loterias, primitivas, quinielas, etc. se destina a salvarle el culo a las CCAA mal gestionadas). Luego, 4.000 millones los aporta el Tesoro Público, es decir, todos los españolitos con nuestros impuestos. Y los 8.000 millones restantes serán préstamos de entidades financieras con el aval del Estado. O sea, con el aval de todos los españoles. Es decir, que si no se paga el préstamo, lo haremos todos los españoles con nuestros impuestos porque somos avalistas de dicho préstamo. 

En resumen, la TOTALIDAD de los 18.000 millones de € en que consiste el FLA y con el que se pretende ayudar a las autonomías con problemas viene del bolsillo de todos los españoles, o repercutirá en el mismo si no se paga el préstamo en el que consiste. 

Bien, pues resulta que de las 17 CCAA que hay en España, hasta ahora, sólo tres han pedido esta ayuda. Cataluña con 5.023 millones, Valencia cn 4.500 y Murcia con 300. Estre estas tres suman ya unos 9.823 millones de euros, más de la mitad de la totalidad del Fondo. ¿Qué pasará cuando el resto de las autonomías, las 14 restantes, lo pidan? Supongamos que no todas lo piden. Supongámoslo. Da igual, pongamos que sólo lo piden la mitad, o sea, siete. Si tres ya han pedido la mitad del dinero disponible, otras siete nuevas pedirán..., no importa lo que pidan. El Fondo se queda corto. De hecho, Griñán, el presidente de Andalucía, ya ha dicho que ese fondo se ha de repartir equitativamente entre todos. Que no se puede dar a todos todo lo que pidan, sino que se ha de tener en cuenta a los demás. ¿Estamos ante el inicio de una carrera a ver quien pide antes, no sea que cuando pidan sea tarde y ya no haya dinero?

Todo esto da igual. Si se agota el fondo y, una vez agotado, una, dos, o diez autonomías, las que sean, se quedan sin dinero, España quiebra. Y si el Fondo se reparte equitativamente, de modo que a cada CCAA le corresponde una parte, pero esta insuficiente para sus necesidades, también quebrarán, o sea, quebrará España. España es es la suma de todos. Si una parte no puede pagar, es España la que no puede pagar. ¿Y qué pasa en este caso? Si España como país no puede atender los pagos (aunque sean de una parte de dicho país) habrá que pedir dinero a Europa. Dicho de otro modo, si Andalucía (por poner un ejemplo) no puede pagar, le pide el dinero al Estado y el Estado no lo tiene porque se ha agotado el Fondo (o porque la parte que corresponde a Andalucía no es suficiente), pues España tendrá que pedirlo a Europa. 

¿Qué significa eso? Pues significa lo que el Gobierno está negando hoy día. Significa que habría que pedir un rescate a la Unión Europea. Recordemos, sólo con lo que piden tres autonomías se gasta la mitad del Fondo. ¿Alguien se cree que dicho Fondo será suficiente para las 17 CCAA? ¿Alguien se cree que España no va a tener que pedir un rescate? Otra cosa es que negocien unas buenas condiciones para no hundir al país a lo Grecia (algo que a la Unión Europa no le interesa que pase), pero dinero prestado vamos a tener que pedir casi con total y absoluta certeza. 

Y luego llega el tonto catalán de turno diciendo que el rescate que han pedido al Estado no es un préstamo porque el dinero que van a recibir es de los catalanes. Y en parte no le falta razón, es de los catalanes, y de los andaluces, y de los gallegos, y de los asturianos..., vamos de todos los españoles. ¿Qué parte corresponde a los catalanes? ¿Cuanta lotería se ha comprado en Cataluña? ¿Y cuánta de ella la han comprado catalanes y cuánta turistas o visitantes de otras zonas? ¿O inmigrantes? ¡Qué gilipollez! Madre mía, que cortito el nivel de los gañanes por los que estamos gobernados. 

Esto me recuerda a lo que me pasó una vez, hace ya años, cuando trabajaba de cajero en un banco. Me vino una señora mayor a sacar dinero, y yo se lo di. Y cuando lo vio, me miró así como con odio y me dijo:

- Este no es mi dinero - Yo la miré estupefacto, sin saber qué decirle, y la dejé que se explicase - El dinero que yo ingresé tenía una marca en la parte de detrás. Se la hice yo. ¿Qué habéis hecho con mi dinero? 

Y tuvo que salir el director de la oficina a explicarle a la señora el funcionamiento del sistema bancario en el capitalismo. Lamentablemente, ese señor murió hace unos años. Si aún viviera, igual podríamos llamarle para que hiciera lo propio con los gobernantes catalanes. 

jueves, 30 de agosto de 2012

Otro enfoque del asunto Campaña

Vaya por delante que lo que a mí me gustaría que sucediese es que Campaña se pusiera las pilas y que Michel le diera el espaldarazo definitivo en forma de minutos para que se acabe de convertir en el crack que promete. Y digo Campaña como puedo decir cualquier canterano con maneras. A mí me encantaría que el Sevilla fuera un equipo de cantera de verdad, no lo que aparenta ser en los últimos tiempos. 

Por otro lado, doy por hecho que los que dirigen el Sevilla no son imbéciles. Pueden ser más o menos aptos o válidos, esto depende mucho de cada uno, del modo en que se analice su trabajo, pero imbéciles, no. Además, todos, unos más y otros menos, han demostrado capacidades. Por tanto, es evidente que lo que están haciendo con este jugador es lo que creen mejor para el bien del Sevilla. Ojo, para el bien del Sevilla, que es la obligación de los dirigentes, sea cual sea su parcela de trabajo. No para el bien del jugador ni para satisfacer los deseos de una afición que, en la mayoría de los casos, no conoce buena parte de las razones por las que se toman unas decisiones u otras. En muchos casos, como es el mío, que apenas ha visto jugar al futbolista y sólo habla de lo que se supone que es porque quien sí que lo ha visto lo dice. 

Según parece, la intención de la dirección deportiva es la de ceder al canterano para, en su lugar, traerse a otro futbolista. Y, en este caso, parece que el favorito es Jonathan Dos Santos, un jugador que no tiene mucha más experiencia que Campaña y que vendría cedido en busca de los minutos que le van a faltar en Barcelona. Claro, según esto, lo que estamos haciendo es darle minutos a un jugador de otro equipo para quitárselos a uno de los nuestros. O lo que es lo mismo, no formamos a uno de nuestros canteranos, pero sí a los de otros clubes. Si Jonathan triunfa en el Sevilla, seguramente volverá a Barcelona formadito y en plena forma (a nos ser que haya opción de compra y que esta sea asequible). Y si no, pues es problema del jugador, pero nosotros no saldríamos beneficiados para nada. 

Sin embargo, hay otro modo de enfocar el asunto que, al menos yo, no he visto mencionado en ninguna parte. Tengamos en cuenta que el Sevilla este año va a jugar con tres jugadores por el centro. Y que para esa posición contamos con Medel, Maduro, Kondogbia, Hervás, Rakitic, Trochowski y Campaña. Siete futbolistas para tres puestos. Hay más de dos jugadores por posición, por lo que algunos van a disponer de muy pocos minutos. Recuerdo lo que dije al principio: me gustaría que Campaña se pusiese las pilas y que el entrenador apostara por él. Y lo que dije más adelante: los dirigentes del Sevilla han de buscar el bien del Sevilla, no del jugador, ni del entrenador ni de una afición que, de muchas cosas, no sabemos ni de la misa la media

Dicho esto, teniendo en cuenta que, por lo que sea, se considera necesario que haya siete jugadores de centro en la plantilla y que Campaña, previsiblemente, va a disponer de menos minutos de los que un jugador de su edad necesita, me parece obvia la decisión de cederle. Y habla uno que cree bastante poco en las cesiones. Pero, vuelvo a repetir, se busca lo mejor para el Sevilla. Cederle y traerse a otro para cubrir la séptima plaza, de modo que ese séptimo sea quien tenga pocos minutos, no nuestro canterano. Si alguien tiene que parar su progresión para que el Sevilla tenga un séptimo jugador en esa parcela por si las moscas, que sea Jonathan, no Campaña. Que Campaña crezca en otro lugar lo que ESTE AÑO no pueda crecer aquí. 

Si Campaña triunfa allá donde vaya, teniendo en cuenta la calidad que tiene, tendrá sitio asegurado en el Sevilla el año que viene. Pero es que, además, hay otra cosa a tener en cuenta. Campaña es un activo muy importante para el Sevilla. Un jugador joven con condiciones para llegar a crack. Parece evidente que es Michel quien tira para atrás a la hora de contar con él, al menos ahora mismo. Pero, ¿quién asegura que Michel va a seguir el año que viene? Repito de nuevo, la obligación de los dirigentes del Sevilla es buscar el bien del club. Por tanto, es coherente que busquen la mejor salida posible para ese activo de futuro que se llama Campaña. No podemos permitirnos el lujo de cargarnos la carrera de un jugador como este porque alguien que puede no estar en un futuro cercano no cuente con él en la medida en que él (su progresión) lo necesita.  

Los dirigentes del Sevilla tienen que preservar los intereses del Sevilla. Y en este caso, esos intereses son defender la progresión de ese jugador. Por tanto, si se trata de tener a un futbolista que disponga de pocos minutos, pero que se necesita por si acaso, que sea Jonathan y no Campaña. Que sea el mexicano el que se estanque, no nuestro activo de futuro. 

martes, 28 de agosto de 2012

La exigencia que nos hace grandes

Después de mucho tiempo leyendo y escuchando a los Guardianes de la Memoria (años ya), hoy llamados miembros del Area de Historia del Sevilla FC, uno ha aprendido bastante acerca de lo que somos y de donde venimos. Quien más quien menos, todos tenemos nuestras nociones acerca de la historia de nuestro club, pero, gracias a estos señores, tenemos la oportunidad de profundizar en ciertos aspectos, de conocer detalles que se escapan al conocimiento general y, sobre todo (en mi opinión), de comprender por qué somos como somos. Y a esto quería ir hoy. 

Una de las cosas que más me ha me ha marcado de lo aprendido gracias a estos señores es la idea de grandeza de la afición del Sevilla. Es decir, la respuesta a la pregunta de por qué una afición cuyo club no había ganado nada durante décadas (hasta hace dos días como quien dice), que ni siquiera se había acercado a hacerlo, que incluso pasó un buen número de años en Segunda División, tiene esos aires, es tan exigente, está siempre pidiendo más..., es tan inconformista. Yo, que tengo la familia política fuera de Sevilla, puedo asegurar que es algo que no se entiende en otros lugares, hasta el punto de considerarnos engreídos por pretender ser lo que no somos. 

Pero es que resulta que sí que lo somos. Otra cosa es que los números no nos den la razón. 

Si alguno de nuestros investigadores lee esto, que me corrija si me equivoco. Leyendo y escuchando a estos señores, he comprendido que el Sevilla siempre fue un grande. Fue pionero en esto del fútbol. De hecho, ya se sabe que fue el primer club en España dedicado expresamente al fútbol. Los demás siguieron nuestra estela. Siempre fue el primer equipo de la ciudad. Se le conoció como el eterno campeón de Andalucía. Comenzó la liga en Segunda, pero pronto ascendió y ganó títulos durante los años 30 y 40. En los cincuenta no los hubo, pero sí subcampeonatos. Y algún que otro entorchado robado a última hora por una particular actuación del trencilla de turno. Hasta que llegó el año 1958, se inauguró el estadio Ramón Sánchez Pizjuán y, con ello, comenzaron las penurias económicas. Nuestro gran estadio se convirtió en una terrible hipoteca que lastró al club en su conjunto hasta llevarlo a Segunda División. El equipo cayó, pero sesenta años de grandeza son suficientes para incluir ese sentimiento en el ADN de la afición, del sevillismo. Eso ya no se puede sacar de ahí. Eso es parte de nosotros, igual que el que es rubio lo sigue siendo aunque se le caiga el pelo. Una cosa es ser rubio y otra demostrarlo con una buena melena. Una cosa es ser grandes y otra demostrarlo con éxitos. Con éxitos corrientes, no pasados. 

Mi sevillismo creció y se desarrolló durante los años ochenta. Una época en la que el Sevilla era un club mediocre que obtuvo éxitos menores circunstancialmente. Siempre quise ver un Sevilla grande, igual que le pasa a cualquier aficionado de cualquier club del mundo. Pero la diferencia entre nosotros y la mayoría de los demás es que el Sevilla no quería llegar a ser grande; quería recuperar su grandeza, quería volver a demostrarla. Que éramos grandes, eso ya lo sabíamos, aunque fuera en nuestro subconsciente. 

Eso se recuperó durante la primera década del s.XXI. Los sevillistas que nunca vieron al equipo ganar nada se quitaron esa losa de encima. Todos nos sabíamos grandes, pero en esos años lo demostramos con números. Como si aquel rubio calvo recuperara su pelo. Ahí estaba. Eso es el Sevilla. 

En estos días, como viene pasando en los últimos tiempos y como así ha sido casi siempre, la afición anda recelosa por el juego del equipo, en este caso en el inicio de temporada. Dos partidos y cuatro puntos. Es un buen comienzo, pero la gente no está conforme. Se encuentran fallos, se duda de la capacidad de algunos jugadores, se critica la planificación que se ha hecho..., no se está conforme. 

Los hay (yo el primero) que ponen excusas, que dan explicaciones, algunas hasta cargadas de lógica, pero para muchos no sirven. El equipo no juega bien, no da buenas sensaciones, no gusta. O no termina de gustar. Pues bien, esto que puede parecer un acto de soberbia, de vanidad, es algo muy positivo si se canaliza bien. 

Esto es el sevillismo: una afición exigente en función de su grandeza. Y habla uno que tiende al conformismo, pero no dejo de reconocer y de alabar este hecho. El sevillismo exige porque sabe que el Sevilla es un grande. Porque es algo que está en su ADN. El sevillismo pide a sus jugadores que entiendan esto, que comprendan la importancia del escudo que lucen en el pecho. El sevillismo no se conforma con ganar 2-1 al Getafe, sino que pide hacerlo bien, como lo hacen los equipos grandes. El sevillismo puede perdonar un mal partido, y dos, incluso tres. Pero ya van varias temporadas en las que no se hacen las cosas como se debe. El sevillismo le cantaba a Luis Cuervas aquello de "otro año igual" cuando el Sevilla llevaba décadas sin hacer nada mejor que aquello que se estaba haciendo aquellos años. Pero es que el sevillismo nunca olvidó su grandeza. No lo puede hacer. Está en su ADN. 

Muchas veces me he preguntado por qué somos tan exigentes. Y estos últimos años, leyendo y escuchando a los señores de los que hablaba al principio, lo he comprendido. Y os aseguro que me siento orgulloso de ello. Esa exigencia es nuestra alma. Lo que nos diferencia del "manquepierdismo", lo que nos impulsa a seguir creciendo, lo que impide que nadie se duerma en los laureles... lo que nos mantiene grandes. 

Es cierto que a menudo me crispa un poco comprobar que hay gente que nunca parece conforme con nada. Que siempre le busca la pega a todo. Que jamás da su brazo a torcer a la hora de reconocer algo bueno. Que siempre anteponen lo que se hace mal a lo que se hace bien. Yo tengo otra forma de ver las cosas. Yo suelo ser de los que ven el vaso medio lleno (en estos tiempos de crisis es una actitud muy recomendable a la hora de seguir sobreviviendo), de los que se agarran a lo bueno y tratan de tener paciencia con lo malo, con la esperanza de que se acabe corrigiendo. Soy, ya digo, bastante más conformista que otros. 

Pero hoy quisiera dar las gracias a los que no son como yo. A los exigen, exigen y exigen. Gracias porque eso es parte del sevillismo. Porque está en nuestro ADN y porque nunca se nos debe de olvidar. Ni siquiera a gente como yo, que con un poco menos se dan por satisfechos. 

lunes, 27 de agosto de 2012

Tranquilo, pero no satisfecho

Tranquilidad. Esa es la sensación que me produce la situación en la que se encuentra el Sevilla tras la disputa de las dos primeras jornadas de la liga. Después de la pretemporada tan mala que hizo el equipo, de las vibraciones tan lamentables que producía, del follón que hay formado con quienes son el alma de la afición... , la verdad es que andaba bastante preocupado ¿qué queréis que os diga? Si, además, a la inmensa mayoría nos pasaba los mismo. Pero después de ganar el primer partido de casa (con Biris Norte en la calle) y de sacar un punto en un encuentro en el que jugamos dos tercios del mismo con diez, pues a uno le da por respirar de alivio. 

Por supuesto, esto no quita para que deje de reconocer que a este equipo le falta por mejorar una barbaridad si quiere aspirar a algo. Pero creo que deberíamos ser justos. Estamos en los inicios, una parte muy peligrosa del calendario porque todos partimos de cero y las fuerzas están más igualadas que dentro de unos meses. En los inicios, da igual que tengas un banquillo más amplio que el de los rivales (aún no hay lesiones o sanciones), no importa que la condición física de tus jugadores sea mejor (aún no ha pasado tiempo suficiente para desgastar a los más débiles), hay un montón de variables que serán de suma importancia a nada que pasen diez jornadas, pero que al principio no tienen ninguna. O mucha menos. No hay otra forma de explicar que el Real Madrid esté con un punto de seis disputados en zona de lucha por evitar el descenso. Por ejemplo. Que, por cierto, es curioso que la semana pasada hubo quienes criticaron la cortedad de la victoria del Sevilla contra el Getafe, y ahora resulta que este equipito que luchará por no descender va y se carga al Real Madrid en la siguiente jornada. 

Lo que digo. Que los inicios son muy peligrosos para todos. Que se lo digan al Valencia, que hizo la machada de empatar en el Bernabéu en la primera jornada, y luego no es capaz de llevarse los tres puntos en un partido en el que, en casa, ganaba por 3-1 a un recién ascendido. Muy complicados. Y nosotros llevamos cuatro de seis. Hay que mejorar muchas cosas, pero esto es más fácil de conseguir si se tienen puntos en el casillero. 

Además, yo creo que este equipo tiene aún margen. No creo que estén jugando ahora mismo los mejores. Estoy convencido de que Botía se hará con un puesto de titular y que eso mejorará la defensa. Para eso se le fichó. En el centro del campo faltan Maduro y Kondogbia. No digo que vayan a ser titulares, pero su participación, ya sea de inicio o en ciertas fases de los partidos, debe aumentar las prestaciones en la medular y en el conjunto en general. 

También falta Perotti. Y viendo cómo está Reyes, no creo que nadie me pueda negar que el Sevilla jugará mucho mejor a nada que el argentino se recupere y entre en las alineaciones. Por cierto, ojalá Rabello se adapte pronto y confirme lo que se le vislumbró en pretemporada. Qué bien nos vendría que algo así ocurriese. 

Con todo esto quiero decir que no deberíamos sacar conclusiones de lo visto hasta ahora. Creo que a este Sevilla aún le falta recorrido y que eso es normal a la altura en la que nos encontramos. Creo que deberíamos hacer el ejercicio de retrotraernos a la noche en la que perdimos en Córdoba, después de dar una imagen lastimosa, y preguntarnos si entonces no hubiésemos firmado un inicio de temporada como el que estamos haciendo. Yo os digo que no, que no lo hubiese firmado, que en aquel momento dije que no me importaba nada lo que pasara en pretemporada y que yo nunca firmo otra cosa que no sea la victoria porque a un partido todo puede ocurrir. 

Lo que sí que espero es que Michel sea capaz de ver lo que se está haciendo mal y solucionarlo. Si Fazio aporta nerviosismo y errores a la defensa, pues habrá que quitarlo y meter a Cala o a Botía. Si Reyes no es Reyes sino la versión mala de su sombra, pues habrá que poner a otro en su puesto para que el conjunto mejore. Si el centro del campo carece de alegría, de chispa, de velocidad, pues que se haga lo que sea, pero que se haga. 

Digo que tengo tranquilidad porque, después de lo visto en pretemporada, estamos en una situación muy buena y de este modo es más fácil mejorar lo mejorable que si estuviésemos sin puntos y cargados de presión. Pero esa tranquilidad no es sinónimo de satisfacción. No estoy satisfecho. Me parece injusto sobrecargar al equipo de críticas, pero no estoy satisfecho. Por un lado tengo inquietud por el trabajo que aún queda por delante, que espero que se haga en la buena dirección. Y por otro, me produce ilusión pensar que quedan jugadores importantes por entrar, lo cual unido a que los de siempre siguen a buen nivel y a que otros como Rakitic parece que se han puesto las pilas, pues me hace albergar esperanzas de mejoría. 

Pero la mejoría tiene que llegar. A día de hoy estoy tranquilo porque los cuatro puntos nos dan margen. Pero la mejoría tiene que llegar. 


viernes, 24 de agosto de 2012

Llamadme paranoico si queréis...

Ayer por la tarde corrió como la pólvora la noticia de que unos supuestos ultras sevillistas (Biris para más señas) se desplazaron al estadio del Betis para buscar bronca con aficionados verdiblancos. Se publicó en un periódico digital y luego se divulgó por todos los medios y redes sociales. Cuando lo leí, me quedé consternado. Pero unos segundos después, una vez recapacité un poco, sentí una extrañeza profunda. Y así lo reflejé en este tuit.


Un día después, sigo pensando lo mismo. Qué raro es todo esto. Luego, más tarde, los propios Biris desmintieron que hubieran estado en Heliópolis en un escueto comunicado.  Ellos no estuvieron allí. No, oficialmente. Eso no quita para que se tratara de simpatizantes de la peña, o de ultras como ellos, pero no pertenecientes a ellos o, simplemente, una parte de esos que, sin ser Biris, se mezclan entre ellos para hacer sus "cositas". No sabemos si los Biris saben quienes fueron o no les conocen de nada. O si no son más que personas contratadas por no se sabe bien quien para que formaran una gresca que se convirtiera en noticia. Y que vivan las conspiraciones, que hasta en eso pensé ayer por la tarde. 

Sea como sea, se trate de quien se trate, lo están consiguiendo. Están torpedeando la línea de flotación del Sevilla FC. Llevan años haciéndolo. Siempre lo han hecho, en verdad, pero lo de los últimos años está siendo sangrante. O igual es que es lo último que he visto y por el hecho de tenerlo más fresco en la memoria me parece más grave, no sé. Para eso tenemos a un excepcional grupo de investigadores que sabrán infinitamente mejor que yo decir si en otra época hubo cosas peores que esta. Da igual, no viene al caso para lo que quiero decir. 

Yo, con estas cosas, lo tengo más que claro. Aquí hay intereses turbios, ocultos, llamadlo como queráis. Hay un trasfondo, algo que no se reconoce, que se disfraza de otra cosa para que el público no sepa de qué se trata en realidad. El fútbol genera mucho dinero. Muchísimo. Y cuando hay mucho dinero de por medio... mala cosa. Puede que Sevilla en lo futbolístico no tenga comparación con Madrid o Barcelona, pero no deja de ser una fuente de ingresos para muchísimos sectores. Sobre todo en relación con la prensa, los medios, la publicidad, las audiencias radifónicas o televisivas.... Dinero, mucho dinero, y eso no tiene nada que ver con el sentimiento sevillista. 

Hace no mucho, hablaba en este post de la estupidez que me parecía el término "loperización", acuñado no se sabe bien por quién, pero sin duda buscando la comparación en un mismo nivel entre Betis y Sevilla, cuando dicha comparación es ridícula. Pero conviene, da dinero, es negocio, genera noticias diarias, mantiene a personas, a familias.... Interesa que haya rivalidad entre Betis y Sevilla. Es un negocio más lucrativo que si no la hay. 

¿Y por qué digo esto? Pues porque me da a mi que hay mucho interés en que el Sevilla baje peldaños en su grandeza. Y están haciendo todo lo posible para lo haga. Para que se vuelva a emparejar con el Betis. Estoy absolutamente convencido de que esto es así, y si me queréis llamar paranoico, pues adelante. Pero lo están consiguiendo. Y nosotros mismos les estamos poniendo el puente de plata. 

No quiero ni pensar cómo se lo tiene que estar pasando últimamente quien pretenda esto de lo que estoy hablando. El colmo de los colmos es la división de la afición, que ya viene de largo, pero que ahora se acentúa dramáticamente por este enfrentamiento entre directiva y Biris Norte, el cual se enardece con la gasolina que le meten algunos personajes que, en busca de su beneficio propio, utilizan el nombre del Sevilla, el sentimiento de unos aficionados, el sufrimiento de otros o lo que sea que consideren oportuno. Dejan al Sevilla en segundo plano, pero lo utilizan para sus intereses, y de esto lo hay tanto dentro como fuera del club. 

Y aquellos de los que hablaba, y que ahora ríen, están logrando su objetivo. El Sevilla ya no es el de los títulos, ya no es alternativa a los grandes, ni siquiera está en Europa. Sólo falta bajar un escalón más, solo uno, para colocarlo en la lucha por el descenso. El año pasado casi se hace. Y ahí se detendrá el acoso. Si este año el Sevilla tiene que luchar por no descender, ya veréis como disminuye el acoso, las mentiras, las manipulaciones y su madre bendita. ¿Por qué? Pues porque lo habrán conseguido, estaremos al mismo nivel que el Betis, volverá la liga particular, la rivalidad directa, el derbi por todo lo alto (por todo lo medio, mejor, medio de mediocre) y todo eso tan trasnochado, tan casposo, tan cutre..., pero que tanto beneficio da a quienes se aprovechan de los morbos. 

Insisto, llamadme paranoico si queréis, pero estoy convencido de que aquí hay algo raro. 

Y en esto pensaba en la tarde de ayer. No me puedo creer que esos violentos sean, además, así de imbéciles. Es imposible. Por el sólo hecho de ser humanos, por muy pocas luces que pudieran tener (si es que no las tienen, es solo un supuesto) comprenderían que no hay cosa más estúpida que, con la que está cayendo, irse al Villamarín a buscar bronca con los béticos. No puede ser. No me lo creo. No me creo que haya gente tan corta. 

Aquí hay algo más, tiene que haber algo más. No sé lo que es y por eso no puedo decir nada, pero a medida que más pienso, más cuenta me de doy de que hay algo turbio en todo esto que está pasando últimamente en el Sevilla. No me gusta nada, no comprendo nada, y lo de ayer por la tarde acentúa esa sensación. Pero, sea como sea, pase lo que pase, nosotros mismos les estamos allanando el camino a los que nos desean el mal. Nosotros mismos. 

Por tanto, yo a lo de los Biris en Heliópolis le doy credibilidad cero. Igual que les recrimino que no señalen a los violentos, ahora me creo que no fueran ellos los protagonistas de lo de ayer por la tarde. Hay que poner pie en pared. Hay que estar al lado de los sevillistas, no debemos acentuar la división, no podemos facilitarle el trabajo a los que nos desean el mal. Hay que intentar confiar un poco más los unos en los otros, establecer nexos de unión para enfrentarnos a esos de los que hablo. A ellos, no entre nosotros. 

Aquí pasa algo raro, puede que sea un paranoico, pero no seré yo quien fomente la división del sevillismo. Al menos, desde este pequeño rincón, es lo que voy a intentar. 

martes, 21 de agosto de 2012

Vientos de agua

No sé si la habéis visto. Seguramente, no.




Vientos de Agua es una serie hispano - argentina que se grabó en 2005 y que se comenzó a emitir en enero en 2006 en Telecinco. Sin embargo, al cuarto capítulo, decidieron quitarla de la programación, dados los bajos índices de audiencia. A pesar de eso, fue suficiente como para engancharnos a mí y a mi esposa. Unos meses después, en mayo, la sacaron en DVD justo antes del cumpleaños de ella. Ese fue mi regalo en aquella ocasión.

La historia es sencilla y tremendamente complicada a la vez. Andrés, un minero asturiano de apenas veinte años, emigra a Argentina en los años 30 del s.XX y se narra el modo en que le fue la vida allí. En paralelo, se cuenta como Ernesto, un argentino de cuarenta y pico años, arquitecto, casado y con hijos universitarios, se ve obligado a abandonar su país en 2001 por culpa de la crisis del corralito. Se viene a España con la idea de llevarse a su familia en cuanto tenga ocasión. Es una historia común, por desgracia, pero que te llega al alma porque resulta que Ernesto es hijo de Andrés. Y el propio Andrés, ya de anciano, es uno de los protagonistas de la parte que transcurre en 2001.

Es verdaderamente brutal cómo la serie te permite comprender que la vida parece transcurrir como si fuera un péndulo. Que los problemas de antes son los mismos que los de ahora. Que nadie hace nada para remediarlos y que siempre volvemos a caer en lo mismo.

Pero la serie no tuvo éxito. Supongo que a la gente le apetecía ver más las muchas basuras que se emiten en televisión todos los días y contra eso no pudo luchar. No obstante, y curiosamente, es una de las producciones más vendidas de la historia en DVD, lo cual relaja. Siempre hay quien sabe valorar las cosas buenas.

He de decir (los habituales de este sitio lo saben porque ya lo he contado) que la historia le llega a mi mujer un poco más hondo que a los demás porque en su familia son todos mineros, unos asturianos y otros leoneses, y conocen muchos casos parecidos a este que cuenta la serie. Además, cuando se comenzó a emitir, nosotros vivíamos en Asturias, y eso no hizo más que profundizar en ese sentimiento.

Bien, pues resulta que, aprovechando que mi mujer y mi hijo se han marchado al norte a visitar a la familia, dejándome a mí aquí trabajando porque eso es lo que les pasa a los autónomos, que no pueden dejar de trabajar, pues he vuelto a ver la serie. Y lo he hecho en soledad, como a mí me gusta ver estas cosas. No es que evite hacerlo con mi mujer, pero no es lo mismo. Cuando veo algo solo, me siento más libre, no sé, es un sentimiento extraño, debo ser algo raro. Pero me dejo llevar de otra manera. Si me apetece soltar una lágrima, pues lo hago. Si me quiero reír a carcajadas, pues también. No tengo a nadie a mi lado a quien molestar, sorprender, preocupar o hacer reír. Veo el producto como el que lee un libro. No es lo mismo leer un libro en soledad a que alguien lo lea en voz alta para un público. Sé que lo normal es leer en soledad y ver televisión o cine en compañía, pero ya digo que debo ser bastante raro. Me gusta ver televisión o cine en soledad, como el que lee una novela.

Y la experiencia ha sido demoledora. Tanto, que quiero dejarlo aquí, por escrito. Hay que tener en cuenta que la primera vez que la vi, hace ya seis años, la historia cuadraba con el presente a la perfección. Con aquel presente. España estaba en el momento más álgido de las vacas gordas. Multitud de inmigrantes venidos de otros países trataban de buscarse la vida en nuestro país y uno veía a aquellos personajes de la serie como quien ve a gente por la calle. Se imagina lo que tuvo que pasar un "gallego" en Argentina en la época de la Guerra Civil y justo posterior, y lo que tenía que estar pasando un extranjero en España en la actualidad. Bueno, en la actualidad de 2006.

Pero es que esta segunda vez la he visto en 2012. Y en 2012, la cosa no es igual que en 2006. De hecho, en 2012, la situación de nuestro país es mucho más parecida a la que tenía Argentina en 2001 que a la nuestra de hace seis años. Y no he podido dejar de sentirme identificado con Ernesto, el argentino hijo de aquel emigrante asturiano de los años 30 que, después de creer tener la vida resuelta, se ve obligado a empezar de cero en otro país por culpa de una crisis de la que no tuvo ninguna culpa. Yo no me he tenido que marchar, pero... ¿quién sabe? Como la situación por la que vivimos dure mucho más... ¿quién sabe? ¿Acaso alguien se cree libre de que tal cosa le pueda ocurrir?

Pues bien, ver esta serie con ese sentimiento de trasfondo es un duro golpe al corazón. Ver lo que les pasa a esos que deciden buscar una vida mejor en un lugar muy lejano. Comprobar cómo a menudo lo consiguen. Y no sólo en lo material, sino también en lo personal, en lo sentimental..., incluso en lo espiritual. Son personas que conocen otros lugares, a veces aprenden otros idiomas, conocen a personas que son diferentes a las que dejaron en su tierra, en unos sitios más y en otros menos, acaban arraigándose, creando una familia allí. Incluso, alcanzan cotas cercanas a la felicidad. 

Pero pierden sus raíces y la vida no te perdona algo así. Porque una cosa es conocer cuáles son tus raíces, no olvidar tu lugar de origen, ser perfectamente consciente de donde vienes, incluso sentirte orgulloso de ello. Pero eso es algo que pierdes. Es como cuando arrancas una naranja de un árbol. Puedes decir perfectamente de donde la sacaste. Hasta el punto exacto, hasta el tallo roto. Pero nunca podrás volver a ponerla en su lugar. Y eso destroza a la persona. 

Mientras veía la serie, me imaginaba qué sería de mi si me viese obligado a irme alguna vez. Yo no le tengo miedo a ese tipo de cosas. He vivido en Holanda, en Vitoria, en Gijón y en Salamanca. Mi hermano vive en Inglaterra. Tengo amigos en Bélgica, Holanda, Alemania, México..., no le tengo miedo a ese tipo de cosas. Pero sí que pensaba en lo que dejaría aquí, en lo que echaría de menos. Miren, en total, yo he pasado fuera de Sevilla cuatro años en dos periodos separados de uno y tres. Y os prometo que, en ambas ocasiones, cuando volví, las cosas habían cambiado. Perdí cosas, me alejé de gente, hay que entender que uno abandona un lugar en un momento dado, en un punto concreto, y que cuando vuelve, ese punto ya no existe. Las cosas han evolucionado sin ti, has de adaptarte a la que siempre fue tu casa y se da un caso verdaderamente paradójico. Vienes de un lugar que no es tu casa y en el que estás adaptado, para llegar a la que sí que es tu casa, pero donde has de adaptarte de nuevo. Es extraño, sientes como un vacío, como si fueses un extraño en el lugar donde naciste. Incluso, tienes ganas de volver a irte. Eso me ocurrió a mí después de tres años, incluso teniendo en cuenta que en esos tres años vine por Sevilla a menudo. ¿Os imagináis cómo sería después de décadas sin poder volver a tu lugar de origen?

Pues imaginándomelo he visto la serie. En la misma te cuentan cómo lo pasan dos personajes en dos épocas completamente diferentes. Y yo me imaginaba qué sería de mí en un caso semejante. Qué cosas perdería, qué familiares y amigos dejaría de ver, cómo de grande sería el vacío interior y si lo que consiguiese en ese otro lugar llegaría a tanto como para llenarlo. 

En estos días que vivimos se habla con demasiada naturalidad de la emigración. Hace no mucho, un imbécil dijo algo de irse a trabajar a Laponia. En Alemania prometen el oro y el moro a nuestros ingenieros. Cada semana echan por la tele un programa llamado "Españoles por el mundo" en el que se muestra lo felices que son algunos de nuestros compatriotas por esas tierras de Dios. "Movilidad geográfica" le llaman algunos. "Libre circulación de personas", "Deslocalización"...

Vivimos en un mundo en plena crisis. Se nos habla de problemas económicos, de crisis financiera, de burbuja inmobiliaria, de solvencia bancaria, de fluidez de crédito, de deuda soberana, de déficit, de balanzas exteriores, de ajustes, de recortes, de dinero, dinero, dinero.... Pero igual no nos damos cuenta de la mayor crisis que padecemos es de valores. Hemos quitado del eje de nuestros esfuerzos a la persona para dejar su puesto a lo material. Y no nos damos cuenta de que dentro de unos años, todos estaremos en un hoyo. No se trata de vivir el presente como si no hubiera futuro y comportarse de un modo irresponsable. Pero es que se habla por ahí de cosas con demasiada naturalidad sin darse cuenta del tremendo impacto que esas acciones pueden tener sobre las personas. Las personas no somos Recursos Humanos. No somos recursos. Somos personas. Y nosotros mismos nos hemos quitado a nosotros mismos del eje de nuestros esfuerzos. 

Maldito materialismo. 

Os recomiendo que, si tenéis ocasión, veáis la serie. Pero no como el que ve una película en el cine, no para entretenerse. No para juzgar la calidad artística del producto o para comprobar lo bien, mal o regular que trabajan los actores (por cierto, el reparto es de lujo). Yo no hablo de eso, no me interesa eso. No entiendo de esas cosas. Digo que la veáis como lo he hecho yo, pensando en qué sería de nosotros si nos viéramos obligados a pasar por ese trance. Y que nadie se preste a engaño. Tal y como está la situación actual, pocos están libres de que algo así le pueda ocurrir. 

Recordad, la vida transcurre como si fuera un péndulo. ¿Cuántas veces lo veremos pasar por nuestro lado sin que nos golpee?


lunes, 20 de agosto de 2012

Perspectiva

Las personas somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.

Esta es una máxima que yo trato de aplicar en mi vida continuamente, aunque muchas veces fallo en el empeño y ello me obliga a pedir excusas o a reconsiderar mis posiciones. Cuando uno habla, creo que ha de hacerlo con perspectiva. Con la perspectiva que uno mismo ha creado con sus opiniones anteriores. Es muy fácil decir lo que a uno le venga en gana en función de por donde sopla el viento, para luego cambiar de postura porque la anterior ya es molesta al haber cambiado las circunstancias. 

Hace poco más de dos semanas, después de la derrota en el campo del Córdoba, muchos se tiraban de los pelos por la lamentable imagen que el equipo dio en dicho partido. Y con toda la razón del mundo, porque la cosa fue un horror. No obstante, yo decía que a mí no me importaba lo más mínimo. Que la pretemporada es la pretemporada y que ya hablaríamos cuando comenzase a rodar el balón con los puntos en juego. Esto último comenzó a ocurrir el sábado por la noche y ahora puedo decir que no estaba equivocado. Que la imagen del partido de Córdoba no tiene nada que ver con la competición y que ahora, cuando esta ha comenzado, nosotros tenemos tres puntos de tres. Luego se podrá hablar de que si el equipo jugó mejor o peor, que si tal o cual jugador está bien o mal, que si los defectos del año pasado han aparecido de nuevo en algunas fases del encuentro..., todo ello cierto. Pero, hablando desde la perspectiva que yo mismo me creé hace veinte días, lo cierto es que el Sevilla ha llegado en unas condiciones mínimamente aceptables a la competición. Lo suficiente para ganar el primer partido, en casa, contra el Getafe y sumar los primeros puntos en juego. Lo que de verdad importa. 

Del mismo modo, sería conveniente que este ejercicio a la hora de opinar se generalizara. Pongo varios ejemplos. Hubo quien dijo que los partidos internacionales del miércoles pasado eran un despropósito porque obligaban a jugadores que aún no han empezado a competir a trasladarse lejos a jugar encuentros intrascendentes justo a tres días del comienzo de lo serio.Y que eso afectaría al rendimiento de los equipos perjudicados. En concreto, el Sevilla lo sufrió con Spahic, Medel, Rakitic y Jesús Navas. Los cuatro fueron titulares contra el Getafe, con lo que podríamos decir que el Sevilla, a pesar de que cuatro de sus puntales jugaron el miércoles con sus selecciones, con el perjuicio que eso conlleva, fue capaz de ganar al Getafe y sin sufrir demasiado. 

Otro ejemplo lo podemos extraer del conflicto entre directiva y Biris Norte y todo el mal ambiente que está acarreando. Muchos temen que esto lo acabe pagando el equipo. Pero, para el partido contra el Getafe, Biris Norte se quedaron fuera del estadio, el ambiente en el interior fue enrarecido y, sin embargo, el equipo fue capaz de ganar a pesar de todo. Si decimos que ese ambiente tan feo afectará al equipo, tendremos también que resaltar el mérito del mismo al sobreponerse a ello. Si hablamos con perspectiva, claro. 

Podemos citar más cosas. Por ejemplo: todos tenemos claro cuáles fueron los errores del año pasado. En qué falló el equipo, cuáles fueron sus carencias. Este verano, el club ha fichado para corregir tales cosas. Un portero, un lateral derecho, un central y varios centrocampistas. A pesar de eso, en el partido contra el Getafe se volvieron a ver algunos de esos fallos del año pasado en ciertas fases del partido. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que, de los fichajes, sólo Cicinho y Diego López salieron de inicio. Y, para colmo, fueron de los más destacados. Es de esperar que cuando Botía juegue, la defensa mejorará. Y que cuando Kondogbia acompañe a Medel en la medular, las cosas cambiarán ahí. Vamos, que cuando los refuerzos refuercen al equipo del año pasado, este se verá reforzado, valga la triple redundancia. Y jugará mejor. Hay que decirlo todo. Hay que hablar con perspectiva. 

Finalmente, recordemos que acabamos de jugar el primer partido de liga y que queda todo por delante. Y, como digo, hemos ganado a pesar de que hace veinte días, la cosa no daba ni para vencerle al Córdoba. A pesar de que un buen número de internacionales se nos fueron a jugar por ahí el miércoles. A pesar del ambiente tan feo que se respira en la grada. Y a pesar de que varios de los últimos fichajes aún no están disponibles. 

El Sevilla no hizo un partido soberbio y es evidente que hay mucho que mejorar. Pero teniendo en cuenta todo lo dicho, hablando con perspectiva, creo que deberíamos tener un poco de paciencia. Y mucho más teniendo en cuenta que el primer partido ya está ganado. Eso no hay nadie que nos lo quite. 

jueves, 16 de agosto de 2012

Estado de confusión

Así es como me encuentro. 

Llevo varios días de descanso bloguero, pero no de desconexión absoluta. He tenido mucho tiempo libre y he podido reflexionar sobre muchas cosas, entre ellas sobre el conflicto que sigue latente entre Biris Norte y José María del Nido. La semana pasada di una primera opinión al respecto, pero ciertas reacciones posteriores me han hecho pensar. Ahora tengo más dudas y por eso lo de mi estado de confusión. 

De entrada, me preocupa lo que por ahí hay quien denomina "daños colaterales" del conflicto. Es decir, los aficionados de Gol Norte que están sufriendo las consecuencias de algo que no han provocado, sobre lo que no tienen nada que ver y que se sienten humillados por lo que están teniendo que pasar. A mí me parecen desaforadas algunas medidas del club. Lo de las jaulas me parece demencial. Dicen que ahora van a ser de metacrilato, pero eso es como metértela a pelo o con vaselina (disculpen la horrorosa grosería, pero  es que ando corto de inspiración y no se me ocurre nada más delicado e igual de gráfico). No me gusta nada eso. Ni tampoco los excesos a la hora de controlar la entrada al estadio.Una cosa es ejercer un control un poco más riguroso y con ciertos objetivos, y otra humillar al personal. No es de recibo. 

Esto lo tengo que decir, lo debo resaltar, porque creo que es un grave error de la directiva, que se está pasando una hartá de pueblos con esa actitud. Vaya por delante, por tanto. 

No obstante, teniendo claro esto, lo que me confunde es otra cosa. Y mi confusión viene del lado de los Biris. Primero, porque últimamente van repartiendo por todas partes esto:


Cuando hace apenas unos meses pensaban esto otro:


Claro que, entre medias, ocurrió otra cosa diferente:


¿Qué ha ocurrido para que, en cuestión de meses, los Biris hayan pasado de ofrecer su apoyo al Presidente (tras su sentencia condenatoria, recordemos) a pedir su encarcelamiento? Evidentemente, no es por lo ocurrido este verano después de lo de Rota, ya que la pancarta que pedía la limpieza total del club es anterior. ¿Qué ha pasado? Estoy tela de confundido con esto porque nadie cambia de opinión de un modo tan radical en tan poco tiempo. Hablan de "loperización" del club. ¿Cuándo? ¿Ahora? ¿De hace unos meses acá? ¿Años, quizás? ¿Por qué se denuncia ahora y no antes? 

Insisto, son cosas que me tienen confuso, pero no insinúo nada, lo juro por la memoria de mis muertos. Hablo desde la más absoluta ignorancia. Son preguntas para las que no tengo respuesta. Y me gustaría saber qué coño está pasando en el club para que este tipo de cambios de opinión se produzcan en tan corto espacio de tiempo. 

Por otro lado, he estado leyendo e informándome más, tratando de aclarar cosas, pero ahora lo tengo todo menos claro que antes, es curioso. Hasta ahora, pensaba que las medidas del club estaban dirigidas a tratar de identificar a los violentos que se esconden entre el colectivo de los Biris. Pero, según importantes miembros del mismo, lo que ocurre es que el club maneja una lista negra de personas a las que no quiere permitir el acceso al estado. Y dicen estos importantes miembros que por ahí no pasan. Es decir, que o entran todos, o no entra ninguno. Y que por eso se quedan fuera. Si esto es cierto (que no lo sé a ciencia cierta), tal cosa hace que me haga la siguiente pregunta:

Si Del Nido permite la entrada a esos individuos, ¿Biris Norte entrará al estadio y no se quedará fuera como el otro día? Y si eso es así, ¿entonces ya no hay loperización en el Sevilla, dejarán de pedir el encarcelamiento del presidente y volverán a estar con él? 

No lo creo, de todos modos, porque la pancarta de "limpieza total" fue expuesta  antes de lo de Rota y todo el follón posterior. ¿Entienden ustedes mi confusión?

Además, y para acabar por liarme del todo, he tenido alguna conversación con gente de los Biris. Conversaciones llenas de respeto y buenas palabras. Nada que ver con mucho de lo que se puede leer por ahí. Me aseguran esas personas que no pretenden para nada ofender al resto de la afición, que su protesta va por otros derroteros, que si alguien ha insultado a otros sevillistas, procurarán por todos los medios que no se vuelva a repetir. Insisten en que lo último que pretenden es dividir a la afición y que todo lo hacen por el bien del Sevilla. Os prometo que he encontrado mucho más respeto en Biris Norte (con la que les está cayendo) que en ciertos aficionados de Gol Norte que tanto se quejan (y con razón) de lo que están teniendo que pasar. Ojo, se puede tener razón y faltar el respeto a los demás. Lo uno no quita a lo otro. 

En definitiva, que hasta ahora yo pensaba que el problema estaba en tratar de erradicar esto:



Pero que ahora puede que no sea así (puede, no lo sé a ciencia cierta). Que de lo que se trata es de que dejen o no acceder al estadio a según qué personas. Del Nido no quiere hacerlo y los Biris dicen que, o entran todos, o no entra ninguno. El club, para evitar que esos tipos entren con el carnet de otros o comprando entradas, deja de ponerlas a la venta y obliga a los que se sientan en esa zona a ponerle una foto en el carnet de abonado para poder identificarles cuando acceden al estadio. 

¿De verdad el problema consiste en una lista negra de individuos? ¿Si se permite entrar a esas personas, los Biris dejarán de lado el supuesto problema de la "loperización" y seguirán animando al equipo? ¿O igual se limitan a sacar alguna pancarta estilo "limpieza total..." para dejar clara su postura? Por cierto, una postura igual de respetable que cualquier otra, que en eso no me meto en absoluto. 

Y mi gran pregunta. La que más me duele de todo esto. ¿Esas personas a las que la directiva no deja entrar son más importantes que el Sevilla F.C., teniendo en cuenta el daño que se está haciendo al club con todo este asunto? Y el que se le puede hacer en adelante. 

Y, ojo, esa pregunta va dirigida tanto a Del Nido como a Biris Norte. 

¿No se podría dejar las cosas como estaban (sin controles ni jaulas), reforzar las medidas de seguridad una vez dentro del estadio, pillar con las manos en la masa a los violentos, detenerlos y que la polícía se haga cargo? Esta pregunta es de total y absoluto ignorante. No sé si esto es posible o una ridícula tontería. 

Mi estado de confusión es tremendo, pero, dentro de él, cada vez tengo más claro que esto es una lucha de tamaño de miembros. A ver quien la tiene más gorda. Y que es el Sevilla el más perjudicado de todos. El Sevilla y, dentro de él, una serie de aficionados que, por el hecho de tener su abono en cierta parte del estadio  están abocados a pasar las de Caín cuando no tienen culpa de nada. De nada en absoluto. 

Yo sigo pidiendo a las partes en conflicto que hagan lo que sea para parar esto. Que no podemos seguir así. Que hay gente que lo está pasando mal. Que hay riesgo de fractura en el sevillismo. Que esto lo va a pagar el equipo casi con total seguridad. 

El camino elegido por la directiva no es el correcto. Sus objetivos, sí que lo son. Muy loables en mi opinión. Erradicar la violencia. Pero las formas, no. Y en el trasfondo del asunto subyace algo turbio que no me gusta nada. Y que, como vengo diciendo, me mantiene en un desagradable estado de confusión. 

sábado, 11 de agosto de 2012

Unas ideas para el asueto

A partir de hoy, la actividad de este blog se va a parar unos días por descanso del personal, o sea, de yo mismo. 

Si os digo la verdad, lo que necesito es, como mínimo, un mes de desconexión absoluta y de relajación. Pero no va a poder ser. Si pudiera, esta tarde mismo me iba a una montaña perdida del Tibet a pelarme de frío mientras reflexiono sobre la vida. O al fiordo más recóndito del Norte de Noruega, y por tanto del mundo, a ver si el sol de medianoche me hacer ver las cosas de otra manera. Tampoco estaría mal perderme en una playa semi-virgen de las Islas Mauricio. Las Seychelles también me valen. O cualquier archipiélago de la Polinesia. Lo de la Antártida lo descarto porque tampoco es cuestión de pasarse, pero no creáis, que la verdad es que me atrae la idea de la soledad en medio del hielo y junto a focas y pingüinos. Quizás también al lado de algún aventurero extraviado que pretende demostrar que se puede llegar a pie al punto más meridional del planeta. No estaría mal, aunque supongo que el fantasma de Amundsen se me aparecería para decirme que no haga más el gilipollas y me vaya a un sitio con condiciones climáticas menos extremas, que el mundo es muy amplio como para perder el tiempo en un lugar tan desagradable.

Como podéis ver, el desierto lo descarto. Odio el calor. Odio el verano. Aborrezco agosto, no veo el momento de que acabe. Sólo me faltaba pasar mis días libres en medio de arena y con el astro rey abrasándome la piel. Anda ya, con lo blanquito y fotosensible que yo soy. 

De todos modos, mi gozo en un pozo. Me voy de descanso, que no de vacaciones. Me tomo unos días de no trabajo, que no de asueto. Obligado me veo, si no trabajo, no cobro. Y si no cobro..., en fin. Que no cobro. 

Me voy unos días, pero vuelvo pronto. Muy pronto. La semana que viene estaré de vuelta. No me da tiempo de ir al Tibet ni a Noruega. Cuánto menos a la Antártida, ¡qué pena!, con lo que me apetecía saludar a Amundsen y compañía. Por contra, me quedaré en casa procurando no abusar del aire acondicionado, que luego viene Endesa con su factura y me pone a tiritar a pesar de los 40 grados a la sombra. O 42, o 44 o...



Bueno, no exageremos, que lo de la foto es al sol. Con ponerse a la sombra basta para no sufrir eso y disfrutar de los... ¿48?

Su p... m...

Eso. 

Señores, que lo pasen bien. Nos vemos a la vuelta. Sean buenos, al menos tanto como lo seré yo. 

Abrazos para todos. 


P.D. Roald Engelbregt Gravning Amundsen,  fue un explorador noruego, célebre por ser el primero en llegar al Polo Sur en diciembre de 1912.

jueves, 9 de agosto de 2012

Acaben con esto, por favor.

Lo primero que quiero decir es que me ha parecido un error de bulto por parte de la directiva el empezar con esas medidas de control en Gol Norte justo ayer, en el partido homenaje a Antonio Puerta. Creo que habrá muchos días para hacerlo, la temporada aún no ha comenzado, y ayer era el momento de la concordia, de estar todos juntos alrededor del espíritu de nuestro Antonio. Creo que la directiva debería haber facilitado las cosas en ese sentido y dejado para más adelante las medidas que quiera adoptar. 

Por otro lado, y aquí peco de ignorante, me pregunto si no hay otra manera de controlar aquella zona del estadio que poniendo esas vallas que más parecen jaulas. Me lo pregunto sinceramente y repito que no sé si es posible tal cosa o no. Nadie se merece ver el fútbol así en su casa. Creo de corazón que las cosas se deberían hacer de otra manera. Buscando el mismo objetivo, pero de otra manera. 

Dicho esto, ayer me pareció lamentabilísima la actitud de los Biris. Hace poco decía que me daba la sensación de que esta gente ha perdido el norte anteponiendo sus intereses a los del Sevilla. Ahora me reafirmo en ello. Anoche era el día de Antonio Puerta y lo que hicieron estos señores fue una verdadera vergüenza. Con su actitud, se cargaron el homenaje a nuestro jugador fallecido. No tuvieron  la sensibilidad necesaria para aparcar por un día - POR UN PUTO DÍA - sus discrepancias con la directiva. Aprovecharon la importancia del momento para reventar el acontecimiento, acaparando ellos toda la atención. 

Pero esto no es lo peor. Porque, a pesar de no estar de acuerdo con las formas y el momento, puedo llegar a entender el monumental enfado de estos señores, sobre todo viendo dónde les querían meter, el aspecto de cárcel que tenía ayer Gol Norte. Incluso, teniendo en cuenta que todo esto terminará en el mismo momento en que ellos - ELLOS - señalen a los que son violentos de entre ellos y se les pueda apartar. Porque recordemos que todas estas medidas tienen como objetivo identificar y separar a los violentos que ELLOS no quieren señalar. Basta, ya digo, con que los señalen para que todo esto acabe. Sigo sin entender a qué coño están esperando para hacerlo. Pero hasta eso puedo entender porque, como decía el otro día un  bloguero al que admiro (aunque no suelo estar de acuerdo con él) y que firma como García (Puerta de Cristales), eso es como pedirle a un padre que delate a un hijo, aunque sea delincuente. Cierto, aunque, luego, que no se queje el padre y el resto de la familia cuando la policía se presente en su casa a buscarlo y les deje en evidencia ante el resto de los vecinos. Pero ya digo que hasta eso puedo entender. 

Lo peor, no obstante, es que se les llame "sevillistas esquiroles" al resto de aficionados, entre los cuales no hay ningún violento, que deciden animar al equipo. O sea, que ellos son los que tienen la exclusiva de la animación. Los demás no podemos animar, o hacerlo solo cuando ellos lo crean conveniente. Es decir, a ver si yo me entero de esto: yo veo el partido en una zona que nada tiene que ver con Gol Norte. En esa zona JAMÁS ha habido el más mínimo incidente. Ellos, por su parte, saben que en su grupo se oculta una MINORÍA de violentos que están manchando la imagen de su peña, del Sevilla y costando un dineral al club. Por culpa de ELLOS, de esa minoría me refiero, hemos tenido que ver partidos en el exilio un montón de veces estas últimas temporadas. Pero nunca les hemos dicho nada porque sabemos que son el alma de Nervión. Hemos callado durante años y años. Y ahora que todo les estalla, porque tarde o temprano tenía que estallar, van y hacen esto. O sea, son ELLOS los que no señalan a los violentos. Son ELLOS los que deciden reventar algo tan importante y simbólico como el homenaje a Antonio Puerta. Son  ELLOS los que llegan a la conclusión de que no van a animar al equipo para así perseguir sus objetivos personales. Y los demás, los que nos hemos callado durante años, los que hemos tenido que irnos al exilio tantas veces por culpa de esa MINORÍA que se esconde entre ellos, pero que ELLOS no quieren señalar, los que les admiramos y veneramos como el alma de Nervión, los que decidimos honrar la memoria de Antonio Puerta más allá de nuestras discrepancias con la directiva (que TODOS las tenemos), los que anteponemos los intereses del Sevilla sobre los nuestros personales, los que nos gastamos un dinero que no tenemos en ir al campo a animar porque sabemos que hay que estar a las duras y a las maduras... ¿ahora somos sevillistas esquiroles?

¿Ellos son los que deciden cuando hay que animar y cuando no? ¿Animar al equipo es motivo de crítica por parte de estos señores? De crítica y de insulto, que si sólo fuera crítica, pues vale. Pero es que ayer llegaron a llamar malformado a Manu de los Santos en Twitter por opinar sobre el asunto. Que supongo que el que se lo dijo no sabe de su defecto físico, porque si lo sabe, no es más que un HIJO DE PUTA. Hala, ya lo he dicho. 

Y para terminar, vuelvo al principio. Me pareció un ERROR DE BULTO por parte de la directiva empezar ayer con esas medidas que han decidido adoptar. Me parece LAMENTABLE que sevillistas tengan que ver los partidos metidos en esas jaulas. Si esto no es más que el modo que tienen unos y otros de mostrar sus fortalezas, hala, enhorabuena, ya nos hemos enseñado el tamaño de nuestros miembros. Ahora es el momento de dejarse de gilipolleces y acabar con esto de una vez. 

A Jose María del Nido le diría que ha sido uno de los dos mejores presidentes de la historia del Sevilla, que nos ha llevado a la gloria y que les estoy agradecido en el alma. Pero también que como no sea capaz de bajar los humos y reconducir esta situación, acabará por ser recordado como el presidente que dividió en dos a la afición del Sevilla, de las mejores del mundo. 

A los Biris, por su parte, les diría que ellos nacieron allá por mediados de los setenta (más o menos igual que yo), y que el Sevilla, por entonces, ya llevaba setenta años (oficialmente) existiendo, que había pasado por los momentos de mayor gloria (hasta entonces) sin ellos y que en el club NADIE es insustituible. Alguno dirá que sí, que la afición. Y es cierto. Pero ellos no son la afición. Ellos solos, no. Ellos pueden ser el corazón y el alma de lo que es hoy día la afición, pero esta misma afición ya existía, de otro modo, de diferente manera, antes de ellos aparecer. Y seguirá existiendo, de otro modo y de otra manera, caso de que desaparezcan. 

Yo siempre he dicho que me siento orgullos de compartir sentimiento con estos señores de Gol Norte. Y lo repito hoy. Me siento orgulloso porque hacen de nuestro estadio algo especial, mágico, único en el mundo. Pero creo sinceramente que, aun teniendo sus razones, se están equivocando de plano con esto. Ayer se equivocaron. Como también lo hizo la directiva tratando de enjaularlos. Sólo pido que, por favor, de una vez por todas, prevalezca el interés de lo único que debería importar de verdad, EL SEVILLA F.C., y que ambas partes se serenen, bajen los humos, se sienten y lleguen a un acuerdo, el que sea, como sea...

Pero que acaben con esto de una vez. Por favor, que acaben con ello. 

miércoles, 8 de agosto de 2012

Las lágrimas de ella


El día que Antonio Puerta cayó desplomado junto a la portería de Palop en aquel partido contra el Getafe, yo estaba en Francia pasando mis vacaciones, por lo que no lo pude ver en directo. Curiosamente, la mejor época de la historia del Sevilla vista por mi coincidió en el tiempo con mi mejor época en lo referente a lo económico - laboral. Y puedo asegurar que los éxitos deportivos del Sevilla fueron análogos a los que yo tuve en el trabajo y a su reflejo en mi cuenta corriente. Curiosamente también, aquel verano supuso un punto de inflexión en mi vida, igual que ocurrió con el Sevilla. A partir de entonces, todo fue de mal en peor, lo mismo que le ha pasado a nuestro equipo. Afortunadamente, no hubo descalabro. Tanto el club como yo seguimos manteniendo el tipo, cada uno en su circunstancia, pero añorando aquella maravillosa época de vacas gordas. 

Como decía, aquel día yo estaba en Francia. Y la noticia me la dio un compañero de viaje, un mallorquín que se llamaba Javier Antich y que, por su físico, me recordaba mucho a Andrés Palop. De hecho, en la novela que estoy cerca de terminar, el portero de mi Sevilla ficticio se llama así, Antich, en honor a Palop y cogiendo el apellido de esa persona que tanto me lo evocó. Pues bien, Javier era uno de los del grupo de personas que contratamos una ruta de varios días por los sitios más relevantes de Normandía. Fue una de las cosas que vi en aquellas vacaciones, aparte de Bretaña, los conocidos Castillos del Loira (una parte de ellos) y, por supuesto, París. En aquella ruta, la organización incluía las comidas, pero la vedad es que no eran demasiado buenas. Y cierto día, Javier y yo, en compañía de cada una de nuestras mujeres, decidimos no cenar lo que teníamos pagado y salir del hotel a hacerlo por ahí. Eso ocurrió en Rouen, y acabamos sentados, con una gran pizza por delante, en este lugar.



En la foto no se aprecia bien, pero, en Rouen (como en otros lugares, supongo) es muy común que la vista de perfil de los edificios más antiguos sea tal que esta:



¿A que parece que algunos están torcidos, que se caen hacia adelante? Eso también pasa en Amsterdam y tiene su explicación. Resulta que, en su época, los residentes tenían que pagar impuestos (algo así como el IBI o contribución) en función de los metros cuadrados de la planta de su edificio. Y para tener casas más grandes en los mismos metros de planta (cuando ya no les permitían construir más hacia arriba) sin pagar más impuestos, pues ganaban metros a la calle en los pisos superiores, como si hicieran una balconada y luego la insertaran en el salón o la habitación. Por eso da la sensación de que los edificios se caen hacia adelante. Luego está la versión de ganarle metros al solar del vecino, muy común en Amsterdam, y que da como resultado la sensación de que los edificios se caen hacia los lados. 

Bueno, pues allí fue donde hice amistad con Javier Antich, ese mallorquín que admiraba al Sevilla FC con todos sus sentidos, absoluto enamorado del juego que llevábamos haciendo en los dos últimos años, y en especial de ese crack paisano suyo llamado Pep Martí. Decía que no entendía cómo era posible que no fuera convocado para la selección ("ese chico del Sevilla" le llamaba Luis Aragonés), y yo le contestaba que mi opinión era la misma respecto a él, a ese otro mallorquín llamado David Castedo, Palop..., en fin. Eso nos pasaba a todos. 

A partir de aquella noche, fuimos juntos a ver bastantes lugares. Y fue Javier quien me dijo días después que había visto en el canal internacional de TVE que Antonio Puerta había tenido un desvanecimiento en el campo. Como es natural, no le di demasiada importancia. Pero cuando volví a Sevilla dos días más tarde y me enteré de que estaba para morirse, quise hacer lo propio yo también. 

Nunca he dicho nada de esto, y supongo que sonará a "aprovechar el momento", pero Puerta era mi predilecto en la plantilla del Sevilla. Aparte de lo que me gusta ver a canteranos en el primer equipo, me encantaba cómo ese chaval tiraba de desparpajo y frescura juvenil cuando le sacaban. Es cierto que es el último canterano que ha triunfado en el Sevilla, pero también lo es que ninguno más ha demostrado esas ganas y ese arrojo cuando le daban oportunidades (y me estoy acordando sobre todo de Luis Alberto y Campaña). Quizás sólo Antonio Luna. Porque recordemos que Puerta era suplente en el Sevilla. El lateral titular era David y el extremo, Adriano. Pero en un equipo como aquel Sevilla, que jugaba tres competiciones luchando por ganarlas hasta el final de las mismas, pues había partidos para todos. Y yo era el más pesao del mundo con Puerta. Cada vez que un partido se medio atascaba, ya estaba el tío clamando.

- ¡Saca ya a Puerta, joder! - Exclamaba, elevando los brazos al cielo. 

Tanto era así que mi mujer, que es la persona que suele ver el fútbol conmigo, siempre que un partido se volvía espeso, acababa por adelantarse, aunque fuera para picarme un poco. 

- Ya va siendo hora de saquéis a Puerta, ¿no? - Me decía, como si yo pudiera hacer algo al respecto. 

Pues la imagen que más me conmovió de todo lo que sucedió con Antonio fue precisamente de ella. Para el que no lo sepa, recuerdo que mi mujer es leonesa y seguidora del Real Madrid, con lo que lo único que le une al sevillismo soy yo (que es mucho, pero bueno). Pues bien, la imagen que más me emocionó de todo esto fueron las lágrimas de ella tras la muerte del jugador. Claro que aquello superó las fronteras de lo que es simplemente el sevillismo, eso lo sabemos todos. Supongo que la mujer le cogió un cariño especial al jugador al comprobar que era algo así como el ojito derecho de su marido.

No hay vez que recuerde esas lágrimas y que no me vuelva a conmover. No la hay. 

Han pasado cinco años, mi vida ha cambiado una barbaridad (entonces no era ni padre), al igual que el Sevilla, que este año no juega ni competición europea. Pero cada vez que veo una foto de Antonio, se me encoge el corazón. No digo ya si me da por ver de nuevo el gol que nos cambió la vida. Eso es ya motivo de vellos erizados y lagrimita cayendo. Y hoy se disputa el trofeo de que lleva su nombre. Gracias a Dios, la directiva del Sevilla ha sido capaz de consolidar el evento y, sobre todo, de ponerlo en una fecha acorde, en verano, no como aquel año que fue no sé qué día en un parón de la liga y fueron cuatro gatos al estadio. Está bien pedir a la afición que acuda a acontecimientos como este, pero también lo está que se le faciliten un poco las cosas. 

Y llega el partido en un ambiente crispado, con la afición dividida, con el equipo generando dudas, con el alma del Sánchez Pizjuán enfrentada con la directiva y con los violentos sin ser identificados. Espero de corazón que hoy se aparque todo y sea una gran fiesta para recordar a nuestro añorado Antonio Puerta. No entendería para nada que nadie quisiera utilizar el evento para algo diferente a ello. 

martes, 7 de agosto de 2012

¿Y Luis Alberto no tiene culpa de nada?

Vaya por delante que a mí me parece lamentable que el Sevilla haya dejado ir a Luis Alberto de esa forma al Barcelona. O mejor, que no hayan sido capaces de hacer lo necesario para que el chaval se sintiese motivado e ilusionado en nuestro club. Es una pena enorme no poder ver a un muchacho tan prometedor crecer en nuestro equipo para acabar disfrutando de todo ese potencial que sin duda tiene, una vez desarrolladas sus habilidades y su madurez. 

Considero que es un error del club en su conjunto, de la cabeza a la cola, de arriba a abajo. Todos han fallado aquí en algún momento, y es de esto de lo que se queja gran parte del sevillismo. Va a doler mucho ver a la joya de la cantera en el Barcelona. Y si triunfa, pues mucho más, sobre todo por la minucia por la que lo van a adquirir si eso ocurre. Estoy completamente de acuerdo con todo el que piense así, quede eso claro. 

Sin embargo, cuando antes decía todos, me refería a TODOS, incluyendo al jugador. Y de esto se está hablando menos. Recordemos que este futbolista no ha hecho nada aún. Ni siquiera le ocurre como a Campaña, que es internacional en categorías inferiores y que ha ganado torneos con la selección. Se dice que ni Antonio Alvarez, ni Manzano, ni Marcelino ni Michel han contado con él, pero se nos olvida que tampoco lo han hecho ninguno de los seleccionadores españoles, cuando sí ha pasado con otros como el mencionado Campaña, o con Luna, o con Israel Puerto, Joaquín... ¿sigo? Algo debe tener ese jugador para que esto pase. Algo que se nos escapa a los aficionados. Recordemos que para triunfar en el fútbol hay que tener cualidades, por supuesto, pero más incluso que eso, hay que tener la cabeza preparada para ello. Y por culpa de esto último han fracasado muchísimos chavales con unas cualidades enormes. Y gracias a tener la cabecita ordenada, han triunfado otros con mucho peores condiciones. 

Recuerdo que hace dos años, Luis Alberto se quedó en Sevilla mientras sus compañeros estaban concentrados de pretemporada porque el jugador se dedicó a tensar la cuerda a la hora de firmar su contrato para jugar con el primer equipo. La directiva dijo que todos los chavales que suben, firman un contrato tipo, y que luego, en función de su rendimiento, se lo mejoran. Pues bien, este futbolista, seguramente malaconsejado por su entorno, se negó a hacerlo y el Sevilla no pasó por ahí. Si no pasó cuando Dani Alves se quiso ir aun con el cuerpo de Antonio Puerta casi presente, ¿lo va a hacer con un muchacho que aún no ha debutado, por mucho que sea tan prometedor?

Además, este invierno se negó a ir cedido al Córdoba, un destino magnífico por su cercanía y por la competitividad de ese equipo, que luchó hasta el final por el ascenso a Primera. Con lo bien que le hubiera venido. Con lo que podría haber madurado allí para luego volverse en verano con muchas más posibilidades. De modo que Javi Hervás está dispuesto a quedarse allí hasta final de temporada y Luis Alberto se niega a hacerlo. ¿Por qué Luna acepta irse al Almería, o Cala al Cartagena, y este se niega a todo? Creo que la diferencia de actitud es palpable. Por mucho que el gaditano tenga tantísimas cualidades. 

Para colmo, según parece, la luz del barcelonismo comenzó a cegarle hace ya meses, de modo que se ha negado a aceptar cualquier solución que le ofreciera el club. Sólo quería Barcelona, y ya sabemos todos que los jugadores suelen acabar jugando donde quieren. A mí me da que este chaval está muy mal aconsejado. Que su entorno le está perjudicando. Es posible que triunfe en el Barcelona, yo no digo que no, pero para hacerlo tendrá que demostrar cosas que aquí no ha sacado a relucir. Puede que si las hubiese sacado, ahora estuviese en el primer equipo. O puede que no tenga esas cualidades (igual que de otras le sobra) y se pegue un castañazo. 

El caso es que yo estoy convencido de que si hubiese tenido un entrenador que de verdad confiase en él, seguramente su actitud hubiese sido otra. Pero, cuando dos se llevan mal, ambos suelen tener parte de culpa, no solamente uno. El Sevilla en su conjunto no ha sido capaz de encarrilar a este futbolista para que triunfe en nuestro equipo. Al menos no hasta ahora. Y esto es culpa de todos los estamentos, todos tienen su parte de responsabilidad. Pero no nos podemos olvidar del jugador, de la actitud del jugador. Creo que todo el que merezca un palo, se lo ha de llevar. Pero todo el que lo merezca, no sólo una parte de ellos. 

Y, sobre todo, recordemos que esto es el Sevilla FC, que todos pasan y el club y la afición se quedan. Y que nadie es imprescindible. Nadie. Por tanto, creo que es justo dar a cada uno lo que se merece. 

lunes, 6 de agosto de 2012

Los catalanes no tienen culpa del tal Fábregas

Supongo que todos conocemos las polémicas palabras que el jugador de la selección de hockey Alex Fábregas dedicó al país que le permite competir en unos Juegos Olímpicos. 

 "Juego con España porque es con quien me toca jugar. No tengo otra opción. Mi sentimiento es catalán y no siento lo mismo escuchando el himno español que 'Els segadors'. En ningún momento juego pensando que lo hago por España. Disfruto por mí, por los compañeros y por la gente que me viene a ver".

Como es natural, son declaraciones que han generado mucha polémica, aunque no creo que deban sorprendernos tanto. A mí, lo que me chirría no es que el tipo este sienta lo que dice, que eso me da igual, sino que lo diga tan abiertamente cuando está con la selección, representando a un país y cobrando por ello.  Que una persona sienta una cosa u otra es absolutamente respetable. Pero ese respeto que le debemos tener es el mismo que le podemos exigir. El que demuestra no devolver. 

Yo comprendo el sentimiento catalán. Cualquier persona interesada en la Historia sabe que el catalán siempre fue un pueblo aguerrido a su condición, aunque políticamente nunca fueran independientes. Nunca lo fueron porque siempre prefirieron unir sus fuerzas con otros para su propio beneficio. Con la Francia carolingia, con los condados aragoneses y, finalmente, con Castilla para fundar lo que hoy se conoce como España. Porque ellos son fundadores de España. España es una analogía de lo que hoy puede ser la Unión Europea. Una unión voluntaria de naciones. De naciones. Si conocéis medio bien a algún catalán de rancio abolengo, sabréis que ellos son catalanes ante todo. Y varían un poco en su aceptación de lo que es España. Por lo general, no se sienten españoles, pero no quieren la independencia. Nunca la han querido. Nunca en su historia. Siempre han preferido estar unidos a alguien que les proteja. La Francia carolingia, el reino de Aragón y su fusión con Castilla para crear España. 

Por tanto, el sentimiento catalán existe y existirá, así como su unión con el  resto de España, ese estado supranacional que ellos mismos fundaron junto a castellanos y aragoneses. De todo lo que es hoy España, sólo Navarra es tierra conquistada a la fuerza. Ojo, Navarra, no las provincias vascas. En fin, que me lío con temas históricos. 

Lo que quiero decir es que ese sentimiento no es el problema. El problema es la falta de respeto, pero para ser irrespetuoso no hace falta ser nacionalista catalán. El que es irrespetuoso, lo es y punto. Hay multitud de casos de deportistas españoles que no sienten la bandera que representan. ¿Alguien se ha parado a pensar en qué piensa Serge Ibaka cuando escucha el himno español? ¿Y He Zhi Wen, el jugador de tenis de mesa?  El serbio Sterbik juega para España en balonmano, antes lo hacía un tal Duschebayev. ¿Y Thiago Alcántara? ¿Y Rodrigo? Marcos Senna ganó la Eurocopa con la selección española de fútbol..., hay decenas y decenas de ejemplos. 

Y dentro de los mismos catalanes. ¿qué piensan los Valdés, Puyol, Piqué, Cesc, Xavi, Busquets y compañía cuando suena nuestro himno? ¿Y los Navarro, Gasol, el otro Gasol, Ricky Rubio...?

Estoy convencido de que muchos piensan como Alex Fábregas, pero no lo dicen por respeto. Por respeto a la afición a quien representan. Por respeto al país, nación, estado, ente, llámalo como quieras, que le paga, que le mantiene, que le permite competir en europeos, mundiales y Juegos Olímpicos, que le otorga una beca ADO (seguramente, esto no lo sé a ciencia cierta). No hace falta mostrar un sentimiento español que no se tiene. Basta con tener respeto. 

A Pau Gasol trataron de meterle en un marrón similar hace no mucho, y el tío se desmarcó con un "yo no tengo problemas, soy igual de catalán que de español". Y se acabó la historia. Luego, en su interior, sentirá lo que sienta. Y la gente que le conozca bien sabrá la verdad de esos sentimientos. Pero el tío se deja de polémicas y hace lo que sabe. Eso es ser grande, pero es que grande no lo es cualquiera. 

El otro día, después de ganar una de sus medallas, Mireia Belmonte (catalana) agarró la bandera de España y posó con ella al lado del resto de medallistas. Yo no sé el porcentaje de catalanismo/españolismo que ocupa el corazón de la nadadora, pero ella hizo lo que se tiene que hacer, lo que hicieron sus colegas de profesión y santas pascuas. No hay ninguna necesidad de crear polémica. Se compite por España y ya está. Luego, en tu intimidad, te sientes catalán, ilerdense o aranés, lo que quieras. Pero respetas la mano que te da de comer. No es más que eso. 

De verdad que no entiendo al Alex Fábregas este. Y mucho menos después de verle de esta guisa:



¿Qué sentido tiene ponerse ese horror de uniforme y luego faltar el respeto a España? No tiene lógica de ningún tipo. Joder, a mí mismo se me ponen los pelos de punta cuando escucho el Himno del Centenenario del Sevilla, mientras que el himno de España me deja sólo un poco más que indiferente. Pero, muchacho, si estás en unos Juegos Olímpicos representando a España, si es España quien te permite llegar a esos niveles de competición, si nadie te obliga a ir con la selección española y si te atreves a posar de ese modo tan horroroso con la palabra "España" por todas partes, ¿a qué viene meterte en esos jardines nacionalistas?

Yo, a este chaval, le considero bobo o simplemente maleducado. Pero eso no es porque sea catalán o nacionalista, sino porque es bobo o maleducado. O las dos cosas, quien sabe, pero los catalanes no tienen culpa de eso. Ni siquiera los nacionalistas. 

viernes, 3 de agosto de 2012

Europa, harta de España (de sus gobernantes)

¿Cuando acabará la crisis? Es una pregunta que nos hacemos todos continuamente y de la que nadie sabe la respuesta a ciencia cierta. Hay quienes promulgan teorías acerca de lo que se debe hacer o no, pero nadie tiene la respuesta. Y mucho menos los partidos que gobiernan y hacen la oposición. Esos van a su aire. 

Sea como sea, hay una opinión bastante generalizada que se basa en la percepción de que en Europa la tienen tomada con nosotros y que nos quieren hundir. Eso es una tontería por dos motivos. Primero, porque no somos sólo nosotros. Aparte de Grecia, Irlanda y Portugal, hay que añadir a Italia, otro país muy grande. Y segundo, porque, aparte de Grecia, Irlanda y Portugal (que ya cayeron), si España e Italia caen a la vez (o separadas por un corto espacio de tiempo, que es lo ocurrirá si todo esto sucede), el euro se va al garete, y eso es algo que perjudicaría muchísimo al resto de países europeos, con Alemania a la cabeza. Eso lo saben de sobra en la Unión Europea, por lo que no se trata de que la tengan tomada con nosotros. 

¿Qué pasa entonces?

Pues la respuesta la hallamos en nuestra propia actitud como pueblo. En los últimos tiempos, se han multiplicado las protestas y manifestaciones por las calles de España. Y si nos paramos a pensar, no nos quejamos tanto por los recortes (quien más quien menos, todos aceptamos que no se puede gastar más de lo que se ingresa), sino que estos siempre recaigan sobre los mismos y de que dichas medidas no vayan acompañadas de otras que estimulen la economía y la creación de empleo. Nos rasgamos las vestiduras al ver que los gobernantes despilfarran el dinero en corruptelas. Nos escandalizamos por la cantidad de coches oficiales, por las embajadas autonómicas en el extranjero, por los traductores en el Senado para que los nacionalistas puedan hablar en sus lenguas, por los diputados con dos, tres, cuatro, cinco... pisos en propiedad en Madrid, pero que cobran dietas por alojamiento y manutención en la capital.... En definitiva, nos indigna que el descomunal gasto del aparato del Estado, los despilfarros en los reinos de taifas que son las Comunidades Autónomas y más de lo mismo en Diputaciones y Ayuntamientos. Y nos indigna más aún que luego, cuando hay que ahorrar, siempre se acuerden de nosotros, el pueblo, y apenas hagan nada ellos. 

Es inconcebible eso de los aeropuertos sin aviones, los escándalos de los EREs, la Gurteles y demás faunas. Urdangarín, Palma Arena, Matas, Palau de la Música, Mercasevilla, Alcorcón, Bankia... ¿sigo?

Es alucinante que en España haya 17 miniestados que actúan cada uno a su libre albedrío y que hacen unas cosas u otras, no porque la población lo requiera, sino en función de los colores políticos de quien gobierne. El PP gana en Andalucía, pero gobiernan otros. El PSOE gana en Asturias y si no es porque PP y Cascos se llevan a matar, pues no hubiesen gobernado ellos. CiU gana en Cataluña por minoría, no le importa aliarse con el PP para obtener el poder, pero luego les ponen la zancadilla en Madrid. Es para flipar el que su consejero de Economía diga que no tienen más banco que el Estado Español (nadie les presta y necesitan pedir un rescate) y que luego, cuando se van a reunir las CCAA para acordar lo que se va a hacer en adelante, ellos deciden no acudir a la reunión porque son así de chulos. Piden dinero, pero luego dejan plantado a quien se lo tiene que dar. ¿Y Andalucía? Andalucía también se marchó de la reunión. Dice Griñán que nosotros no necesitamos rescate, pero el otro día mi niño no tuvo guardería porque las escuelas infantiles están de huelga. No cobran las subvenciones de la Junta desde enero. Es decir, las guarderías cobran menos (o no cobran) a según qué familias en función de su renta porque esa diferencia la subvenciona la Junta. Y resulta que las guarderías no cobran esa diferencia de precio que les tiene que pagar la Junta desde enero. Pero los costes siguen siendo los mismos. Y dice el tío que no necesitamos rescate. Y, encima, se marcha de la reunión en la que se va a decidir qué hacer en adelante. En vez de luchar y pelear por buenos acuerdos, se levantan y se van. ¿Para eso les pagamos?

Hay decenas, centenas, miles, millones de ejemplos que poner. Y la gente está hasta los cohones y se manifiesta por las calles. No nos fiamos de nuestros gobernantes. Estamos hartos. 

Pues bien, eso les pasa también a los de la Unión Europeas. No se fían de nuestros gobernantes y están hartos. Ellos nos podrían prestar los dineros necesarios para empezar a salir de esta, pero no lo hacen porque no se fían. Es la actitud normal de quien presta dinero. Por tanto, y como dijo ayer Draghi, del BCE, si España (e Italia) quieren ese dinero, han de pedirlo formalmente y firmar las condiciones. Como ocurre siempre que se pide un préstamo. 

Hay quien dice que en España se están haciendo las cosas que nos piden desde Europa y que, por tanto, a cambio, deberían ayudarnos. Pensemos bien en esto. ¿De verdad es así? ¿De verdad? Si a nosotros, que estamos acostumbrados porque vivimos aquí, nos parece un cachondeo lo que está pasando ¿qué pensarán en Europa, con lo cuadriculados que son? Recordemos que son ellos los que tienen el dinero y los que nos lo tendrían que prestar. Y no, en España no se está haciendo lo que nos piden. En España se están poniendo parches sobre parches, puteando siempre a los mismos y condicionando nuestro futuro y el de nuestros hijos (y/o nietos, en función de la edad de quien lea esto). ¿Qué credibilidad va a tener un gobierno que hace justo lo contrario a lo que prometió? ¿Qué credibilidad va a tener la supuesta alternativa a ese gobierno que pide que se haga justo lo contrario a lo que hicieron ellos hasta hace menos de un año? ¿Qué credibilidad va a tener un país donde cada uno hace lo que le viene en gana, léase vascos, catalanes, andaluces, gallegos, canarios...?

En España hay que hacer reformas estructurales, no ajustes improvisados. En España hay que cambiar el modelo  de estado para acabar con el despilfarro autonómico. Hay que cambiar la estructura fiscal para que se paguen impuestos justos y se acabe con el fraude a gran escala. No tanto el que cometemos los ciudadanos a veces con eso de pagar sin IVA o menudencias varias (que también), sino, sobre todo, con el grande, el gordo, el que de verdad hace daño a las arcas públicas. En Italia han suprimido provincias. PROVINCIAS.  Y aquí nos negamos siquiera a fusionar municipios, cuando algunos mantienen ayuntamientos en los que hay casi más concejales que habitantes. En España hay que cambiar legislaciones que están aún vigentes desde el siglo pasado, desde el franquismo, desde..., vamos, legislaciones caducas. De otra época. Digamos que retrógradas. 

Nada de eso se está haciendo y por eso no se fían de nosotros. Nos ofrecen ayuda, pero a cambio de que todo eso se haga. Y se haga de una vez, da igual lo que digan el Santander, la Patronal, los Sindicatos o su madre bendita. Y como no se fían de que lo hagamos, nos exigen que lo firmemos. El gobierno de España no quiere firmar eso, y menos que luego vengan a revisarnos periódicamente, y para evitarlo (o tratar de hacerlo), ahoga a los ciudadanos en un desesperado intento por cuadrar las cuentas sin necesidad de pedir prestado y presiona a Europa para que nos de el dinero sin contraprestaciones. 

No es, por tanto, que Europa nos quiera hundir. A los centro-europeos les pasa lo mismo que a nosotros, los ciudadanos: que no comprendemos tanto despilfarro, que no nos fiamos de nuestros gobernantes y que estamos hartos de mentiras, engaños, subterfugios y huidas hacia adelante. 

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