EUROPA, LOS 44 PUNTOS Y LA GRANDEZA DEL SEVILLA
Hace ya tiempo que se impuso en nuestra sociedad la idea de la bipolaridad, de los extremos, de ser de izquierdas o de derechas, republicano o monárquico, del Madrid o del Barça, pro o anti lo que sea. Nada de medias tintas. Y a esto no es inmune el sevillismo. Hace mucho que echo en falta la moderación, los términos medios, mientras impera el “a mi lado o contra mi”.
Un día, alguien sacó a paseo un engendro llamado “sevillómetro”, y desde entonces se juzga a los sevillistas en función de su opinión, llevándolos a un extremo o al otro y dejándolos allí sin posibilidad de redención. Cualquier tema es susceptible de ser utilizado para estos menesteres. Como decía alguien muy admirado hace no mucho “o me cago en los muertos de la directiva, o soy un simple pelota”. No hay término medio.
Lo último, la disyuntiva entre obtener 44 puntos, o seguir aspirando a Europa. Si consideras que aún es posible clasificarse para competición europea, eres un oficialista que le hace el juego a la directiva. Alguno te dirá incluso que eres cómplice de la decadencia del Sevilla (los hay, yo me los he encontrado). Lo molón, por el contrario, lo que te hace ser interesante y cercano a entendido de esto es decir que firmamos los 44 puntos (la permanencia) y a otra cosa, porque el equipo no da para más. Y a continuación cargar contra Del Nido, Monchi, los entrenadores, disposiciones de juego, ciertos futbolistas etc.
Que la gestión de la dirección deportiva en los últimos años ha sido mala de solemnidad es una realidad palmaria. Y no se trata tanto de confrontar los fichajes buenos de Monchi con los malos, a ver de cuáles hay más, sino de que llevamos al menos tres temporadas consecutivas con plantillas descompensadas, aparte de traer y destituir técnicos que no tienen nada que ver los unos con los otros. Jiménez, Alvarez, Manzano, Marcelino, Michel y ahora Emery. A eso en mi pueblo se le llama dar bandazos, no hay una idea fija sobre lo que hacer, se vive a golpes de corazón, y como dice el dicho, de aquellos polvos, estos lodos. Malas planificaciones, que se viene llamando la cosa.
Esto es cierto, y el resultado lo estamos viendo. Un equipo que en teoría aspira a Europa, pero que en verdad parece que demasiado hace con obtener una permanencia aseadita. Y he aquí los dos polos otra vez, pero yo me niego a ser tan simple como para adscribirme a uno o a otro. Es evidente que, a día de hoy, hablar de Europa es ser sumamente optimista, pero me parece inaceptable firmar la permanencia y santas pascuas. Inaceptable de todo grado.
A veces nosotros mismos, los sevillistas, nos olvidamos de que esto es el Sevilla. Hasta anteayer hablábamos de que éramos grandes, pero ser grandes no es ganar títulos. Lo de los títulos es una consecuencia de la grandeza, no la causa. Ser grandes es exigir el máximo siempre. El máximo. Si el máximo de esta plantilla no es pelear con Atlético de Madrid, Málaga o Valencia, pues vale. Lo acepto porque lo que hay es lo que hay. Pero firmar la permanencia, tampoco. Ni de coña. ¿Cómo puede plantearse algo así? ¿Qué es esto? Insisto, hablamos del Sevilla Fútbol Club. ¿Y por qué? Pues paso a explicarlo.
Los futbolistas de la plantilla ya han demostrado sobradamente que no son lo que se dice unos tíos especialmente comprometidos con la causa. Sólo falta que les digamos que nos conformamos con los 44 puntos, para que ganen tres partiditos en casa y pasen a ponerse las chanclas, que diría en gran Caparrós. Son capaces de hacerlo, perfectamente, eso también lo han demostrado. Muchos dicen, con razón, que el problema del Sevilla no es tanto de entrenador, sino de actitud por parte de los jugadores. La plantilla puede no dar para luchar por la Champions, pero la permanencia, joder..., algo más les tenemos que exigir. Vuelvo a repetir, que esto es el Sevilla.
Si finalmente el Málaga es sancionado, estaríamos a 6 puntos del acceso a la Europa League, o sea, del octavo puesto. Seis puntos y cuatro equipos de por medio: Rayo, Getafe, Levante y Valladolid. ¿De verdad no se le puede exigir a la plantilla del Sevilla reducir 6 puntos de 33 en juego a equipos como Rayo, Getafe, Levante y Valladolid? ¿De verdad les vamos a dar el gustazo a estos indolentes de conformarnos con nueve puntitos más (de 33 que quedan, repito) y a pensar en las vacaciones?
Y, ojo, no estoy hablando de meternos en Europa, hablo de dar el máximo, o sea, de ser grandes. Si dando el máximo quedamos 11º, pues bien. Y si quedamos 9º, pues mejor. Y si acabamos 8º y finalmente nos quedamos sin Europa porque al Málaga no le sancionan, pues ole sus huevos por quedar octavos. Pero darles la excusa perfecta para que se dejen ir, vamos, no me jodan.
Porque luego ellos pondrán la mano para cobrar hasta el último euro de sus suculentos contratos. Porque si no cobran hasta el último euro, pueden denunciar y obligar al equipo hasta a perder la categoría. Porque para evitarlo, la directiva tendrá que subir el precio de las entradas, y el de los abonos, y vender a alguno de los futbolistas buenos (de los que no son indolentes, por ejemplo) para pagar a los malos y, además, tener que quedarnos con ellos. Y yo me niego a todo esto. Me niego a darles el gustazo de poder cobrarlo todo solo por cumplir con el mínimo esfuerzo.
El Sevilla tiene que darlo todo porque por eso somos grandes. La afición tiene que dejarle eso claro a los jugadores, que muchos parece que no tienen ni idea de la importancia del club en el que juegan. Nosotros no somos un equipito que busca la permanencia. Nosotros somos un grande venido a menos por culpa de la mala gestión de algunos. Pero seguimos siendo grandes, y eso ha de tenerlo claro todo el mundo.
Ya sé que hablar de Europa es engañarse a uno mismo a estas alturas. Pero conformarse con la permanencia, tampoco. Si hoy somos 12º, pues hay que asaltar el 11º puesto. Y luego el 10º y así sucesivamente, partido a partido, hasta llegar lo más arriba que podamos. Y cuando termine la temporada, que rueden cabezas, que se depuren responsabilidades, que se vaya quien se tenga que ir, me da igual el ámbito de actuación. Pero nosotros, el sevillismo, tenemos que tener claro lo que somos. Tenemos que exigir un mínimo. Y ese mínimo no es la permanencia. Al menos yo me niego a darles ese gustazo a los futbolistas.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo contigo Rafa,un abrazo hermano.
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