domingo, 25 de abril de 2010

Desesperante

La verdad es que uno no sabe qué más nos puede pasar. Después de lamentar de una forma tremenda la terrible noticia de la lesión de Drago, lo del partido de esta noche suena a alegoría de lo que le ha ocurrido al serbio, y al propio equipo a lo largo de toda la temporada.

Cuando es que no, es que no. Y ya te puedes poner haciendo el pino, que es que no. Da igual lo que se haga, de la forma que se intente, o las medidas que se lleven a cabo. Este año no es el nuestro. No lo es, por mil motivos, y por mucho que nos empeñemos, parece que hay poco que hacer. Algo así debe pesar el bueno de Ivica Dragutinovic, que después de luchar durante toda la temporada, de superar un par de lesiones, una de ellas tan extraña para un futbolista como la rotura de una costilla, cuando ya queda tan poco para el final (de la temporada, y de su vida deportiva), va y se lesiona de tanta gravedad al término de un entrenamiento, se pierde el último Mundial que va a tener oportunidad de jugar, y veremos a ver si no termina por retirarle del fútbol.

Y nuestro Sevilla, después de pasar las de Caín con las lesiones (si, las lesiones, dejémonos de tonterías ya con las excusas), de intentarlo todo, de tratar de sobrevivir a pesar de esa presión tan orquestada, de incluso sucumbir ante ella con un cambio de entrenador, se planta en Getafe con la oportunidad de adelantar al Mallorca...

... y pasa lo que hemos visto.

Yo no hablo de que el equipo haya jugado bien, mal o regular. Ni de que ns hayamos merecido la victoria más o menos que el rival. Tampoco del hecho de que lo que nos mantuvo en pie fue la genialidad de nuestros delanteros, eso que tanto se le achacaba a Jiménez. Ni siquiera de la actitud de los jugadores, muy buena si me refiero a algunos, y lamentable en el caso de otros distintos. Es que no voy a abundar ni en el hecho de que no se puede perder un partido en el que marcas tres goles.

De lo que hablo es de que esto da la sensación de no tener remedio. De que no importa lo que se haga, parecemos gafados. Parece que no hay manera, ni pegando balonazos, ni jugando a rodar el balón. Ni tan siquiera por el hecho de tener la suerte de no encajar esos tres goles que podrían haber sido, pero que acabaron en el palo. Da igual, no importa. Si un gol lo evita el poste, ya encajamos otro en un balón que pasa por debajo de Escudé y de Palop en la misma jugada. Si es que hasta han expulsado a Kanouté. ¿Habrá en la Liga Española un jugador más digno, honrado y caballeroso que Kanouté? Bueno, pues esta temporada es la segunda vez que le expulsan. Así de rocambolesco es el añito que estamos pasando.

Y lo más increíble es que seguimos ahí, con el objetivo a tiro de piedra.

Pero yo ya llevo un tiempo en que me falta la ilusión. Ya lo dije en anteriores posts, y lo vuelvo a repetir ahora. Igual que hasta hace poco era el más optimista del globo, ahora las cosas han cambiado. Siento que hemos perdido la identidad, que ya no sabemos a lo que jugamos. Con Jiménez el juego era tosco, pobre, rudimentario y, para el que no fuera sevillista de la forma en que lo soy yo, hasta aburrido. Pero era un tipo de juego al que agarrarse. Por mucho que Negredo dijera que se hartaba. Yo también me harto de mi jefe a veces, pero sigo trabajando sin airearlo a los cuatro vientos.

Pero ¿y ahora? ¿A qué jugamos? Pues jugamos a sobrevivir, a tratar de cumplir el expediente, a intentar por todos los medios sacar adelante los partidos, pero sin alma, sin personalidad. No me malinterpretéis. No me estoy metiendo con Antonio Alvarez. Ni muchísimo menos. Al contrario, creo que está haciendo las cosas muy bien. Pero que muy bien. Ha sacado al equipo de la UCI, y lo mantiene a tiro de piedra del objetivo. Ni más ni menos. No le ha dado tiempo a nada más.

Lo que pasa es que no sé si es suficiente. Al menos para conseguir la cuarta plaza. Es que hablamos de conseguir la cuarta plaza. Es que eso que para muchos parece un mal menor, porque lo ideal sería ser terceros, es algo dificilísimo de conseguir. De hecho, en mis 35 años de vida sólo le he visto dos veces. ¡Dos veces! Es que lo he dicho en un montón de ocasiones, y ahora lo vuelvo a repetir. Es que lo que estamos exigiendo es muchísimo.

Hace una semana decía que, normalmente, cuando se destituye a un entrenador, es porque el equipo está en descenso, o rondándolo. Y que el revulsivo del nuevo técnico sirve para salir del pozo. Es suficiente ese cambio para lograr eso. Pero el Sevilla no quiere salir de ningún pozo. El Sevilla quiere ser cuarto, insisto, algo que mis ojos sólo han visto dos veces en su vida. Y para eso no es suficiente ese revulsivo. No lo es. Y eso no es culpa de Alvarez. Eso es culpa de lo que nos está ocurriendo.

Que no, señores. Que cuando no puede ser, no puede ser, y además es imposible.

Esa es la sensación que tengo ahora mismo. Como digo en el título, es desesperante.

Ojalá esté equivocadísimo, y acabemos locos de alegría por los exitos cosechados.

Yo, por mi parte, voy a empezar a hacer un ejercicio mental, algo para hacer algo así como reiniciar mis planteamientos, y mis exigencias al equipo.

Hace no más de cuatro años, con el Sevilla en la situación en la que se encuentra ahora mismo, yo estaría cantando por las esquinas por la felicidad.

Y ahora mismo vivo medio amargado y desilusionado. Esto no puede ser.

Yo quiero que el Sevilla siga creciendo, pero así no. Más despacio, quizás, aspirando a menos a corto plazo, puede. No lo sé. Pero así, no.

El sufrimiento, para los que estén en Segunda.

Yo no pienso seguir sufriendo.

Ya os contaré el resultado de mis meditaciones al respecto.


miércoles, 21 de abril de 2010

El personaje

"El personaje" es una sección de la web muchodeporte.com en la que se expresa una opinión acerca de eso, de un personaje. Este post no va dedicado a esa columna, sino al personaje que normalmente la firma. Un personaje que tiene nombre y apellidos, Juan Antonio Jiménez, un señor a quien no tengo ni el gusto ni la desgracia de conocer, por lo que no sé de él ni siquiera si realmente se llama así.

Este personaje es un personaje del que no tengo más remedio que considerarme un fan. Para mi es algo así como el heredero del gran Victor Fernández, ese otro personaje que pasó a la historia por aquella fantástica frase en la que decía que "si aquí no se está hablando de que Manolo Jiménez no está capacitado para entrenar al Sevilla, ahora mismo me levanto y me voy". Manolo Jiménez acabó clasificando tercero al Sevilla, pero el tal Fernández no se levantó, ni tampoco se fue. Eso sí, fue postergado a un segundo plano en el medio para el que trabaja, para desolación de sus seguidores. Esos que nos partíamos la caja con cada artículo o intervención suya. Una verdadera pena.

El personaje este que se hace llamar Juan Antonio Jiménez es, en mi particular opinión, un discípulo aventajado de aquel. No dice frases tan categóricas, aunque mantiene un hilo conductor en sus argumentos bastante parecido. Simplemente porque todo lo que dice es negativo para con el Sevilla. Y si alguna vez se ve obligado a reconocer algo positivo, siempre pone un pero, una pega, algo, lo que sea que ponga en solfa ese argumento favorable hacia nuestro club.

Yo, que trato de ser pragmático y sensato, no me creo que alguien pueda pensar siempre mal sobre algo. Siempre, en todos los matices y circunstancias. Eso es imposible. Todo el mundo tiene algo bueno. Todas las personas, empresas, organizaciones, estamentos..., lo que sea. Nada es malo en todas sus extensiones. Nada en el mundo. Por tanto, a mi me da que este personaje del que hablo lo que intenta es ser un provocador. Le gusta provocar, le encanta la polémica, desea que la gente le lea, comente sus escritos, que se hable de él. Y conmigo lo consigue. De hecho, me encanta leerle. Cada vez que veo algo con su firma, lo escudriño con todo mi interés. Lo que pasa es que a mi no me provoca. Lo que consigue este personaje conmigo es divertirme. Divertirme una barbaridad. Como hacía Victor Fernandez. Me parto la caja con él.

Este personaje es de los que se ha metido con Manolo Jiménez hasta extremos que rozan la obscenidad. Y que lo sigue haciendo cuando ya no pertenece al Sevilla, ya sea por acción, omisión o comparación. También lo ha hecho con Mosquera, con Romaric, con Acosta, con Fernando Navarro, con Diego Capel, con Tom de Mul, con Duscher, con Lolo, con Monchi, con Del Nido, con los médicos del club, con el resto de los técnicos, con Fermín Galeote, con Diego Rodríguez, con los jugadores del Sevilla Atlético..., en verdad sería más corto decir con quien no se ha metido. No se ha metido con Juande Ramos, a quien se ve que idolatra, aunque yo pienso que no es así. Que finje que lo idolatra porque de ese modo es más fácil meterse con todo lo que es el Sevilla FC hoy día. Porque, en definitiva, lo que hace es meterse con todo lo que huele a Sevilla FC.  

Insisto que todas estas apreciaciones son opiniones particulares, que probablemente estén a miles de kilómetros de de distancia de la realidad. Son solo sensaciones mías, percepciones personales. Es lo que me inspira su lectura. Igual resulta que se trata de una mujer sencilla y encantadora que le da por firmar con el nombre de Juan Antonio Jiménez, por la misma razón que yo lo hago como Ravesen. No tengo ni la más remota idea de quien es, ni de lo que pretende con su actitud. No entro a valorar nada en ese sentido. Sólo hablo de mis sensaciones.

Pero sin duda me divierte. me divierte un montón, y eso es así por cosas como las que voy a decir a continuación.

En su día dijo esto sobre Jose Antonio Reyes, en las vísperas de un partido del Sevilla contra el Atlético de Madrid:

"Jugando a adivino, no creo que José Antonio Reyes sea un contrario al que haya que vigilar con extrema precaución. El zurdo, con todavía mucha vida deportiva por delante, es un claro ejemplo de juguete roto. De lo que pudo haber sido y no fue."

Hoy día, Reyes es uno de los jugadores más importantes del Atlético de Madrid, sobre todo desde que Quique Sanchez Flores (el Jiménez del Valencia) es su entrenador, y han enderezado la marcha en esta temporada, hasta el punto de aspirar seriamente a dos títulos. Y se ve que el personaje es consciente de ello, de lo mal que se le da ser adivino, como se puede comprobar en este otro escrito, ya posterior.

"No soy adivino. Ni pretendo serlo. No sé qué será de este Sevilla en el mes de mayo. Si ganará la Copa o terminará entre los cuatro primeros. Una cosa sí tengo clara. Con Antonio Álvarez todos querrán que los blancos cumplan sus objetivos. No como sucedía antes. Que hasta el sevillista más radical se terminó alegrando de los tropiezos de su equipo del alma."

Aquí ya se cura en salud respecto a lo de las adivinanzas. Lo que no se es de dónde saca eso de que "hasta el sevillista más radical se terminó alegrando de los tropiezos de su equipo del alma". Si esto no es cargar contra el Sevilla y contra Jiménez de un modo demoledor, que venga Dios y lo vea. Esto no lo hace un periodista. Lo hace un provocador. Pero insisto, no es más que una opinión personal. Igual estoy equivocado. Eso sí, no me negareis que es divertido.

Pero el personaje no se limita a provocar con el Sevilla, sino que despliega sus artes allende el deporte futbolero. Leed si no lo que dice de Rafael Nadal, uno de los deportistas más importantes de la historia en España.

"Si la memoria no me falla y apelando a un término muy taurino, el manacorí lleva 11 meses sin tocar pelo. Desde entonces, entre lesiones y lo que no son lesiones, Rafa Nadal vive escudado en las excusas. En un juego que su entorno asegura que es bueno, que no le da para derrotar a las mejores raquetas del circuito"

Si cambiamos lo de "las raquetas del circuito" por "equipos de Primera", cualquiera podría decir que habla de Manolo Jiménez. Si es que la querencia es la querencia. Pero sigamos con lo que dice sobre Nadal.

"En Francia los mal pensados dijeron en no pocas ocasiones que su secreto era un método no demasiado limpio. Dudo que los galos tengan razón, pero la duda siempre queda. Porque sigue sacando tan mal como cuando ganaba. Sigue sin ser un prodigio de técnica. Pero su físico no es el de antaño".

Ahí queda eso. Si esto de insinuar que Nadal se dopa no es provocar..., pero vamos, que igual estoy equivocado. Que puede que no sean más que obsesiones mías. Si es que a veces me ofusco demasiado. Y para terminar con Nadal, una nueva demostración de que este personaje no tiene el don de la adivinación, pero ni por asomo.

"En breve comienza la temporada de tierra batida. Si en superficie lenta no ‘reaparece’, mucho me temo que no lo haga nunca. A ver qué pasa"

Pues lo que pasa es que, en el primer torneo en tierra batida del calendario, el de Montecarlo, va Nadal y lo gana, arrasando en la final a Fernando Verdasco por 6-0 y 6-1. Ole con ole ese advino güeno ahi.

Pero lo más grande que le he leído últimamente es lo de Fernando Alonso. Un tío que ha batido todos los récords de precocidad en la Fórmula 1, y que hasta tiene el Premio Príncipe de Asturias de los deportes. Bueno, pues esto es lo que opina nuestro ínclito personaje sobre él.

"Cuando no es por el motor, la lluvia, los neumáticos o un dolor de barriga… siempre hay varios pilotos que lo superan. Nadie niega que Fernando Alonso sea bueno en lo suyo, pero a excusas no hay quien le supere. Siempre hay un culpable a sus malos resultados."

Es que me parto la caja, de verdad. Que cosa más divertida. Si cambiamos lo de los pilotos por equipos, y lo de, motor, la lluvia y los neumáticos por esguinces, roturas fibrilares y distensiones de ligamentos, ¿a quien tenemos?

¡Siiiiii! ¡A Manolo Jiménez! ¡Vivan las excusas!

¿De verdad no creéis que esto es de lo más divertido?

Pero sigamos con lo de Fernando Alonso.

"El asturiano es un deportista de élite atípico. Tiene más detractores que seguidores. Más enemigos que otra cosa. Y eso que desde la cadena que tiene los derechos en España de los grandes premios no se para de multiplicar por 100 cada cosita que hace bien. En China, cuarta plaza. Malísimo resultado para una escudería superada en los albores del campeonato por otras que, a priori, no eran demasiado competitivas".

¿En serio que no habla de Manolo Jiménez, de un modo encubierto? Si hasta reconoce que un cuarto puesto es un mal resultado, y que los medios oficiales multiplican por cien cada cosita que hace bien. Si hasta se parece en eso de que tiene más detractores que seguidores. Yo veo demasiadas coincidencias.

Y como colofón, os dejo la última perla:

"Fernando Alonso, lucha por el título desde ya, o tendremos una nueva versión automovilística de Carlos Sainz"

De verdad que no puedo aguantar la risa. Este personaje es un genio. Carlos Sainz, dos veces campeón del mundo, cuatro veces subcampeón, otras cuatro tercero, y actual vencedor del Rally Dakar. Y el personaje este se mofa de él. De verdad, en serio, no os engaño, es que no puedo evitar ser un ferviente seguidor suyo. Es que necesito de mi dosis diaria de Juan Antonio Jiménez. Es que tengo mono de él.

El personaje.

Nunca el título de una columna definió también a quien la firma.

domingo, 18 de abril de 2010

¿Dónde estamos nosotros?

Acabo de volver de pasar una semana fuera de Sevilla, obligado por circunstancias familiares (agradables, por fortuna, eso si) a permanecer un tanto ajeno a la actualidad sevillista. Lo de que somos un equipo invisible es algo que te cae como una pesada losa en cuanto sales de la provincia. Es tremendo. Si no tienes una conexión a internet, o tiempo disponible para poder utilizarla, te tienes que conformar con ver los resultados en el teletexto. Es más fácil saber lo que ha ocurrido con el Arsenal o el Manchester que con un equipo español que no sea el Madrid, el Barça, o un poquito de los rivales de estos.

Por cierto, que al Madrid ya no le interesa Navas, por lo visto. Esta semana, como se han enfrentado al Valencia, el objetivo merengue es David Silva. ¡Que vergüenza, Dios mío! Y lo hacen siempre, sin ningún tipo de rubor. ¿Cuándo habrá alguien que le pare los pies a estos tipos? En fin.

A pesar de todo, me he enterado de los resultados del Sevilla (dos victorias y una derrota), de las declaraciones de Negredo diciendo que se aburría de saltar a por los balones, de la designación de la sede para la final de Copa...

Por tanto, no he visto los partidos, ni sé cómo ha jugado el equipo. No puedo entrar a valorar lo ocurrido, pero sí expresar mis sensaciones. Y la verdad es que, por lo que he podido leer por ahí, me siento un poco confuso. Y decepcionado. También algo desilusionado. Y sobre todo, desconfiado. Me refiero a que no confío en el equipo, ni en sus posibilidades. El partido de Málaga hubo que remontarlo. En Valladolid se cayó, parece que de un modo lamentable. Y contra el Sporting todo se puso demasiado de cara como para entrar a valorar nada.

Ya han pasado casi tres semanas desde el cambio de entrenador, y el único cambio que se ha visto en el equipo es que ahora parece que se rasea más el balón. Poca cosa, en mi opinión, aunque claro, para ser justos, ¿qué más se puede pedir? ¿Una revolución? Si el cambio de entrenador se hubiese producido con el equipo en puestos de descenso, estas tres victorias que llevamos desde entonces nos hubieran permitido salir del pozo. Pero como no fue así, sino que lo que se busca es entrar entre los cuatro primeros, hay que ganarlo todo. Y no se ha hecho. Lo que no valía con Jiménez, tampoco debe valer con Alvarez. El Sevilla continua jugando los partidos de la mejor manera que puede, y la sensación de equipo que se tambalea sigue ahí. Al menos es la sensación que me queda después de haberos leido a todos. A los que opináis de un modo y también de otro.

También me ha dado por mirar el calendario que nos queda a nosotros, y también al Mallorca. Y no veo las cosas claras en absoluto. Ya no. Hasta hace nada era muy optimista, pero empiezo a dejar de serlo. Estoy perdiendo la ilusión. He de reconocer que la destitución de Jiménez me hizo bastante daño. No por la marcha del técnico en si, que eso no es más que una anécdota, sino porque, con todo lo ocurrido, me dio la sensación de no reconocer al equipo del que soy, ni a la afición a la que pertenezco. Esos no somos nosotros. Me refiero a que nosotros nunca hemos sido así. Dicen que eso es la consecuencia de haber crecido, pero la grandeza no se ve sólo en las victorias. También en las derrotas. Quizás sobre todo en estas. Es ahí donde se demuestra la dignidad, y creo que nos ha faltado un poco de todo eso.

En estos días que he pasado fuera, gente de otros lugares, alejados de lo que por aquí se ha cocido estos últimos meses, me han preguntado hasta la saciedad sobre el por qué de la destitución del entrenador. Sobre las razones por las que damos la sensación de estar amargados, cuando nos encontramos en uno de los mejores momentos de nuestra historia. Y no sabía que contestar. Damos una imagen de snobs, de engreídos, de nuevos ricos que se creen mucho más de lo que son, con lo ridículo que queda eso delante de los demás. Y nosotros no somos así. Esos no somos nosotros, como decía antes, pero quizás nuestro comportamiento proyecta esa imagen.

Estamos haciendo la segunda mejor temporada de la historia del club, pero mis sensaciones son las más desagradables desde el último descenso. Y esto es inaudito. ¿Para qué queremos crecer, si eso supone vivir amargados? Esto es como el que es feliz llevando una vida humilde, le toca la lotería, y pasa a vivir obsesionado por no perder el dinero que nunca tuvo. Y de repente un día se levanta por la mañana preguntándose por qué vivía mejor antes, cuando no tenía nada.

¿Qué es mejor entonces? ¿Crecer o no hacerlo? ¿Tener dinero o no tenerlo?

Evidentemente, lo ideal es crecer y sentirse feliz y orgulloso de ese crecimiento, pero nosotros, por la razón que sea, no estamos siendo capaces de hacerlo. Hasa el punto de humillar y echar a patadas a un grande del sevillismo como Manolo Jiménez, y seguir humillándolo y pisoteando su cadáver (deportivo) una vez fuera.

Estos no somos nosotros. Nosotros nunca hemos sido así. ¿Qué nos está pasando?

Es cierto que siempre hubo crítica. Que el sevillismo nunca ha dejado de exigir a pesar de tanta mediocridad como hemos sufrido. Que jamás dejamos de soñar con un Sevilla campeón, aun arrastrándonos por el infierno de Segunda. Y que ahora que tenemos lo que siempre soñamos, no lo queremos perder. Como aquel al que le tocó la lotería. Por fin tiene el dinero que siempre soñó, pero su obsesión por no perderlo le hace no saber disfrutarlo.

Eso es una desgracia. Y yo no quiero ser un desgraciado. Sin embargo, es así como me siento a veces.

Tenemos la opción de entrar en Liga de Campeones, pero en vez de disfrutarlo, lo que hacemos es lamentarnos por anticipado de la posibilidad de no conseguirlo. Divisamos en el horizonte una final de Copa, pero quien más quien menos se está construyendo el caparazón con el que protegerse del disgusto que nos puede causar perderla. En vez de ilusionarnos como niños pequeños con la oportunidad que el Destino nos vuelve a brindar.

Vivimos amargados. Los que apoyábamos a Jiménez luchamos día a día por no decir eso que pensamos. Eso que nos grita en nuestros adentros que para qué el cambio. Y los que querían ese cambio están contrariados porque no se ven los efectos del mismo, y se conforman con pensar que, al menos, ya no hay tantos boleones, y sí más toque de balón. Que el que no se consuela es porque no quiere.

Y muchos jugadores paseándose por el campo. O aburriéndose de saltar a por los balones.Y lo que es peor, reconociéndolo en público para regocijo de esos que nos desean el mal.

El equipo de la casta y el coraje.

¿Dónde está ese equipo?

¿Dónde estamos nosotros?


sábado, 10 de abril de 2010

Otro parón temporal

Una vez más, me veo obligado a cerrar el blog durante unos días. Y una vez más es por motivos familiares, que esto de tener allegados fuera de Andalucía es lo que tiene. No es nada fácil mantener al día un sitio como este, que os voy a contar a la mayoría de vosotros.

Ni siquiera me va a dar tiempo de hablar con tranquilidad de la importantísima victoria de hoy del Sevilla, con el mérito extra de hacerlo remontando. Eso no lo hace un equipo muerto, por muy mal que haya jugado. Sigue faltando chispa, pero al menos hemos recuperado las ganas. ¡Ay! Esos futbolistas, que ahora pueden lo que antes no.

Estaré de vuelta el fin de semana próximo, espero que hablando de que el camino del Sevilla hacia la Champions está bien encarrilado. Por ahora vuelvo a sonreír gracias al equipo, que ya es mucho.

Un saludo a todos.

miércoles, 7 de abril de 2010

Bryan Ruiz y el Sevilla

A principios de temporada publiqué un post en el que hacía mis pronósticos acerca de lo que iba a pasar en la Liga Holandesa, de la que como cualquier habitual de este sitio sabe, soy seguidor. Me centré sobre todo en los que quedaron los cuatro primeros en el campeonato del año pasado, es decir, por este orden, AZ Alkmaar, Twente, Ajax y PSV.

En Holanda daban como gran favorito al Ajax de Amsterdam, sin embargo yo defendía que ese cartel lo debía tener el PSV, que en mi opinión se reforzó mejor. Por su parte, estaba convencido de que el AZ mantendría un nivel considerable, a pesar de la marcha de Van Gaal al Bayern Munich. Y que el Twente se vendría abajo, tras el traspaso de sus mejores jugadores.

Pues bien, por mucho que yo siga la Eredivisie, está claro que no me encuentro capacitado para hacer ningún tipo de pronóstico. El Twente está haciendo una temporada colosal, y se mantiene líder, con cuatro puntos de diferencia sobre el segundo, y a falta de sólo cuatro partidos.

El PSV me estuvo dando la razón durante gran parte de la temporada, aguantando el tirón del Twente, e incluso superándolo en ciertas fases. Pero en el último mes se ha venido abajo, y ahora es tercero a cinco puntos de los de Enschede.

Por su parte, el Ajax comenzó de un modo irregular, en una segunda vuelta prodigiosa se ha encaramado al segundo puesto, ha reducido una ventaja respecto al liderato que llegó a ser de diez puntos hasta los cuatro actuales, y va a jugar la final de copa contra el Feyenoord.

¿Y cómo es posible que un equipo tan modesto como el Twente esté haciendo un campeonato tan majestuoso? Hay que tener en cuenta que vendió en verano a su mejor defensa (Edson Braafheid al Bayern Munich), a su mejor centrocampista (Eljero Elia al Hamburgo), y a su mejor delantero (Marko Arnautovic al Inter de Milan). Sin embargo, de treinta partidos ha ganado 24, ha empatado 5, y sólo ha perdido uno. Aquí en España se está hablando mucho de la burrada que son los 77 puntos que tienen Madrid y Barça a estas alturas. Bueno, pues esos mismos puntos tiene el Twente, eso sí, sin ser ni Ajax ni PSV, para que entendamos el paralelismo. Es como si eso lo estuviera haciendo aquí el Mallorca o el Osasuna, por poner algún ejemplo. Tiene un mérito descomunal.

Y el único motivo que se me ocurre para que algo así esté pasando es el hecho de que este equipo es ante todo un conjunto, y que las individualidades no importan tanto. Y que está entrenado por un pedazo de técnico como es Steve MacLaren, que llevó a la final de la UEFA a un modesto como el Middlesbrough (la perdió contra el Sevilla en Eindhoven), y luego fue seleccionados inglés.

Pero además, hay que añadir otro factor, esta vez sí individual. Se llama Bryan Ruiz, es delantero, tiene veinticuatro años, nació en Costa Rica, vino de hacer una pila de goles en el Gante belga, y lleva marcados este año nada menos que 23 en 30 partidos, sólo seis menos que Luis Suarez, la bestia que el Ajax tiene en su punta de ataque.  

Pues bien, ayer en Marca se publicó una noticia en la que se decía que este jugador podría venir a jugar a España el año que viene. Esto no es ninguna primicia, y se lleva hablando de ello en Holanda desde hace meses. De hecho, la noticia de Marca es un corta y pega de algo que se publicó en una web holandesa hace pocos días (con la correspondiente traducción, claro). Lo que no se ha traducido por parte de los de Marca es el equipo al que se dice en los Países Bajos que podría venir.

¿Que quien es ese equipo?

¿No lo adivináis?

Pues sí señor, el Sevilla. Pero claro, Marca no iba a mencionar el nombre del club invisible. Dios les libre. En Holanda también incluyen al Villarreal, pero como segunda opción del futbolista.

Para ser sinceros, esta no es la primera vez que se habla de esto en España. Los primeros (al menos donde yo primero lo vi)  fueron...

Agarráos fuerte, que esto impresiona...

Estadio Deportivo!!!

¿Que qué hago yo leyendo ese panfleto? Os lo explico, es sencillo. Los domingos por la mañana suelo ir a comprar unos churritos a un puesto que hay aquí, cerca de casa. Y el dueño del puesto tiene colocado siempre un ejemplar de este tabloide encima del mostrador, con lo que a veces entretengo la espera hojeándolo. Si os digo la verdad, haría lo mismo si lo que me ofrecieran fuese la hoja parroquial, todo sea por mantener las manos ocupadas entre tanto llega mi turno. Que eso de oler a churros sin haber desayunado pone nervioso a cualquiera.

Por supuesto, no di ninguna credibilidad a esa noticia viniendo de donde venía, pero me puse a bichear por internet, y encontré la fuente. Un diario holandés llamado Algemeen Dagblad, de bastante más prestigio allí que el Estadio Deportivo aquí. Desde entonces no es que me lo crea, no es más que un rumor, pero no deja de llamarme la atención. Sobre todo porque no sería la primera vez que el Sevilla echa sus redes en Holanda. Escudé, De Mul o Koné vinieron de allí, por poner algunos ejemplos.

Ruiz está como loco por la música. De hecho, la última noticia al respecto, no es un rumor, sino unas declaraciones del propio jugador, en las que reconoce que hay equipos españoles que han contactado con él, aunque luego divaga sobre seguir en el Twente, o irse a Inglaterra, Alemania, Italia... vamos, lo típico, lo de siempre.

Aunque lo de las cláusulas de rescisión es de lo más común en España, eso no es tanto así en el resto de Europa. Sin embargo, este futbolista la tiene, y es de 15 millones de euros. Teniendo en cuenta que eso fue lo que se gastó el Sevilla en Negredo el año pasado, ¿quién sabe qué podría ocurrir si Luis Fabiano se marcha o si no lo hace pero nos metemos en Liga de Campeones? Además, los clubes holandeses suelen acabar cediendo en sus primeras pretensiones, sobre todo si el jugador presiona. Viven de los traspasos, y no se cortan en efectuarlos todos los años.

En verdad, yo creo que el Sevilla se debería gastar el dinero en un medio centro organizador. Y no me he vuelto un fanático de los rumores como para venir aquí ahora con este tipo de milongas. Pero es que a este tipo lo he visto jugar, y sería un pelotazo si acabara viniendo. En mi opinión es un verdadero crack, aunque luego cualquiera sabe lo que puede ocurrir. También lo era Arouna Koné, y la decepción que me llevé con él aún escuece.

Además, si al final acaba viniendo, creo que molará muchísimo decir eso de...

"Como ya adelantamos en este blog..."



lunes, 5 de abril de 2010

El efecto Juande

Yo me considero un apasionado del fútbol, mucho más allá de los sentimientos por mis colores, y por tanto de mi sevillismo. Y cuando digo esto, no me estoy poniendo del lado de esos que identifican buen fútbol con jugar "a la brasileña", porque esa una una manera muy simplista de concebir este deporte. A mi me gusta el fútbol en todas sus facetas, y me parece tan admirable ver a un equipo tocar el balón con esquisitez, como a otro cerrando toda vía posible al rival hasta el punto de hacer imposible que este marque un gol. Pero a quien de verdad admiro es a ese equipo capaz de hacer las dos cosas a la vez. Esto es algo prácticamente imposible de ver, pero han habido algunos casos en la historia del fútbol que se han acercado a ese nivel de excelencia, como la Holanda de la época de La Naranja Mecánica, el Milan de finales de los ochenta, el Ajax de mitad de los noventa, o el Barcelona de Cruyff o el del año pasado.

A mi me gusta ver a los equipos que tratan de practicar el fútbol total, esa concepción de este deporte en la que cualquier jugador es capaz de hacerlo bien en cualquier posición. Aquel conjunto que se acerque a eso será capaz de ganarlo todo. Y me encantan ese tipo de jugadores. Esos que algunos llaman "todocampistas". Aquí en Sevilla hemos disfrutado durante años de uno así. Se llama Daniel Alves. Otros siguen con nosotros, como Didier Zokora o Frederic Kanoute, futbolistas que, cada uno especialista en su posición, son capaces de desplegar distintas facetas del juego a un altísimo nivel.

Cuando veo un partido de fútbol, me gusta fijarme en los detalles, en la forma de jugar que tiene cada equipo, respetando todos los estilos, y admirando a los que los ejecutan bien, sean más o menos vistosos.

Pero, a pesar de eso, cuando me refiero al Sevilla no suelo hablar demasiado del tipo de juego que se despliega. Y eso es así porque cuando me refiero al Sevilla, entra en acción la parte sentimental. A mi me da igual como juegue mi equipo. Yo sólo quiero que gane. Si lo que pretendo es ver fútbol como estilos de juego, se disputan miles de partidos cada fin de semana a lo largo y ancho del planeta. Pero cuando juega el Sevilla me da igual de todo. Sólo me importa que marquemos un gol más que el contrario, y si no es posible, pues que sean los mismos al menos.

Respecto al Sevilla, cuando alguien me dice que el equipo no enamora, a mi se me vienen a la cabeza los peinados de algunos futbolistas (sobre todo del Madrid). A mi, mientras ganemos, que mi equipo juegue bien o mal me importa lo mismo que el peinado que lleve tal o cual jugador. Porque de la misma manera que algunos dicen que el fútbol es un espectáculo, pues yo contesto que, si eso es así, que obliguen a los jugadores a salir repeinados y maquillados para que den buena imagen. O mejor aún, que enseñen a jugar a los modelos (hombres y mujeres, por aquello de la igualdad), y que nos regalen la vista con jugadas bonitas y cuerpos esculturales.

Os voy a confesar un pequeño secreto. Yo soy un admirador acérrimo de Adriana Lima


                                                                        www.adrianalimafan.net

Las razones son evidentes :)

Hay quien ha dicho que esa mujer debe ser extraterrestre, porque la naturaleza humana no es capaz de fabricar algo tan bello. Pues bueno, si Adriana Lima jugase al fútbol de alto nivel, yo sería fan incondicional del equipo en que jugase. No lo podría evitar, me tragaría todo partido que ese equipo disputase. Eso sí que es espectáculo. Y "a la brasileña", para más señas.

Pero eso no es fútbol. Eso es otra cosa. Fútbol es sentimiento, y sin ese sentimiento, el fútbol sería como el hockey hierba, o el ajedrez. Un deporte con sus aficionados, pero poco más.

En su primera rueda de prensa como entrenador del Sevilla, Antonio Alvarez dijo algo acerca de recuperar el sello de Juande, y un par de semanas (y dos partidos) después, por una vez, voy a hablar del juego del Sevilla, acordándome un poco de esa frase.

El Sevilla de Juande jugaba con la defensa muy adelantada, con dos laterales muy ofensivos, un centro del campo que mezclaba la fuerza de Marti o del mejor Poulsen, con la técnica del mejor Maresca y del mejor Renato, unos extremos igual de rápidos que ahora, y dos delanteros de altísimo nivel: Kanouté con tres o cuatro años menos, y Luis Fabiano, el único junto a Jesús Navas que sigue siendo más o menos el mismo que entonces. Aquel equipo ahogaba al rival con una presión axfisiante que se realizaba muy arriba, y una salida explosiva y vertiginosa en cuanto se robaba el balón. Aquel equipo se podía permitir el lujo de dejarle la pelota al contrario porque nadie lo consideraba aún un grande, y eran muchos los rivales que venían a por nosotros, no como ahora, que prefieren encerrarse y buscar a ver si suena la flauta en un contragolpe.

De hecho, el sello de Juande no existe, que se lo pregunten a los del Tottenham, a los del Madrid o a los del CSKA de Moscú. Ni tampoco es posible aplicar ese estilo de juego al actual Sevilla. No por los jugadores que tenemos, que es ese sentido no habría problemas, sino porque la actitud de los rivales es absolutamente contraria a la que tenían entonces, y me estoy acordando de la forma en la que el Valencia del "gran" Unai Emery se encerró en la cueva en su última visita al Sánchez Pizjuán.

Pero es que tampoco la afición se comporta de la misma forma. En la época de Juande la gente se volvía loca sólo con ver al equipo meterse en la UEFA, con lo que no digamos nada ganando títulos. Los aficionados animaban a muerte al equipo hiciera lo que hiciera (hubo muchísimos partidos malos), de modo que empujaban a los jugadores cuando las cosas no les salían del todo bien. Nada de eso se produce ahora. El sello Juande fue el sello de un Sevilla campeón, y hubiera dado lo mismo el entrenador que hubiese estado en el banquillo.

Fue el Sevilla quien hizo grande a Juande, y no viceversa. Y ahí están los hechos. Mientras el Sevilla sigue arriba en la tabla y disputando finales, Juande está en el paro, tras fracasar en absolutamente todos y cada uno de los proyectos en los que se ha embarcado desde que se fue de aquí.

De cara a la galería, la frase de Antonio Alvarez fue sensacional. Sobre todo a la hora de crear ilusión. Pero en la práctica no es más que humo. Y eso lo vimos en el partido contra el Tenerife. (Lo de Villarreal no lo tengo en cuenta, porque hacerlo sería injustísimo).

Contra el Tenerife el equipo jugó a otra cosa que cuando estaba Manolo Jiménez. Bueno, a los últimos partidos de Manolo Jiménez. Trato de rasear, de jugar más elaborado y menos directo. Intentó que el boleón fuera un recurso más, no un estilo de juego. Juntó las líneas, hubo menos distancia entre defensa y centro del campo, y entre centro del campo y delantera. Eso facilitó la tarea de creación, y restó esfuerzos a los futbolistas por dos motivos. Primero por jugar en una franja inferior de terreno, y segundo porque el dominar la posesión carga menos a los jugadores, lo cual está genial dado el estado físico de estos.

Gracias a ello,, los laterales no tuvieron que subir tanto para ayudar a los mediocampistas, ni los extremos se vieron obligados a venirse al centro dada la enorme laguna que ahí se formaba por la enorma distancia que en anteriores partidos había entre líneas. Kanouté no tuvo que bajar tanto a recibir balones, y cuando lo hacía, siempre tenía a alguien cerca en quien apoyarse, aparte de encontrarse mucho más próximo al área rival, con lo que el peligro de sus acciones era infinitamente mayor.

Para colmo, al tener el balón la mayor parte del tiempo, el rival no podía atacarnos, con lo que la defensa comenzaba antes de tener que defendernos. Y gracias a Dios, porque la defensa del Sevilla está tan cascada como hacía años que no recordaba. Las lesiones (antes excusas), se siguen cebando con esa línea.

Y todo esto está muy bien, pero es que esto también se daba con el equipo de princios de temporada. Ese que aspiraba a todo. Lo que pasa es que ese equipo tuvo que dejar de jugar así por culpa de las bajas, hasta el punto de convertiese en un conjunto de supervivientes. El primer partido con diez bajas había que pasarlo como fuera. Y el segundo también. Y el tercero, y el cuarto y así sucesivamente hasta el punto de cambiar la mentalidad del equipo, que dejó de ser un grupo ganador, para convertirse en eso, en un grupo de supervivientes.

Y Manolo Jiménez no fue capaz de cambiar eso. No fue capaz de motivar a los jugadores, y estos le hicieron la cama. Seguramente sin pretenderlo, Dios me libre de acusar a nadie de nada. Llegaron los malos resultados, y entrenador a la calle. Como en todos los equipos del mundo.

Ahora llega Antonio Alvarez con un cambio de mentalidad. Genial. Perfecto. Justo lo que necesitamos. Cambio de mentalidad, balón al piso y a hacerlo rodar. Menos patadones, más pases. Mucho juego horizontal, eso sí, pero al menos a conservar la posesión. Otra cosa, otro estilo, otra forma de jugar, que algo había que cambiar. Muy bien, ya digo, es justo lo que necesitamos.

Pero digo yo una cosa. ¿Por qué los jugadores se motivan con un cambio de entrenador? ¿Por qué hacen ahora lo que no hicieron antes? ¿Por qué con Jíménez jugaban andando y ahora corren, se mueven, se desmarcan y todo eso? ¿Por qué, si son profesionales?

Lo del efecto Juande está muy bien, ya digo. De cara a la galería, para motivar, para ilusionar. Genial. Pero Antonio Alvarez, no te equivoques, no es eso lo que ha ocurrido. Lo que ha ocurrido es que los jugadores han empezado a jugar. Gracias a ti, claro, a tus pequeños cambios, al respeto que te tienen, claro que si. Pero los jugadores. Tú no, porque a ti no te ha dado tiempo de nada. Hubiera sido injusto culparte por una posible derrota, pero tampoco ahora se te puede elevar a los altares.

De efecto Juande nada. Un magnífico trabajo de mentalización por parte de nuestro nuevo entrenador, que ha conseguido contagiar a todos de su optimismo. Y también unos pequeños cambios a la hora de plantear los partidos con los que apoyar esa labor de mentalización.

Pero Antonio no te confundas. Eres sevillista. Otro grande del Sevilla, igual que Manolo. Fuiste ídolo en mi niñez, te tengo admiración y un enorme cariño. Por eso te lo digo. No te dejes engañar. Estás en manos de esos futbolistas. De lo que ellos quieran dependerá tu éxito. No de efectos Juande.

Y por cierto, señor Del Nido, por favor, fiche usted a Adriana Lima de delantero centro. Que el sevillismo quiere ver espectáculo. Verá como así el equipo enamora.

domingo, 4 de abril de 2010

Un soplo de aire fresco

Si al equipo que jugó anoche le unimos a Squilachi, Zokora y Jesús Navas, creo estaríamos delante del próximo campeón de Copa.

No es que el Sevilla jugara un gran partido, pero sí que demostró que no estamos muertos. Que estamos VIVOS. Queda mucho por mejorar aún, sobre todo en defensa, pero para eso sí que tenemos tiempo. Sobre todo sin partido entre semana.

Ayer traté de ver el partido, intentando dejar de lado la parte sentimental. Como si se tratara de un Werder Bremen - Wolfsburgo de la liga alemana. Y lo que vi fue a un equipo que jugó con las líneas mucho más juntas que en ocasiones anteriores, de modo que no se produjera ese vacío en el centro del campo que provocaba que el único recurso casi fuera el patadón largo para que la cazara Kanouté, o uno de los extremos. Con eso se consiguió la posesión del bálón, y que el trabajo entre líneas del Malí fuera más efectivo, al tener a más compañeros cerca a quien pasar. Por eso, y por la mayor movilidad de los futbolistas. Ahí es donde se vio el trabajo psicológico del nuevo técnico. En las ganas de los jugadores. Son ellos los que tienen la sartén por el mango, los que, si quieren, pueden sacar al equipo adelante. Y ayer quisieron. Es una muy buena noticia.

También se logró que el balón circulara, que no dependiéramos de eternas conducciones, o de pases horizontales. Anoche no eran los centrales los que iniciaban las jugadas, sino los mediocampistas. Los laterales no subieron tanto, porque los extremos no necesitaban irse a la zona ancha para apoyar a los medios centros. Y los delanteros no se vieron obligados a bajar tanto a buscar el balón, con lo que vivieron cerca de la portería. Por eso marcaron un par de goles, y tuvieron otras tantas ocasiones. Cada uno jugó en su sitio, y el equipo lo agradeció.  

Antonio Alvarez dijo a lo largo de la semana que el problema no es tanto físico como mental. Yo no voy a negar que había un problema mental, me acabo de referir a ello, pero negar la parte física es una estupidez. De hecho, por mucho que diga el nuevo entrenador, lo cierto es que se está haciendo un trabajo especial que algunos han definido como una pretemporada en plena temporada. Y ayer se vio que el equipo está para jugar una hora a tope, pero que los últimos 30 minutos se hacen eternos. Afortunadamente íbamos ganando 2-0, y el rival era el Tenerife. Sin embargo, eso es algo que esperaba, que todos deberíamos esperar. Una cosa es no estar muertos, y otra estar a tope. Al menos supimos tirar de oficio, y gracias a Dios nuestro portero se llama Andrés Palop.

Pero ganamos, lo hicimos bien y hasta fácil. Y con goles de Kanouté y Luis Fabiano tras jugadas de ataque elaboradas, no por rebotes o genialidades aisladas. Eso es bueno. El equipo ahora crea juego, presiona, y destruye bien cuando el rival ataca. En defensa andamos flojos, pero es que en defensa es donde más bajas tenemos. Esas malditas bajas. Ahora tenemos una más, también en defensa. Pero nuestro próximo rival es el Málaga, no el Barcelona, con lo que podemos seguir soñando. 

La tendencia se ha invertido. Esta victoria era tan necesaria como el respirar. Decía Alvarez que su trabajo se empezaría a ver contra el Tenerife (yo también lo decía), y lo primero que se ha visto es una reacción. Quedan ocho partidos, los próximos ante rivales asequibles. Podemos relajarnos un poco. Podemos respirar aliviados. Podemos creer en nosotros, en que somos capaces de volver a ser los de siempre. En que está en nuestra mano hacer un final de temporada fuerte. Si conseguimos pegar un buen sprint, estamos perfectamente colocados para certificar el objetivo.

Ahora me estoy acordando de los goles en el último minuto que recibimos contra Atlético de Madrid, Real Madrid y Xerez. De no haberlos encajado, ahora tendríamos 4 puntos más, e igual sería lícito soñar con la tercera plaza. Bueno, lícito también lo es ahora, aunque no del todo sensato quizás.

Pero lo más importante es que hemos salido del pozo. Que hemos cortado la mala racha. Ahora sólo queda tener un pelín de suerte. Sólo un pelín. Con las lesiones, con las recuperaciones, con los resultados de los demás equipos...

Creo que, después de lo que llevamos pasado, es algo que nos merecemos.

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