miércoles, 31 de agosto de 2011

No se pueden pedir peras al olmo

Yo tengo un vecino que me recuerda mucho a Sergio Ramos, incluso físicamente, tienen un porte y un aspecto muy parecido. Ambos son chavales de pueblo que dejaron los estudios en su día para dedicarse a a un trabajo que no requiere de demasiado intelecto. Esto no es una crítica ni un desagravio, cada uno se dedica a lo suyo y toda labor es loable y apreciable. Pero es evidente que si no se trabaja el intelecto, este se queda como está, no evoluciona, no se expande. Y a esas personas no se les puede pedir que razonen de un modo avanzado, del mismo modo que a mí no se me puede pedir que sea un hacha en trabajos manuales o desplegando habilidades con un balón en los pies. Cada uno vale para lo que vale, y todos los valores son igual de respetables.

Evidentemente, yo con mi vecino no me puedo sentar a hablar de economía, claro que él te levanta una tapia en cero coma dos, mientras que yo las paso canutas sólo con montar un juguete de los que le compro a mi niño de dos años. No digamos si, por ejemplo, me toca construir el típico mueble Ikea. Soy una absoluta negación con las manos, un patoso de toda la vida, cada uno es como es, ya digo. Y no pasa nada por reconocerlo. No se le pueden pedir peras al olmo. No se puede esperar que mi vecino llegue a alguna conclusión razonable respecto a ciertos temas por sí solo, de la misma forma que es absurdo esperar que yo sepa qué cantidad de cemento hay que aplicar a una mezcla si alguien no me instruye sobre ello con antelación. Y aún así tendría que coger apuntes y consultarlos durante el proceso, que mi cabeza y mi memoria están para lo que están, e igual me sorprendo a mí mismo reteniendo conceptos complicados que me tengo que lamentar por mi torpeza a la hora de manejar otros aparentemente mucho más simples.

Pues bien, todo esto viene a cuento de las últimas declaraciones del gran futbolista de Camas, en las que asegura que:

"Si a Del Nido no le gusta esta liga, que se busque otra, nosotros estamos contentos con esta"

Y tanto. No me extraña. Ganar siempre gusta, y si uno gana siempre casi sin despeinarse, pues mucho mejor. Y si de paso te llenan la cuenta corriente de ceros a la derecha, pues llegas al punto en que te importa un carajo hacer el ridículo con unas declaraciones que no se sostienen por mucha buena voluntad que le pongas. Dame pan y llámame tonto, dice el dicho. Pues eso.

Como decía antes, no se le pueden pedir peras al olmo, con lo que espero que la reacción del sevillismo no sea tan furibunda como en el fondo supongo contra este sevillista reconocido que parece que está deseando que le piten y le insulten, porque tan tonto no creo que sea. Debe obtener cierto placer con esas situaciones, porque de otra manera sólo me queda pensar que tiene menos luces de las pocas que ya le otorgo. Sin embargo, de igual manera que a mi hijo de dos años no le llamo guarro cuando se caga encima porque el pobre es que aún no está capacitado para controlar sus esfínteres, a Sergio Ramos tampoco le pido un razonamiento lúcido a la hora de entrar a valorar la seria problemática en la que se encuentra el fútbol español en la actualidad y que está llevando a la Liga a ser la porquería que tanto proclama nuestro presidente.

Tampoco le voy a tener en cuenta la enorme incongruencia entre sus palabras y sus hechos, porque no debe estar muy contento con la situación actual cuando hace una semana no jugó su partido por estar en huelga en protesta por ciertos aspectos de dicha situación actual. Claro que si esto se lo decimos demasiado rápido, igual entra en trance, como le pasa a nuestros ordenadores cuando los sobrecargamos de tareas y el pobre sólo alcanza a responder mostrándonos un reloj de arena.

Abundando en lo que dice este chaval de Camas, no sé si se da cuenta de que, efectivamente, Del Nido está buscando otra liga, pero sin necesidad de salir del país. Está buscando que la liga actual sea otra, y no sólo él, sino otra mucha gente, cada vez más, más que nada para que el chiringuito no se caiga y él pueda seguir cobrando su sueldo millonario. Igual Ramos no se da cuenta de que él será uno de los grandes beneficiados si Del Nido vence en su disputa, ya que él vive del chiringuito que se está derrumbando. Claro que, como vengo diciendo en el post, no podemos pedirle peras al olmo. Si no se da para más, no se da para más y punto. Yo no entiendo de levantar tapias, pero sin tapias no habría casas, y yo necesito mi casa. Por tanto, necesito a quien sabe levantar tapias. Del mismo modo, Ramos no entiende de economía, como se puede colegir de sus declaraciones, pero necesita de quien si que entiende de ello del mismo modo que yo del albañil.

Claro que yo jamás me meteré con el albañil que permite que yo no me moje cuando llueve, por lo que sería bueno que Ramos guardase silencio acerca de los temas que no maneja. Yo, de modo desinteresado, le doy ese consejo por si acaso en su entorno más íntimo no hay nadie que le advierta que no es bueno decir estupideces en público. Más que nada porque eso llevará a muchos a considerarle un estúpido, cuando no lo es. Es simplemente un chaval de Camas que entiende de lo suyo, igual que otros entenderán de otra cosa. ¿O es que no hace el ridículo mucha gente cuando se pone a hablar de fútbol sin saber?

Pues eso, Sergio Ramos, que cada uno hable de lo que entiende, de manera que se eviten esos ridículos y, de paso, que los que no entendemos de ciertas materias aprendamos de lo que nos dicen los que sí que lo hacen.

martes, 30 de agosto de 2011

Acojonante

En el día de mañana pensaba escribir un post acerca de cómo quedaría el Sevilla caso de no contratar a ningún delantero. Disertaría acerca de que la defensa está bien cubierta en los laterales, aunque un poco corta en los centrales, sobre todo si no se cuenta con Bernardo y a Fazio se le quiere poner de medio centro. Me congratularía de ver cómo en el centro del campo hay buenos jugadores como Medel, Rakitic, Trochowski y Campaña, a quien se está dando minutos y que estoy convencido de que va a jugar muchísimo este año. Recalcaría que las bandas están como siempre. Y concluiría con que, si se juega con un media punta y un delantero, Kanouté y Negredo se turnarían en el puesto de 9, y para el otro tendríamos a Manu y a Luis Alberto, pudiendo jugar ahí también Trochowski.

Con todo eso, y aún siendo conscientes de que estamos bastante cortos, se podría tirar. Sin duda nos vendría de perlas otro delantero, pero se podría tirar.

Pero mi sorpresa ha sido mayúscula cuando me he encontrado con esto en el artículo de "Wkipedia" dedicado a Giovanni Dos Santos:

"Giovani dos Santos Ramírez (Ciudad de MéxicoMéxico11 de mayo de1989)1 2 es un futbolista profesional mexicano que milita actualmente en elSevilla FC de la Liga BBVA,3 es hermano mayor del también futbolistaJonathan dos Santos."

Así se encabeza, aunque es habitual que estas cosas pasen en Wikipedia, o sea, que se considere a un jugador perteneciente a un equipo cuando aún no ha fichado. Lo que ya no es normal es que se publique el desarrollo de la negociación y el final de la misma, como podéis ver a continuación: 

"Sevilla FC

El 30 de agosto de 2011 el Sevilla FC transmite una oferta al equipo Lodinense de cuatro millones de euros más variables, que fué aceptada por Daniel Levy después de hacer consenso con Harry Redknapp manager general de los Spurs. Así Marcelino García Toral ve como se cierra el capítulo de fichajes con la que fué su única petición del verano."

Acojonante

Os juro que me he asustado y todo. He tenido que mirar el calendario para asegurarme de que aún estamos a 30 de agosto y que no me he dejado un día por el camino. Como esto acabe siendo verdad, una de dos: o los de Wikipedia tienen un topo en el despacho donde se ha producido la reunión definitiva, o estos tipos son visionarios. 

Insisto, acojonante.

Aquí tenéis el enlace.

Todos los caminos llevan a Roma

No hemos necesitado más que una jornada liguera para saber lo que nos espera a lo largo de todo el campeonato. En verdad, todos lo sabíamos ya sin necesidad de que el balón echase a rodar, pero ahora está certificado con resultados. El Madrid gana por 0-6 a domicilio, y el Barcelona vence por 5-0 en casa a un equipo Champions, uno de los mejores del país quitando a los dos grandes. 

Es perfectamente previsible que el Real Madrid gane en su visita a La Romareda, y que el Barça haga lo propio en un partido de casa, sea cual sea el rival. Pero lo que asusta no es eso, sino el hecho de que no haya Dios que le ponga la más mínima resistencia a ninguno de lo dos. Y lo peor es que los equipos ya salen derrotados de antemano, y lo único que esperan es tratar de competir con un mínimo de dignidad, algo que rara vez consiguen. Ya ni eso. Ya ni la dignidad. Dicen que en un deporte lo importante no es jugar, sino participar. Pero es que ya hasta eso nos están quitando. Hasta la posibilidad de participar, porque ya me contarán ustedes que clase de participación es esa. La lucha típica de una competición se está terminando. Ya más vale bajarse los pantalones desde un primer momento y que la cosa termine lo más pronto posible, sin oponer una resistencia que sólo llevaría prolongar más la humillación, y perdonen ustedes la grosería. 

Claro que hay otra opción, que es la de no presentarse. Si no vas, no te humillan. El problema que tiene esto es que no sólo pierdes el partido por 3-0, sino que además te restan 3 puntos en la clasificación, te imponen una multa, y también has de indemnizar económicamente al otro equipo. Para colmo, una segunda incomparecencia puede llevar a la expulsión de la competición, claro que esto último es menos importante, ya que acabarían expulsando a todos los equipos. O a todos los que entrasen en este juego, que fijo que los habría traidores que dejaran en la estacada a los demás. Sobre todo al final de la liga, cuando dejar de perder esos tres puntos extra que te quitan aparte de dar por perdido el partido pudieran suponer una permanencia o una clasificación europea. Por tanto, esta solución no me gusta. 

Sí se podría jugar con los juveniles, o que los jugadores se limitaran a deambular por el campo, o que se sentaran en el césped, etc., aunque fijo que habrá alguna norma que también castigue eso, y si no, se la inventarían. Todo esto no es más que una utopía que sólo vale para atemperar la indignación, sobre todo cuando fantaseamos sobre el tema con una cerveza entre manos y rodeados de nuestros amigos. 

Sin embargo, la cosa puede encaminarse al mismo destino sin necesidad de hacer nada de esto. Hemos llegado a la situación actual por culpa de la economía, es decir, por el afán de los poderosos de serlo aún más y de acaparar en lo posible la mayor cantidad de dinero, para así hacer grandes fichajes, vender mucho merchandising, obtener mayores ingresos, competir mejor en Europa, etc. Lo que pasa es que la economía, por mucho que se base en las matemáticas, no es una ciencia exacta. La economía se basa en la ley de la oferta y la demanda, y vista la primera jornada de liga, la oferta futbolística parece ser verdaderamente pobre.  Si en la jornada diez, los aficionados han visto diez sonoras goleadas de Madrid y Barça, seguramente se aburrirán de ver partidos y las audiencias bajarán. Eso lo saben en los medios de comunicación, y ya están inventando nuevos focos de atención, como la lucha por el Pichichi entre Cristiano y Messi (nadie más puede obtenerlo, según parece), las cosas de Mourinho (qué bien les ha venido el fichaje por el Madrid de este espantajo de bufón), los rumores sobre Neymar, del que todos los días sacan algo (una partida de ping pong con su padre, un cañito en la liga brasileña, una canción a dúo con algún amiguete, una innovación en su peinado, etc.), las relaciones entre los jugadores de Madrid y Barça y su repercusión en el ambiente de la selección...

Pero nada de esto sostendrá las audiencias. Siempre habrá quien quiera seguir viendo los partidos, incluso quienes obtengan algún tipo de placer sádico al ver cómo humillan a su equipo, que en el mundo hay gente pa tó, pero el verdadero aficionado al fútbol, al que le venden la mejor liga del mundo, no tardará en sentirse decepcionado, y hasta engañado, y dejará de consumir el producto. ¿Qué pasará cuando las audiencias bajen? Igual algún que otro cenutrio se da cuenta de que para que un partido se juegue, tiene que haber dos equipos. Y para que un partido que se juega sea interesante, los dos equipos anteriores deben competir por el resultado, no que uno machaque y que el otro espere a ver cuantos goles le caen. 

La diferencia que se vio ayer entre Barcelona y Villarreal fue escandalosa. Y eso que los catalanes jugaron con un sólo defensa. ¡Con un solo defensa!, Abidal para más señas. ¿Puede haber mayor humillación? El caso es que el Villarreal es actualmente el cuarto equipo de España, el que quedó en esa posición la pasada temporada. Si el cuarto mejor equipo no es capaz de poner resistencia, y no encuentra la forma de hacer un sólo gol a un rival que sólo tiene un defensa, a mí que vengan y me expliquen a donde vamos con esto. Y eso al principio de temporada, cuando se supone que el grande está menos rodado y tal hecho disminuye su ventaja respecto al resto. ¿Qué pasará cuando la máquina esté engrasada?

Los grandes son cada vez más grandes, y los demás cada vez más pequeños. La igualdad entre los 18 mortales es cada vez mayor. Cualquier equipo está capacitado para hacerte un siete. Clubes como Villarreal, Valencia o At. Madrid se han visto obligados a vender a sus estrellas. El Sevilla este año no, pero otros sí, con lo que son más débiles porque no hay dinero para sustituirlos con garantías (Que el Sevilla es más débil que hace cuatro años es un hecho que no admite discusión). Sólo el Atlético ha hecho un fichaje de categoría, pero se les han ido De Gea, Ujfalusi, Agüero, Forlán... son menos equipo que el año pasado. Por su parte, los que están por debajo andan aún peor. Los que no se encuentran metidos en concurso, están a punto de hacerlo. Y ya ni a eso podrán agarrarse los que todavía no, porque la ley va a ser modificada. Ello supondrá descensos de categoría y que asciendan otros equipos aún más débiles (un segunda es más débil que un primera), con lo que las diferencias aumentarán aún más. El número de jugadores que no cobran aumentará, y habrá que engrandecer el fondo de garantía para hacer frente a esos impagos. ¿Y quien pondrá dinero para ese fondo si los clubes están cada vez más arruinados?

Si seguimos por este camino, más pronto o más tarde todos los equipos acabarán arruinándose y dejando de pagar a sus jugadores. Y si el fondo de garantía es lo único que a estos tipos se les ocurre para solucionar el embrollo, llegará un momento en el que sólo Real Madrid y Barcelona estarán en disposición de poner dinero para ese fondo. 

Y digo yo, si el camino emprendido tiene ese final, ¿no sería más normal anticiparse al mismo? Es decir, si todo parece llevar a que Real Madrid y Barcelona se van a hacer con todo el dinero y que tendrán que ser ellos los que lo pongan si quieren mantener la Liga, ¿no sería más ventajoso empezar por repartirlo mejor para que todos tengan con qué pagar y conservar la competición? ¿Es que no se dan cuenta de esto? ¿Es que de verdad son así de imbéciles?

Dice el dicho que todos los caminos llevan a Roma. En este caso, todos los caminos llevan a lo mismo. Si queremos mantener la competición, hay que darles a los contendientes los recursos necesarios para competir. Y si no se hace, morirá la competición.

Este va a ser un año importante. Importantísimo recalcaría yo. Y ha empezado como todos pensábamos que lo haría.

A ver por donde sale todo. 


lunes, 29 de agosto de 2011

Orgullo de sevillismo

Después de ver como el Sevilla ganaba anoche al Málaga en un muy buen partido, sería comprensible que me aferrara a ese hecho para defender que no somos tan malos y que las cosas se están haciendo mejor de lo que algunos piensan. Pero no lo voy a hacer. Voy a empezar el post con una autocrítica.

Yo he sido el primero de muchos que se ha ilusionado sobre manera con la pretemporada del equipo, mirando para otro lado cuando algunos decían que aún teníamos cero puntos y que la última vez que hicimos una pretemporada tan buena (el año de Camacho), acabamos descendiendo a Segunda División. La realidad me ha abofeteado en la cara durante la eliminatoria contra el Hannover y ahora me toca buscar explicaciones, encontrar de nuevo mi sitio y matizar mis opiniones. He sido un ingenuo, me he ilusionado demasiado, y ahora me toca agachar la cabeza. La victoria contra el Málaga es un bálsamo, da tranquilidad, aplaca las inquietudes (que no las elimina), pero no sirve para volver a engancharse a la ingenuidad anterior. Hay mucho por hacer y sólo nos queda esperar, tener paciencia y confiar en que se haga. Se acabaron, pues, los excesos de autocomplaciencia. Eso es lo primero que quería decir. 

A continuación, paso a criticar lo que se está haciendo desde el club. Una vez quitada la venda de los ojos, es evidente que hay cosas que no se han hecho bien. Estoy firmemente convencido de que se ha mejorado mucho a la hora de planificar la temporada respecto a años anteriores. De hecho, se empezó con la tarea en enero con el traspaso de Konko y la llegada de Medel y Rakitic. Pero llegar a dos días para el cierre del plazo de fichajes con sólo dos delanteros en la plantilla me parece un error descomunal que, aunque no es el motivo por el que hemos caído eliminados, sí que tal hecho hubiese sido más complicado de haber tenido una plantilla más completa. El traspaso de Rodri ha sido una cagada de las gordas, máxime cuando no se ha traído a nadie para ocupar su puesto. Hay que tener más cuidado con estas cosas, porque las consecuencias pueden ser, como de hecho han sido, de suma gravedad.

Por añadidura, quisiera dejar claro que yo respeto profundamente la opinión de ciertas personas que llevan tiempo diciendo que los partidos de pretemporada otorgan cero puntos a nuestro casillero, que las cosas hay demostrarlas a la hora de la verdad, advirtiendo así que la euforia era desmedida y que había que tener los pies en el suelo. Por tanto, a esos que opinaban así hay que respetarlos también ahora cuando la primera en la frente ha sido una eliminación dolorosísima. Tenían toda la razón del mundo entonces, y ahora poseen toda la fuerza moral para reafirmarse y criticar. 

Dicho lo cual, me parece una exageración afirmar, como se está haciendo, cosas como que el entrenador no vale para nada, que ahora tenemos que concentrarnos en obtener 43 puntos para salvar la categoría, que la planificación es una calamidad, que tenemos la peor plantilla de los últimos diez años y, en definitiva, que todo es un total y absoluto desastre culpa de los de siempre y también de algunos de los nuevos que han llegado, de la mano, por supuesto, de los de siempre. 

Vamos a ver, yo creo que los sevillistas tenemos la experiencia suficiente como para recordar gestiones y planificaciones de verdad desastrosas. De verdad desastrosas, de esas que mandan a un equipo a Segunda, de esas que arruinan al club hasta el punto de tener que plantearse la venta del estadio. Esas que todos, o la mayoría, recordamos. Aquello sí que era un desastre. También, claro, recordamos gestiones excepcionales que consiguieron engordar las vitrinas de títulos con una nimia inversión económica. Bien. Pues entre una cosa y otra hay un inmenso mundo en la mitad en el que poder colocar gestiones muchísimo mejores que las primeras, y considerablemente peores que las segundas. A no ser que quien se atreva a opinar tenga únicamente quince o veinte años y sólo fuera un niño pequeño cuando los verdaderos desastres nos asolaron. Es decir, que se trate de personas que sólo conozcan los años buenos, las temporadas de títulos y demás. En ese caso, hay que comprender que la ignorancia es muy atrevida, e igual lo que habría que hacer con esas personas es instruirlas y enseñarles un poco de Historia del Sevilla. 

Por otro lado, es comprensible que según qué personas se dejen llevar por la desazón que provoca un hecho tan lamentable como la prematura eliminación del equipo de la competición europea, pero de ahí a decir cosas como las que se han dicho creo que va un mundo. En mi opinión, es inaceptable eso de que ahora tenemos que pensar en conseguir 43 puntos. Creo, es más, que es insultante. Y no sé bien dónde se van a meter esas personas si al final el Sevilla acaba haciendo una buena temporada. Recuerdo a aquel periodista que, criticando por criticar, califico a Kanouté como un viejo sin gol, un francés que va a su bola. Ahora sigue hablando de fútbol, pero, al menos a mis ojos, su credibilidad está por debajo del nulo. Cada uno puede opinar lo que le de la gana, y yo soy de los que lo aceptan todo siempre que se haga con respeto y me dejen rebatirlo. Pero pienso que hay que tener cuidado con las cosas que se dicen para evitar un excesivo riesgo a quedar en ridículo. Tanto para el lado del híper optimismo, como para el del desastre total. Por eso he abierto este post haciendo una autocrítica. 

Y dicho todo esto, mi opinión particular es que yo estoy orgulloso de lo que es el Sevilla hoy día, más allá del enorme contratiempo que supone no pasar la previa de la Europa League. Ya no somos aquel equipo mega campeón (sería de ilusos creer que aquello iba a perdurar), pero tampoco el desastre de la segunda mitad de los noventa. Ni muchísimo menos, yo creo que eso es irrebatible. Por contra, sigo pensando que somos un club modélico. No somos como esos equipos que se han hecho con el dominio absoluto de la competición a base de malas artes, de manipulación, de robos deportivos y económicos y que pasan por la vida haciendo gala de una hipocresía, de una falta de escrúpulos y de una poca vergüenza galopante. No necesitamos que llegue un jeque súper millonario que ponga el dinero que hace falta para poder competir con dignidad. De hecho, históricamente, el Sevilla se ha ganado por si mismo (sin ayudas externas) todo lo mucho, poco o regular que ha conseguido. Incluso en comparación con el otro equipo de la ciudad, que tanto se queja de ser el equipo de los pobres, al que nadie ayuda, en contraste con nosotros que siempre fuimos el equipo de los ricos y del poder. Eso es una falacia, como se puede comprobar aquí y aquí, dos fantásticos post de La Palangana Mecánica. 

Tampoco nos hace falta violar el espíritu de una buena ley, como es la Ley Concursal, para competir sin antes cumplir con nuestras obligaciones de pagos.

Somos el club que abandera la dignidad del fútbol español en esa lucha por un reparto justo de los dineros. No derrochamos los ingresos para no tener que vivir con el agua al cuello. Y cuando lo hemos tenido que hacer (vivir con el agua al cuello), hemos sido austeros (al menos en lo que a la actual directiva se refiere), no nos hemos gastado la intemerata de millones cuando le debemos por otro lado a un montón de gente. 

Para colmo, y cumpliendo con todo eso, hace ya años que nos codeamos con los equipos que están en las alturas de la clasificación, en inferioridad de condiciones por todo lo que he dicho, y sin tener un ayuntamiento, diputación o comunidad autónoma a nuestro servicio por si acaso pasamos por un mal momento. Más bien todo lo contrario. Y de una prensa deportiva que nos apoye, ni hablamos. 

El Sevilla somos nosotros, los sevillistas, más allá de quien posea las acciones. Siempre lo hemos sido, y eso hay muy pocos clubes de lo que puedan presumir. Si nos nos apoyamos nosotros, estamos perdidos. Si no criticamos lo que sea criticable, nunca creceremos. Si nos hacemos daño, nadie de fuera vendrá a sanarnos, pero si permanecemos unidos, somos casi indestructibles.

Y eso me hace sentir orgulloso. 

Aquí todo el mundo tiene cabida, desde los más ingenuos e ilusos, hasta los criticones empedernidos y hasta cascarrabias. Pero, a todos, yo les pediría un poco de sensatez. Ni nos vayamos por las ramas de la euforia por un par de detalles positivos, ni nos hundamos en la miseria cuando algo no salga bien.

Ayer conseguimos tres puntos. Algunos dirán que ya sólo faltan 40 para vivir tranquilos. Yo pienso que el equipo está en puestos Champions y que sería bonito no bajarse de ahí, que cada cual opine lo que quiera. 

Pero lo que es evidente es que, mientras juguemos como ayer, la cosa puede ponerse muy interesante. 

A ver si al menos nos traen un delantero de aquí al jueves, que más valdrá tarde que nunca. 

viernes, 26 de agosto de 2011

Es la hora del pragmatismo

Decía en el post de ayer que me considero una persona realista y pragmática, y que no soy dado a las supersticiones. Sin embargo, escribí un artículo que consideraba a Antonio Puerta como un ángel que Dios nos había enviado para elevarnos al éxito, y que si estaba en lo cierto y eso era así, pues no habría nadie capaz de ganarnos. 

Evidentemente, no estaba en lo cierto. Lo escrito fue muy emotivo, y también "naive" en exceso. Ingenuo, en definitiva. Y como les suele ocurrir a los ingenuos, la realidad me abofeteó en la cara en la noche de ayer. Noche que debía ser de fiesta y que acabó en desolación. 

A decir verdad, lo que más me entristece no es tanto la eliminación, sino más bien otra cosa. La salida de la mayoría de los buques insignia de aquella prodigiosa plantilla que tantas alegrías nos dio auguraba un evidente cambio de ciclo, y ahora tenemos que admitir con tristeza que el nivel del Sevilla ha decrecido de un modo claro. Incluso, empiezan a ocurrir cosas más propias de otra época, como son las excusas con las que tratamos de justificar lo ocurrido: que si la mala suerte en el sorteo, que si los dos balones al palo de Negredo  (uno en cada partido), que si creamos muchas ocasiones para no marcar y ellos lo hicieron en solo una... que si hemos jugado como nunca para perder como siempre, eso tan típico de los equipos mediocres. No voy a hablar de los que ahora saltan como ranas diciendo que la planificación es una mierda, que si los fichajes no valen, que si faltan jugadores, que si Marcelino no es el entrenador que necesitamos y, por supuesto, que Del Nido vete ya, que Monchi vete ya y que Utillero vete ya. Hace una semana eramos la hostia, y ahora somos lo peor. Los hay incluso que ahora dicen que tendremos que luchar por la permanencia. Lo de siempre, lo que nos ha ocurrido toda la vida. Igual estamos en la cresta de la ola por un par de amistosos ganados, que nos hundimos completamente al primer revés. Típico sevillista, por desgracia. 

Dicho lo cual, yo veo las cosas de otra manera. Volviendo a mi pragmatismo habitual, voy a intentar ser lo más realista posible. Y, en este sentido, la interpretación que yo hago de lo ocurrido no es tan drástica. Lo que le ha pasado al Sevilla es que no está preparado a estas alturas para una eliminatoria de este calado. Tampoco es habitual tener que enfrentarse ante el cuarto de la Bundesliga en una previa, y menos siendo el primer cabeza de serie. No se puede criticar la planificación, al menos por este hecho. Ninguna planificación se hace basándose en certezas, sino que se realiza sobre probabilidades. Y la mayor probabilidad era que nos hubiese tocado un equipo flojo, al que haber ganado con solvencia a pesar de estar aun casi en pretemporada. Por tanto, quejarse de mala suerte en el sorteo no es tanto un síntoma de mediocridad (como sí lo es en otras ocasiones), sino una realidad incuestionable. Había una posibilidad entre cien de que nos tocase un rival de tanto nivel, y esa es una probabilidad tan baja que no se puede decir nada de la planificación. 

Por otro lado, a mí el Sevilla me ha gustado, hablo del segundo partido, el primero no lo pude ver. La diferencia más grande que he notado respecto a la temporada anterior es la intensidad. El equipo lo ha dado todo, pero ese todo no ha sido suficiente. Lo que pasa es que el Sevilla de ayer no es el Sevilla que se supone que vamos a ver en la temporada, porque está muy poco rodado. Por tanto, si la actitud va a ser la de ayer, cuando vayamos cogiendo la forma las cosas irán a mucho mejor. La lástima es que eso no lo vamos a poder comprobar en Europa. Estoy convencido de que al Hannover nos lo hubiésemos comido de haber jugado contra ellos dentro de un par de meses. Cuando, por otra parte, hubiese sido más normal encontrárselos. No sirven de nada las lamentaciones, pero tampoco es justo pasarse hacia el otro lado. 

Cuando, hace pocos años, el Sevilla lo ganaba todo de la manera en que lo hacía, recuerdo que mi mujer se preguntaba que hasta cuando duraría esa racha. Y yo le decía que algún día terminaría, pero que esperaba que el equipo aprovechara ese extraordinario impulso para crecer y asentarse en un nivel superior al que se encontraba hasta entonces. Eso ha ocurrido, no somos los súpercampeones de entonces, pero somos más que antes. Aquello terminó, la época gloriosa pasó, suerte que la vivimos, y ahora estamos en otro momento diferente. Pero somos más grandes de lo que éramos antes de que ese esplendoroso periodo empezara. 

Y llegados a este punto, me gustaría reflexionar acerca de una cosa. El fútbol español se está descomponiendo. Hay clubes arruinados que no pagan a sus jugadores, lo cual ha motivado una huelga de futbolistas. La solución a la que se ha llegado es un parche, porque no se ha tratado el fondo de la cuestión. Los jugadores cobrarán hoy, pero, ¿lo harán mañana? Mientras no se solucionen los motivos por los que no han podido cobrar hasta hoy, el problema se repetirá. El Sevilla, sin embargo, está fuera de esa diatriba, lo cual es un lujo. Aún así, a corto plazo, vamos a competir en inferioridad de condiciones respecto a muchos equipos. Están los dos grandes, y no voy a entrar ahora a repetir lo que todos sabemos. Están a otro nivel, la diferencia aumenta y desde los poderes se incentiva a que eso siga ocurriendo. Luego están los equipos con "jeque", o sea, clubes que no dan para competir en las alturas, pero que han obtenido una falsa financiación para poder hacerlo. Me refiero a falsa porque no son esas empresas las que la han generado (como hace el Sevilla), sino que ha venido de fuera, y que tal como ha venido, se podrá ir. Luego están los clubes acogidos a la Ley Concursal, que compiten sin haber pagado, y que les dejan hacerlo. Es más, los demás clubes van a poner dinero para que lo puedan seguir haciendo. La competición está adulterada, pero no va a seguir así por mucho tiempo, porque la cosa estallará tarde o temprano. De hecho, pienso que esta huelga de la AFE es uno de los primeros síntomas de que está empezando a ocurrir. 

Los grandes van a perder la batalla de la televisión porque cada vez más gente ve insostenible el sistema actual, como es evidente. Los "jeques" se acabarán yendo cuando se aburran y esos equipos caerán. La Ley Concursal va a ser modificada y ya se podrá abusar de ella. Y todo esto hará que muchos equipos pasen problemas, desciendan y hasta desaparezcan. Al Sevilla no le pasará esto. Cuando lo que he dicho ocurra, los jugadores se pensarán muy mucho a donde ir, por qué club fichar, y el Sevilla será uno de los favoritos. Y aunque no sea nada fácil que vayamos a volver a eso que tuvimos hace cuatro o cinco años, sí que creo que la senda que está siguiendo el club es la idónea para asentarnos en un nivel superior al que teníamos antes de que eso de hace cuatro o cinco años comenzara a suceder. 

A día de hoy, estamos fuera de Europa, pero no lo estamos porque se estén haciendo mal las cosas, sino porque nos ha tocado un rival nada propio de estas fechas del año. Como ya he dicho, el equipo dio todo lo que tiene a estas alturas (que es mucho menos de lo que tendrá dentro de un par de meses), pero no fue suficiente. Ni ángeles, ni desastres. Un poco de realismo, mejor. La plantilla es corta, pero buena. Falta un delantero (gran error lo de Rodri), pero sólo eso no tira por tierra lo que se está haciendo. No del todo. Hay muchos jugadores nuevos, hay un entrenador que acaba de llegar, hay mucho que trabajar, que corregir, y no ha dado tiempo a hacerlo del todo. No ha dado tiempo, ni a nosotros ni a nadie. El Hannover es un equipo hecho que el año pasado hizo su mejor temporada en décadas y que está en clara ascensión. El Sevilla es un equipo que se está haciendo. Una vez hecho, seremos mejores que el Hannover. Ahora mismo, no. No del todo, no lo suficiente. 

Al Atlético le toca un equipito portugués y pasa. Al Athletic le dan el pase sin jugar. El Villarreal sufre lo indecible para eliminar al Odense, que es muy inferior al Hannover. Y nosotros... pues eso. Que nos toca un rival propio de otras épocas del año, cuando hubiésemos estado mucho más hechos. 

Una vez aceptada la derrota y asumida la decepción, es la hora del pragmatismo. Es la hora de tomarse las cosas de la mejor manera posible y ayudar a este proyecto nuevo a crecer. Impidamos que el primer revés en el camino lo destroce cuando aún acaba de nacer. 

Al fin y al cabo, no vamos a dejar de ser sevillistas. 

jueves, 25 de agosto de 2011

Si estoy en lo cierto, somos invencibles

Ayer fue un día grande para la Blogosfera. Ayer tuvo que pasar algo especial, más allá de la cercanía del partido contra el Hannover, para que ocurriera lo que ocurrió. Ayer daba igual el blog que leyeras, que la inmensa mayoría se adornó con excepcionales posts llenos de sentimiento, de sabiduría, de capacidad de análisis, cada uno a su rollo, cada uno con sus cosas, pero todos parecieron conjurarse para dar lo mejor de ellos mismos. Algunos podrían decir que las musas bajaron para inspirarnos, pero yo tengo otra teoría, igual de idílica, pero distinta. 

Ayer me pasé la tarde pensando en esto. Estaba trabajando, como todos los días, pero los humanos tenemos la capacidad de poder estar con un ojo mirando a un sitio, y con el otro atento al contrario. A veces me sorprendía tarareando por lo bajini el himno del Centenario, y en ese momento se me erizaba la piel. Es evidente que algo especial está ocurriendo, flota en el ambiente, se palpa, se siente, es como si te acariciaran la espalda, pero no pudieras volverte a tiempo para ver quien lo hace. 

El partido contra el Hannover no es sencillo, más bien todo lo contrario. Hay muchos que se acuerdan de lo ocurrido el año pasado con el Sporting de Braga, y eso podría provocar miedo, preocupación, incluso angustia. Pero no es eso lo que se siente. Yo más bien percibo ilusión, una ilusión casi desmedida. Huele a noche grande, a momento histórico, a cita trascendental. Y el Sevillismo está movilizado, inquieto, nervioso, pero no nervioso de intranquilo, sino de ansioso por que llegue de una vez el momento de disfrutar. Porque eso es lo que se palpa. Que esta noche va a ser para disfrutarla. Y me da la sensación de que no importa el rival, de que fuera cual fuese, la cosa sería exactamente igual. De hecho, creo que si no estoy equivocado, esta noche mordería el polvo en nuestro templo hasta el más grande equipo de todos los tiempos. Si estoy en lo cierto, esta noche somos absolutamente invencibles. 

La directiva ha apelado al "espíritu Puerta" para animar a la afición, pero creo que no hacía falta hacerlo. Así se ha pronunciado más de uno en estos días, y yo estoy de acuerdo. No es necesario acordarse de Antonio, el aficionado sabe de sobra lo que tiene que hacer. Sin embargo, también me parece obvio hacerlo. Antonio Puerta es el Sevillismo hecho persona humana. Un chico que nació en Sevilla, que mamó sevillismo desde pequeño, aunque en su familia hubiera béticos (¿en qué familia no los hay?). Que ingresó en la cantera sevillista para pasarse años en la Cisneros Palacios donde ahora una estatua suya le recuerda y le honra. Que se llevó años soñando con llegar al primer equipo hasta que lo consiguió. Que luchó hasta la extenuación por abrirse un hueco, se lo acabó abriendo, comenzó a ganar títulos y hasta llegó a la selección. Que alguien me diga si no soñó alguna vez de niño con hacer eso en el Sevilla FC. Es el Sevillismo personificado, igual que pasa con otros futbolistas, es cierto. Pero Antonio se diferencia del resto en una cosa: nuestro lema es "sevillista hasta la muerte", y hasta en eso es sevillismo Antonio Puerta. Porque Antonio Puerta se dejó la vida con la camiseta puesta y el escudo en el pecho. ¿Puede haber en el mundo algo más sevillista que eso? Es insuperable. Por eso, en mi opinión, apelar a Puerta es apelar al Sevillismo. Y al Sevillismo no le hace falta eso porque el Sevillismo no es algo que necesite ser recordado. El Sevillismo se siente, se lleva dentro, es parte indeleble de nuestras vidas, y no es necesario que nadie venga a decirnos lo que tenemos que sentir. Lo sentimos y punto.

De todos modos, no dejan de emocionarnos vídeos como el que el club ha sacado para promocionar el partido. Y conmigo lo ha hecho de un modo especial, porque es como si hubiesen leído mi pensamiento antes de elaborarlo. 

Yo no creo nada en la superstición, me considero una persona realista y pragmática, pero el recuerdo de Antonio Puerta hace que se tambaleen esas convicciones. Me llama muchísimo la atención su caso. Llegó al club en una época dificilísima. A finales de la década de los 90, mientras el Sevilla deambulaba en Segunda División, él ya pertenecía a la entidad, se estaba formando en los escalafones inferiores. A medida que iba ascendiendo en estos, el Sevilla hacía lo propio en el fútbol español, hasta que en 2004 debutó en la élite de la mano, cómo no, de Joaquín Caparrós. A partir de ahí, el Sevilla creció de un modo meteórico y llegó la cascada de títulos en una racha imperial y majestuosa que se truncó justo cuando él falleció. Él se fue, pero sigue entre nosotros, y basta acordarse de él para inspirar Sevillismo. Porque el Sevillismo es él, él lo encarna a la perfección, sevillista hasta la muerte. 

Pero mis pensamientos van más allá, y al ver el vídeo promocional de club sentí un escalofrío cuando identificaban a Antonio con un ángel. Es justo eso lo que me inspira su recuerdo, lo que me ha inspirado siempre, sin necesidad de ver el vídeo. Por eso decía antes que parecía como si la directiva hubiese leído mi pensamiento. 

Hace ya tiempo que me imagino a Antonio Puerta como algo maravilloso que Dios envió al Sevillismo con la misión de hacer justicia. Porque el Sevillismo, una de las mejores aficiones que existen, llevaba demasiado tiempo sin obtener lo que se merecía. Generaciones enteras fueron fieles a un equipo que pasaba por la vida sin pena ni gloria. Pero ahí seguían, firmes, inamovibles... hasta la muerte. Millares de pobladores del Tercer Anillo tuvieron que irse allí sin ver sus sueños cumplidos. Yo siempre digo que, más pronto o más tarde, Dios pone a cada uno en el lugar donde se merece. E imagino que se dio cuenta que el Sevilla no estaba en ese lugar y decidió poner remedio al asunto. Mandó a su enviado y con él las cosas comenzaron a mejorar. A su lado, el equipo funcionó de maravilla, avanzó en las competiciones, ganó partido tras partido haciendo un juego maravilloso. Las cosas comenzaban a ponerse en su sitio, tantas décadas después. 

En aquel partido contra el Schalke 04, el equipo se atascó, abrumado por la inmensa grandeza de lo que estaban a punto de conseguir. Y nuestro ángel tomó la iniciativa e hizo el gol que definitivamente nos cambió la vida. Tuvo que ser él, en el minuto 100 de aquel partido, en el año de nuestro centenario. Ya estábamos en nuestro sitio, su misión estaba cumplida, pero Dios consideró que eran demasiados años de penas, que aquello no era suficiente, y no sólo nos dio el título de la UEFA, sino que nos regaló la mejor temporada en la historia de nuestro equipo, con Antonio Puerta formando parte del mismo. Otra UEFA, una Copa del Rey, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa, mejor equipo del mundo durante dos años seguidos...

Despues de tantos años de penalidades, el Sevilla estaba en su sitio. Ahora sí, la misión estaba cumplida.

Y Dios reclamó a su ángel. 

Pero no lo reclamó de cualquier manera. No se lo llevó y punto. Hizo que volviera de la forma más sevillista posible. Hizo que vistiera esa camiseta hasta la muerte. Hizo que se dejara la vida con el escudo en el pecho. Permitió que nos pudiéramos acordar del ángel cada vez que necesitáramos el ánimo que él nos daba. Se lo llevó, pero no del todo. Nos dejó algo para nosotros, algo que conservar por siempre. 

Así es como lo llevo pensando para mis adentros desde hace un montón de tiempo. Por eso me estremecí cuando aquella chica rubia del vídeo subrayaba la palabra "ángel" en el mural de la pared del metro. Si es verdad lo que yo pienso...

Si es verdad lo que yo pienso, nuestro ángel ha inspirado al club para hacer ese vídeo.

Si es verdad lo que yo pienso, nuestro ángel nos visitó a todos ayer para hacer el día más grande que le recuerdo a nuestra Blogosfera.

Si es verdad lo que pienso, nuestro ángel anda por aquí, por Sevilla, entre nosotros, dejándose sentir, permitiendo que lo percibamos, acariciándonos la espalda para desaparecer antes de que nos demos la vuelta.

Si nuestro ángel está aquí, no me extraña que el Sevillismo bulla de ilusión y ganas. Es normal que no haya miedo ni preocupación. ¿Cómo la va a haber?

Porque todos sabemos por experiencia que si Antonio Puerta está por aquí, nadie podrá con nosotros.

Si nuestro ángel está aquí, somos invencibles.  

Esta noche lo veremos.

P.D. Por cierto, igual es casualidad, pero hoy, justo hoy, hace cuatro años que nuestro ángel cayó al césped de nuestro templo para despedirse para siempre de nosotros. ¿Tendrán idea los de Hannover de lo que les espera esta noche?

miércoles, 24 de agosto de 2011

Propuestas imaginativas

Esto es lo que ha dicho Jose Luis Astiazarán, presidente de la LFP, que están buscando para solucionar el problema de la huelga de futbolistas. Propuestas imaginativas, a saber qué se les está pasando por la cabeza.

Como suele ocurrir, en este conflicto cada uno habla de lo que le interesa, pero sin llegar nunca al fondo de la cuestión. Es desesperante tener que escuchar continuamente un eslogan tras otro, pero ninguna explicación convincente de ninguna de las partes, lo cual mosquea mucho al principal afectado por toda esta situación: el aficionado (como siempre, la parte más débil). Y es que a mí no me cabe en la cabeza que unos tipos se lleven hablando seis horas para no llegar a ninguna solución, y que las explicaciones se limiten a repetir una vez más los eslóganes que cada uno de ellos defiende. Cuatro palabras y a seguir "negociando". 

Y, ante esto, a mí me ha dado por investigar un poco, no mucho, pero sí algo que me permita entender un poco más esta situación. Las relaciones entre AFE y LFP ya venían deterioradas desde hace tiempo (con varios amagos de huelga), y estalló definitivamente en diciembre de 2010 cuando el sindicato de futbolistas presentó una denuncia ante la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional (en teoría quien es competente en materia de conflictos colectivos que sobrepasan el ámbito de las Comunidades Autónomas). El motivo de esa denuncia era la negativa de los jugadores a disputar partidos el 2 de enero (cuando estaba programada una jornada de liga), ya que en el convenio colectivo que estaba vigente (y que expiró con el fin de la temporada 2010/2011) se contemplaba que, como muy pronto, sólo se podía jugar a partir de los días 3 de dicho mes. Antes de presentar esa demanda, habían intentado llegar a un acuerdo para trasladar la jornada íntegra al lunes día 3, pero como era lunes y aquí mandan las televisiones, pues la LFP se negó. Tal y como estaba previsto, obligó a jugar la mitad de la jornada el domingo, y la otra mitad el lunes. 

Al tiempo que presentaban la demanda, amenazaron con no disputar los partidos del día 2, pero la Audiencia Nacional se declaró incompetente para ese caso al considerar que se debería haber seguido la vía contencioso - administrativa, y no la social, ya que el calendario lo elaboró la RFEF, por delegación del Consejo Superior de Deportes, en un acto administrativo. La AFE tenía conocimiento de dicho calendario antes de su publicación (en julio), y era en ese momento cuando deberían haber presentado la demanda por lo social, ya que sin su beneplácito no se podía aprobar. Pero una vez publicado, ya es acto administrativo. Por tanto, la jornada se disputó en las fechas señaladas. Claro que uno no comprende bien que si el calendario se hizo en verano, por qué esperaron a diciembre para formar el Cristo, lo cual me lleva a sospechar que hay mucho más detrás de todo esto y que tal cosa no era más que una medida de presión en busca de otros objetivos. 

A pesar de lo lastimoso de su tono cada vez que se pronuncian en público, a mí los de la AFE nunca me han parecido trigo limpio, y este tipo de cosas no hacen más que confirmar mi opinión. Claro que, comparados con los de la LFP, son casi hermanitas de la caridad, que se lo pregunten si no a José María Cruz, que al ver el percal se marchó de allí por patas. 

Pero esto no quedó aquí, ya que la LFP denunció el convenio en enero. Esto suena muy fuerte, pero no es lo que parece. Cuando un convenio llega a su fin puede ser prorrogado si ninguna de las partes dice lo contrario. Pero si una de las partes no quiere que eso ocurra, tiene que decirlo. Y a eso se le llama "denunciar". Igual deberían buscar una palabra menos contundente, pero es lo que hay. Por tanto, una vez denunciado, comenzaba la negociación de uno nuevo que aún no ha terminado y que nos ha llevado hasta la situación en la que nos encontramos hoy. 

Las diferencias entre AFE y LFP en esta negociación eran muchas: que los partidos internacionales no computen como vacaciones, que no se obligue a ceder los derechos de imagen de los jugadores a los clubes, que no sólo haya medidas paliativas (solución de problemas) sino también preventivas (que no lleguen a surgir esos problemas), que la LFP no pueda llegar a acuerdos unilaterales, sino que tenga que tener en cuenta a la AFE para ellos, etc. Y, sobre todo, que se garantice el cobro de los salarios de los jugadores, y en este sentido, que se aumente el fondo de garantía salarial (fondo al que contribuyen todos los equipos y que se usa para pagar las deudas que los clubes morosos tienen con los jugadores). En el convenio recién expirado, ese fondo ascendía a 6 millones de euros para los clubes de Primera, algo ridículo con las cifras de deuda que se manejan a día de hoy. 

Pues bien, casi todos estos problemas que parecía haber resulta que se han solucionado en las maratonianas reuniones de estos días, incluso la LFP ha aceptado la propuesta de la AFE mediante la que se pedía que los clubes que se acogieran a la Ley Concursal descendieran de categoría. Claro que eso no es nada del otro mundo, ya que actualmente se encuentra en trámite un proyecto de reforma de dicha Ley para impedir que los clubes de fútbol puedan aprovecharse de esta y suspender pagos sin miedo a castigos deportivos. 

En lo único en lo que aún no hay acuerdo es en las garantías de pago de ese fondo del que hablaba antes. Han acordado ya incluso la cantidad, según parece. Y este es otro tema que me hace seguir pensando que la AFE no es trigo limpio. Resulta que una de las condiciones que la LFP ponía para aceptar un aumento del fondo de garantía era que se asegurase que ese dinero iría a parar única y exclusivamente al pago de los salarios de los jugadores acreedores, y no a la financiación del sindicato. Y esto sí que clama al cielo. Además, como resulta que se le llama sindicato por llamarle de alguna manera, pero que en verdad son asociación, su financiación debería llegar de las cuotas de los asociados, y la LFP argumenta, y con razón, que en esa asociación hay personas lo bastante pudientes como para mantenerla sin necesidad de ayudas externas. Pero pudientes de verdad, ¿no os parece?

Aquí hay algo que no huele bien, está claro, y la peste viene del lado de la AFE.

Para colmo, según se informa, uno de los conflictos que había era sobre la cantidad del fondo. La AFE decía que la deuda ascendía a 52 millones de euros, mientras que la LFP, tras revisar los concursos de acreedores, sólo reconocía 35. Pues bien, la AFE ha decidido dar por buena esa cantidad de 35. ¿De qué estamos hablando? ¿Qué coño es esto? ¿De golpe y porrazo lo que se le debe a los futbolistas ha bajado en 17 millones? ¿Qué quiere decir esto? ¿Que habrá futbolistas que no cobrarán? ¿Que cobrarán todos, pero menos de lo que se les debe? ¿O que esos 17 millones de euros eran para otra cosa, y que han aceptado renunciar finalmente a ellos?

No acuso a nadie de nada, pero no me negaréis que esto huele fatal. 

Finalmente, una vez llegado a un acuerdo en todo y aceptada la cantidad del fondo de garantía salarial que aparecerá en el nuevo convenio, sólo queda la controversia de las garantías bancarias, o avales, o lo que sea que asegure que esas cantidades se conseguirán cuando llegue el momento. Es el único punto de discordia que queda, y es de prever que esta tarde llegarán a un acuerdo final para que este fin de semana haya liga. 

Como veis, la cosa es tela de compleja, viene de lejos, y va mucho más allá de los cuatro conceptitos con los nos machacan tanto unos como otros. Y lo de las "propuestas imaginativas" de las que habla Astiazarán se deben referir a que no saben bien cómo convencer a los futbolistas de que esos dineros estarán cuando haga falta. Y no me extrañan las reticencias de los jugadores, en vista de la situación de muchos de los clubes que componen la Liga y que son los que tienen que poner ese dinero.

De todos modos, yo creo que esta tarde acabará todo. Llegados a este punto, resultaría bastante extraño que la cosa no fuera así. 

martes, 23 de agosto de 2011

¡Hipócritas!

Todavía no se ha confirmado la noticia y ya los hay que se empiezan a rasgar las vestiduras

¡Hipócritas!

Resulta que el Sevilla se está planteando aceptar la oferta de patrocinio de una empresa llamada "Ashley Madison", la cual se dedica a concertar citas entre personas, poniendo énfasis en los casados que buscan una aventura, aunque no sólo va dirigido a estos. La oferta es sensacional, muy por encima de lo que se estila en estos tiempos, y asciende a 2,5 millones por temporada. El problema radica en una serie de condiciones extravagantes que se plantean, así como en los bonus. Entre esas condiciones está el evento anual al que tendrían que asistir todos los futbolistas o el que se llamaría "Partido Ashley Madison", en el que todo se llenaría de color de rosa por el Sánchez Pizjuán. Aparte, se premiaría económicamente a jugadores y aficionados que admitieran una relación infiel desarrollada gracias a esta empresa.

Vaya por delante que a mí esto me parece una aberración. A ver, la oferta económica es estupenda, y más para un club como el Sevilla tan necesitado de dinero (si no queremos acabar como otros que todos conocemos). Pero esto de premiar la infidelidad es algo bastante poco vendible, por decirlo de alguna manera, y casa bastante poco (nada de nada, más bien) con mi forma de entender la vida.

Sin embargo, aquí no estamos hablando de moral, sino de negocios. Y en este sentido la cosa cambia por completo. Ya sé que es justo en este punto cuando cualquiera me podrá decir cosas sobre los valores del deporte, sobre la imagen que se proyecta a la sociedad y demás, tan importantes como melifluas cuando se habla de dinero y de conceptos empresariales.

Vamos a ver, seamos un poco serios y, sobre todo, coherentes. Porque a mí este tipo de moralina me saca de mis casillas. Me parece de una hipocresía insoportable, y a veces es necesario hablar bien clarito para que nos entendamos. Primero y principal, la crítica que viene a continuación no va dedicada a los aficionados, sino a esos adalides de la moral, esos que deciden por uno lo que está bien y lo que está mal sin que nadie les haya dado permiso para ello.

Los hipócritas más grandes que puede haber.

El Sevilla es una empresa, y Ashley Madison, otra. El Sevilla necesita dinero y los americanos se lo ofrecen a cambio de publicidad. Los americanos venden un producto y sus consumidores potenciales son libres de adquirirlo o no. Más allá de esto, la cosa versa sobre opiniones personales que no suponen ningún ingreso para la entidad. Y a veces clama al cielo escuchar según qué cosas.

A los que se escandalizan por esto, yo les preguntaría que por qué no hacen lo propio con otras cosas que, en mi opinión, son mucho más graves. Estamos hablando del mundo del fútbol, ese que dejó atrás el deporte para convertirse en un negocio. Y a todos nos gusta ver a nuestro equipo en las alturas, para lo cual hay que conseguir dinero. ¿De dónde lo sacamos? Pues aquí tenemos una oportunidad. ¿O preferimos vender a alguna de nuestras estrellas? Claro que, en ese caso, habría que reinvertir el dinero en un sustituto. Y en toda esa vorágine nos acostumbramos a escuchar cantidades estratosféricas como si fueran calderilla. Y agachamos la cabeza cuando, viendo la tele, nos muestras las imágenes de unos niños negritos que se mueren de hambre mientras nos dicen que la Cruz Roja ha pedido 60 millones de euros para frenar esa situación. Eso no nos gusta verlo. Sin embargo, la levantamos de nuevo cuando, segundos después, nos dicen que el Barça acaba de fichar a Cesc Fábregas y que lleva 80 millones gastados. Somalia necesita 60 millones de euros para no morir de hambre, y el Barça se gasta 80 en contratar a unos chavales para jugar al fútbol. Y nos quedamos tan anchos.

¡Hipócritas!

¿A alguno se le ha ocurrido pensar que para que mantengamos nuestro nivel de vida es necesario que haya personas en el mundo que subsistan muy por debajo del nivel de la pobreza? Si está demostrado que el planeta no produce lo suficiente para alimentar a toda su población, y en nuestra sociedad uno de los grandes problemas de salud que tenemos es la obesidad, ¿cuánta gente morirá de hambre mientras nosotros nos devanamos los sesos para bajar un par de kilos? ¿Y nos vamos a escandalizar por una chorrada como esto de las citas cuando nos reímos en plan cómplice cada vez que cualquier fantoche nos cuenta que se fue de putas después de no se qué celebración o despedida de soltero?

¡Hipócritas!

¿A alguien se le ha ocurrido pensar por qué hay agua caliente cada vez que abrimos el grifo marcado en rojo? ¿Por qué tenemos gasolina en los surtidores cuando nosotros no producimos petróleo? ¿Por qué podemos comprar productos típicos de otros lugares a un precio asequible? ¿Cuánta gente en el mundo lo pasa mal para que nosotros podamos vivir bien? En eso no pensamos, pero que no se les ocurra teñir nuestro estadio de rosa, que eso da mala imagen.

¡Hipócritas!

¿De qué imagen hablamos? ¿Qué valores tratamos de transmitir? Con lo que cobra en un año un futbolista  normalito de primera división se podría pagar ocho o diez veces la hipoteca que me va a acompañar a lo largo de la mayor parte de mi vida. ¿Esa imagen está bien? Jugadores que son chavales, niñatos forrados de dinero que se quejan de que no se les trata bien, de que no se les tiene cariño, que ahora están aquí y mañana se marchan a donde les paguen más. ¿Esa imagen? ¿Dónde está el deporte? ¿Y los valores que queremos enseñar a nuestros hijos? ¿Esos? Esos sí, ¿no? Pero lo de las citas por internet es una barbaridad, una locura, una inmoralidad. ¿De qué estamos hablando?

¡Hipócritas!

De modo que nos parece bien que nos patrocinen casas de apuestas como Betwin o 888, pero no una casa de citas. Lo de las apuestas si es acorde con la imagen y los valores que queremos proyectar, ¿verdad?

¡Hipócritas! 

A todos nos gustan mucho las camisetas y la ropa deportiva de Nike, de Adidas y demás, pero no nos paramos a mirar que esas prendas son "Made in Vietnam" o "Made in Thailandia", y que en aquellos países contratan a niños para hacer los trabajos. Eso sí está bien, pero lo otro, no.

¡Hipócritas!

No nos duele en prenda aceptar el dinero de las televisiones, esas televisiones cuyos programas estrella son los de "corazón" en los que se venden cuernos al mejor postor. Una sociedad que colma las audiencias de los "grandes hermanos" en los que hay personas que fornican en público para gozo y disfrute de los mismos que luego se llevan las manos a la cabeza ante empresas como esta "Ashley Madison"

¡Hipócritas!

Y apenas se dice nada de que el Barcelona esté patrocinado por Qatar, un estado musulmán en el que la mujer es anulada. No importa mientras paguen bien, pero que no se nos ocurra a nosotros obtener el mismo dinero procedente de una casa de citas. En Qatar, las mujeres son humilladas por obligación. En "Ashley Madison" todo el mundo es libre de hacer lo que le de la gana. Pero los primeros están bien y los segundos, no.

¡Hipócritas!

Los hay quienes dicen que el Atlético de Madrid rechazó el patrocinio de esta empresa, y que por eso nosotros tenemos que hacer lo mismo. ¡Vaya por Dios! Ahora resulta que el Atlético de Madrid tiene que ser un referente moral para todos nosotros. Un equipo comandado por los Gil. Un equipo que se ha gastado 40 millones de euros en un jugador, con los tiempos que corren, y cuando deben hasta de callarse. Un club que mira para otro lado cuando su afición canta eso de "Puerta se marea" nos va a decir ahora lo que está bien y lo que está mal.

¡Hipócritas! ¡Hipócritas todos! ¡Hipócritas redomados!

Y el primer hipócrita soy yo, porque yo no quiero que el Sevilla acepte esa oferta, no me gusta, no me parece seria. Pero si acaban por aceptarla, no me rasgaré las vestiduras. Porque yo quiero ver a mi equipo en las alturas, quiero que conserve a las estrellas y quiero que vengan otras nuevas. Quiero que se ganen partidos y que se triunfe en este mundo futbolístico. Pero para ello hay que conseguir dinero, y eso no es fácil. Mientras no se repartan mejor los ingresos procedentes de la televisión, hay que buscarlos por otro sitio, y aquí tenemos uno. 

¿Que no es lo ideal? Por supuesto que no lo es.
¿Que no es lo que a uno le gustaría? Que no os quepa duda.

Pero que nadie ose criticar al Sevilla por una cuestión como esta cuando hay tanto y tanto mucho más criticable por ahí y de lo que no se dice prácticamente nada. Al fin y al cabo, yo no me gasté ni un sólo céntimo en apuestas deportivas mientras fueron estas las que patrocinaron a nuestro club. Y, por supuesto, no tengo ni la más mínima intención de serle infiel a mi mujer por el hecho de que en las camisetas del Sevilla esté escrito el nombre de una casa de citas. 

¿Tan tontos se piensan que somos? ¿Tan maleables nos creemos? No es más que publicidad, que dinero. El que quiera poner cuernos los va a poner de la forma que sea. Y el que no, pues no. Así que centrémonos en lo importante, que es que el Sevilla adquiera el dinero que necesita para mantener nuestro nivel.

Y dejémonos de cogérnosla con papel de fumar con chorradas como esta. No se hace daño a nadie, no se obliga a nada. Preocupémonos por lo verdaderamente grave.

No seamos tan hipócritas. 


lunes, 22 de agosto de 2011

Disparates

Hay que ver la de cosas que pueden llegar a pasar en una sola semana. Y eso que al final no ha habido liga. Me he quitado de en medio siete u ocho días, y hay mil temas de los que me gustaría hablar y que tendré que dejar de lado porque ya se los ha comido la actualidad. 

En verdad no fue hasta ayer cuando me enteré de todo, o de casi todo. He estado fuera de circulación completamente. Me fui al norte de España, y ya sabemos lo que pasa cuando salimos de nuestra tierra: que si no es Madrid, Barcelona y un poco de Atlético, pues nada de nada. Me costó mucho enterarme de cómo quedó el Sevilla en Hannover. Por supuesto, no pude ver el partido. Y como en los informativos apenas se le presta atención, o estás delante de la tele durante los tres o cuatro segundos exactos en los que se dice de pasada el resultado, o no te enteras de nada. De hecho, solo logré saber que había perdido, pero no por cuanto. Me comía la moral, estaba indignadísimo. Ni que pretendiera conocer los resultados de la segunda división letona, joder. Que se trata de un equipo español que juega competición europea. Al no disponer de internet, la única opción era comprar prensa deportiva, pero yo me niego a gastarme mi dinero en el Marca, el As, el Mundo Deportivo o el Sport. Y como ya no iba a arreglar nada, como el partido se había jugado, el resultado era inamovible y estaba de vacaciones para descansar y desconectar, pues decidí dejarlo estar, que ya me enteraría cuando volviera a casa. Finalmente no fue así, gracias a Dios. Entramos a tomar algo en un bar y allí tenían un periódico deportivo, no recuerdo cual. Y pude ver que perdimos por 2-1. Y como ya me había hecho a la idea de un muy mal resultado, pues el 2-1 no me pareció tan desastroso. Es remontable. No es igual jugar en Alemania ante un buen equipo que estaba primado hasta los ojos, y animados por su afición, que hacerlo en el Sánchez Pizjuán, al todo o nada, y con el sevillismo volcado. No es igual, y lo cierto es que salimos vivos de Alemania. 

No hablaré de las sensaciones y del juego del equipo porque no vi el partido. Sólo espero que en la vuelta les venzamos y nos olvidemos de este mal trago. 

De lo que sí que me enteré es del tremendo ojazo que el segundo entrenador del Barça le dio en pleno dedo del pobre Mourinho. La verdad es que es indignante lo mal que se trata a ese portugués. No me extraña que estén tan indignados en Madrid. Y encima pierden el título. En fin, lo que hay que ver.

Y también, por supuesto, del fichaje de Falcao por el Atlético de Madrid. Y aquí me veo obligado a decir algo. Yo me he reído públicamente de la posibilidad de que el colombiano firmase por los colchoneros. Y ahora me toca retractarme porque es evidente que estaba equivocado. En verdad no me reía de los atléticos (ellos mismo se reían también de esa posibilidad) sino de su directiva y de esa prensa que se hacía eco del rumor. Estaba convencido de que no era más que la típica maniobra de despiste para ocultar y abaratar el fichaje de quien de verdad interesaba. Pero me parecía escandaloso que se utilizara para ello el nombre de un jugador que, en mi opinión, no estaba al alcance de un club tan endeudado y con un nivel deportivo tan venido a menos como el Atlético de Madrid. Al menos en comparación con el este año campeonísimo Oporto. 

Pues bien, ya digo, me equivoqué. Antes me reía sin razón, y ahora estoy escandalizado. Con la que hay formada en el fútbol español, con tantos equipos arruinados, acogidos a la Ley Concursal, con los futbolistas en huelga porque les deben la de Dios es Cristo, con la primera jornada de liga que no se ha disputado y que es posible que ni siquiera se juegue a lo largo de la temporada..., con tanto y tanto que hay que solucionar en un mundo futbolístico que se está descomponiendo a pasos agigantados, va un club que debe hasta de callarse y que mantiene colosales deudas hasta con la Hacienda Pública (que somos todos y cada uno de nosotros) y se gasta la friolera de 40 millones de euros en un jugador, me importa una mierda cual. 50 millones es lo que dice la AFE que se les debe a los jugadores, y estos se gastan 40 que no tienen, sino que deben. 

Esto es inconcebible. Ya todo vale, esto parece una orgía de dispendios, de despropósitos, de dislates y disparates. Nada importa, todo está permitido. ¿Os imagináis que va un inspector de Hacienda a vuestra casa reclamando una deuda, llegáis a un acuerdo para aplazarla y al día siguiente os compráis un Ferrari? No un Clío o un Twingo, no, un Ferrari rojo escarlata con el "cavallino rampante" sobre el capó. ¿No sería de temer que el mismo inspector volviera a visitaros para empapelaros de por vida? ¿A qué espera la Hacienda Pública Española para visitar al Atlético de Madrid? Tanto subir el IVA, tantas medidas de ajuste, tanta obra pública paralizada (SE-40, Metro, tercer carril de la A-92, etc) tanto apretar y asfixiar al currito de a pie para buscar dinero con el que enjugar el déficit público... ¿es que se va a pasar por alto ese dispendio económico?

40 millones de euros.

Yo me reía después de leer el rumor porque me parecía inconcebible que algo así pudiera ocurrir. Y ha ocurrido. Ya todo parece ser posible. Cualquier cosa. Aunque parezca tan inverosímil que nos provoque la caracajada. Esto va camino del desastre sin remisión. Del desastre absoluto que será lo bastante pronto como para que todos lo veamos a no ser que hagan algo, y lo hagan ya. 

En fin, que a partir de mañana volveremos a la actualidad sevillista. Sólo quería comentar un poco lo que más me ha llamado la atención de esta semana que he permanecido fuera. 

sábado, 13 de agosto de 2011

Por fin vacaciones...

A todo el mundo le toca y todo el mundo se las merece.

Me voy de vacaciones, aunque sólo será por una semana. Estaré de vuelta justo después de la primera jornada de liga...

Si es que se juega.

Entre tanto, recibid todos un cordial saludo.

viernes, 12 de agosto de 2011

Lo que pasa cuando se viola el espíritu de una ley

La convocatoria de huelga que ayer hicieron los futbolistas ha puesto a temblar a más de uno porque todo hace indicar que, al revés que en otras ocasiones, esta vez parecen ir en serio.

Hoy, el Diario el Mundo ha sacado la siguiente portada, la cual me parece un tanto injusta:


Parece como si los futbolistas no tuvieran derecho a reclamar lo acordado en sus contratos. Pero es que, además, no son los multimillonarios los que tienen problemas, sino más bien los que están en el polo opuesto. Los que cobran más bien poco, y que hasta ese poco se les está negando. No digo que no sea un tanto llamativo que haya huelga en un mundo tan aparentemente opulento como el fútbol cuando tanta gente humilde lo está pasando mal, pero también es cierto que el titular está cargado de demagogia. 

Bien, a lo que iba. Yo creo que este tema se está tratando de un modo un tanto superficial, cuando es evidente que tiene unas profundidades bastante más complejas. Esto no surge de la noche a la mañana. Esto es el resultado de muchas cosas que han pasado a lo largo de los últimos años, como el que los dineros vayan  en su mayoría a los ricos y se dejan de lado a los demás, que sólo Madrid y Barça importen, que se hagan gestiones calamitosas en diferentes clubes que viven por encima de sus posibilidades, y sobre todo, que todo el mundo lo sepa y nadie haga nada hasta que todo les estalle en la cara. 

Y en medio del debate, la tan manida Ley Concursal a la que cada vez se están acogiendo más clubes. Esta ley, en esencia, es una idea estupenda. Fue aprobada en 2004, en tiempos de bonanza, pero está pensada para las crisis. La idea es que no ocurra lo que hasta entonces, que una empresa se declare en suspensión de pagos, se liquiden sus bienes y que los acreedores se pongan a la cola a ver si pillan algo. Al contrario, lo que se pretende es que las empresas no desaparezcan, que no se mande al paro a los empleados y que se llegue a un acuerdo con los acreedores para aplazar el cobro de las deudas, reducirlas, etc. Todo ello según un plan de viabilidad aceptado por un juez de lo mercantil y supervisado el proceso por unos administradores concursales designados por este. De ese modo, todos cobran, tarde o temprano, la empresa sigue funcionando, los trabajadores conservan sus puestos y, más pronto que tarde, la empresa se reflota.

Muy bien, lo que pasa es que, como dice el dicho, quien hace la ley hace la trampa, y en el caso de los clubes de fútbol, estos se están aprovechando de una manera indignante de una normativa que está pensada, no para que se adultere una competición deportiva, sino para que no desaparezcan empresas. 

Vaya por delante que todo el proceso lo dirige y aprueba un juez, con lo que todo es perfectamente legal. Los clubes solicitan acogerse a esta ley y el juez aprueba su solicitud, designando entonces a los administradores concursales. Claro que no es lo mismo una empresa que está ahogada porque el ayuntamiento o la comunidad autónoma correspondiente no le paga sus facturas que un club de fútbol que ha vivido en plan jauja durante años hasta el punto de arruinarse. Pero todos son tratados igual, como defiende la Consitución, y el consejo de administración del club sigue en su cargo, eso sí, bajo la supervisión de los administradores concursales.

El siguiente paso es afrontar el problema financiero de la empresa, del club en este caso. Se diseña un plan de viabilidad y se trata de llegar a un acuerdo con los acreedores para la renegociación de deudas, aplazamiento de pagos, quitas y hasta anulaciones. Y este proceso puede durar legalmente hasta cinco años ¡Cinco años! Es decir, que un club que ha traspasado un jugador a otro que se arruina y se acoge a esta ley, puede que tenga que esperar cinco años, no para cobrar, sino para que le digan cuanto, cuando y de qué modo lo va a hacer. O sea, que pierde a un jugador, dicho jugador lo disfruta su competidor, no cobra y, por tanto, no puede fichar a un sustituto para ese jugador. Este no es el espíritu de la ley. Todo es legal, pero no está pensado para esto. 

Mientras, el club moroso sigue funcionando con normalidad, sus impagos no conllevan descensos administrativos, puede fichar jugadores e, incluso, los señores que llevaron a la entidad al desastre siguen en sus puestos. Para colmo, todo funciona bajo la supervisión de unos administradores concursales que cobran un pastizal por hacer su trabajo. Pastizal que le niegan a sus acreedores. Estos, para más inri, no pueden reclamar sus cobros cuando el club hace un traspaso (como el de Emaná en el Betis). Primero, porque tienen que esperar a que se apruebe el plan de viabilidad. Y, segundo, porque, una vez aprobado, se han de acoger a él. Da igual que el club gane muchísimo dinero con ese traspaso. Como ese dinero no está recogido en el plan de viabilidad, los consejeros que siguen en sus puestos a pesar de haber llevado al club al desastre pueden hacer con él lo que les venga en gana, siempre supervisado por unos administradores concursales que cobran una pasta, y todo aprobado y apoyado por la resolución de un juez. 

¿Y qué pasa con los jugadores? 

Pues los jugadores son unos acreedores más. Los futbolistas a los que se les debe dinero pueden denunciar el caso a su sindicato, a la AFE, lo cual puede suponer el descenso administrativo del equipo. Pero eso nunca será así si el club se ha acogido a la Ley Concursal. En este caso, los jugadores se pueden poner haciendo el pino con una mano, que no tienen nada que hacer. Eso sí, ya una vez en situación concursal, los futbolistas cobran mensualmente de forma normal (la empresa entera funciona de forma normal) El problema radica en lo que les deben de pagos anteriores. En estos casos, una parte de esa deuda es privilegiada, es decir, se paga antes que ninguna otra, pero el resto no. El resto se considera como si fueran unos acreedores más, que tendrán que esperar hasta cinco años para que se apruebe un plan de viabilidad y, a partir de ahí, cobrarán la cantidad que corresponda y cuando corresponda, según los administradores concursales y con el respaldo del juez de lo mercantil que lleve el caso. 

En estas condiciones, ¿qué pueden conseguir con la huelga que han planteado? La Liga no puede hacer nada  porque, una vez en proceso concursal, es el juez quien lo dirime todo. Es todo legal, no hay por donde coger el asunto. Es más, ese asunto se ha escapado de lo que es el fútbol y sus instituciones, y está en manos de un juez.

Por tanto, la cosa es mucho más compleja de lo que se quiere hacer ver, no por los futbolistas, sino por los medios de comunicación que están temblando de terror ante la idea de que no se jueguen esas dos primeras jornadas. Y va mucho más allá del hecho de que Casillas, Puyol o Llorente estuvieran en la comparecencia en la que la AFE decretó la huelga. Se habla de que están negociando un nuevo convenio colectivo, y de que el gran problema radica en que el Fondo de Garantía Salarial que propone la Liga no cubre ni siquiera lo que ya se les debe a los jugadores. 

"Los futbolistas no queremos más dinero, queremos que se cumplan nuestros contratos, que se vele por las deudas"

Son palabras de Luis Rubiales, representante de los futbolistas. Y tiene razón el hombre, lo que pasa es que ya se vela por las deudas. Lo hace un juez de lo mercantil que ha decidido que esas deudas no se paguen ahora, y ni siquiera en su totalidad, sino en función del plan de viabilidad que recoge la Ley Concursal.

"Denunciamos el incumplimiento de los contratos que los clubes firman con los jugadores. Cada día son más numerosos. 50 millones de euros, más de 200 futbolistas afectados estos años y 12 millones de euros y 100 futbolistas del año pasado"

Que si, que si, que tiene toda la razón del mundo. Que dice verdades como puños. Y la cosa va a peor, pero es que esto es mucho más que lo que están diciendo. Esto es el primer síntoma de la muerte del fútbol en España. Cuando decimos eso de que la actitud de los grandes y de la prensa se está cargando la gallina de los huevos de oro, nos referimos a esto. Por aquí se empieza. Ya está llegando.

"El club que demuestre que no va a pagar, no compite. Hemos pedido que todos los futbolistas a los que se les adeuden tres mensualidades puedan romper su contrato, pero se ha dejado a un lado"

Pero es que esto no es legal. Es que todo lo que ocurre está amparado por la decisión de un juez, la cual está fundamentada por una Ley, ahí está el problema principal.

Y para finalizar pide algo que es de cajón. Que cae por su propio peso:

"Hemos propuesto, como existe en otros países, medidas preventivas para que no ocurra"

Y de paso, pedidles a Casillas y a Puyol que se dejen de imágenes y palabras para la galería y que utilicen su influencia también para presionar a sus clubes, porque sus clubes tienen muchísima parte de culpa de lo que está sucediendo. Muchísima, y con la actitud que mantienen, no van a hacer otra cosa que empeorar la situación. 

La primera medida preventiva debería ser repartir mejor los dineros para que todos puedan cobrar religiosamente. La segunda, que los dirigentes que comentan desfalcos o gestiones calamitosas sean inhabilitados, no que se les permita seguir en sus cargos después de acogerse a concurso. Y la tercera, bien haría el Gobierno con cambiar-mejorar la ley para que los pájaros que la han utilizado en su beneficio, que han adulterado la competición y que han violado el espíritu de dicha ley dejan de hacerlo y no aparezcan nunca más por la escena pública. 

Porque la Ley Concursal es muy buena para lo que es, para proteger a las empresas en dificultades y mantener los empleos. Pero no se debería permitir que se acogiesen a la misma los dirigentes que han llegado a una situación financiera insostenible por culpa de una calamitosa gestión, en ocasiones rozando lo delictivo.

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