¿Y ahora cómo debo pensar?

Decía en mi post de ayer que no soy muy partidario de las cesiones. Que los buenos jugadores se deben de quedar y los que no lo son tanto se deben traspasar. Bueno, lo decía en el post de ayer y en otras muchas ocasiones. Sin embargo, ayer aceptaba que igual era conveniente que se cediera a Bernardo y a Rodri porque así lo pensaba alguien en quien confío y que entiende bastante de esto. Lo hice a regañadientes, sin estar convencido en absoluto. Lo que pasa es que yo apenas he visto jugar a esos dos jugadores, las cosas como son. Y como eso es así, pues no puedo asegurar que sean futbolistas lo bastante buenos como para afirmar categóricamente que merecen un dorsal en la plantilla del Sevilla. Por tanto, prefiero fiarme de lo que dicen los que sí que lo han visto jugar. Además, según parece, en el cuerpo técnico también tienen sus dudas. No es que no les consideren jugadores válidos, pero se dice que prefieren verlos jugar de un modo continuado en una categoría superior a la Segunda B.

Para colmo, un amable lector me recordó en un comentario el caso de Ramón Vázquez, que fue cedido al Recreativo de Huelva, se hizo futbolista de los grandes de verdad y acabó triunfando de un modo absoluto en el Sevilla. Por tanto, esa idea de que igual no es tan malo ceder jugadores, si escoge bien el destino, comenzó a calar en mi.

Pues bien, ya me han vuelto las dudas otra vez. Fijaos qué pronto. Al menos en lo que a Rodri se refiere. Resulta que, según Roberto Arrocha (fuente fiable donde las haya), Guardiola quiere a nuestro delantero para que entrene con el primer equipo del Barça, para que empiece jugando en el filial (Segunda División) y acepta que haya ciertas recompensas para el Sevilla caso de que juegue en el primer equipo. O sea, que piensa en él para que vaya jugando con los mayores, como lo hicieron en su momento Pedro, Busquets, Thiago, Jeffren, y tantos otros venidos de la cantera culé. 

Me preguntaba también ayer si esta manía por colocar a los jugadores filiales en otros equipos a base de cesiones era porque los jugadores las necesitan o porque los entrenadores no son capaces de guiarles en la transición hacia futbolistas de alto nivel. Me preguntaba por qué Cesc Fábregas jugaba con 18 años en el Arsenal de Wenger o por qué Busquets era titular con Guardiola nada más llegar a un primer equipo en el que ya estaban Xavi, Iniesta, Keita y Yaya Touré para jugar en su misma posición. Eso me preguntaba.

Aún así, acepté lo de que era necesario que Rodri fuese cedido. Pero si Guardiola le quiere, entonces ya todo ese castillo de naipes se viene abajo sin remisión. Si Guardiola le quiere es porque ve que ese futbolista puede llegar a algo y él sabe cómo hacer que lo haga. Igual que lo ha hecho con muchos otros. Y no necesariamente hablo de los que llegaron a titulares en la primera plantilla. Jeffren, por ejemplo, va a ser traspasado al Sporting de Lisboa por 5 millones de euros cuando sólo ha disputado veintipico partidos con el primer equipo. Porque en la primera plantilla del mejor equipo del mundo, y puede que de la historia, no tiene sitio, pero es lo bastante bueno como para que el equipo que pagó 3,5 millones por Capel, suelte ahora 5 por un futbolista como este otro. Guardiola le ha enseñado a serlo y le ha puesto en bandeja de plata una carrera deportiva, eso sí, un escalón por debajo del nivel del Barça. Pero una carrera deportiva. 

Vamos a ver, yo me niego a aceptar que Pep Guardiola, que entrena, como digo, al mejor equipo del mundo y probablemente de la historia del fútbol, quiera a un jugador para ir formándolo, y en el Sevilla no se nos ocurra otra cosa que cederlo. No me cabe en la cabeza, no lo puedo admitir. Yo no conozco a Rodri como para hablar con propiedad de su juego y de sus posibilidades, pero si que sé de lo que es capaz Guardiola. Y esta supuesta oferta del Barça debería de sacar los colores a algunos de esos que critican al chaval por ser eso, un chaval. Y de paso, hacer reaccionar a los técnicos sevillistas porque, al menos a mis ojos, están quedando verdaderamente mal después de no darle demasiada importancia a este chico, mientras todo un Pep Guardiola lo reclama para sus filas. 

Dicen que nadie es profeta en su tierra. Sabemos que hay mucha gente que se deja engatusar por nombres extranjeros rimbombantes, que no valen más que los de casa, pero a los que se les da una y mil oportunidades. Lo hemos visto cientos de veces, y aunque en los últimos años es cierto que algo va cambiando, aún siguen pasando cosas por el estilo. Aún se sigue pitando a los más jóvenes cuando cometen dos o tres fallos consecutivos. 

No sé qué va a pasar con Rodri, no sé si, ahora que Guardiola lo ha tocado, la gente lo va a mirar de otra forma (a veces somos así de imbéciles, yo el primero). Pero lo que tengo más que claro, lo he dicho muchas veces, es que deberíamos ser valientes de una vez por todas y apostar en serio por la cantera.

A ver si de una vez por todas se hace.