domingo, 18 de abril de 2010

¿Dónde estamos nosotros?

Acabo de volver de pasar una semana fuera de Sevilla, obligado por circunstancias familiares (agradables, por fortuna, eso si) a permanecer un tanto ajeno a la actualidad sevillista. Lo de que somos un equipo invisible es algo que te cae como una pesada losa en cuanto sales de la provincia. Es tremendo. Si no tienes una conexión a internet, o tiempo disponible para poder utilizarla, te tienes que conformar con ver los resultados en el teletexto. Es más fácil saber lo que ha ocurrido con el Arsenal o el Manchester que con un equipo español que no sea el Madrid, el Barça, o un poquito de los rivales de estos.

Por cierto, que al Madrid ya no le interesa Navas, por lo visto. Esta semana, como se han enfrentado al Valencia, el objetivo merengue es David Silva. ¡Que vergüenza, Dios mío! Y lo hacen siempre, sin ningún tipo de rubor. ¿Cuándo habrá alguien que le pare los pies a estos tipos? En fin.

A pesar de todo, me he enterado de los resultados del Sevilla (dos victorias y una derrota), de las declaraciones de Negredo diciendo que se aburría de saltar a por los balones, de la designación de la sede para la final de Copa...

Por tanto, no he visto los partidos, ni sé cómo ha jugado el equipo. No puedo entrar a valorar lo ocurrido, pero sí expresar mis sensaciones. Y la verdad es que, por lo que he podido leer por ahí, me siento un poco confuso. Y decepcionado. También algo desilusionado. Y sobre todo, desconfiado. Me refiero a que no confío en el equipo, ni en sus posibilidades. El partido de Málaga hubo que remontarlo. En Valladolid se cayó, parece que de un modo lamentable. Y contra el Sporting todo se puso demasiado de cara como para entrar a valorar nada.

Ya han pasado casi tres semanas desde el cambio de entrenador, y el único cambio que se ha visto en el equipo es que ahora parece que se rasea más el balón. Poca cosa, en mi opinión, aunque claro, para ser justos, ¿qué más se puede pedir? ¿Una revolución? Si el cambio de entrenador se hubiese producido con el equipo en puestos de descenso, estas tres victorias que llevamos desde entonces nos hubieran permitido salir del pozo. Pero como no fue así, sino que lo que se busca es entrar entre los cuatro primeros, hay que ganarlo todo. Y no se ha hecho. Lo que no valía con Jiménez, tampoco debe valer con Alvarez. El Sevilla continua jugando los partidos de la mejor manera que puede, y la sensación de equipo que se tambalea sigue ahí. Al menos es la sensación que me queda después de haberos leido a todos. A los que opináis de un modo y también de otro.

También me ha dado por mirar el calendario que nos queda a nosotros, y también al Mallorca. Y no veo las cosas claras en absoluto. Ya no. Hasta hace nada era muy optimista, pero empiezo a dejar de serlo. Estoy perdiendo la ilusión. He de reconocer que la destitución de Jiménez me hizo bastante daño. No por la marcha del técnico en si, que eso no es más que una anécdota, sino porque, con todo lo ocurrido, me dio la sensación de no reconocer al equipo del que soy, ni a la afición a la que pertenezco. Esos no somos nosotros. Me refiero a que nosotros nunca hemos sido así. Dicen que eso es la consecuencia de haber crecido, pero la grandeza no se ve sólo en las victorias. También en las derrotas. Quizás sobre todo en estas. Es ahí donde se demuestra la dignidad, y creo que nos ha faltado un poco de todo eso.

En estos días que he pasado fuera, gente de otros lugares, alejados de lo que por aquí se ha cocido estos últimos meses, me han preguntado hasta la saciedad sobre el por qué de la destitución del entrenador. Sobre las razones por las que damos la sensación de estar amargados, cuando nos encontramos en uno de los mejores momentos de nuestra historia. Y no sabía que contestar. Damos una imagen de snobs, de engreídos, de nuevos ricos que se creen mucho más de lo que son, con lo ridículo que queda eso delante de los demás. Y nosotros no somos así. Esos no somos nosotros, como decía antes, pero quizás nuestro comportamiento proyecta esa imagen.

Estamos haciendo la segunda mejor temporada de la historia del club, pero mis sensaciones son las más desagradables desde el último descenso. Y esto es inaudito. ¿Para qué queremos crecer, si eso supone vivir amargados? Esto es como el que es feliz llevando una vida humilde, le toca la lotería, y pasa a vivir obsesionado por no perder el dinero que nunca tuvo. Y de repente un día se levanta por la mañana preguntándose por qué vivía mejor antes, cuando no tenía nada.

¿Qué es mejor entonces? ¿Crecer o no hacerlo? ¿Tener dinero o no tenerlo?

Evidentemente, lo ideal es crecer y sentirse feliz y orgulloso de ese crecimiento, pero nosotros, por la razón que sea, no estamos siendo capaces de hacerlo. Hasa el punto de humillar y echar a patadas a un grande del sevillismo como Manolo Jiménez, y seguir humillándolo y pisoteando su cadáver (deportivo) una vez fuera.

Estos no somos nosotros. Nosotros nunca hemos sido así. ¿Qué nos está pasando?

Es cierto que siempre hubo crítica. Que el sevillismo nunca ha dejado de exigir a pesar de tanta mediocridad como hemos sufrido. Que jamás dejamos de soñar con un Sevilla campeón, aun arrastrándonos por el infierno de Segunda. Y que ahora que tenemos lo que siempre soñamos, no lo queremos perder. Como aquel al que le tocó la lotería. Por fin tiene el dinero que siempre soñó, pero su obsesión por no perderlo le hace no saber disfrutarlo.

Eso es una desgracia. Y yo no quiero ser un desgraciado. Sin embargo, es así como me siento a veces.

Tenemos la opción de entrar en Liga de Campeones, pero en vez de disfrutarlo, lo que hacemos es lamentarnos por anticipado de la posibilidad de no conseguirlo. Divisamos en el horizonte una final de Copa, pero quien más quien menos se está construyendo el caparazón con el que protegerse del disgusto que nos puede causar perderla. En vez de ilusionarnos como niños pequeños con la oportunidad que el Destino nos vuelve a brindar.

Vivimos amargados. Los que apoyábamos a Jiménez luchamos día a día por no decir eso que pensamos. Eso que nos grita en nuestros adentros que para qué el cambio. Y los que querían ese cambio están contrariados porque no se ven los efectos del mismo, y se conforman con pensar que, al menos, ya no hay tantos boleones, y sí más toque de balón. Que el que no se consuela es porque no quiere.

Y muchos jugadores paseándose por el campo. O aburriéndose de saltar a por los balones.Y lo que es peor, reconociéndolo en público para regocijo de esos que nos desean el mal.

El equipo de la casta y el coraje.

¿Dónde está ese equipo?

¿Dónde estamos nosotros?


6 comentarios:

balonreondo.- Fran y ... dijo...

Excelente planteamiento.
Lo dejas muy claro.
Una cosa es que el presidente debe decir que lo mejor está por llegar. Y todos debemos sentirlo y esperarlo. Y otra que llegue ya , ahora, la liga, la copa, champions, con juego bonito, y entrenador sevillista.
Y si no es es así pataleta y división.

Siempre he dicho que hay motivos mas que de sobra de sentirnos feliz y unidos en la ilusión de esperar un nuevo título, o una final, o cuartos de champions, etc. Lo que llegue. Pero arriba en todo lo alto compitiendo. Como aún seguimos.
¿Pero quien no quiere nuestra felicidad?
- Los béticos. Que vieron su centenario ruinoso, y el nuestro áún dura. Y se sienten mal. (Los malos béticos claro)
-Los que temen que con inferior presupuesto le hagamos sombra. Madrid especialmente.
-Los prensa deportiva que apuesta por los mediáticos, y ganan mucho en ellos. Por eso nos hacen invisible fuera de Sevilla, y hasta en Sevilla de los éxitos.
-Y especialmente algunos periodistas locales que ven peligrar su audiencia y lectores, por los medios del Sevilla FC. Y akí entra tambien los béticos y políticos béticos. Y prisa, etc.
Ya uno de ellos se regala con el mundo ED.
Esto es lo que algunos se tragan y atacan todo lo propio. Algunos sevillistas que ni saben el daño que están haciendo al club.
Tras la huida del traidor y tal como estaba el vestuario, hacía falta un entrenador sevillista, y quien mejor que Manolo Jiménez. Solo para salvar resultados y estar arriba un tiempo. Y lo hizo fenomenal hasta que caló en la cancha y en el vestuario las pataletas de lo que piden mas, de no se qué. Y amargó a la aficción y despues a los jugadores.
Lo peor que nos puede pasar ahora es que venga un entrenador con hilos o amistades en las mafias de fútbol, prensa mediática,(Brasil, Argentina, Italia, Madrid). O sea tocado por ellos. Entonces si que no llergaremos a nada.
Todos sabemos como está todo a la medida de los poderosos de siempre, que no, "GRANDES DE AHORA"
Esto es lo que yo veo con dolor.
Un abrazo
Fran.

EL PAPI MAGASE dijo...

Bienvenido,acabo de leerte y con tu permiso o sin el he compartido este post en mi muro de facebook,eres la leche hermano y llevas mas razón que un santo,ojalá un dia sepamos encontrar ese equilibrio como afición que tantita falta nos está haciendo,solo es cuestión de mirarnos en el lado izquierdo del pecho y seguro que ahi mismo hallamos las respuestas a todas las incognitas creadas,un abrazo crack,nos seguimos leyendo.

Jose Ant. Vega dijo...

Grandes verdades dices en este post, como siempre, creo que deberías plantearte el cambiar el nombre del blog a " grandes verdades sevillistas · xDD

me quedo con eso:
" al Madrid ya no le interesa Navas, por lo visto. Esta semana, como se han enfrentado al Valencia, el objetivo merengue es David Silva."

Talibán Sevillista dijo...

Si tuviese que definir este post comparándolo con otros post publicados en este blog sería "mas de lo mismo".
Este post es igual que otros leídos aquí, esto quiere decir brillante.
Tienes el don de escribir artículos extensos y que se queden cortos en la lectura.
Una vez mas felicidades.
Un abrazo

balonreondo.- Fran y ... dijo...

Disculpas falta un trozo:

Ya uno de ellos se regala con el mundo ED.
.../...
Por eso vemos los ataques sistemáticos a todo lo que huela a sevillismo. Especialmete a la directiva que nos dió títulos, sus decisiones y colaboradores. Y evidentemente a los medios del Sevilla FC.
Con supuestos (subjetivos) que siempre dan por veraces. Para crear DIVISIÓN Y PRESIÓN.

Esto es lo que algunos se tragan y atacan todo lo propio.

.../...
Lo siento.
Fran

Rafael Sarmiento dijo...

@Fran

Como siempre, tus comentarios completan todo lo que he querido decir en el post. No hay mejor forma de hacerlo, y te lo agradezco. No puedo hacer otra cosa sino suscribir todo lo que dices. Es justo lo que pienso.

@Magase

Puedes hacer lo que quieras con lo que aquí escribo. Hala, ya tienes mi permiso :)

A ver si de verdad pasa eso que dices, y nos miramos ahí, en ese lado del pecho. Como bien dices, vaya faltita que nos hace.

@Jose Antonio

Lo de cambiar el nombre del blog no me lo había planteado. Pero estas son mis verdades. Cada uno que piense lo que quiera. Eso si, que gente como tu esté de acuerdo conmigo me halaga. Eso no lo puedo evitar.

@Talibán Sevillista

No sabes lo que se agradece que te digan cosas como esas. Bueno, seguro que sí lo sabes, con lo que tiene mucho más valor.

Muchas gracias a todos, y un abrazo

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