miércoles, 3 de junio de 2015

La margarita de Unai y mi espinita de 2007

En el año 2007, yo me quedé con una espinita clavada. Es algo que no tiene solución, una duda que jamás tendrá respuesta. Algo que me da mucha rabia. Les cuento: a mí me hubiera encantado ver a aquel equipo mágico que lo ganó todo (salvo lo que no le dejaron) compitiendo en la Champions League. Estoy convencido de que hubiésemos hecho algo grande. Muy grande. Me acuerdo de lo que hicieron en su momento el mejor Valencia y el mejor Atlético de Madrid y me veo ahí. Aquel equipo de Juande hubiese estado ahí. Aquel equipo de Juande era prácticamente invencible, y basta con preguntarle a aquel Barça de Rijkaard que aspiraba, según ellos, a siete títulos y que a las primeras de cambio redujeron sus expectativas a seis porque el Sevilla les burreó en la Supercopa de Europa. 

Pero no lo pudimos ver. El Sevilla jugó la Liga de Campeones, eso por supuesto. Y lo hizo (objetivamente) bien. Muy bien, incluso, para tratarse de un debutante. Pero aquel no era el Sevilla que yo quería ver. Que todos queríamos ver. Aquel era otro. No ya por la muerte de nuestro querido Antonio, sino, sobre todo, por la marcha del entrenador. De hecho, a pesar de los brillantes números de la era Jiménez, la mayor parte del Sevillismo se quedó con la amarga idea de que habíamos desaprovechado una oportunidad histórica. Estuvo bien, sí, pero podría haber sido mejor. Mucho mejor. Históricamente mejor. Una oportunidad que se desvaneció por diferentes motivos y que todos sabíamos que difícilmente se volvería a repetir. 

Pero qué caprichoso es el destino, eh, que resulta que ocho años más tarde nos encontramos en una situación semejante. No igual, pero sí semejante. Nos encontramos ante una nueva oportunidad. Nos encontramos ante la posibilidad de resarcirnos de aquello que pasó en 2007. No de quitarnos esa espinita, pero sí de disfrutar de algo que en su momento se nos negó. Al menos aparentemente. 

Sin embargo, nada de esto es seguro. Otra vez, de una forma un tanto diferente, pero otra vez vemos peligrar esa oportunidad. Porque para que esa oportunidad se materialice, necesitamos que el entrenador y la mayor parte de la plantilla continúen. Y eso, a estas horas, está en el aire. Sobre todo en lo que se refiere al técnico. 

Pase lo que pase, el Sevilla va a jugar la Liga de Campeones. Y no me cabe duda de que el club va a dedicar todos sus esfuerzos y conocimientos a armar una escuadra potente que permita aspirar a hacer un papel digno de nuestra grandeza. Eso es así y no me cabe duda, ya digo. Pero lo que yo quiero es ver competir en Champions a este equipo que ha ganado la Europa League y que ha batido el récord histórico de puntos y de victorias de la entidad en una temporada. A este equipo, con la gran mayoría de sus jugadores y, por supuesto, con su entrenador. Porque sin su entrenador, este equipo sería otro equipo. No sé si mejor o peor, pero otro equipo. Incluso, en el caso actual, esto que digo se produce hasta con mayor intensidad. Al menos en mi opinión. Quiero decir que este equipo es mucho más de Emery que el de 2007 de Juande. El de 2007 venía de una progresión al alza desde la época de Caparrós y Juande le dio continuidad. El actual fue cogido por Emery completamente hundido y fue él quien, poco a poco, lo fue moldeando; aparte de las dos profundas renovaciones de plantilla de las que hemos sido testigos en los dos últimos años. 

Y lo que quiero decir es que me encantaría ver compitiendo en la Liga de Campeones, no ya al Sevilla en sí, que por supuesto, sino, en concreto, al Sevilla de Emery, A este Sevilla que ha batido todos los récords. Porque me da a mí que está capacitado para hacer algo importante. 

Pero, claro, las cosas no son tan fáciles. Para un club como el Sevilla, no lo son. Y ahora empieza la época del año en la que los sevillistas somos conscientes de que somos grandes, pero en ciertos aspectos no tanto. En concreto, en el aspecto económico. Tenemos una dirección deportiva tan famosa en toda Europa, que cualquier día vamos a tener que reservar una parte de la grada exclusivamente para ojeadores de otros equipos. O casi mejor, no dejarles pasar y que tengan que ver los partidos por la tele. Es tremendo: tenemos a una infinidad de equipos con mucho mayor potencial económico que el nuestro atentos a las evoluciones de nuestros jugadores semana tras semana. Y cuando llega el verano, se tiran a muerte a por ellos. Es posible que este año podamos retener a buena parte de la plantilla, gracias a la lluvia de millones que supone el participar en la mayor competición continental. Pero lo más grave se está produciendo en el caso del entrenador. Porque quitarnos al entrenador significaría tener que empezar otra vez de nuevo. Aun con la misma plantilla, ya no sería el mismo equipo. 

Y aquí estamos, a día de hoy, esperando que Emery deshoje la margarita. Que, por cierto, es en él, en la figura del entrenador, donde estamos viendo la mayor diferencia entre aquel Sevilla de 2007 y el actual. Sé que hay sevillistas molestos con la actitud de Unai, pero a mí, francamente, me está pareciendo excelente. El año pasado prometió (de palabra) la continuidad, y continuó a pesar del ofertón del Milán. Y este año, por más que le han preguntado, no ha prometido nada. Y no porque no quiera seguir, sino porque quiere escuchar ofertas. Así se lo ha dicho al presidente y así lo está haciendo. Que escuchar ofertas no es fichar por otros. Es escuchar ofertas. Es conocer su caché. Es saber en qué nivel se está moviendo. Es mirar por él y su familia, lo más normal del mundo. 

Vamos a ver, yo es que lo veo bastante claro. Que Emery sea feliz en Sevilla, esté orgulloso de lo hecho y le haga ilusión jugar la Champìons con el equipo que él ha creado y modelado no quiere decir que sea gilipollas. Creo que me he expresado con claridad. Es más, que él esté dispuesto a continuar aquí, incluso a renovar su contrato por más años, no significa que finalmente lo vaya a hacer, precisamente por lo que acabo de decir: porque no es gilipollas. Eso sí, en mi opinión, se está comportando como un caballero no prometiendo, primero; comunicando al club que va a escuchar ofertas, después; y, por último, concertando una reunión con el Sevilla, una vez escuchadas, para darle al club la oportunidad de ejercer algo así como un "derecho de tanteo". Y todo durante la primera semana de Junio. Con tiempo para planificar la temporada próxima, sea cual sea la decisión final. Basta recordar que Juande se fue por la puerta de atrás, en la jornada 9 y con Antonio recién fallecido. Que cada uno es libre de hacer lo que quiera, dentro de la ley, pero la diferencia entre un caballero y una rata es evidente.

A mí que un entrenador, un jugador o media plantilla se vayan me afecta durante un día. Puede que dos. Incluso tres o cuatro, según. No va a pasar nada porque nunca ha pasado nada. Y muy pocos jugadores o entrenadores que se han ido de aquí tratando de prosperar lo han hecho efectivamente, mientras que el Sevilla ha seguido ganando títulos y aquí paz y después gloria. Pero este año, precisamente este año, a mí me encantaría que se pudiera dar continuidad al proyecto. Porque me da buen rollo. Por no tener una segunda espinita clavada. Porque me da la impresión de que a este Sevilla le queda por crecer. A este Sevilla. 

4 comentarios:

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

En efecto, Rafa, los proyectos (y los ingleses nos han demostrado muchas veces que así se obtienen mejores resultados globales), deben tener continuidad.

Ya he confesado muchas veces que Emery no me gusta, pero de la misma forma debo admitir que si mantiene el espíritu ganador del Equipo... los años que sean necesarios.

El Sevilla, históricamente, siempre se me ha parecido a Sísifo y su eterno empujar la piedra hasta la cima de la montaña. O como Penélope, mujer de Ulises, que deshacía por la noche la mortaja de Laertes para tejerla de nuevo cada día, tratando de prolongar el acoso de los pretendientes, segura de que su marido volvería algún día.

El Sevilla debe competir el próximo año con unos niveles económicos, como bien ices, muy por encima de nuestras posibilidades. Señalar, por ejemplo, que el último de la Liga Inglesa obtiene muchos más ingresos que nosotros y que, por tanto, puede llevarse a quien quiera.

Y esa capacidad de crear jugadores de la nada, puede ser extendida a los técnicos.

Como tú, jamás reprocharía a un profesional que cambie de empresa si con ello consigue duplicar o triplicar sus ingresos. Yo lo hubiera hecho cuando trabajaba, sin dudas.

También admito lo de las formas: Se puede explicar eso con unas pocas palabras, se queda bien y además, siempre tendrás las puertas abiertas para volver.

Pero si hemos de ser sinceros, la odisea del Sevilla con sus presupuestos, puede que sea única. Y buena parte del éxito la tiene Emery.

No obstante, ojalá nunca perdamos al Leon de San Fernando porque creo, sinceramente, que es la clave absoluta de todo el orgasmo de felicidad que estamos viviendo desde hace una década.

Magnífico, como siempre.

Un abrazo y cuídate.

Rafael Sarmiento dijo...

Gracias.

A mí no me cabe duda de que el Sevilla será capaz de competir el año próximo sea quien sea quien lo entrene. Pero me produce mucha curiosidad, y mucha ilusión, ver a este mismo Sevilla (con sus mejoras en forma de fichajes) en un escalón superior, ya que no lo pude ver en 2008.

Por cierto, respecto a Monchi, yo creo que el día que se vaya dejará un legado importantísimo: el departamento, la forma de trabajar, todo hecho para que el que le sustituya no tenga que empezar nada, sino simplemente continuar. No es lo mismo, pero sí mucho más que nada.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Los proyectos sólo lo pueden hacer los equipos economicamente fuertes. El Sevilla con 35.000 socios y con un marketing exterior normalito, no tiene la estructura suficiente ni necesario para proyectos medianamente grandes.
Si, al menos, hubiera tenido un equipo gestor económico bueno, hoy estaría con un buen superavit, ya que las diferencias entre jugadores vendidos y jugadores fichados siempre ha sido muy grande, o al menos así nos lo han vendido. Pero esto no es así.
En consecuencia, el Sevilla nunca puede retener a esos grandes jugadores que surgen. Se imaginan si hubiéramos podido mantener a toda la pléyade de fenómenos que hemos tenido, seguro que seríamos un equipo totalmente Champion, al menos como el Atlético de Madrid. Pero nuestra realidad es la que es.
Es para sentirse muy, muy, orgullosos de este equipos. Nunca hubiéramos imaginado las conquistas conseguidas, desde aquella gloriosa temporada 2006-2007.

Luis.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que con el ojo privilegiado de Monchi y su equipo y el buen hacer de estos tres entrenadores que citas en el post y en el caso de que hubieramos tenido un presupuesto acorde con los subvencionados por sistema: Atlético y Valencia (no digo ya en el casos de los dos transatlánticos),habríamos ganado más de un título de liga desde 2006, De hecho estuvimos a punto en 2007 y ya ves que han salido desde entonces jugadores tremendos y en numero altísimo.

No hablo de fichar a monstruos sagrados del fútbol, sólo hablo de mantener a jugadores que pasaron por el Sevilla, tal como hacen los equipos económicamente grandes, un año sí y otro también y que estos hubieran podido competir juntos en algunos casos.

Lo maravillosamente curioso de todo esto es la eficacia con la que un entrenador como Emery resurge de sus cenizas cada año; su primer año le quitan a la columna vertebral del equipo: Kondogbia, Medel, Negredo y Jesús Navas, nada más y nada menos y gana la UEFA en esa
misma temporada reponiendo el equipo con Iborra,Rakitic, M,Bia, Bacca y Vitolo. Pero al año siguiente se llevan otra vez a Fazio y Rakitic (los dos mejores de la 13-14), amén de Alberto Moreno y esta vez sí el Sevilla hace un temporadon, jugando al fútbol con una tremenda velocidad y solvencia, además de una brutal pegada, tanto en liga como en sus partidos europeos.

En fin, a lo que voy,que es una pena, como dices en el post, que no podamos mantener un sólo año el bloque y sobre todo el núcleo verdadero del equipo covenientemente reforzado aunque sea a un precio razonable como cada temporada y así poder sacarnos esa espinita y ver como compite este equipo con equipos de alto nivel en Champions.

Acabo de leer hace unos minutos en la página oficial del Sevilla la venta de nuesto Aleix Vidal al segundo equipo más rico del mundo y además con un sinfín de dudas en cuanto al precio, cuando el futbolista ha hecho un temporadon y podría haber salido por la cláusula.

Creo que no es difícil deducir que nuestro Director técnico, Monchi y nuestro entrenador Emery, están muy por encima de nuestros presidentes, en cuanto a transparencia y sinceridad.Me gustaría saber un poco más sobre como gasta nuestro club el dinero que ingresa por difrentes conceptos y que ocurre con el dinero procedente de todos esos fichajes año tras año.

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