jueves, 22 de mayo de 2014

El drama en sevillista

Todos los años es lo mismo, ha sido así toda la vida y no es que vaya a seguir siendo. Es que el asunto va a ir a más irremediablemente, tal y como está montada la cosa. Una vez terminada la temporada, los aficionados asistimos, con las carnes abiertas, al espectáculo cotidiano de ver cómo la práctica totalidad de la plantilla (al menos los jugadores que han rendido a cierto nivel) es tocada por otros clubes ávidos de reforzar las suyas. Y, a estas alturas, no tenemos ni la más remota idea de qué equipo nos va a representar durante la temporada que viene. Porque, por mucho que supongamos que el Sevilla tiene una base consolidada y que sólo hay que hacer pequeños retoques para mejorar la plantilla, lo cierto es que no podemos obviar la posibilidad de una nueva revolución en la misma y que, como aseguró Emery el otro día, no debemos tener miedo a que esa posibilidad se vuelva real. 

Aquí nos podemos poner haciendo el pino si quieremos. Podemos decir lo que queramos, suponer lo que nos venga en gana, criticar dicha actitud, comprenderla o enaltecerla. Da igual. Es obligatorio. Tal y como está montado el asunto, es obligatorio. 

Para comprender lo que quiero decir, es necesario tener en cuenta una cosa. En Europa, actualmente, puede haber perfectamente alrededor de 50 equipos con un presupuesto superior al del Sevilla en 10, 15, 20, 30 millones de euros, o incluso más. Hasta mucho más, aunque esto último está reservado a los más grandes del continente. Ya no me refiero a los de siempre: Madrid, Barça, Chelsea, Liverpool, Manchester, Inter, Bayern, etcétera. Me refiero a que cualquier equipo de la parte baja de la liga inglesa, cualquier equipo medianito de Alemania o Italia, cualquier equipo que tenga sus espaldas cubiertas por el dinero de un multimillonario..., cualquiera de estos se ríe en la cara del Sevilla a nivel económico. Del Sevilla, del Valencia, del Atlético o de cualquier equipo español que no sean Real Madrid o Barcelona. Hagan la suma, pues. Toda la Premier, la mitad de la Bundesliga, la mitad del Calcio y el resto de clubes que por diferentes razones tienen potencial económico; veinte más diez, más diez, más un puñado más, dan cincuenta. Y tirando por lo bajo. 

Esto es el resultado de lo escandalosamente mal repartido que está el dinero que genera la Liga Española entre sus miembros. Porque el hecho de que la diferencia entre Real Madrid y Barcelona y el resto se haya aumentado mucho no deja de ser anecdótico. Esa diferencia siempre ha existido, y ahora es superior. Pero siempre ha existido. De toda la vida, si el Sevilla (o el Valencia, o el Athletic o quien sea) tiene a un jugador de nivel top, si a uno de los dos grandes se le mete entre ceja y ceja llevárselo, se lo lleva. Y eso ha sido así siempre, sin importar de qué modo se reparten los derechos de televisión. El problema, el gran problema, la madre del cordero, no está ahí. El drama es otro diferente, aunque consecuencia de lo mismo. 

El drama es que, si ese reparto de dineros es tan escandalosamente malo, no sólo los grandes ganan más, sino que los medianos ganan menos. Y ya no hablo de esa diferencia mayor en el campeonato doméstico, sino que en otros campeonatos, en otros países donde ese reparto es mucho más equitativo, surgen equipos tradicionalmente modestos que ahora ingresan mucho más dinero que los clubes españoles de segundo nivel. De ese modo, el Sevilla no está en disposición de disputarle un fichaje a equipos como el Hull, el Sunderland, el Swansea o el Stoke City, por poner algunos ejemplos. Ni a un club inglés recién ascendido. Ni a un equipo alemán o italiano de mitad de tabla. Y esto es un problema gravísimo, porque ya no hablamos de que jugadores como Rakitic (ejemplo paradigmático) se pueda (se vaya a) ir. Porque Rakitic se irá a un súper grande, no a unos de estos "equipitos" de los que estoy hablando. Ninguno de estos "equipitos" va a optar a llevarse a los mejores de nuestra plantilla. Es más, que se vayan los mejores no es un problema. Al fin y al cabo, siempre se han ido. Del Sevilla y de cualquier club de nivel similar o inferior, ya sea español o de cualquier punto del planeta. Se va uno bueno por una millonada y si se hacen las cosas bien, vienen dos que en su conjunto mejoran el rendimiento del primero, y además nos sobra pasta (el ejemplo de Negredo vs Bacca-Gameiro es incontestable).

El drama es otro, como digo. 

El drama en sevillista es que, quitando los súper grandes, quedan en Europa otros cuarenta equipos perfectamente capacitados para toquetear al resto de la plantilla. A lo que quede después del paso de los más poderosos. El drama es que un West Ham, un Crystal Palace, un Hoffenheim o un Hertha de Berlin, pueden venir a decirle a Carriço, a Pareja, a Vitolo, a Bacca, a Gameiro o a cualquier jugador que no sea Rakitic (pero que son nuestra columna vertebral) que le duplican el sueldo. Y ofrecerle al Sevilla una módica cantidad que el club querrá rechazar, pero que si al futbolista se le mete en la cabeza que se quiere ir a ganar dinero (que es para lo que juegan), ya sabemos cómo suele acabar el asunto. Ese es el drama. Que el Sevilla NO PUEDE llegar a ese nivel, no maneja el presupuesto suficiente. Del Nido decía que el Sevilla trabajaba con presupuestos con déficit, bajo la aspiración de jugar competición europea y obtener ingresos que lo paliasen. Un par de temporadas malas llevan al club al borde del abismo. A no poder pagar a los jugadores. A tener que vender a la mitad de la plantilla para poder sobrevivir. Así no se puede trabajar. Sobre déficit, no se puede trabajar. Hay que ajustar los gastos a los ingresos. Pero entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo competir, no ya con clubes que deportivamente puedan estar a nuestro nivel, sino incluso con los que van a disputar el descenso en la Premier? ¿Cómo? Teniendo en cuenta, además, que hay que tener las cuentas saneadas para poder competir en Europa. Pregúntenle a Málaga o Rayo, que saben de lo que hablo. ¿Qué se puede hacer?

¿Se lo digo, o se hacen una idea?

Es evidente. Si, aparte de los más poderosos, hay unos cuarenta equipos en Europa con un presupuesto superior al del Sevilla en 10, 20, 30 millones de euros, hay que enjugar esa diferencia. Y como por ingresos corrientes eso no es posible (en su totalidad), hay que vender jugadores. Sí, también hay que mejorar la gestión de los abonos, los patrocinios y otras partidas que pueden permitir ingresar más y gastar menos. Pero el grueso del presupuesto es otra cosa diferente. Y para eliminar esa diferencia de la que hablo, hay que vender. 

Y además, no vender este año. Hay que vender todos los años. Todos. Mientras esa diferencia de ingresos exista, hay que hacerlo si queremos seguir compitiendo a un nivel alto. Que esto no es ninguna tontería. Que es que es así. Es más. Ni siquiera podemos emperrarnos en mantener a las estrellas del equipo subiéndoles los sueldos, porque si les subimos los sueldos, los gastos del club aumentan y esa diferencia presupuestaria también lo hace. No podemos gastarnos lo que no tenemos. Si queremos gastar, tenemos que tener. Y si queremos tener, hay que vender. 

Dicho de otro modo, si el Sevilla quiener mantener el bloque de la plantilla con la que hemos sido campeones, hay que vender a Rakitic. Y punto. Porque, tarde o temprano, los contratos de muchos de esos jugadores tendrán que ser revisados al alza si no queremos que se nos vayan. Y si, además, queremos reforzarnos, pues hay que vender a otro. Y esto no es debilitarse, todo lo contrario. Lean un poco sobre el Oporto si quieren. Un club que SIEMPRE está ahí, metido entre los grandes (salvo ciertas temporadas aciagas que sufren todos los clubes del mundo) y que compran y venden todos los años. Todos los años; son famosos por llevar a cabo esa política desde hace muchísimo tiempo.

A mí, que no me vendan milongas. Como decía antes, nos podemos poner haciendo el pino si queremos, pero la situación es la que es y bien haríamos con asimilarla y acostumbrarnos a ella. Con saber que si un año nos metemos en Champions y obtenemos dinero, pues igual no hay que vender ESE AÑO. Pero como algo anecdótico. Al Sevilla le queda un trecho largo para que esto cambie. El Sevilla necesitaría meterse en Liga de Campeones todas las temporadas para obtener los ingresos necesarios por una vía diferente a la de los traspasos. Y eso no es fácil. Para nada. En absoluto. Y menos en una liga en la que dos plazas están reservadas y son completamente inaccesibles. 

No seamos ingenuos. Comprendamos esto y exijamos a la dirección deportiva un buen trabajo tanto en las ventas como en los fichajes. Es ahí donde está lo gordo. De lo que depende nuestro futuro. 

4 comentarios:

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Excelente, Rafa.

Hemos sabido, desde hace muchos años, que fue, es y será así en bastante tiempo a menos que las condiciones que nos obligan a ser dependientes de dos (y sus cómplices necesarios), cambien.

Y no parece divisarse en el horizonte ésa otra forma de justicia.

Habría que añadir, a tu excelente artículo, que cuando nos compran un jugador estrella, también se cumple la segunda premisa: ellos se refuerzan y nosotros nos debilitamos.

Y cualquiera sabe cuánto tiempo más podremos reponer las bajas con garantías, tal cual hemos venido haciendo en lo últimos años, aunque no siempre lo condigamos inmediatamente.

El balance, sobre todo en el siglo XXI, es más que positivo.

Gracias.

Cuídate.

Rafael Sarmiento dijo...

Como ves, yo también me inspiré tomando cervecitas en la Cruz Blanca.

Deberíamos hacerlo más a menudo.

Muchas gracias, amigo. Un abrazo.

Alberto H. dijo...

La única solución que hay para cambiar la llamada "liga de mierda" es la que pide a gritos la lógica: Que todos los demás equipos, los 18 restantes, se pongan en pie de guerra y amenacen con parar la competición hasta que no haya un reparto justo.

Lo que no entiendo y, de verdad, se me escapa, es que hay equipos como el Atlético de Madrid, el Valencia, el Athletic, el Getafe... que se conformen con las migajas, que se conformen con que tal o cual equipo les ceda un par de jugadores. Aceptando estas grandes desigualdades están poniendo en peligro la supervivencia de sus clubes y son cómplices de una liga más que adulterada.

¿Conoceremos alguna vez una liga que esté a la altura de la Premier League? No lo sé, pero, por ahora, estamos lejísimos de ellos.

Un saludo, Rafa. Y felicidades por el post.

Rafael Sarmiento dijo...

@Alberto

Yo creo que hay muchísimas cosas que no sabemos, que están bajo cuerda, en este asunto.

Intereses ocultos, amenazas, coacciones.

El fútbol genera mucho dinero, y donde hay dinero, pasan estas cosas.

Sinceramente, otra explicación no le encuentro.

Muchas gracias, un saludo.

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