sábado, 21 de mayo de 2016

Váyanse un ratito al carajo

Hace ahora más o menos un año, andábamos preocupados y encabronados porque el comité de turno había propuesto, no ya una, sino varias sanciones contra el Sevilla por insultos en la grada y hasta amenazaban con cerrarnos el campo durante varias jornadas. Lo típico: miembros del Frente Atlético matan a un aficionado del Deportivo en las horas previas al partido que iban a disputar ambos equipos en al Calderón y el foco de la ira se gira hacia el Sur, incomprensiblemente, para tomarla con los Biris. Porque, como todo el mundo sabe, los únicos que insultan en los campos de fútbol de España son los Biris. Eso, o el "chivato" de la Liga que hacía la labor de control en el Sánchez Pizjuán es el campeón de la Champions de los "chivatos" y los de los otros campos apenas pasan de ser unos "chivatos" de segunda. Porque solo se insulta en el Sánchez Pizjuán. Porque lo de "Puerta se marea" o lo de "yonkis y gitanos" no son insultos. Insultos son lo de los Biris y el resto. Porque Biris es ETA y el resto de la afición y la propia directiva, también, por apoyarles. Porque es un pecado mortal en esto del fútbol el estar orgullosos de estos putos héroes, cuando no se les puede llamar de otra manera, viendo lo que hacen partido tras partido en nuestro bendito templo y allá donde vayan. 

Joder, si es que llegaron a llamarles racistas. ¡Racistas! Un grupo que toma su nombre de un jugador africano. Un jugador extranjero y negro. ¿Se puede ser más ignorante, o más manipulador hijo de puta? ¿Cuánta gente en el resto del país, que no sabe de dónde viene el nombre de Biris, se habrá creído que son racistas por culpa de estos manipuladores?

Eso por no hablar del absoluto vacío que nos hacen de cotidiano. El ninguneo escandaloso al que somos sometidos, de manera que solo hablan de nosotros para mofarse, para resaltar cualquier detalle negativo y dos minutos asquerosos cuando ganamos algo. Ejemplos hay a millones, pero, por fijarme en este año, clamó al cielo que echaran un Real Madrid - Malmoe de Champions, en el que no se jugaban nada, antes que un Sevilla - Juventus a vida o muerte. Y más aún, la increíble desfachatez del presidente de la Liga al negarse a adelantar nuestro último partido, lo cual no hubiera afectado absolutamente en nada a la competición, para así poder disponer de un día más para disputar la final de la Europa League. "Que ya están descansando", decía el impresentable de Tebas tras ver que jugaron los menos habituales contra el Granada. Como si los demás equipos que llegan al final de la liga con los deberes hechos no se relajaran en los últimos partidos. Como si no fuera lo más normal del mundo reservar a los mejores para los partidos más importantes. Como si no se hicieran rotaciones durante el resto del año para poder jugar miércoles (o jueves) y domingo de manera continuada. 

Y el colmo del ninguneo fue no declarar la final de la UEFA de interés general. Un equipo español juega la final de la segunda competición de clubes más importante del mundo, y no es de interés general. El partido se vio en abierto en más de cien países y en España, no, porque nuestras leyes no consideran este evento de interés. ¿A alguien le cabe en la cabeza que si Madrid, Barça o Atlético jugasen esa final, no se vería en abierto, por mucho que en el listado que aparece en la ley correspondiente no aparezca este evento como de interés general? Joder, no se pudo ni poner una pantalla gigante en el Auditorio, como es habitual, y esto no es culpa de la empresa que se gasta un pastizal en los derechos y que exige lo que le corresponde, como es natural. Esto es culpa de la autoridad competente. La que tiene en su mano permitir que todo el mundo pueda ver ese partido sin tener que pagar por ello. No les dio la gana. Es tan sencillo como que no les dio la puta gana. 

Bueno, pues estos son los mismos que ahora, implícitamente y después de politizar de manera lamenteble la final de la Copa del Rey, nos piden que hagamos frente común con ellos para combatir a los "bárbaros catalanes" que vienen aquí a perturbar la paz nacional - madrileña con sus banderas esteladas. Como si nosotros tuviéramos culpa de ese complejo esquizofrénico que tienen nuestros vecinos de la esquina noreste del país y que les obliga a desplegar sus traumitas en cualquier ocasión que se les presente. Y un partido con el Rey en el palco es una de ellas, cómo no. Inmejorable, diría yo. Y nos meten a nosotros en medio de esta ridícula lucha de banderas y demagogia. A nosotros. Después de ningunearnos, de ridiculizarnos, de mofarse de nosotros en nuestra puta cara y de humillarnos, ahora tenemos que ponernos con ellos, hombro con hombro, olvidarnos de nuestros colores y unirnos a los de ellos en una lucha que nada tiene que ver con el fútbol, que es de lo que se trata. Y de unirnos en la defensa de un Rey que no tuvo los cojones de acompañarnos cuatro días antes en un partido histórico para un equipo español como el nuestro. 

Miren ustedes, váyanse un ratito al carajo.

Cualquier sevillista podría estar días relatando, una tras otra, afrentas sufridas por parte de esta gente que ahora nos reclama. Que ahora dice apoyarnos para este partido, no porque nos quieran, sino por joder al contrario en una lucha que a nosotros ni nos va ni nos viene. O no debería. Yo ese apoyo me lo paso por el arco del triunfo. No lo quiero, es falso y se lo pueden guardar o metérselo por donde más coraje les dé. 

Estoy convencido de que habrá sevillistas que entren al trapo y luzcan patéticamente una banderita de España con la que contrarrestar las otras banderitas que se lucirán en el lado opuesto de la grada. Me avergüenza que sea así, pero será. Sin embargo, creo que la mayoría de la afición enseñará la única bandera que viene al caso en un acontecimiento como este. Se trata de un partido de fútbol en el que juega nuestro Sevilla. ¡Nuestro Sevilla! Está en juego un título. Está en juego la gloria que tanto nos merecemos y que durante tanto tiempo nos ha sido negada. Está en juego darles una bofetada a todos estos impresentables que nos miran por encima del hombro continuamente. Está en juego convertir una temporada mediocre en liga en un año histórico para nuestra institución. Está en juego seguir llevando en volandas nuestro sentimiento, nuestro orgullo, nuestro sevillismo. Seguir acrecentando la leyenda. Están en juego tantas cosas que tienen que ver con el fútbol, y no con la política y los intereses de unos pocos, que todo lo que no sea lucir con orgullo el blanco y rojo me avergonzará. 

No podemos presumir de señorío y luego seguir este patético juego de las banderitas. Y no podemos porque una de las cosas más importantes con las que se demuestra el señorío es el saber estar. Saber estar, insisto. Ser consciente de dónde se va y ser capaz de comportarse como corresponde en cada situación. Nosotros vamos a un partido de fútbol en el que juega nuestro equipo. Vamos animar a nuestro equipo porque disputa una final en la que se puede traer un trofeo. Nosotros nos llevamos cerca de sesenta años sin ganar nada y, por mucho que en la última década nos estemos desquitando, no podemos olvidar que se trata justamente de eso. De ganar un trofeo. Un título. Eso por lo que suspiramos durante tantos y tantos años, lustros, décadas. Algo que no llegaron a ver muchos de los nuestros porque murieron antes de la eclosión de los últimos años. Se lo debemos a ellos y nos lo debemos a nosotros. Porque somos nosotros, solo nosotros, estamos solos y nadie de esta gente que ahora nos reclama nos ha apoyado jamás, todo lo contrario.

Y vienen con lo de las banderitas... 

Vuelvo a repetir, váyanse un ratito al carajo.


12 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Rafa, como si de un sortilegio se tratára, entro de poco en poco en tú blog esperando encontrar otra de tús estupendas reflexiones sobre algo nuestro, "en sevillista".
Como siempre muy acertado.....ser antipáticos e incómodos en nuestro país y a todos los medios, al interés general, es lo que nos hace más fuertes y nos hace estar más unidos. Ser siempre y de forma inmerecida el blanco de todo lo negativo en el fútbol a nivel nacional y estar "sólos para todo, nos tiene que hacer ver cómo tú haces en este post, que somos ninguneados pero que lo qué conseguimos es nuestro, que no tenemos ninguna ayuda, y que nadie nos regala nada, de ahí que cada vez nos sintamos más orgullosos de lo logrado...creo que lo ocurrido nos hace pensar por nosotros mismos y darnos cuenta la cantidad de gilipolleces y porqueria con la que quieren manipularnos, todos a la mierda y metànse sus cadenas radio y tv, sus comités y su política por donde ya saben.

Gracias Rafa por llamar a las cosas por su nombre.

Hasta pronto, y siempre impaciente de tús palabras.

Anónimo dijo...

Muchas gracias a ti por pasarte, leer y acompañarme. Un saludo.
Rafael Sarmiento.

Unknown dijo...

Muchas Gracias, Rafael.

Una auténtica joya. Muchas verdades.

Fran. DatosSevillista

Unknown dijo...

Muchas Gracias, Rafael.

Una auténtica joya. Muchas verdades.

Fran. DatosSevillista

nacha dijo...

Conforme con tu reflexion, pienso igual que tu, estupendamente explicado

Anónimo dijo...

@Fran
Gracias a ti. Y me alegro de ver que tanta gente opina de un modo parecido.

@Nacha
Muchas gracias.

Rafael Sarmiento.

Miguel dijo...

Se puede decir mas alto pero no mas claro.

Pepe Rodríguez dijo...

A mi no me parece ridículo que aficionados sevillistas tal y como hicieron muchos por suerte en Basilea, lleven la bandera de España y la luzcan junto a una del Sevilla. Hay que tener en cuenta de que, por suerte o por desgracia, cada aficionado tenemos una idea distinta de la identidad territorial que vivimos y sentimos además los colores del SFC.

Y si no te das cuenta te lo daré mascadito: lo mismo podríamos decir de los que llevan la bandera de Andalucía. Esa Andalucía que nos sigue ninguneando en medios como Canal Sur en radio y TV, equipos que nos odian a pesar de ayudarlos económicamente como el Recre, equipos que nos ponen trabas para jugar Champions haciendo un auténtico partidazo como hizo el Almería en la temporada 09-10, etc.

A mi personalmente no me gusta ver en el Ramón Sánchez Pizjuán, banderas de asesinos y xenófobos como el Che Guevara o banderas catalanas independentistas como pasó en el 4-1 contra el Madrid de la temporada 03-04. Tampoco me gusta ver banderas de la URSS, el país que masacró a millones de personas en Rusia y no me refiero a fascistas si no a inocentes civiles, como sacaron el día de la vuelta de semifinales de la UEL contra el Shakhtar.

Sin embargo, me tengo que aguantar porque todavía me enorgullezco cada vez que dicen desde medios externos a nuestro club que tenemos una de las mejores aficiones de España. Y cada vez que cantan algo de los Biris, yo también lo canto sin problemas. Los aficionados sevillistas debemos ser una piña en los buenos y en los malos momentos independientemente de las ideas políticas que tengamos cada uno de nosotros. Y en definitiva, creo que cada uno debe respetar que cada uno lleve la bandera que le plazca.

Un saludo y Viva el Sevilla

EL PAPI MAGASE dijo...

Comparto de cabo arabo todo lo que dices hermano.

Un fuerte abrazo fiera ya llevaba tiempo sin leer algo con tantisima razón y que todos sentimos en carnes propias.

Rafael Sarmiento dijo...

@Pepe Rodríguez

Por supuesto que respeto tu decisión. Y también lamento que la manipulen y se aprovechen de ti para intereses que nada tienen que ver con el fútbol. A partir de hoy, vuelves a ser para ellos un yonki, gitano, vago y maleante que vive de los subsidios. Y se reirán de ti y de tu "arte". Ayer, no. Porque les interesabas. Hoy ya si. No me meto con tus sentimientos hacia una bandera, ni muchísimo menos, sino con la gente que te menosprecia todo el año y ayer, por puro interés, utiliza ese sentimiento tuyo en favor de sus intereses.

Yo estoy de tu lado. Eres sevillista, igual que yo. Y ayer era un partido de fútbol, no un tema político, y jugaba nuestro Sevilla, no España. Ese es mi punto de vista.

Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.

@Papi Magase

Un fuerte abrazo, amigo. La vida me tiene liado por otros lados, pero por aquí seguimos.

Marcu dijo...

Hola Rafa: Llego tarde pero...nunca es tarde si la dicha es buena. Y leerte y reflexionar va todo por el mismo precio.
Este país es un país de manipuladores y manipulados. Siempre fue así y casi siempre lo será. Yo lo que espero es que con el paso del tiempo sean menos los manipuladores y menos los manipulados pero teniendo todo el poder mediático en manos de los primeros, eso seré por ahora una quimera.
Post excelente, como siempre.
Un fuerte abrazo amigo

Rafael Sarmiento dijo...

@Marcu

Nunca es tarde, amigo. Muchas gracias. Un abrazo.

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