lunes, 8 de agosto de 2016

Ojalá pudieras ver esto, abuelo.

¿Qué pasa, abuelo? ¿Cómo va todo por ahí arriba?

Supongo que ya estaréis todos engorilaos perdidos, esperando la hora a la que empieza el partido, ¿no? Igual que aquí, más o menos. Yo, como siempre, me acuerdo de ti cuando se acerca un partido del Sevilla. Fuiste tú quien me metiste este veneno en el cuerpo, ¿qué quieres? Me acuerdo de ti en cada puto partido que se juega y cuando los veo, siempre hay un sitio vacío a mi lado. El tuyo. El que deberías ocupar tú. Eso es sagrado. Mi mujer piensa que lo hago así porque prefiero tener espacio para poder moverme en libertad y así aplacar los nervios, pero no es por eso. Supongo que todos tenemos cosas dentro que no compartimos con los demás. No hago daño a nadie manteniendo en casa ese pequeño secreto, y a mí me hace feliz.

De todos modos, ahora hay un pequeño sevillista que se empeña en ocupar tu espacio. Hablo de tu bisnieto. Ojalá le hubieses conocido, valiente friki del fútbol está hecho, con solo siete años. El tío se mete en Youtube y se traga todo lo habido y por haber sobre el Sevilla. Mete en el buscador "goles del Sevilla" y se lo ve todo, lo actual, lo de hace unos años o lo de décadas atrás. Igual te habla de quiénes marcaron los goles en el último partido, que del golazo de chilena de Chevantón al Real Madrid hace diez años o de lo bueno que era Davor Súker, para después preguntarme "¿tú qué edad tenías cuando jugaba Davor Súker, papá?". 

Que yo te cuento esto como si tú supieras qué es Youtube, quién es Chevantón y hasta Súker, que no lo llegaste a conocer. Cuando tú te fuiste, al Sevilla lo entrenaba un tal Manolo Cardo y estaba plagado de canteranos. Desde veteranos como Antonio Alvarez o Curro Sanjosé, hasta jovencitos como Ricardo Serna, Manolo Jiménez o Francisco. Qué bueno era Francisco, eh. Fue a un Mundial con la selección española y todo, pero, incomprensiblemente, no llegó a ser en el fútbol lo que debería de haber sido, teniendo en cuenta su calidad. Por cierto, que si te gustaba Francisco, tendrías que haber visto a otros que vinieron después para ocupar su puesto. Bengoechea, Renato, Banega..., este año hemos traído a un tal Ganso, que si es capaz de explotar, creo que nos vamos a divertir con él una verdadera barbaridad. 

Ojalá estuvieras aquí para poder ver lo que yo estoy viendo en estos últimos años, abuelo. Fíjate, yo que tanto te envidiaba porque tú sí que habías visto al Sevilla ganar cosas. Una liga y tres Copas. Y no sólo eso. Aparte, varios subcampeonatos, tanto de una competición como de la otra, y hasta una participación en la Copa de Europa. Tú que me decías, "¿que Buyo es bueno? Tú no viste jugar a Busto". Ni tú a Palop, abuelo. Que igual te metía un gol que salvaba una eliminatoria, que te paraba los penaltis que hicieran falta para acabar ganando el título. Porque si tú viste al Sevilla ganar cuatro títulos, yo ya llevo..., espera, que los tengo que contar, que es que son tantos..., yo ya llevo nueve, abuelo. ¡Nueve! ¿Quién me lo iba a decir por aquel entonces? ¿Recuerdas cómo celebraste aquel 4-0 contra el PAOK de Salónica en la UEFA? Joder, habíamos perdido por 2-0 allí y en la vuelta, en el Sánchez Pizjuán, les metimos cuatro. ¡Cuatro! Ahí, tirando de épica para meternos en octavos de final. Luego llegó el Kaiserlautern alemán y nos mandó para casa, pero aquel partido contra los griegos pasó a la historia. Ya ves. A la historia. Con eso nos teníamos que conformar. ¿Cómo no te iba a tener envidia, joder? ¿Cómo no me iba a preguntar si alguna vez en mi vida vería una mínima parte de aquella grandeza? Una mínima parte, con eso me conformaba. 

Que si algún día lo vería, me preguntaba...

Ojalá estuvieras aquí para verlo, abuelo, de verdad. Tú, que llorabas cuando el Sevilla metía un gol en un mísero Carranza..., si vieras esto que yo estoy viendo ahora...

Fíjate, ahora nos toca jugar la Supercopa de Europa. El título que se disputan entre el vencedor de la Liga de Campeones (la Copa de Europa) y de la Europa League (la Copa de la UEFA) Joder, con lo que celebramos aquel pase a octavos contra los griegos..., ahora somos pentacampeones de esa competición. ¡Pentacampeones! Cinco veces la hemos ganado. Somos el equipo que más veces lo he hecho en la historia, con dos de diferencia sobre Liverpool, Inter de Milán y Juventus. Somos el único equipo en la historia que la ha ganado tres veces consecutivas. ¡Tres veces consecutivas, abuelo! Que la propia UEFA nos ha dado un distintivo para poder lucirlo en la camiseta. Si lo hubieras visto, joder. La última se la ganamos al propio Liverpool. Sí, sí, a los ingleses. En el primer tiempo nos fue regular, pero en el segundo, pasamos por encima de ellos. Qué barbaridad, qué rápido se dice eso, ¿eh? Pasamos por encima del Liverpool, les ganamos una final continental y alzamos nuestra quinta Copa de la UEFA. Y yo te tenía envidia a ti. Joder, de verdad, si pudieras verlo. Bueno, aunque tú al menos viste al Sevilla ganar cosas, que tu hijo, mi padre, se murió el pobre con el contador a cero. Quizás por eso él era menos entusiasta con el fútbol que tú. Quizás él no se creía tanto eso de que el Sevilla es un equipo grande y campeón porque nunca lo vio y nadie aprende por cabeza ajena. Pero tú sí, ¿verdad? Tú me lo decías a mí y yo, con mi mentalidad de niño de aquella época, me lo creía todo. No te imaginas la de veces que hice al Sevilla campeón de cualquier cosa en el PC Fútbol cuando tenía menos edad y el equipo de verdad vagaba por Segunda División. Por Segunda División, me cago en la puta. No tenía bastante con la frustración de no verle campeonar nunca, que, para colmo, se nos fue a Segunda División. "No hay dinero ni para balones", decía el presidente de entonces. Quién me iba a decir a mí lo que iba a venir después. Madre mía, quién me lo iba a decir. 

Tu bisnieto ya lo tiene todo preparado para ver el partido. Ha obligado a su madre a lavarle la equipación para que esté lista y así poder ponérsela. Yo me pondré la mía también, claro. Que yo no soy mucho de estas parafernalias, pero por un hijo se hace cualquier cosa, ¿verdad? Luego cogeremos las bufandas y las extenderemos en el respaldo del sofá, por encima de nuestras cabezas. Por cierto, el sofá es de tres plazas. Una para mí, otra para él y otra quedará vacía..., para ti, claro. Y a ver qué pasa. Este año hemos hecho un equipo muy curioso. Sobre el papel, hay calidad para reventar a cualquiera y tenemos un entrenador valiente al que se la pela el rival que haya por delante y ordena a su equipo que vayan a por ellos como no hubiese mañana. Sí, ya, nos puede caer un saco, sobre todo teniendo en cuenta que el rival es el Madrid, pero, como bien dice el propio entrenador, el Madrid también le mete un saco a los equipos que se encierran, por lo que, ¡qué coño! vamos a por ellos y si hay que morir, muramos matando. Con dos cojones.

A mí me gusta mucho esa actitud. Este tío no es un cantamañanas que dice cosas así y luego palma en todos los campos. Este tío viene de jugar de ese modo en otros lugares y, no solo de ganar títulos, sino hasta de convertirse en un personaje histórico en esos lugares. Es la primera vez que entrena en Europa, pero viene de triunfar abrumadoramente en América. No es un cantamañanas, ya te digo, y por eso la afición está que se sube por las paredes de la ilusión. Y muy acojonada también, para qué engañarnos, pero con la ilusión tan desbordada que se ha agotado en papel en las taquillas. Ya no hay abonos disponibles para esta temporada. Lleno total, imagínate. 

Joder, abuelo, cómo me voy a acordar de ti viendo este partido. Y de abuela también, de tu mujer. Con lo poco que le gustaba el fútbol, que siempre andaba protestando, fue marcharte tú y comenzar a prestarle atención. Te echaba de menos, claro, y el fútbol que tanto te gustaba era una forma de acordarse de ti. No es que viera los partidos, para nada. Pero todos los domingos, cuando íbamos a verla, siempre me preguntaba "¿cómo ha quedado el Sevilla?" y cuando le decía que había ganado, apretaba el puño y murmuraba "¡bien!". De verdad te lo digo, cuando alguien me pregunta qué es el sevillismo, le explico esto. El sevillismo es el sentimiento que tienes al evocar algo a lo que amas o has amado. No es fútbol. Mi sevillismo no es por el fútbol. ¿Cómo lo va a ser, si ya era sevillista cuando éramos un mojón, futbolísticamente hablando? No, para mí, el sevillismo eres tú y ver que hay otra gente que siente lo mismo gracias a otras personas y otros motivos. Eso es el sevillismo y eso es lo que lo diferencia de otros deportes. No es simpatía por un deportista o un equipo. Es sentimiento. Por eso también la abuela se hizo sevillista, cuando odiaba el fútbol. ¿Cómo puede una persona que odia el fútbol ser sevillista? Pues porque no es fútbol. La abuela te quería y, por eso, quería al Sevilla. Qué cosas, ¿eh? ¿Sabes que poco antes de morir dijo que ya le daba igual de todo porque había sido muy feliz en la vida? Que a pesar de los sinsabores y los problemas, había sido muy feliz. ¿Puede haber mejor manera de morir, joder? Y todavía cuando estaba ya postrada y todos sabíamos que de allí ya no se levantaba, cuando llegaba el domingo, iba y preguntaba "¿cómo ha quedado el Sevilla?" Y odiaba el fútbol, la madre que la parió. La madre que os parió a los dos, cabrones. que esto que me habéis metido dentro ya no hay dios que lo saque. Y, para colmo, se lo he traspasado a mí hijo. Bendito vicio. Bendito sentimiento.

Y ahora nos toca la Supercopa, ya te digo. La de Europa, que luego viene la de España, que esa también la jugamos este año. Y yo la veré con mi hijo y con tu recuerdo y el pinchazo en el corazón no habrá quien me lo alivie, sea cual sea el resultado. Por orgullo y por amor a unos colores, que no son los colores propiamente dichos, sino lo que representan. Porque ¿sabes una cosa? Mi mayor ilusión es que mi hijo, cuando pasen unas décadas, hable de mí como yo hablo ahora de ti. O como lo hacía mi abuela, tu mujer. Eso es el sentido de la vida. El fútbol no es importante. El sevillismo es un sentimiento. Es una forma de sentir. Es una de las miles de maneras que puede haber de expresar lo que sientes por alguien a quien has admirado hasta el punto de considerarlo un referente en la vida. Como me pasa a mí contigo. Como ojalá algún día le pase a mi hijo conmigo.

Ya, ya lo sé. Ya le está pasando. Y eso sí que es un orgullo.


3 comentarios:

MARCU dijo...

Vaya suerte que tuvo el abuelo con aquel nieto y vaya suerte que tuvo el nieto con aquel abuelo. Lo que sale de ahí dentro siempre queda impresionante porque es capaz de tocar la fibra sensible de cada uno.
...y mientras tanto, Marcos creciendo...ya SIETE años...Rafa, Rafa...que ese niño YA mira a las niñas y a los niños de forma diferente...
Un cordial saludo, amigo

Rafael Sarmiento dijo...

@Marcu

Muchas gracias, amigo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Desde el corazón, precioso. Me encanta ese repaso a la historia de nuestro SFC (tu historia de varias generaciones sevillistas) en esos últimos cuarenta años.

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