Hoy, 13 de diciembre de 2009, el Sevilla juega en Gijón su partido correspondiente a la 14º jornada de liga, en la que se juega volver a ocupar la tercera plaza de la clasificación, y mantener a la vista al Real Madrid, que ocupa la segunda.
Pero hoy me quiero acordar de lo que ocurrió hace 10 años, para ser exactos el 12 de diciembre de 1999. En aquella época yo vivía en Holanda. Era un estudiante universitario y apasionado del fútbol que se enamoró de la forma de trabajar que tenían en el Ajax de Amsterdam. Ese estilo de gestión que tanto me gustaba (y me gusta), basado en el trabajo y la austeridad. En potenciar la cantera y la secretaría técnica para formar jugadores de casa, o traérselos de fuera para terminar de formarlos, y luego vender a buen precio lo que costó nada, como medio para tratar de mantener la estela de los grandes, ya que económicamente es imposible.
Tanto admiraba ese modo de llevar un club, que en cierta época en la que me enganché al PC Fútbol, la llevaba a cabo a la hora de jugar. A mi me gustaba escoger un equipo de Segunda B y moldearlo y pulirlo de esa manera, rebuscando posibles fichajes baratos, y vendiéndolos posteriormente. Llegué a hacer al Andorra seis veces consecutivas campeón de Europa, y esa fue la manera de desengancharme. Como ganaba siempre, me aburrí. El truco del PC Fútbol estaba en el modelo de gestión del Ajax. ¿Cómo podría yo imaginarme entonces que mi Sevilla lo adoptaría no tantos años después?
Bueno, que se me va la pinza. Estábamos en 1999, para ser exactos en el día 12 de diciembre. Era domingo, y se jugaba la 15º jornada de liga. Yo por entonces me informaba de lo que ocurría con el Sevilla a través de una todavía incipiente Internet, con lo que hasta el día siguiente en que fuera a la facultad, se suponía que no sabría el resultado del partido. De todos modos, tampoco es que estuviera demasiado nervioso. Aquel Sevilla era lamentablemente último clasificado de Primera (con diferencia), y el rival era nada menos que el FC Barcelona. Lo único bueno de eso era que, al ser el partido contra los culés, pues podría ver el resumen por la noche en la tele. Aquel Barça era el de los holandeses. Entrenado por Louis Van Gaal, tenía en sus filas a Hesp, los hermanos De Boer, Reiziger, Bogarde, Cocu, Zenden, Kluivert... y era seguido en Holanda como un equipo más del país. De hecho, echaban en la tele los resúmenes de la Eredivisie, y luego el del Barça, con lo que esa noche sabría por cuántos goles habíamos perdido.
Pero no hizo falta esperar ni siquiera a la hora de la cena, porque al final de la tarde me vino un amigo holandés, muerto de risa, asegurando que acababa de escuchar por la radio que el Sevilla había ganado al Barça por 3-2. Por supuesto, creí que estaba de broma. En la vida se me podía pasar por la cabeza que aquel desastroso Sevilla pudiera tener la más mínima oportunidad de ganar al Barcelona, pero el chico insistía en que fue así. En efecto, por la noche, vi en la tele como un sensacional Victor Salas hizo el partido de su vida, ensañándose con los catalanes. La victoria no sirvió para nada, ya que seguimos siendo los últimos de la clasificación, y así fue hasta el final de la temporada. Pero la satisfacción fue muy grande. ¡Con qué poco me conformaba entonces!
Era el Sevilla de los Olsen, Hibic, Quevedo, Tabaré, Hector, Jesuli, Zalayeta, Olivera, Francisco o el mencionado Víctor Salas. Con Marcos Alonso de entrenador, y Rafael Carrión de presidente. Parece que hablo del jurásico, pero hace justo diez años de eso. Un Sevilla que aspiraba a mantenerse en Primera División, como cualquier recién ascendido. Insisto, de eso hace sólo diez años. Desde entonces hemos aspirado a ascender a Primera al año siguiente, a mantenenernos a continución. Luego a consolidarnos en la máxima categoría, para después plantearnos como objetivo la clasificación para la UEFA, hasta el punto de celebrar su consecución abarrotando de banderas y bufandas la Puerta de Jerez (¡Con qué poco nos conformábamos!)
Lo siguiente fue aspirar a meternos en Champions, pero lo que vino fue una enorme y escandalosa racha de éxitos, cinco títulos en quince meses, mejor equipo del mundo.... Si ya creí que aquel chico holandés estaba de broma cuando me decía que el Sevilla ganó por 3-2 al Barça... sólo con eso... ¿imagináis qué hubiera pensado de haberme dicho ese muchacho que mi equipo iba a ganar conco títulos en quince meses apenas seis o siete años después? Es que era algo que no pasaba por mi imaginación ni en mis más recónditos sueños. Pero ni por asomo. Y ocurrió.
Con esto quiero decir que el Sevilla, y el Sevillismo, ha experimentado una brutal progresión en demasiado poco tiempo. Demasiado poco. Y, la verdad, creo que esa es la razón por la que en estos momentos estamos sufriendo una especie de crisis de identidad.
¿Aspiramos a la liga o no? ¿Quedar eliminados en octavos de Champions es un fracaso? O lo que es lo mismo ¿ser uno de los 16 mejores de Europa es un fracaso? ¿Hay que estar forzosamente entre los ocho primeros?
Para no perder la perspectiva, vuelvo a ese chico holandés que en diciembre de 1999 (hace hoy 10 años) me decía que el Sevilla le había ganado al Barça por 3-2, y yo creí que se estaba quedando conmigo. ¿Qué le hubiera yo contestado si en esos momentos me hace estas preguntas que yo estoy formulando?
Es que sólo hace diez años. Es que es demasiado poco tiempo.
Es que yo creo que el Sevillismo no sabe donde se encuentra su equipo. No tenemos ni idea, no hemos tenido tiempo de asimilar el crecimiento. No sabemos valorar en su justa medida un tercer puesto, porque vemos claro que, con muy poco más, el segundo está al alcance y lo queremos. Pero, por otro lado, no está tan lejana esa época de hace 10 años, cuando ganar al Barça era una quimera. Que igual que yo tengo mi anécdota, fijo que todos vosotros también la tenéis. Y a menudo nos acordamos de ellas y nos decimos "joder, con lo que tenemos, ¿también nos vamos a quejar?" Pero luego se nos vienen a la mente los dos empates contra Málaga y Valladolid... "de haber ganado estaríamos en la pomada por el título". ¿Para tanto es ganar en casa al Málaga y al Valladolid? No, ¿verdad? Entonces... ¿qué pensamos? ¿Qué le tenemos que exigir al equipo?
A mi estas cosas me abruman, porque quiero disfrutar del enorme momento en el que estamos, pero me inquieta el pensar que, por no ser un poco más ambiciosos, igual estamos dejando pasar la oportunidad de obtener mucho más. Muchísimo más. Algo histórico. Pero histórico de verdad.
Yo he decidido disfrutar del momento. Pero entiendo a los que quieren más. Los entiendo de verdad. Y espero que pronto, el Sevillismo en su conjunto sea capaz de encontrar su nueva identidad, su nuevo sitio en el mundo. De asimilar el descomunal crecimiento que el equipo ha experimentado en los últimos pocos años. Apenas una década. Demasiado poco tiempo.
Entonces se acabarían los estériles debates, y todos iríamos a una de nuevo.
¿Acaso no es eso, y no otra cosa, lo que nos separa de esos logros históricos de verdad?
4 comentarios:
>recuerdo ese partido,victor Salas,Jesuli y el cara pandereta del MArcos Alonso,hace 10 años luchabanos por eso q tu dices,hoy en dia,no,la progresion es espectacular,vamos paso a paso....y dispuestos a todo! hoy ganamos!
Un abrazo!
Crack !
Te informo de que estás nominado en los premios blogsfcfutbol para la categoría de mejor post puedes votar desde hoy y hasta el martes 22 de Diciembre :=)
Post nominados: " Gracias por ser del Sevilla " y " El Willy, Florentino y los cateros "
¡Entonces el secreto para que José María del Nido sea tan buen gestor es que juega al PC Fútbol!
Cómo no, recuerdo perfectamente el partido. Y menos mal que iba al Estadio, pues en mi barrio se fue la luz en los últimos minutos del partido y nadie los pudo ver por la tele.
Lo verdaderamente importante es que sepamos donde acaba la ambición y empieza un modo de avaricia que perjudique al equipo durante los partidos. Que sepamos subir en ambición progresivamente y sin excesos desorbitados.
Yo este año estoy viendo un paso más, a ver si me explico:
Hace dos años quedamos terceros, jugamos la Champions y sufrimos un bajón pequeño, aunque no tan grande como otros equipos. Quedamos quintos.
El año pasado, sin Champions, otra vez terceros.
Lo interesante sería volver a quedar terceros jugando la Champions. Y creo que ese paso que se está intentando dar ahora es el más difícil. Como lo consigamos, dentro de otros diez años estaremos igual que ahora y no nos tendremos que acordar de cosas extrañas.
Pinchar con el Málaga y el Valladolid es raro.
Pero de no haber pinchado estaríamos hablando de un equipo que lo gana ABSOLUTAMENTE TODO.
Para el Sevilla, eso tambíén es raro.
¿Cuál de las dos cosas es más rara? ¿Ganarlo todo, o pinchar de vez en cuando? ¿Dónde está nuestro sitio?
Ahí estamos.
Un abrazo.
@ RamonStones
Y lo mejor es que aún no sabemos cual es nuestro techo. Lo dice el Presidente. Lo mejor sigue estando por llegar.
@J. Antonio
Gracias por tue nominaciones. De verdad que, viniendo de ti, es todo un orgullo
@Gol Sur Tribuna Alta
Ambición o avaricia. Es muy interesante eso que dices. Y es cierto, eso de rendir a alto nivel en Champions, sin bajar el pistón el liga sólo lo hacen los grandes de verdad. Pero lo de ganar siempre sólo lo ha hecho un equipo una vez. Se llama Barcelona y fue la temporada pasada. Nosotros no somos el Barcelona. Hala, al menos sabemos lo que no somos. Ni falta que nos hace.
Un abrazo a todos, y muchas gracias.
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