lunes, 8 de julio de 2013

Aficción..., y vergüenza

Hace unos años, en verano, estando en la playa con unos amigos, fui testigo de una escena que me pareció verdaderamente lamentable. Un equipo de televisión se desplazó hasta allí (no sé por qué eligieron ese lugar) y comenzó a preguntar a diversas personas que si estarían dispuestos a que se les grabase, ya que estaban realizando la típica "noticia" para telediarios en la que muestran cómo se soporta el calor en distintos puntos del país. Unos chavales jóvenes que estaban sentados en la arena cerca de nosotros se mostró de acuerdo en un principio, aunque luego rechazaron la idea porque aquellos "periodistas" se empeñaron en que bailaran sevillanas para así "mostrar" al país que en Andalucía, ni el calor nos quita las ganas de fiesta. Los "periodistas" insitieron e insitieron, y se volvieron tan pesados que uno de aquellos muchachos llegó incluso a encararse a uno de ellos. Afortunadamente, los de la cámara y el micro tuvieron que marcharse sin su deseado "reportaje", aunque quien sabe si no lo lograrían en algún otro lugar. 

A mí estas cosas me molestan una barbaridad, como supongo que le ocurre a cualquier persona con un mínimo de sensataez. Pero es lo que hay, es la fama que tenemos: la de vagos, incultos, catetos.... Y, lamenteblemente, creo que nos lo tenemos merecido porque poco hacemos para evitarlo. Posiblemente, es que hay poco en nuestra mano para eso, al menos a corto plazo, aunque eso poco lo deberíamos llevar a cabo sin dudarlo. Y mucho me temo que algunos de los que pueden, no lo hacen. 

Ayer por la tarde echamos unas risas en Twitter a costa de la imagen que ven a continuación.

No sé quien es el responsable de semejante barbaridad, no sé si es una forma de llamar la atención. Ni siquiera sé si es un montaje de quien sea para reírse de los otros. No tengo ni idea. Lo que sí que sé es que, a costa de eso, el hashtag #estilobetis fue trending topic en España. Y estas cosas lo único que hacen es fomentar esta absurda fama que tenemos, aunque seamos nosotros mismos los que nos riamos de ella. Claro que si nos reímos nosotros, no podemos luego quejarnos de que se rían también los demás. Ni tampoco de que nos metan a todos en el mismo saco. 

Ojo, y no estoy recriminándole nada a nadie. Es más, yo fui el primero en reírme y en dar pábulo a todo esto de lo que me estoy quejando. Lo que pasa es que, luego, uno lo piensa bien y se da cuenta del error que entre todos (o casi todos) estamos cometiendo. 


Yo no sé si es casualidad o si es verdad que hay un #estilobetis muy marcado y definido. Sea como sea, generalizar es absurdo. Conozco muy buenos béticos que se llevan las manos a la cabeza con estas barbaridades. Pero es que no pueden dejar de reconocer que estas cosas siempre pasan en la misma acera. Siempre. Que yo no digo que en el sevillismo no haya frikis, que los hay, no puede ser de otra manera cuando hablamos de un colectivo de personas tan numeroso, pero es que se notan más en el otro lado. 



Que si el que fuma por el ojo, que si el que se lleva al campo las cenizas de su padre en un bote, que si el del escudo de pan, que si el de la cabra que que dice "Beee" y el dueño que dice "tiiis", que si el cartelito que pone "Uropa" en lugar de Europa, que si Palmerín se va a El Rocío... ¿cuántos casos del estilo hay? Y ahora, esto. Y lo peor es que hay una caterva de personajes que se siente orgulloso de ello. ¿No va a ser un equipo que cae bien a la gente en España? Joder, si son el hazmerreír. A mí, al menos, me hicieron reír mucho ayer por la tarde. Y está muy bien eso de echar unas risas de vez en cuando, pero, en verdad, deberíamos tener un poco de cuidado con estas cosas porque al final crean tendencia. Al final se nos mete a todos en un mismo saco y pasa lo que pasa. Que no se distingue entre cachondeo y realidad y todo acaba con risas por todos lados, hacia todos nosotros y por cualquier motivos. Se nos toma a guasa, y gran parte de culpa la tenemos nosotros mismos. 



A mí, sinceramente, todas estas cosas me dan vergüenza, no lo puedo evitar. Vergüenza ajena que luego se convierte también en propia cuando salgo de Andalucía y me incluyen en el saco. Fuera de aquí, todos somos iguales. Fuera de aquí, por mucho que siempre salgan las estupideces en verde y blanco, lo que se piensa es que, en Sevilla, competimos a ver quien es más "gracioso", o sea, más estúpido. Que si Palmerín se va hoy al Rocío, mañana a la mascota del Sevilla se le ocurrirá otra "gracieta". Y da igual que trates de convencer al personal de que el Sevilla ni siquiera tiene mascota. Que la gente en general no es así, que es de otra forma. ¿Qué más da? Para ellos, esto no es algo lo bastante serio como para buscar información y conocer la verdadera realidad. Para ellos, esto es un cachondeo, un motivo para reírse, algo banal, trivial, les importa un bledo si es verdad o no. Se ríen y punto. Sus esfuerzos los emplean en las cosas serias, no en esto. Por tanto, ya te puedes hartar de dar explicaciones. Pasan de ti y se siguen riendo. 


Sé que esta tribuna no tiene la capacidad de llegar casi a ningún sitio, pero aún así pido que se tenga un poco más de cuidado. Que nosotros no somos así. Que esto es propio de gente que se empeña en hacer el idiota. Que, incluso, la mayoría de los béticos no son así, aunque lo fomenten, aunque lo defiendan. Aunque hasta te digan que en Sevilla también hay frikis, como si eso fuera excusa para hacer el ridículo. 

Esto es una vergüenza perfectamente evitable. Ni #estilobetis ni su madre bendita. Una vergüenza. Algo que nos afecta a todos los que somos de esta tierra, que hace que se rían de nosotros (no con nosotros, que es muy diferente). Y, lo digo de corazón, si el hecho de que el Sevilla sea de los equipos que peor caen en España es señal de que nos distinguen por completo de estas actitudes de los béticos (ya que el Betis sí que cae bien), pues bienvenido sea. Sinceramente, prefieron caer mal a que me tomen por sopa. A que se rían de mi. 

2 comentarios:

Marcu dijo...

¿Sabes? Cada vez que me presenté desde Despeñaperros hacia arriba, siempre dije: soy de Sevilla y ni sé cantar, ni bailar, ni contar chistes y además no me gustan los toros...y aunque no es del todo cierto siempre me sentí orgulloso de decirlo.

No te olvido, amigo. Te sigo.
Un fuerte abrazo

Rafael Sarmiento dijo...

Gracias, Juan

Yo es que tengo mi familia política en León, con lo que imagínate. Y se perfectamente lo que a ellos les llega y la imagen que tienen de nosotros. Verdaderamente lamentable. Y por mucho que conmigo ya no se metan porque saben de sobra que salto, creo que me consideran algo así como la excepción que confirma la regla.

Y es normal, a la vista del bombardeo de sufren continuamente, todo ello fomentado por estupideces como las que enumero en el blog.

Sé de sobra que andas por ahí.

Un fuerte abrazo.

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