En el día de ayer se expandió como la pólvora la noticia de la bronca que Gregorio Manzanó les echó a sus jugadores en el entrenamiento. Me llamó mucho la atención porque hacía tiempo que no se escuchaba algo así por estos lares. Y me dejó unas sensaciones encontradas. Por un lado fue algo que me satisfizo mucho porque la mayoría del sevillismo sabe que el mayor defecto del equipo no está tanto en el centro del campo (que también) sino, sobre todo, en la falta de intensidad que se demuestra en muchos partidos. Y el comprobar que el entrenador también lo ve así y además toma cartas en el asunto es algo cuando menos positivo. Pero por otro, me parece lamentable que algo así pueda ocurrir, en especial en nuestro equipo, ese que llamamos de la casta y el coraje. ¿Dónde quedaron estas dos virtudes?
Y eso que las cosas no están tan mal como algún "experto" quiere dar a entender (con "experto" me refiero a alguno de esos periodistas que creen saber de todo, pero que yerran más que una escopeta de caña). El equipo está inmerso en la guerra que la corresponde, en la lucha por un puesto de Liga de Campeones. Eso en Liga. En Copa pasamos la eliminatoria contra el Irún y en la UEFA tenemos en nuestra mano la posibilidad de ser primeros de grupo. El Sevilla no puede aspirar a más, y precisamente por eso nuestro presidente se está batiendo el cobre en los despachos para conseguir un nuevo contrato televisivo que reduzca las diferencias con los más grandes. Y tiene que ser de lo más frustrante para Del Nido comprobar que mientras él lo da todo en la parcela que le corresponde, los jugadores se dejan de ir hasta el punto que merecen una bronca del entrenador. Al menos este parece tener claro el asunto. No está mal como consuelo.
Dicho lo anterior, a mí no me cabe duda de que hay plantilla para hacer más de lo que estamos haciendo. Y eso que queda todo el tiempo del mundo para ir a más, pero nuestro sitio debería ser el que ocupa el Villarreal, a pesar de que no está tan lejos. De hecho, de haber ganado al Mallorca, lo cual era nuestra obligación, estariamos a tan sólo un punto de los castellonenses. No hay nada perdido, pero con la actitud que desplegaron los jugadores contra los baleares no vamos a ninguna parte. Hay quien dice que la solución está en contratar un medio centro creativo, pero yo pienso que de nada sirve ese posible fichaje si la desidia sigue siendo la misma. Por contra, si la actitud cambia, estoy convencido de que podemos llegar más arriba sin necesidad de incorporar a nadie más.
En toda esta historia hay algo que me entristece un montón. ¿Alguien se ha parado a pensar la inversión que tendría que hacer el Sevilla para aspirar a algo más de lo que aspiramos ahora? Sobre la base de que con la actual plantilla a tope de motivación el tercer puesto está a nuestro alcance (cosa obvia porque lo tenemos a sólo cuatro puntos jugando como estamos jugando), ¿de verdad arreglaría algo el hacer más fichajes? ¿A quién o quienes habría que traer? Es que sería necesario remodelar el equipo al completo para incorporar a grandes estrellas cuyo coste no está a nuestro alcance. Y lo que me entristece es que, en mi opinión, la razón de la desidia de los jugadores, que se está cotagiando poco a poco a la afición (ya no se critica tanto como el año pasado porque la gente parece un poco harta), reside en el hecho de que el Sevilla ha llegado a su tope y que crecer más es imposible, dadas las circunstancias. No me extraña el empeño de Del Nido por reducir las distancias económicas con los más grandes. Dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Y el Sevilla llegó a su tope, pero la idea de que ir más allá es imposible, el hecho de que un objetivo superior es inalcanzable ha reducido la motivación de todo el colectivo, lo cual es humanamente comprensible. Eso sí, por mucho que se comprenda, eso no quita para que se tenga que intentar cambiarlo y corregirlo.
El Sevilla como entidad necesita aspirar a ganar la Liga para seguir creciendo. Aunque luego no se gane, pero al menos aspirar a hacerlo en alguna ocasión. Pero eso no está a nuestro alcance. En las circunstancias actuales, crecer más significaría que al final de la temporada el líder no nos sacara treinta puntos, sino quince. ¿Qué si no? El año pasado nos metimos en Liga de Campeones, ganamos la Copa del Rey y nos eliminaron en octavos de la Champions, después de ser líderes de grupo. ¿A qué más pueden aspirar esos futbolistas? A nada. Por eso se fue Squilachi y por eso se fue Adriano. Por eso se quiere ir Luis Fabiano y por eso parece que los jugadores que vienen nos ven como un equipo trampolín hacia metas mayores. No se toman lo bastante en serio el pertenecer a un club como el Sevilla porque saben que no van a ir más allá perteneciendo a su disciplina. Estos no son los Palop, David, Javi Navarro, Pablo Alfaro, Martí, Casquero, Dani Alves, Baptista etc., jugadores que venían a un equipo en crecimiento, algunos casi defenestrados como futbolistas en busca de una segunda oportunidad y otros jóvenes y ambiciosos que veían que podía crecer como jugadores a la vez que el club hacía lo propio en lo colectivo. Aquel equipo que acabó por ser campeón se completaba con jugadores de la cantera, ávidos por hacerse un hueco en la élite a la que llegaron Reyes, Navas, Puerta, Capel, Sergio Ramos, etc. Lo que pasa es que los canteranos de ahora ven muy difícil asentarse en el primer equipo, dado el teórico nivel de la plantilla, y salvo alguna que otra excepción, tampoco ellos parecen en exceso motivados. Tienen pocas oportunidades, y en las que tienen no acaban de ponerles las cosas difíciles a loa mayores. Insisto, quitando honrosas excepciones.
¿Y qué solución tiene esto? Pues parece que Gregorio Manzano la tiene en su mano. Por lo pronto, ya le ha dado un toque a los futbolistas. Espero que le hagan caso. Y si no se lo hacen, confío en que nuestro técnico tome medidas. Y las medidas son quitar a los indolentes para dejar paso a la cantera. Que los filiales vean posible el dar el salto y que sean ellos los que tiren del carro. Y no me refiero a que asuman una responsabilidad injusta porque son demasiado jóvenes, sino que apliquen esa intensidad que llevan en su sangre sevillista y que tanto falta en la primera plantilla. Que sean ellos los que le metan el miedo a esa panda de mercenarios que copan nuestras alineaciones. Que les pongan las pilas. ¿Que los defensas se dejan de ir? Ahí están los Luna o Bernardo para tomar el relevo. ¿Que el medio campo falla? Que le den la camiseta a Luis Alberto, que con su edad debutó Francisco (por ejemplo) allá por los años ochenta. ¿Que en la delantera faltan efectivos? Que le dejen un hueco a Rodri, que a cojones le ganan pocos. ¿Qué pasa? ¿No sería una buena idea? Y el que no quiera subirse al carro, que coja la puerta.
Evidentemente, esto es mucho más fácil de decir que de hacer, pero lo primero que hay que hacer para solucionar un problema es reconocerlo y encontrar la solución. Luego es hora de ponerla en práctica. Y para eso está el entrenador. Para eso le pagan.
Afortunadamente, parece que este sabe lo tiene que saber y ya está en ello. A ver qué pasa.
3 comentarios:
me embobo leyendote hermano,un abrazo de nuevo,permiteme que te llame a parte de hermano,maestro.
Fantástico post, si señor.
@Papi Magase
Muchas gracias, pero a mí para llegar a ser maestro de nada me falta un mundo. De todos modos, encantado por el cumplido.
@Mayte Carrera
Gracias por el comentario y también por hacerme descubrir tu magnífico blog. En seguida lo incluyo en mi lista
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