martes, 22 de enero de 2013

La corrupción como reflejo de nuestra sociedad.

Ayer estuve hablando con una clienta, la cual tiene un negocio abierto al público igual que yo, que me decía que ha decidido cerrar el mismo porque sólo trabaja para pagar. Factura lo suficiente para pagar todo lo que tiene que pagar, pero no le queda nada para ella. Estaba indignada porque, mientras gente como ella no hace más que trabajar, los mismos que defraudan con sus corruptelas no hacen otra cosa sino subírselo todo continuamente hasta el punto que le da la sensación de pagar para trabajar, no de trabajar para ganarse la vida. 

- Y a partir de ahora, si puedo trincar yo, pues lo haré. ¿No lo hacen los que mandan continuamente?

Esta mañana, otro cliente se expresaba en términos semejantes al otro lado de mi mostrador. Pero si la chica de la jornada anterior se mostraba de lo más enfadada, este hombre lo hacía abatido. Triste. Él también tiene un negocio, de fontanería para más señas, el cual le ha ido bastante bien durante años, pero que ahora flaquea, y mucho. Me enseñaba las últimas ofertas que había sacado (en artículos como griferías, termos, etc.) y se quejaba del modo en el que había tenido que bajar sus márgenes para poder vender. No estamos hablando del típico aprovechado que vivió como un rey durante los años del boom inmobiliario y que ahora no es capaz de mantenerse en pie, sino de un hombre que lleva un par de décadas con el negocio y que ahora se ve arrollado por la situación. 

En concreto, me explicaba que ha tenido que tomar la decisión de bajar los márgenes hasta limites ridículos (15€ de beneficio por la grifería completa de un cuarto de baño es ridículo) porque desde hace un tiempo le vienen clientes suyos de siempre asegurando que en tal o cual sitio consigue los mismos productos a un precio notablemente inferior.  Extrañado, se puso en contacto con sus proveedores y estos les dijeron que ellos, para vender en la situación actual, dan salida a muchos artículos sin aplicar el IVA, con lo que el minorista que lo compra puede bajar su precio considerablemente. Y como es natural, la conclusión a la que ha llegado este hombre es que tiene que seguir el mismo método. 

- Yo jamás he defraudado un duro - Me aseguraba - Pero, tal y como está mi mercado, si quiero seguir en él, me obligan a hacerlo. 

Hace poco, leía a un reputado economista español que defendía que España no es un país corrupto y que teníamos que tirar por el balcón a todos esos que nos están robando todos los días. Que están haciendo que ganemos una fama que los españoles no nos merecemos. Muy loable propósito y muy bonitas palabras, pero yo no estoy del todo de acuerdo. 

Hace otro poco, leía a otro economista (y con este si que coincido más que con el anterior) el cual seguía el siguiente razonamiento:

¿Cuántos de los lectores han roto alguna vez un cristal de una mesa para que el seguro la cambie? ¿Cuántos, en general, han defraudado alguna vez a alguna compañía de seguros, por mínimo que sea el fraude?

¿Cuántos de los lectores se ha ido sin pagar alguna vez de algún sitio? ¿Cuántos se han llevado algún artículo de un gran almacén sin abonarlo, aunque sea por hacer la gracia? ¿Y las típicas toallas o jabones de un hotel?

¿Cuántos de los lectores hacen lo posible por pagar menos a Hacienda, aunque sea a costa de defraudar en algo difícil de detectar? ¿Cuántos pedimos factura en las compras que hacemos para asegurarnos que se paga el IVA? ¿Cuántos contestamos que no cuando nos ofrecen algo más barato por el hecho de no declarar dicho impuesto? El típico "si lo pongo sin IVA, te sale tanto más barato". 

¿Cuántos han llamado a alguien que conocen en algún sitio para que les facilite un trámite, aun a costa de colarse por delante de los que llevan mucho esperando? ¿Cuántos se negarían a aceptar dicho trato de favor (caso de serles ofrecido) por respeto a los que están delante de él?

¿Cuántas veces nos hemos lamentado de no tener enchufe en tal o cual lugar para que las cosas nos fueran más fáciles?

¿Cuántas veces hemos pensado que las cosas son así y que si no se aprovecha uno, pues lo hará otro? Si no me aprovecho yo, se aprovechará el de allí, con lo que pa eso, lo hago yo. 

Y si las cosas son así, ¿de verdad no es este un país corrupto? ¿Podemos pensar así de un país donde tan típica es la picaresca? ¿Cuántas veces le hemos reído las gracias a quien ha conseguido algo por lo "alegal", a la vez que le damos palmaditas en la espalda? ¡Qué tío! ¡Qué listo es! ¡Ojalá yo pudiera hacer lo mismo!

¿Cuántos habéis escuchado alguna vez eso de la "cultura del pelotazo"? ¿De verdad un país así puede no ser corrupto?

Y el economista que decía antes llegaba a la conclusión de que una gran parte de la población es corrupta en su ámbito de actuación. Y que si fueran ministros o altos cargos, pues lo seguirían siendo, pero en esas alturas. Asegura que, de hecho, es justo lo que ocurre. 

¿A quien creemos, al primer economista o al segundo? ¿Al que asegura que España no es un país corrupto, por mucho que haya dirigentes que si lo sean, o al segundo que dice que la corrupción en altas esferas es el reflejo de la forma de ser de muchos de nosotros?

A pesar de que no se puede generalizar y de que en España hay muchísima gente buena, honrada y trabajadora (igual que hay muchos políticos de esa misma condición y que no son corruptos), yo estoy mucho más de acuerdo con la segunda tesis. Yo creo que la corrupción que vemos es el reflejo de la sociedad en la que vivimos. Puede que sea porque nos vemos obligados a ello (como es el caso de mis dos clientes de los que hablaba al principio) o porque esa es la cultura que hemos mamado. Que llevamos mamando desde hace siglos, cuando la picaresca se convirtió casi en género literario. 

3 comentarios:

Marcu dijo...

Amigo, hace unos días leí no sé dónde en un estudio sobre la economía española, y estiman que la evasión fiscal en España es de más de 85.000 millones de euros de las arcas públicas. Desde el ciudadano de a pie hasta el gran empresario aprovechan "cuando el Estado no mira, para hacer movimientos por debajo de la mesa" como los truhanes. Y a la cabeza están los políticos de todos los colores.
Se dice que el tipo de evasión depende del nivel adquisitivo del contribuyente. O sea que hay fraude de todas las tallas; para los peces grandes, para los pequeños y por supuesto para los tiburones. sólo que unos hacen más daño que otros pero todos hacen daño.
La corrupción política está en la misma honda así que aquí, en esta España nuestra, aquello de:"maricón el último" nos está llevando al abismo total.
Por eso, cuánta razón tiene tu cliente.

Perdón por la extensión pero me arde la sangre.
Un abrazo.

EL PAPI MAGASE dijo...

Rafa voy a aprovechar este post para hacer una pequeña aclaración comparando lo que está pasando en el país,con lo que pasa en nuestra entidad,resulta que "cuatro pueden hacer tanto ruido que parezca que somos todos" ,creo que a buén entendedor... en fin hermano que aqui el que no corre vuela y esto va a ser así hasta que como dije el otro dia,la tierra reviente en mi pedazos y la raza humana se extinga tal y como la conocemos,o que solo se queden en ella los cuatro pueblos indigenas a los que aún no le ha salpicado la civilización,paradógicamente es para preguntarse ¿quienes son los civilizados? un abrazo Rafa.

Rafael Sarmiento dijo...

@Marcu

Yo sí creo que somos un país corrupto. Es nuestra cultura, la que hemos heredado durante generaciones. Eso no quiere decir que todos lo seamos, pero, como sociedad, no se nos puede calificar como ejemplar. Y ami también me hierve la sangre.

@Papi Magase

El ser humano no deja de ser un animal... civilizado. Yo entiendo a la gente que hace lo que sea por llevar un pedazo de pan a casa. Pero la picaresca, el pelotazo, el afán por engañar, por defraudar... incluso el ensalzar a los listillos, eso en muy propio de nuestro país. Y así nos va

Muchas gracias a los dos, un abrazo

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