La victoria de ayer sobre el Zaragoza, y el consiguiente pase a semifinales de la Copa del Rey, le ha venido al Sevilla como agua de mayo.
No me voy a deshacer en elogios hacia el equipo, ni tampoco ante la labor que empieza a hacer Emery. Y eso que es evidente que ha habido un cambio de escenario, lo cual no asegura victorias, pero sí que permite ver las cosas de un modo diferente. Lo fácil sería agarrarse a ese clavo ardiendo, soñar con un cambio radical de la situación, alimentar la esperanza de empezar a ver al equipo ganando un partido tras otro, verse en la final de Copa, pensar en que se endereza el rumbo en liga, que incluso acabamos entre los ocho primeros clasificados (en función de lo que hagan Málaga y Atlético de Madrid, cabe la posibilidad de que el séptimo y hasta el octavo vayan a Europa, si nosotros no pasamos a la final de Copa), etc.
Creo, no obstante, que no sería serio plantear el asunto exclusivamente en esos términos. Por supuesto, estoy inmensamente satisfecho por el aparente cambio de rumbo. O mejor dicho, me hace ilusión pensar que ese cambio es posible. Aún es pronto para asegurar que se ha producido. Pero, aun aceptando que eso es así, y aún suponiendo que al final de temporada habremos jugado la final de Copa, clasificándonos también para competición europea, el resto de los problemas que tiene la entidad seguirían estando ahí. Creo que no hacemos bien mirando para otro lado, caso de que el equipo comience a funcionar, sino que se debe emplear ese buen funcionamiento para solucionarlos. Porque es evidente que si la pelotita comienza a entrar, todo es más fácil. Mucho más fácil.
A mi me preocupa mucho el tema económico. Muchísimo, debe ser por formación profesional. El importe de la deuda a corto plazo del Sevilla es tan importante que obligará a vender a futbolistas, y también está impidiendo la incorporación de otros. Y así seguirá siendo. Me gustó que el presidente dijera hace poco que hay que redefinir los objetivos y volver a empezar de cero. Interpretable tanto deportiva como económicamente. El Sevilla no se puede limitar a vender a sus mejores jugadores para pagar lo que debe a corto plazo (entre otras cosas, parte de los sueldos de los futbolistas), sino que ha de cambiar por completo la forma de gestionar la plantilla. Ha de volver al principio (empezar de cero), formar un equipo competitivo (no necesariamente de calidad, sino competitivo) a base de jugadores baratos, reduciendo así la masa salarial y el montante del dinero gastado en traspasos. Un equipo campeón (o finalista) de Copa y clasificado para competición europea es más atractivo para los futbolistas que otro que no. Por tanto, esos éxitos facilitarían la labor de traer jugadores a más bajo precio. Más que nada porque habría más futbolistas dispuestos a venir, incluso aceptando ganar menos. Esto no es descabellado. Ejemplos como los de Poulsen o Rakitic están ahí. Pero para eso hay que cimentar ese atractivo con algo, y el hecho de que la pelotita entre lo facilitaría.
Por cierto, Unai Emery es un entrenador bastante idóneo para el propósito de crear un equipo competitivo. Nada de florituras. Empecemos por el principio, hagamos un equipo sólido, con una idea clara, la portería a cero y ya habrá tiempo de pensar en otras cosas. Eso sí, olvidémonos de juegos bonitos y demás gaitas.
Otro asunto verdaderamente preocupante es el aspecto del estadio en los partidos, aparte del ambiente que hay. Solucionar el conflicto de Gol Norte debe ser prioritario. Imprescindible. Que Biris Norte pidiera sensatez y que los que entrasen al estadio animasen no es el fin del conflicto, sino una medida del grupo que tenía por objetivo ayudar al Sevilla (AL SEVILLA) a pasar la eliminatoria. Creo que todos intuimos con intensidad que esto es una guerra de egos que está perjudicando, primero, a mucha gente que no tiene nada que ver (abonados de Gol Norte que no son Biris), y, por encima de todo, al equipo. Y como tal guerra de egos que es, como tal problema personal entre personas, debe ser solucionado. Aunque sea tapándose la nariz unos y otros. Aunque sea dando un voto de confianza a alguien en quien no confías (aunque confiaste en el pasado). Lo que sea, pero que lo hagan ya. El sevillismo clama por que lo hagan y el paso lo tiene que dar la directiva, como responsable última que es de todo lo que pasa en el club. Ojo, esto no quiere decir plegarse a lo que exigen los Biris. Quiere decir llegar a un acuerdo con ellos. No es humillarse, no es bajarse los pantalones, es sentarse a una mesa personas frente a personas, sevillistas frente a sevillistas, y encontrar una solución que satisfaga a los que se sienten maltratados y que no impida que el club cumpla con sus obligaciones.
Pero es que, aun solucionando eso, la cosa no terminaría ahí. La escasísima afluencia de público al estadio es debida a varios factores. Empezando por la crisis económica que impide a mucha gente gastarse lo que no tiene en acudir a los partidos. Continuando por los demenciales horarios a los que estamos siendo condenados por culpa del afán recaudatorio de las empresas televisivas que, hoy por hoy, manejan el cotarro. Añadiendo también que el mal ambiente que hay en el estadio echa para atrás a los aficionados. Y terminando, por supuesto, por la mala marcha del equipo. Que el equipo cambiara de dinámica y que se solucionara el conflicto de Gol Norte acabaría con los dos últimos factores, pero los dos primeros seguirían ahí. Y eso no tiene remedio a corto plazo. Eso requiere replantearse la política del club respecto al abonado. Si los ingresos televisivos son una parte fundamental del presupuesto del club, y por eso hay que plegarse a las exigencias de las operadoras, y si la crisis económica va para largo y el aficionado anda corto de dinero, habrá que bajar drásticamente los precios de las entradas y los abonos. Primero, para facilitar las cosas a ese aficionado que lo está pasando mal económicamente, y segundo, para compensar los problemas con los horarios intempestivos en los que ponen los partidos. Ello podría suponer un descenso de los ingresos por esta materia, lo cual repercutiría en lo expresado en el párrafo anterior, es decir, habría aun menos dinero para sueldos y fichajes. O se puede dar el caso contrario, como se nos explica en este enlace, ya que el descenso en los precios se podría compensar con una mucho mayor afluencia de espectadores, pudiéndose dar el caso hasta de que esos ingresos aumentasen. Sea como sea, lo cierto y verdad es que lo normal sería que se ganase menos por este concepto. Habría que asumir tal cosa.
Por tanto, todos estos asuntos influirían unos en otros tanto para lo bueno como para lo malo. Si la pelotita entra, el equipo puede lograr sus objetivos y ello facilitará la planificación de la plantilla, aunque sea apelando a la austeridad. Además, si el equipo va bien, y si se soluciona de una vez el conflicto de Gol Norte, el aficionado acudirá al estadio en mayor medida, a pesar de sus problemas. Pero, por otro lado, si se reducen los ingresos por la razón que sea (p.ej. abaratar entradas y abonos), será más complicado hacer una plantilla competitiva que enganche a la afición, y eso dificultaría el propósito de aumentar las entradas en el estadio.
Por tanto, esto no se trata de poner parches a problemas acuciantes. Tampoco de que el equipo revierta la tendencia y comience a ganar partidos. Aquí se necesita una acción integral, un cambio de política en todos los ámbitos de la gestión del club, tanto económica como deportivamente. Las soluciones urgentes hay que buscarlas, por supuesto. Y si la pelotita entra, todo será más fácil. Pero lo que necesitamos es más, mucho más, casí diría que reinventarnos.
Volviendo al principio, lo de ayer estuvo muy bien. Nos vino como agua de mayo. Se necesitaba como el comer, aparte de que el equipo comience a demostrar signos de mejoría, algo que enganche al aficionado, que calme las iras, que ayude a despejar algunas dudas. Pero quedarnos en eso es de una simpleza que me atrevería a calificar casi como de suicida.
4 comentarios:
Gracias, está claro que a ti lo que te mueve, de verdad, es el Sevilla.
No se puede decir mas claro. Si se clasifica para la final o incluso gana la copa del Rey algunos diran que el equipo aun puede y es seguir engañandose. Asi que se tiene que empezar de 0 empezando por la directiva.
Antes que nada, agradecerte el enlace al blog y felicitarte por el magnífico artículo que suscribo en su integridad.
En cuanto a lo que comentas creo que hay poco que añadir. En lo que se refiere al año, creo que la idea debe ser ir partido a partido con vistas a no pasar apuros de ningún tipo. Mantenerte en una cómoda horquilla clasificatoria entre el 8 y el 12. Y priorizar la Copa, ya que estamos a 180 minutos de volver a disputar otra final y de competir el año que viene en Europa. Y, con un entrenador conocedor de la plantilla y arquitecto de equipos, comenzar con ilusiones renovadas la 2013-2014.
Un inciso a esto. Creo que es necesario quedar lo más arriba posible en liga. Veremos cómo evoluciona lo del Málaga (mala pinta) y, como no, lo del Valencia y (en menor medida) lo del Betis. Que un organismo europeo admita una empresa nacionalizada me genera muchas dudas. Ojo a las licencias UEFA de este año. No me extrañaría que si juega el Atleti la final y entre las licencias UEFA, no veamos al 8º (o incluso al 9º) jugando en Europa la temporada venidera.
Reinventarse y poner los pies en el suelo. Saber de donde se viene pero, sobre todo, saber donde se está y hacia donde queremos ir. Y que los árboles coperos no nos tapen el bosque
@Juan Jose Roman
No te quepa duda, amigo.
@Miguel
Sería un error enorme pensar que no pasa nada porque se consiga algún éxito deportivo. Hay mucha tela que cortar.
@Alvaro
Lo bueno de todo esto es que la vuelta de semifinal de Copa es a finales de febrero, con lo que, después, una vez sepamos si jugamos la final o no, quedará bastante liga para tratar de recuperar terreno.
POr eso, aparte de priorizar la Copa, no nos podemos despeñar el liga. No sólo para no entrar en la lucha por no descender, sino también para, cuando llegue esa fecha de finales de febrero, estar a tiro de piedra de esa 7º u 8º plaza.
Muchas gracias a todos, un abrazo.
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