Para mí, pase lo que pase y diga lo que diga quien quiera decir algo, la temporada del Sevilla es un fracaso. Un fracaso debido a muchas razones: mala planificación, extraña gestión en el mercado de invierno, lesiones importantes, horrores arbitrales y mala suerte en ciertos momentos que pudieron ser clave. Pero eso no quiere decir que se tenga que tirar a la basura, y lo ocurrido esta última jornada puede ser un magnífico ejemplo.
En mi opinión, resulta verdaderamente increíble que, a falta de cuatro partidos y contando sólo con 46 puntos, el Sevilla tenga serias opciones de clasificarse para competición europea sin ni siquiera necesitar de un fallo favorable del TAS en el asunto del Málaga. Increíble, inconcebible. Pero es así. Que el Sevilla tenga 46 puntos a estas alturas es un sonoro fracaso, lo mires por donde lo mires. Pero, como resulta que esos puntos nos dan la opción de pelear en serio por entrar en la Europa League, no se puede hacer otra cosa que dejarse la piel en el campo para conseguirlo. Aunque sea por el simple hecho de maquillar un año casi para olvidar.
Para colmo, el rival a batir es el Betis. Para colmo, para regocijo (o acojone absoluto) de la hinchada verdiblanca y para frote de manos de cierto sector de la prensa local que babea ante la posibilidad de algo tan ridículo como seguir poniendo al Betis a la altura del Sevilla, de fomentar una rivalidad que sólo existe en el cachondeito de los bares y de seguir soñando con que eso de que la liga particular (la mediocridad absoluta hecha argumento) es algo que sigue siendo meritorio de portadas y aperturas de programas. Algo que se cae por sí solo únicamente diciendo que la mejor temporada del Betis en lustros y la peor del Sevilla en ese mismo periodo les tienen a ambos en un pañuelo. En una lucha directa. Yo me quito el sombrero y le hago la ola a la temporada de nuestros vecinos, porque está siendo sensacional, todo lo contrario que la nuestra. Pero, si, como digo, sólo así se consigue que ambos equipos estén en un pañuelo, ¿qué tipo de igualdad es esa? En fin, lo dejo, que me desvío del tema que quería tratar.
Venía diciendo que, aunque pueda parecer mentira, el Sevilla, con 46 puntos, tiene muy serias opciones de meterse en Europa. De hecho, opino que a nada que se hagan 8 o 10 de los 12 que quedan, se conseguirá. Y considero que si el equipo es capaz de pegarle una patada al complejo de no poder ganar fuera la semana que viene en Málaga, hasta la sexta plaza podría estar a tiro, toda vez que es el propio Málaga quien la ocupa. Y no, no estoy lanzando las campanas al vuelo porque hablo en condicional. Si el Sevilla hace lo que tiene que hacer, si el Sevilla se quita el complejo y gana fuera, si, si y si. Condicional. El Sevilla tiene capacidad para hacerlo. Si juega tan bien en casa es porque sabe jugar así de bien. Sólo tiene que hacerlo también fuera. Y el Málaga es un polvorín que anda bastante perdido últimamente y al que aún le queda enfrentarse a Madrid y Barcelona. Que aunque, para entonces, los grandes se jugarán más bien poco, no dejan de ser los grandes. Por tanto, ¿quién sabe? ¿Quién nos iba a decir que, tras un año tan malo, teniendo sólo 46 puntos a falta de cuatro jornadas, íbamos a estar tan cerca de la clasificación europea?
Insisto, para mí, pase lo que pase, el año del Sevilla será un fracaso. Y también que todo lo que digo, lo hago en condicional. Yo creo que el Sevilla tiene potencial para haber obtenido más puntos hasta ahora, del mismo modo que también lo tiene para ganar al menos 9 de los 12 que faltan por jugarse. Pero, igualmente, sé que por mucho potencial que creamos que tiene el equipo, esta temporada no ha demostrado nada de eso, por lo que lanzar las campanas al vuelo es estúpido.
Eso sí, y esto es algo que vengo repitiendo desde hace mucho, a los jugadores no les queda otra que dejarse hasta la última gota de sudor en el campo. No les podemos permitir que no lo hagan. Esto es el Sevilla y hay que darlo todo. Se entiende que la afición quiera olvidarse de este año y pensar en el que viene, como pasó tras el empate en Valladolid la semana pasada, pero los profesionales tienen que hacer lo que sea para quedar lo más arriba posible. Y mucho más cuando vemos que, a pesar de todo, seguimos acariciando la consecución del objetivo.
Artículo publicado en Number 1 Sport
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