jueves, 19 de noviembre de 2009

Soy un mar de dudas, edición especial

Efectivamente, se trata de una edición especial de mi serie, dedicada en esta ocasión, y en exclusiva, a los señores que deciden cuando debe clausurarse un estadio de fútbol, y cuando no.

Yo hasta ahora creía tener medio claro lo que tenían que hacer los energúmenos de turno para conseguir que el campo del equipo de sus supuestos amores fuera cerrado por una serie de partidos, aunque luego uno no comprendiese del todo el criterio a seguir para cuantificar el número de los mismos en que consistía el castigo.

Pero la última decisión de estos señores me ha dejado desconcertado. El suceso ocurrió en el Vicente Calderón, y consistió en que un objeto fue arrojado desde la grada con tal puntería que impactó en la cabeza de Manuel Pellegrini, haciéndole una herida. El castigo ha consistido en una multa de 150 €, y a partir de enterarme de ello, otra vez, las dudas asaltaron mi mente de modo que no me dejan vivir. Toda la terapia a la que he sido sometido estos últimos meses para corregir este defecto mío se han ido al traste en cuestión de segundos.

Vamos a ver si conseguimos aclarar términos. Agobiado por los interrogantes, busqué más información acerca de los motivos de la decisión, y leí que la justificación que se da para imponer una sanción tan ridícula es que no se encontró el objeto arrojado.

!!!

(En ese momento me quedé como mi ordenador cuando el puntero del ratón toma la forma de un reloj de arena)

Una vez leído eso, lejos de aclararme las cosas, lo que consiguieron fue ponerme peor de lo mío, y aquí estoy clamando por respuestas que me ayuden a superar este nuevo trauma.

De modo que si no se encuentra el arma con la que se comete el delito, la pena se convierte en nimia. Es decir, que si yo mato a alguien, y no se encuentra el cuchillo jamonero que utilicé para perpetrar el crimen, puede que ni siquiera vaya a la cárcel, ¿no? Una multita por haber sido travieso, y santas pascuas.

Es que esto me hace preguntarme tantas cosas, que no sé si sería mejor arrojarme por la ventana, a ver si así dejo de sufrir.

Entonces, si aparece el objeto arrojadizo, sí que cabe sanción de clausura. Trabajemos sobre la hipótesis de que a un objeto, un partido de cierre.

O sea, que si se lanza un objeto, este impacta en la cara de uno de los individuos que campan por la banda, y el mencionado objeto aparece, el estadio se cierra por un partido.

¿Da igual de quien sea el estadio? ¿Afecta eso para el número de partidos, si son varios objetos los lanzados e impactados?

¿Y si aparece el objeto, pero no impactó a nadie?

¿Afecta para la sanción la naturaleza del objeto? O sea, ¿un papel hecho una bola engurruñada se considera objeto? Porque, claro, un papel engurruñado no hace sangre. ¿Hace falta sangre para que haya sanción? ¿Basta con un chichón o hematoma? ¿Y si dentro del papel engurruñado va una piedra? ¿Cuál es el objeto, el papel o la piedra? ¿O son dos objetos? Claro, que si son dos objetos, serían dos partidos, ¿no? ¿Se consideran dos, o uno? ¿O como uno no hace sangre, ese no se tiene en cuenta? Y si es así, ¿qué pasa si, aun habiendo sangre, no aparece la piedra pero sí el papel? No hay sanción, ¿no? ¿Y si sólo aparece la piedra? ¿Puede el agresor alegar que él tiró un papel, sin saber que había una piedra dentro?

Es que es para volverse loco, tío…

Pero sigo, porque tengo más cosas dentro.

Vamos a ver. Hasta ahora hemos supuesto que el objeto lanzado es una piedra, pero pongámonos en el caso de que es algo cristalino, yo que sé… un vaso, por ejemplo.

Según el proceso mental de estos señores del comité sancionador, si un sujeto lanza un vaso a la cabeza de Pellegrini en el Vicente Calderón, este objeto impacta en la referida mollera, pero misteriosamente desaparece y no es encontrado, no hay partido de sanción. Muy bien.

Es decir, que si aparece el vaso, entonces sí que lo hay. Pero… ¿y si el vaso se rompe, pongamos en dos trozos? ¿Se considera un objeto, o dos? Porque el agresor puede decir que él lanzó uno, pero el acusador decir que encontró dos. Y si se consideran dos objetos, entonces son dos partidos, ¿no? Pero, ¿y si el vaso se hace añicos? ¿Hay que buscar los mencionados añicos, contarlos, para así decidir el número de partidos a sancionar? En ese caso, la asociación de “energúmenos sin fronteras” debería de enviar una circular a sus miembros, instándoles a que arrojen objetos no frágiles, para evitar la flagrante injusticia de que tirando un solo objeto pueda recaer una sanción de varios partidos.

Pero es que voy más allá. Supongamos que el objeto arrojado es un click de Playmobil. Esos muñequitos que tan de moda estaban cuando yo era niño, y que siguen existiendo (he visto un anuncio en la tele). Esos muñequitos que, lanzándolos con fuerza contra el suelo, la cabeza se despegaba del cuerpo con enorme facilidad (yo fui un energúmeno en potencia, afortunadamente rehabilitado, y de chico hacía cosas como tirar los clicks de Playmobil al suelo con fuerza, a ver qué pasaba. Y pasaba lo que he comentado).

Si se arroja un click de Playmobil sobre la cabeza de Pellegrini, hasta el punto de hacerle sangre, lo más seguro es que la cabeza del click se desprenda del cuerpo, con la consiguiente transformación de un objeto en dos, y la duplicación automática de la sanción de cierre, caso de aparecer ambos. Pero, ¿y si sólo aparece la cabeza? El agresor podría alegar que el impacto se produjo con el pie del click, y que si no aparece el pie, no puede haber sanción, ya que nadie puede demostrar que el objeto arrojado era un click completo, o sólo la cabeza del mismo, que hay gente pa tó. En este caso ¿Tendría que intervenir la policía científica, o algún forense, para estudiar la forma de la herida en la cabeza de Pellegrini, y así emitir un informe experto que aclare qué parte del cuerpo del click impactó sobre la referida mollera? ¿Y si, en efecto, impactó con el pie, y sólo aparece la cabeza? ¿No hay partido de sanción, o hay que poner a la susodicha policía científica a buscar el cuerpo del pobre click decapitado?

Y más aún. Imaginemos que el impacto se produce por un objeto de valor… digamos… un jamón de Jabugo. El agresor podría alegar que él no quería agredir, sino regalar al entrenador del Madrid ese jamón. ¿Se considera entonces agresión? Dando por hecho que un jamón de Jabugo no desaparece así como así, el partido de sanción está más que demostrado. (O puede que sí desaparezca, que hay mucha gente con la mano muy larga, o muy amiga de lo ajeno, y un jamón es muy goloso). Pero, ¿y si de verdad era un regalo, y se tuvo la mala suerte de que impactó en la cabeza de Pellegrini? ¿Se puede tener eso en cuenta como atenuante? Supongo que sí, caso de que Pellegrini se pueda llevar el jamón a casa. Pero, ¿y si el jamón es robado por un recogepelotas, mientras se cura la herida a Pellegrini? Claro que entonces, al no aparecer el objeto arrojado, no cabe partido de sanción y todos contentos. Bueno, todos no, que Pellegrini se queda sin jamón, y se lleva a casa un par de puntos en la nariz. Pero eso fue por mala suerte. ¿O no?

Y para concluir. ¿Y si el objeto de valor es arrojado por una señora a la cabeza de su marido, en medio de una discusión matrimonial ocurrida en pleno centro del Vicente Calderón? (la señora es del Atleti, y el señor del Madrid) La señora, en plena ofuscación, lanza el pedrolo de joya que cuelga sobre el collar que rodea su cuello a la cabeza del marido, que fue quien se lo regaló, y que ella ya no quiere. Pero el marido, con un gesto felino, aparta la testa en el momento preciso, y el pedrolo va directo a impactar sobre la referida mollera del ínclito Pellegrini, que no se da cuenta de la llegada del valioso proyectil porque está atento a lo que hace el Kaká de turno sobre el césped. (Demos por supuesto que el pedrolo no va envuelto en papel) En el momento del impacto, el pedrolo se hace añicos de tal forma que es imposible contar los trozos en que queda, para determinar el correspondiente número de partidos de sanción. Se convierte en una especie de polvillo azulado que es llevado a cualquier parte por la primera ráfaga de viento que se produce. Ya no hay objeto arrojadizo. Ya no hay sanción. ¿Puede entonces el marido despechado reclamar a Pellegrini daños y perjuicios por tenerla tan dura? La cabeza, me refiero. La que está encima de los hombros, por supuesto.

Supongo que no. ¿Por qué? Por una razón muy sencilla. El objeto arrojado no ha aparecido.

¿Dónde estaban las cámaras esas con las que las televisiones nos deleitan todos los días que hay un partido del siglo? Ya sabéis, esas que nos muestran a la chica más mona de la grada haciendo morritos. O al tío del bocata imposible de tortilla. O al padre que lleva al niño al fútbol, y el niño se duerme. O a esa pareja, una con la bufanda de un equipo y el otro con la del contrario (justo antes del lanzamiento del pedrolo, claro). O a esa vieja que anima al equipo… ah, no, que eso es en el Medio Estadio de la Palmera, no en el Calderón. Bueno, esas cámaras que todo lo ven y que todo lo muestran… ¿no pueden localizar a la criatura que lanzó el objeto? ¿No pueden, no saben, no interesa…? ¿Es que eso se hace en Sevilla, pero no en Madrid? ¿Es que los estadios de Sevilla están preparados para ello, y los de Madrid no?

Y lo más importante…

¿Es que yo soy gilipollas, o estos me lo quieren hacer creer?

4 comentarios:

Jose Ant. Vega dijo...

pueés comparto 100% tu opinión una vez más y a tu última pregunta, nos lo quieren hacer creer pero no lo van a conseguir, me niego a ser gilipoyas xD

UN ABRAZO

Gol Sur, Tribuna Alta dijo...

Investigando sobre el asunto me he he enterado de que cuando eras pequeño, tu casa fue clausurada varias veces por asesinatos de clicks.

Y por reincidente.

Hay que reirse por no llorar...

Muchas, muchísimas de estas preguntas tienen una misma respuesta:

"Todo depende de en qué provincia esté el Estadio y quien sea el dueño del mismo".

Mira a ver en cuantas preguntas puedes responder eso. Yo lo he hecho en muchas.

Un papel engurruñado en el Sánchez Pizjuán es punzante, peligroso, lo encontrarían, y somos reincidentes.

Yo estuve presente en aquel partido del Calderón, en el que Palop casi impacta con una inocente botella de Ballantines...

Y sí, somos gilipollas, hablemos claro. La diplomacia es muy importante, pero yo echo de menos un gesto de protesta por parte de nuestro Presidente.

De todas maneras, cuando Chiquito de la Calzada deje de estar en portada en mi blog, aún tengo que tratar este tema, pero esta vez con seriedad.

Un saludo, y cuando tengas estas dudas, abre el mueble-bar y pégate un buen bimbaso jajajaja

Gol Sur, Tribuna Alta dijo...

¡Din Don!

Soy yo otra vez. Era solo para decirte (tal como te he respondido en mi blog a tu comentario del otro día) que menos mal que la barra de pan de Pamplona (ayer en el campo de Osasuna tiraron un pan a un linier) cayó cuando ya te habías quedado agusto, y habías hecho públicas esas dudas que te comen el coco. Porque, si a todo lo expuesto, le unes su buen mollete de tortilla, su servilleta, papel de plata, que si el pan estaba partido en dos, que si la tortilla era de dos huevos...

Probablemente te hubiera estallado la cabeza.

Un saludo.

Rafael Sarmiento dijo...

@J. Antonio

Claro que no queremos ser gilipollas. Por eso y por otras cosas tenemos un blog. Para denunciar estas cosas, aunque sean pocos los que nos leen (A unos más que a otros, jeje)

Un abrazo y gracias

@Gol Sur Tribuna Alta.

Cuando vi las imágenes del bocadillazo me eché a reir de tal forma, que si escuchaste unas carcajadas al fondo, en el ambiente, a lo lejos, ese era yo sin duda. ¡Qué post más oportuno!

Lo de que se echa de menos que se diga algo desde la directiva es cierto, aunque conociendo a Del Nido, fijo que estamos sacando más por permanecer callado.

Y lo del mueble bar, jeje, ese recurso siempre está ahí. Que borrachín se ven las cosas de otra manera. Y a veces ni se recuerdan a la mañana siguiente.

Un abrazo, y gracias.

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