viernes, 11 de noviembre de 2011

Sevillista y persona

Es muy común escuchar o leer a sevillistas contando agradecidos cómo sus padres supieron traspasarle la pasión por estos colores. Enumerando recuerdos, describiendo anécdotas y batallitas y, caso de haber fallecido, soñando emocionados con ese tercer anillo que todos sabemos que existe y en el que se encuentran nuestros seres queridos sevillistas que en su día dejaron este mundo. 

Sin embargo, nunca he oído a alguno de esos padres contar cómo lo hicieron para lograr ese objetivo para con sus hijos. Lo máximo que se les escucha decir son cosas como "cuando te llegue el momento lo sabrás", o " limítate a quererle, que lo demás caerá por su propio peso", o cosas por el estilo. Claro que los padres sevillistas de hijos béticos también les quisieron, y luego pasó lo que pasó. ¿O es que quizás no supieron lo que se supone que tendrían que saber cuando llegase aquel supuesto momento?

Yo tengo un hijo de dos años, y mi mayor objetivo es educarle para que sea una buena persona. Eso por delante de todo, pero luego, no demasiado por detrás, quiero que sea tan buena persona como buen sevillista. Sé que hay muchas fuerzas externas empeñadas en hacerme fracasar. Influencias negativas que pretenden arrastrar a inocentes criaturas al lado oscuro. Hasta hace no mucho, ese lado oscuro era de color verdiblanco. Yo creo que todos tenemos el típico primo, cuñao o familiar graciosillo y verdolaga que pica a los hijos de sevillistas para que prefieran al Betis. Sin darse cuenta, supongo, del daño moral que les hacen y del peligro que corren de convertirse en creaturitas acolapsadoras de palmeras. Lo que pasa es que, últimamente, ese lado oscuro se ha fortalecido de un modo preocupante con la eclosión del catetismo provinciano adulador de merengues y culés. Contra un equipo tan perdedor que su lema es "viva el Betis manque pierda" es fácil luchar. Pero contra esos otros dos es más complicado. 

Por tanto, ya me he puesto a ello. Y aprovechando que al niño le gusta la música, pues de vez en cuando le canto el "lo lo looo... vamos mi Sevilla, vamos campeón", que me parece sencillo y fácil de memorizar para una criatura de esa edad. Y, efectivamente, el niño la acabó aprendiendo y llegó incluso a pedírmela para que se la cantase. Sin embargo, cierto día comencé a recitarla y se revolvió diciendo que no. Que no quería esa canción, que quería otra. Y como no se sabe ninguna otra del Sevilla, pues tuve que cambiar de temática. Yo quiero que sea sevillista, pero no pretendo agobiarle, no sea que se me rebele. Tiempo al tiempo. Y dejé el asunto para más adelante. Hace ya unos dos meses de aquello.

Pues bien, ayer al mediodía, mientras le cambiaba y le preparaba para la siesta, comenzó recitar algo mirándome, que es lo que hace cuando quiere que le cante lo que sea. Al principio no le entendía, algo muy común en un niño de dos años con su propia concepción del idioma, pero al momento me di cuenta de lo que pasaba. ¡Quería que le cantara el "lo lo looo"! ¡Dos meses después y no se había olvidado! Pero es que, además, no sólo se la sabía perfectamente, sino que la cantaba al tiempo que agitaba un brazo. Y cuando acababa, hacía un puño con la mano, elevaba el pulgar hacia arriba y gritaba: ¡Sevilla!

Os prometo que me tiemblan los dedos al escribirlo. ¿Cómo es posible eso? Dicen que los niños son esponjas con esa edad, pero ¿hasta ese punto? Supongo que me habrá observado viendo algún partido, o que me habrá escuchado hablar de fútbol con mi mujer, cualquiera sabe. Pero el niño tiene muy claro que el Sevilla es algo bueno, que le gusta a su padre y que esa canción es importante. 

En verdad, debo tomarme las cosas con un poco de calma en lo que al niño se refiere. Sólo tiene dos años e interpreta el mundo del modo que su reducido conocimiento le permite. Igual te canta este canción sevillista, que luego opta por el cumpleaños feliz (sin venir a cuento), o por la sintonía de cualquier serie de dibujos animados. Y las conclusiones a las que llega, su lógica, es a veces hasta absurda ¿qué se puede esperar de un niño de dos años? 

Os voy a poner un ejemplo, aunque para ello os tengo que presentar a Scoottie:


Scootie es un personaje de una serie infantil llamada "Jungla sobre ruedas". Cada personaje tiene un color muy intenso, y como el niño está aprendiendo a distinguir los colores, pues Rosa (mi mujer) y yo empleamos esta serie para practicar. Furgofante es azul, Sapistón es verde, Buga es amarillo... y Scootie es rosa.

Y entonces empieza a carburar el cerebro de mi niño. Y su lógica también. Si Scootie es rosa y mamá se llama Rosa... la conclusión es evidente.

¡Mamá es Scootie!

!!!

Os juro por lo más sagrado que mi mujer y el personaje este no se parecen ni en el blanco de los ojos. Pero, ya digo, la lógica del niño es personal e intransferible. Por tanto, por mucho que se sepa la canción del "lo lo looo", eso no quiere decir nada. He de perseverar. 

Bromas aparte, la verdad es que es apasionante ver a un niño crecer. Apasionante, fascinante, desconcertante... impresionante. Muchas de las cosas que nos preocupan en el día a día se vuelven chorradas al contemplar como esa criatura descubre el mundo. Ayer, mientras observaba anonadado como el crío cantaba aquella canción, me acordé de la continua controversia en la que suele vivir el sevillismo. Hoy día consiste en ser "oficialista" o crítico, aunque en ápocas anteriores se basó en otras cosas. Dicen algunos que siempre hemos sido así, que siempre los hubo criticones exacerbados y otros más conformistas (o sensatos, según el caso o el momento). Que siempre hubo pitones (o pitadores), e incluso algunos que perdían las maneras y las formas y desfogaban en la grada todo lo que no podían en casa. Dicen que no nos deberíamos extrañar tanto de estas cosas, que siempre ha sido así. Y es cierto.

Claro que también lo es que tal cosa no quiere decir que haya que callarse y no denunciarlo. Que si algo está mal, no hay por qué seguir aguantándolo sólo porque siempre haya sido así. ¿O es que las cosas no se pueden cambiar? Sobre todo si el cambio es a mejor. 

Y ayer, observando a mi hijo, pensé que a mí me gustaría que fuera buena persona y buen sevillista. Como decía antes. Una buena persona no acude a un campo de fútbol a cagarse en todo lo que se menea. Una buena persona no insulta a otro sólo porque su opinión sea distinta. Una buena persona respeta a los demás, escucha, es capaz de conversar, de debatir y de llegar a un acuerdo. Una buena persona entiende que no se puede tener razón siempre. Y que incluso cuando se tiene, igual sólo se tiene en parte. O igual esa razón vale para unas circunstancias, pero no para otras, con lo que es posible que dos personas que ven algo desde extremos opuestos tengas ambas razón. 

Estoy hablando de personas. De buenas personas. No de sevillistas. 

Y ahora vuelvo a recordar que hay quien dice que esa actitud que tiene parte del sevillismo no es nueva, que siempre ha sido así. Y estoy de acuerdo en parte, pero no en todo. Es cierto que siempre ha sido así, pero no en el sevillismo. O mejor, no sólo en el sevillismo, sino en la sociedad al completo. 

Últimamente se habla de sevillistas buenos y sevillistas malos. Hay quienes han considerado menos sevillistas a otros sevillistas por el hecho de no ser de Sevilla, de ser sevillanos de adopción, no de cuna. O por no ser socios, o por no ser accionistas, o por ir o no ir al estadio. Se ha acuñado hasta una palabra para definir esto: el "sevillómetro".

Y de lo que algunos no se dan cuenta es de que no se trata de ser mejor o peor sevillista. Se trata de ser mejor o peor persona. Alguien que prejuzga los sentimientos (sevillistas en este caso) de otros por cuestiones como la cuna, el poderío económico o la tenencia de tiempo necesarios para ser socios o acudir al estadio, o simplemente por la mera opinión acerca de las cosas, tiene un serio déficit de bondad en su personalidad. Quien piense así es igual de sevillista que cualquier otro, pero no mejor persona, sino peor. 

El sevillismo es un sentimiento. Sevillista se es, o no. No se es más o se es menos. Se puede ser sevillista de mil maneras, expresar ese amor por los colores de multitud de formas. Yo no quería más a mi mujer cuando nos hicimos novios, pero sí que nos comportábamos de otra forma. Al principio era más pasional, ahora es más sereno. ¿Y qué? No es eso lo que mide la intensidad del sentimiento. 

No se es más sevillista por ser crítico o por dejar de serlo. Se es sevillista, y luego, se es mejor o peor persona. Porque el problema, como digo, es que hay malas personas. Y es cierto que siempre las ha habido Y siempre las habrá. Pero eso no es seña del sevillismo. Eso es seña de la sociedad. De una parte de la sociedad. No es que el sevillismo siempre haya sido así, es que siempre ha habido malas personas en el sevillismo. Porque el sevillismo es parte de la sociedad. Y en la sociedad hay de tó, como en botica. 

Basta con que señalemos a esas personas y las apartemos, y seguro que al resto nos irá mejor, porque son minoría. Y no se trata de apartarlos por ser mejores o peores sevillistas, sino por ser malas personas. El sevillismo es otra cosa. 

Yo quiero llevar a mi hijo al campo en cuanto tenga edad para ello. Y no me apetece nada que vea a gente echas unos energúmenos insultando y comportadose como animales. Más que nada porque yo quiero que sea buena persona, para que así pueda ser buen sevillista. Un buen sevillista, para mí, es una buena persona que es sevillista. Eso es lo que quiero que sea mi hijo. Por eso no quiero que se junte con energúmenos. 

Ese energúmeno puede ser igual de sevillista que yo, pero no la quiero a mi lado. No quiero a mi lado a personas así. Y eso, insisto, no tiene nada que ver con el sevillismo. 

10 comentarios:

Kike Ríos dijo...

Es precioso verlos crecer, yo tuve la "suerte" de tener un hermano cuando yo ya estaba bastante crecidito. Ahora que tiene ocho años he visto de primera mano toda su evolución personal y cognitiva y como soy el hermano mayor, soy todo un espejo en el que mirarse. Que me tiene en un pedestal, vamos.

Así que en mi casa es difícil que no salga sevillista, aunque aún prefiere el fútbol para jugarlo que para verlo. Mi objetivo es que otra prima chiquitita que tengo salga también palangana, aunque va a ser dificil porque su madre es más bética que las lechugas jeje

Un abrazo Rafa!

Marcu dijo...

Como sabes, tengo tres y los tres son, han salido o los he hecho, no lo sé, más sevillistas que el escudo.
Soy su padre y tengo que ser muy subjetivo pero son tres maravillosas personas y por tanto tres sevillistas buenas personas.

¿Cómo se hiceron sevillistas? Aparte de no tener el entorno contaminado siempre le hablaba del Sevilla, de sus jugadores, del estadio...luego les compré la equipación y los llevaba a algunos entrenamientos y finalmente al futbol.
Tenía el chico, José Maria, unos 4 años y en unos entrenamientos le dice a Suker "Suker, marca un gol olímpico" Estábamos en el corner derecho de Gol-Sur. Lanza el corner, marcó el gol. Se fue para el niño, lo cogío en brazos, le dió un beso en la cabeza y lo soltó
en el suelo. !!ëxtasis total!!
Esa anécdota la hemos contado TODOS
miles de veces.
Hoy José María es socio, está en los Biris, tiene 20 años y después de cada partido llega a casa completamente ronco, sin habla. Ya sabes de qué.
Disculpas por extenderme hoy. Sé que me perdonas porque HOY ES UN DIA ESPECIAL.
Un abrazo para tí y un besito para M...el niño.

Manu de los Santos (@ManuSantos_8) dijo...

Otro gran post, y ya van...

Lo suscribo totalmente, y que esos energúmenos, que serán 5 o 6 pero lo son al fin y al cabo, se marchen cuanto antes.

Un abrazo.

https://s-evillistas.blogspot.com/ dijo...

Al comenzar ha leer el Post te he imaginado buscando a Scoottie por Google y llamando al Papi por si sabia como montar el Post con un muñeco ,pero como por un hijo se hace cualquier cosa has aprendido pronto.
De lo que estoy seguro es que tu hijo va a ser una buena persona pues tendra a quien parecerse y si de paso es Sevillista , mejor.
Los Sentimientos que expresas en tus Post es lo que me hace opinar asi.
Saludos Sevillistas

Miguel dijo...

Te superas dia a dia yo tengo una hija de cinco años que se duerme con lo mismo da gusto leeerte

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Es, probablemente, el mejor post que he leído en mucho tiempo.

Gracias.

Yo no tengo hijos (no los tuve antes y no los tendré ahora porque sería, directamente, abuelo antes que padre), pero sí he tenido muchos hermanos más pequeños (en orden de seis), a los que, entre mi madre y los mayores, enseñamos el camino correcto.

Todos absolutamente palanganas. Algo hicimos bien, no obstante.

Me ha enternecido la forma en que describes tus observaciones del crecimiento de tu hijo.

¿Te digo algo que siempre me rondó por la cabeza? Pues que los padres, los varones, tenemos ése déficit ancestral, ésa tara, ésa lacra que nos hace inferiores... porque no parimos.

Debe ser algo tan enorme, tan fantástico (con todo el dolor incluso), tan íntimamente grandioso que los mashotes, los que presumimos de ser tan fantasmas, jamás llegaremos a comprender.

Me alegro mucho de colgar comentarios en tu blog. Créeme que te admiro por las formas y por el fondo.

Pero sobre todo, porque debes ser UNA BUENA PERSONA y por tanto, UN BUEN SEVILLISTA.

Gracias, amigo.

Cuídate.

EL PAPI MAGASE dijo...

Bueno Rafa despues de leer esta entrada solo me queda que desearte un feliz cumpleaños,alguien ayer en mi blog se fué de la lengua y me dijo que cumplias hoy 37 tacos,sigue disfrutando de ese pequeño y de tu señora,en definitiva de esa familia que de momento es de tres bellas personas,porque el peque ten por seguro que va a ser una gran persona y seguro que si no se contamina de algun tio o familiar del lado verde,será sevillista y de los que son buenas personas,un abrazo y lo dicho,FELIZ CUMPLEAÑOS.
¡ea ya lo he dicho!

Juan Angel de Tena dijo...

Amigo Rafael, ni una coma.
Ahora estoy fuera. Cuando llegue a casa intentare comentarte como merece este magnifico post.
Un abrazo

Juan Angel de Tena dijo...

Rafael, lo prometido es deuda.

Simplemente decirte que estas tus palabras, una vez más no hacen más que corroborar de que pasta estas hecho.

Sabes que coincidimos en muchisimas cosas y esta especialmente es una en las que estoy sin fisura alguna alineado en la forma de ver la vida que tu nos enseñas a diario.

Solo eso, Rafael.

Un fortísimo abrazo amigo.

Rafael Sarmiento dijo...

@Kike Ríos

Pues eso que me cuentas de tu hermano supone una responsabilidad. Yo también tengo hermanos pequeños, pero hansalido demasiado diferentes a mí como para que algo así hubiese ocurrido. Con decirte que uno es bético.

Suerte con la sobrinilla

@Marcu

Con la ayuda externa del ídolo sevillista del momento es más fácil hacer del Sevilla a un niño. Vaya detallazo del bueno de Suker.

Bromas aparte, empezaremos por hablarle y cantarle cosas del equipo. POco a poco.

@Manuel de los Santos

El resto de la afición debe señalarlos para que si tienen un poco de vergüenza, dejen de comportarse así.

@Triana 1952

Pues no te creas, que me costó trabajo encontrar una foto que me gustara. Pero pude hacerlo yo solito, poco a poco vamos mejorando.

@Miguel

Pues el mñio con eso no se duerme, se sobreexcita, :-) El mío se duerme con el telediario, que le es aburrido.

@Jose Manuel Ariza

Tiene razón eso de nuestro déficit ancestral. Por eso mi hijo, aunque se lleva a las mil maravillas conmigo, cuando está malo, o tonto o lo que sea, siempre busca a su madre. Mamá es mamá, por mucho que los padres intentemos a su altura. Nunca llegamos a ese nivel, y yo creo que es por propia naturaleza.

@Papi Magase

Siempre hay alguien que habla más de la cuenta. Y yo que creí que si no se decía no se cumplían los años. Ahora ya nadie me quita los 37.

Por cierto, ni cupón ni ná. Seguimos tan bien de salud como siempre, pero de dinero...

@Juan Angel Tena

Nos pediste en aquel post que perseveráramos en eso de denunciar las malas formas en parte de la afición y yo acepté el reto. Ahí estamos.

Muchas gracias a todos, un abrazo

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