martes, 3 de julio de 2012

El opio del pueblo

Die religion sie ist das opium des volkes. 
Karl Marx, 1844


Del alemán, "la religión es el opio de los pueblos"

Esta legendaria frase fue acuñada por Karl Marx a mediados del siglo XIX. Como todos sabemos, Marx fue el primer ideólogo (y creador, pues) del comunismo, que un siglo y pico después derivó en socialismo, el cual es lo mismo, pero menos radical. El comunismo es la antítesis del capitalismo. El socialismo (tal y como hoy se entiende) es el capitalismo intervenido por el Estado. A mayor socialismo, mayor intervención. La intervención total sería el comunismo.  Estas son definiciones de cosecha propia y totalmente rebatibles. 

Por su parte, el opio es es una mezcla de sustancias que se obtiene de una planta llamada adormidera (generalmente se la conoce mejor como amapola) y que contiene una droga narcótica y analgésica que todos conocemos: la morfina. O sea, que Marx consideraba que la religión era como una droga que se suministraba a las gentes para que se quedaran quietas mientras los poderosos campaban a sus anchas. 

Por tanto, la izquierda está en contra de la religión en su propio núcleo, por ideología. Claro que, dentro del concepto "religión", yo distingo entre doctrina eclesiástica y cristianismo. La doctrina eclesiástica son los dogmas que los seres humanos nos hemos inventado a lo largo de los siglos, muchos de ellos no basados en creencias, sino por interés propio de los mismos poderosos de antes. De siempre. El cristianismo, por su parte, no es más que vivir tu vida siguiendo los valores promulgados por un señor llamado Jesucristo, el cual defendía cosas como que si tienes dos túnicas, dale una a quien no tiene ninguna. Algo muy en consonancia con la redistribución de la riqueza que tanto defienda Marx. Por tanto, creo que este se refería más a la Iglesia (en todas sus extensiones: católica, protestante, ortodoxa...) que al cristianismo en sí. 

En la actualidad, esta frase carece por completo de sentido porque la religión ha dejado de tener el poder que tuvo en otra época. Es cierto que lo sigue teniendo, y mucho, pero no como para ser el opio del pueblo. Hoy día, el opio del pueblo es otra cosa, creo que todos nos imaginamos de qué se trata. Lo que hemos visto en estos días con la selección de fútbol ha sido igual de emocionante como de vergonzoso. Nos la están metiendo por todos lados, pero la gente es súper feliz porque La Roja ha hecho algo que nunca antes nadie había conseguido. 

Fijáos lo que decía Marx acerca de la religión:


"La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo"

"Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real"


¿Qué pensaría Marx si levantara la cabeza? Pues seguramente que el fútbol es el opio del pueblo, el suspiro de una criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación sin alma. Y defendería su abolición para que el ser humano pueda dejar de vivir fantasías y se preocupe de verdad por su propia felicidad.

En teoría pura, la izquierda debería estar completamente en contra del fútbol, igual que lo está de la religión. Por ideología. Por esa ideología que su primer ideólogo promulgó. 

En teoría pura, insisto, que esto que digo es una chorrada como las muchas que se nos ocurren cuando no hay otras cosas en las que pensar. Si es que, como se quejaba Marx, dale religión al pueblo y verás como no se preocupan por lo de verdad importante. Cambia religión por Sevilla FC y te darás cuenta de hasta qué punto el fútbol nos obnubila, nos impide razonar, pensar, decidir, protestar.... Mientras nos quejemos de que Del Bosque juegue sin delanteros o que salga Torres y no Navas, no molestaremos a los que se lo están llevando calentito en nuestras putas narices. Y cuando dentro de poco el Sevilla FC vuelva a rodar, en este blog se hablará sobre todo de fútbol, y no de otras cosas. Porque mi cabeza se centrará en mi opio, y no en lo importante de verdad. 

En su época, en la época de Marx, el Papa era un ser todopoderoso a quien veneraban los gobernantes de todos los países europeos porque tenía la capacidad para, moviendo sus hilos, hacer que el pueblo llano pensase de una manera o de otra. Bastaba con cambiar o retocar tal o cual dogma, repartir las instrucciones entre su jerarquía para que llegase a los párrocos que estaban en contacto directo con las personas, con el pueblo, y ya lo tenían hecho. 

Hoy día, el Papa de aquella época puede ser un señor llamado Roures, que es quien maneja los hilos. Quien tiene la pasta. Le escoltan los Florentinos, Roselles y compañía. Y los gobernantes les miman y cuidan porque tienen al vulgo entretenido mientras ellos les esquilman. Estos señores dan sus instrucciones y ahí tenemos a los Lamas, De la Morenas, Castaños, Manolos y demás fauna diversa tarareando lo que les ordenan para mantener al pueblo en su sitio. En el sitio que ellos desean que ocupen. 

De esta forma, hay algunos que llegan a decir cosas como esta:

Manu Carreño: "Con estos (la selección) nos da igual que nos suban la luz, el agua, el gas..."

Lo dijo, sí señores, vaya que si lo dijo. Ahí está la base de todo. Esa frase define el concepto a la perfección. La felicidad absoluta. La felicidad ilusoria. Por favor, lean ustedes de nuevo lo que Marx decía de la religión:


"Se necesita la abolición de la religión entendida como felicidad ilusoria del pueblo para que pueda darse su felicidad real"


Cambien "religión" por fútbol y entenderemos lo que pretenden. Simple y llanamente, que seamos felices gracias al fútbol para que no pretendamos la felicidad real, ya que para alcanzar esta última, los que se lo están llevando calentito tendrían que dejar de hacerlo. 

Hablo de ideas de izquierdas basándome en lo que decía el primer ideólogo de la izquierda.

¿Qué piensa la izquierda española?

Los izquierdistas de corazón, lo sabemos. Los políticos de izquierdas...

Eso es otra cosa. 

5 comentarios:

EL PAPI MAGASE dijo...

Otra entrada de lujo Rafa como todas las tuyas,a mi al menos me dejas anestesiado con tus exposiciones,vaya que para mi el blog de un sevillista cualquiera (RAVESEN) es como diria CANTINFLAS,purito opio para mi sesera,un abrazo Rafa,a seguir viendolas venir.

Marcu dijo...

Amigo, cada vez me sorprenden más algunos de tus artículos. Quiero felicitarte por el post, porque un tema tan peliagudo como éste, y sales indemne de la situación. Con las tres líneas finales das una media verónica y terminas de una manera magistral.
No quiero adentrarme en fútbol y opio porque ya durante el franquismo era así y hasta ahora no ha cambiado.

Sobre las palabras de Marx diciendo que la religión era el opio del pueblo, no le faltaba razón pero tambien el marxismo en el XIX se convirtió en opio del pueblo aunque para muchos intelectuales del XIX y XX, el marxismo era el símbolo de la modernidad.

Ya Sartre lo denominaba la "concepción insuperable de la Historia" y ya ves tú que desde principios de todos lo tiempos, la Historia siguió sus propios derroteros de los que te aseguro que absolutamente nadie tiene la clave.

Sartre está hoy tan olvidado como Marx y Marx como Sartre.

Hoy, los partidos socialdemócratas descendientes del marxismo, son una mezcla de socialismo genérico o neoliberalismo y que si levantaran la cabeza Marx, Engels y hasta el propio Sartre, les hubiera provocado vómitos a los tres.

Disculpas por extenderme pero...me gusta el tema que desarrollas en la primera parte del post.

Un abrazo

PD.-Los conceptos de derecha e izquierda de hoy dejan mucho que desear. Y en España, peor aún. ¡Ojo! es mi opinión.

Dori dijo...

Desde luego hayer me parecio que fueron muchas horas del tema en las televisiones,ahora lo he entendido mucho mejor con tú pots,es soberbio.
Muchas gracias.
Saludos sevillista

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Excelente.

Ya apunté algunas cosas en éste sentido en mi blog pero sin tanto éxito como tú.

Gracias a tí y a Galeano.

Veamos, no obstante, algunas paradojas a grandísimos rasgos y sin profundizar:

El marxismo es, ante que nada, un método de estudio de la Historia. Supuso un cambio radical en la manera de examinar el pasado porque observaba las condiciones sociales y económicas de los pueblos, no de los reyes como hasta entonces.

Fruto de ése interés por los débiles surge, necesariamente, la ideología que persigue el bienestar social universal frente a las minorías (reyes y nobles).

Así sería en sentido amplio y otra cosa bien distinta el uso que de aquellas ideas iniciales se hiciera más tarde (Lenin, Stalin...)

No obstante y en viendo la parte práctica que se ha hecho en la Historia del marxismo y en los países donde ha estado (y está), vigente, en poco se diferencian de las sociedades anteriores a Marx:

Hay quien ostenta el poder y una cohorte que lo rodea plena de privilegios y prebendas, sin importar si se llama reino o república.

El pueblo, siempre, lo pasa mal cualquiera sea el modelo.

Al pueblo, siempre, se le cuentan milongas (el aparato de propaganda soviético, por ejemplo, era monstruosamente efectivo en mentir, camuflar y engañar a los ciudadanos de allende el telón de acero). Al pueblo se le buscan entrenimientos que les hagan olvidar las cuitas diarias, la subsistencia, la comida...

Opio, como señalas, para olvidar.

Olvidar no sea que toda ésa energía se vuelva contra los que nos mantienen en ésta situación.

El Barroco en su máximo esplendor y aquello fue mucho antes de Marx y Roures.

Mediaset (and company) cumplen su función social de distracción. Cuanta más, mejor. Sin escrúpulos, sin vergüenza, sin ética, moral o cualquier otra causa que justifique algún problema de conciencia.

Es curioso, por tanto, que un teórico estudioso de la economía popular (Marx) terminara por señalar el camino para amansar a la fiera del pueblo.

Y las palabras se parecen demasiado:

RE LI GI ON

TE LE VI SION

Excelente, Rafael. Escelente.

Gracias.

Cuídate.

Rafael Sarmiento dijo...

@Papi Magase

No es mi intención anestesiarte, sólo faltaba que alguien dijera algo así como "Ravesen es el opio del pueblo y hay que abolirlo para alcanzar la felicidad real" jeje.

@Marcu

Muchas gracias, amigo.

Lo que nunca le faltó a la Historia es algo de opio que dar a las masas. Marx acuñó la frase, pero no inventó el concepto. El concepto es tan antiguo como la misma existencia de poder de unos pocos sobre otros muchos.

Por cierto, en mi opinión, la diferencia entre PP y PSOE (derecha e izquierda española en la actualidad) consiste en hacerle guiños a la iglesia, o no, o defender cosas como el matrimonio homosexual, o no. Simples tics, no más que gestos sin trascendencia. El PSOE tiene que tragar con la iglesia porque sigue dando muchos votos y el PP ha de aceptar los derechos homosexuales porque es de justicia. Y así, igual con un gran número de detalles que no entran en profundidad en las convicciones de cada uno. Porque esas convicciones son tremendamente parecidas.

@Dori

Gracias. Mientras estés entretenida viendo como se lo pasan Reina y sus compañeros, no te cabreas pensando que ahora has de pagar por las medicinas. Esto ha sido así de toda la vida.

@Jose Manuel Ariza

Te digo lo mismo que me dijiste hace no mucho. Demasiado halago veo yo aquí :-). Pero muchas gracias. Prometo no creérmelo.

Si a las personas que se arremolinaron en Madrid para honrar a sus héroes de rojo les hubiese dado por coger un garrote cada una y cargar contra os que mandan, los recortes y las luchas contra el déficit pasarían a mejor vida en un suspiro. Algo similar pasó en un lugar llamado La Bastilla, ¿no es cierto?

Yo creo que las ideas de Marx siguen estando presentes, igual que las de Jesucristo o de cualquier persona que defendiese la justicia y la igualdad entre seres humanos. No hay tanta diferencia entre lo que defendían estos dos personajes, al menos a grandes rasgos. De hecho, yo suelo decir que Jesucristo fu el primer comunista de la Historia, ante lo que tanto comunistas como religiosos se me echan en lo alto con no muy buenas intenciones. Al fin y al cabo, se trata de justicia social. Lo que pasa es que el pueblo es muy voluble, muy maleable, siempre lo ha sido. Es fácil conseguir que se concentren en algo, de manera que se distraigan y no hagan demasiado caso a lo importante.

El circo romano, el barroco que comentas, los fanatismos religiosos, los nacionalismos, los toros cuando Franco, el mismo deporte entonces y ahora..., incluso el "hooliganismo" político y la obligatoriedad que tratan de imponernos para que estemos en un extremo o en el contrario...

Siempre hubo opio. Aunque no creo que sea del todo malo tener entretenimientos, pero, como todo en la vida, en sus justas proporciones.


Muchas gracias a todos, un abrazo.

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