Hay ocasiones en las que a uno se le acumulan asuntos, tanto en la cabeza como en el mundo real, y corre el riesgo de bloquearse. Eso tiene una fácil solución. Se respira hondo, se toma uno las cosas con más calma y se frena un poco para volver a coger ritmo. Es lo que me está pasando a mí en estos días.
El mes de julio es muy tenso emocionalmente para alguien que tiene un comercio de las características del mío. Mi facturación depende mucho de los estudiantes y del ritmo de trabajo de las empresas. Pero en verano, los estudiantes están de vacaciones y las empresas relajan sus producciones por el mismo motivo. Por tanto, no facturo tanto como durante el curso normal y eso eleva las incertidumbres. Hay que tener la cabeza muy fría, no pensar en que igual no llegas, porque al final llegas, y si no, tengo balas en la recámara, soluciones de emergencia por si algún mes no se gana lo suficiente. No me voy a arruinar, y menos cuando sólo se trata de julio y agosto, pero se pasa mal viviendo al borde del precipicio. Te afecta a la concentración.
Por otro lado, hay poco de lo que hablar. Un blog dedicado al fútbol carece de demasiado sentido en pretemporada. Ya son dos hándicaps. Primero, la falta de concentración y, segundo, la escasez de temas.
Además, otra de las cosas de las que suelo hablar aquí es de economía, pero viendo como está la situación actual, y teniendo en cuenta lo dicho en el segundo párrafo, sólo me faltaba combinar mis incertidumbres con comentarios sobre la situación económica para acabar de deprimirme del todo.
Para colmo, ayer por la tarde me llevé la puntilla. Los habituales de este sitio saben que tengo una novela a punto de publicar. O de intentar hacerlo. El resultado de más de cuatro años de trabajo, algo que me hace una ilusión infinita y a lo que he dedicado muchísimos esfuerzos. Pues bien, ayer por la tarde la terminé de maquetar y estuve viendo precios para auto-editarla. Y me llevé un chasco enorme porque, dada su extensión, (690 páginas), se convertiría en un libro carísimo. No me puedo permitir hacerlo de esa manera. Hay otra forma, no obstante. Se puede editar con ciertas empresas que sólo imprimen las copias que se encargan. Es decir, alguien está interesado, compra el libro por internet o lo encarga en una librería, y entonces es cuando se imprime (esa unidad) y se entrega. En ese caso, a mí no me cuesta nada, lo paga directamente el cliente. Pero, dada la extensión, ya digo, y sin yo ganar ni un céntimo, el precio se iría más allá de los 30 euros.
Totalmente inviable. Mi novela ya está terminada y maquetada, pero no puede salir a la luz. De modo que, una de dos, o me como mis ilusiones, o me pongo otra vez manos a la obra para intentar reducirla sin que pierda su esencia.
Otra vez a empezar. Es decepcionante. No sé si os imagináis cómo es de decepcionante.
Al menos sé más o menos por donde puedo ir recortando. Si es que lo de los recortes y ajustes está de moda. ¿Qué le vamos a hacer?
Como veis, se me han acumulado problemas en las cosas importantes de mi vida con problemas en esas otras cosas con las que me evado para no agobiarme demasiado con los problemas en las cosas importantes de mi vida. Vivan las redundancias.
De modo que voy a aplicar la solución que decía en un principio. Respirar hondo, tomarme las cosas con calma y frenar un poco para volver a coger ritmo. Dejaré de escribir aquí durante unos días, me concentraré en la reestructuración de la novela y espero que para la semana próxima vuelva a tener la cabeza un poco más clara para seguir con esto otro que tanto me gusta.
Entretanto, os envío un muy cordial saludo.
4 comentarios:
Espero que antes de recortar el libro te quedes con el original,me encantaria leerla entera,de todas formas aqui tendrás un comprador de esa novela aunque tenga que pedir un prestamo en el banco ¿he dicho prestamo en el banco Rafa? anda dame un garrotazo que estoy yo hoy mu tontorrón,voy a probar a coger aire en mis pulmones y ya te cuento,descansa que te lo mereces y no te preocupes en demasia,estoy seguro que al final saldremos adelante de una forma u otra,recuerda somos sevillistas y los sevillistas no podem os permitirnos el lujo de caer,bueno caer podemos caer,pero levantarse del tirón que nos esperan en muchos sitios hermano.
De acuerdo en lo comentado ,y que eso no quita para que me llames un dia y nos tomemos una cervezita, y llamamos al Papi que me la debe.
Saludos y a tu dispocision
Bueno Rafa las cosas estan dificiles,pero te mando todo mi animo para que no te rindas y consigas publicar tú libro,aquí desde luego me tienes como futura lectora de ese libro que seguro vera la luz...ANIMO.
Saludos sevillista
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