El error de traspasar a Navas

Artículo publicado en Number 1 Sport

El culebrón del verano ya está aquí, aunque aún faltE más de un mes para que empiece la estación estival. Se ha sabido que el Manchester City ha tanteado a Navas, y que el jugador, lejos de negarlo, ha dicho que se siente halagado y preparado para cualquier aventura. Por mucho menos se suele disparar la rumorología, con lo que, con más razón, ya la tenemos aquí hasta el 31 de agosto.

A mí estas cosas no me gustan un pelo, y aunque sé que hablando de ellas no hago más que darles pábulo, no me resisto a comentar algo. Eso sí, no me voy a dejar llevar por el sentimentalismo, al menos en un principio, sino que me centraré en el aspecto económico.

Que el Sevilla va a vender este verano es algo que todos tenemos asumido, se clasifique o no para competición europea. El propio presidente reconoció un desfase presupuestario que hay que corregir vendiendo activos, es decir, futbolistas. Una vez sabido esto, por nuestras mentes pasan los nombres que todos sabemos: Negredo, Medel, Rakitic, Navas, Fazio... incluso Kondogbia. Son muchos jugadores, está claro, y hay quien teme que se desmantele el equipo. Por tanto, si alguien (como el Manchester City) viene con el taco por delante para llevarse a un jugador (como Navas), igual podríamos pensar que con un solo traspaso se solucionarían los problemas económicos sin tener que vender a nadie más. Esto, en mi opinión, es un craso error.

El problema económico real del Sevilla no es cantidad de desfase en el presupuesto, sino el motivo por el que ese desfase se ha producido. Dicho problema no se soluciona vendiendo futbolistas, ya que, haciéndolo así, cada año habría que vender. Y el año en el que no hubiera una venta buena, nos hundiríamos (económicamente hablando). Vender este año es un recurso de urgencia, necesario para paliar ese desfase. Pero lo que de verdad tiene que hacer el Sevilla es reducir su dimensión, su estructura de costes. Y dentro de esta, la clave de bóveda está en la masa salarial.

El Sevilla tiene que reducir su masa salarial, no conseguir un pelotazo económico en forma de traspaso. Si por Navas ofrecen 30 (es un decir) y por Negredo y Medel 20 y 10 respectivamente, la segunda opción es mejor (desde el punto de vista económico) porque se obtiene la misma cantidad de dinero y se reduce en mayor medida la masa salarial. Este es el principal motivo por el que hay que traspasar a Fazio, ya que el argentino pasa a costarle al Sevilla casi el doble porque se ha terminado su “periodo Ley Beckham”, es decir, pasa a tributar mucho más, y ese exceso lo tendría que asumir el Sevilla. Para colmo, le queda sólo un año de contrato, con lo que blanco y en botella.

Y volviendo a Navas, aparte de lo dicho, hay que tener en cuenta su carácter, que es referencia para cualquier canterano, que es nuestro “niño, que se trata de lo único que nos queda del Sevilla de los títulos, que el dinero no parece que le mueva, que está recién casado y es recién padre (y cuesta imaginarse a esa familia viviendo en Inglaterra)... son tantas y tantas cosas las que dificultarían (y, ojo, abaratarían) su traspaso.

A mí me cuesta creer que Navas vea con buenos ojos el irse de Sevilla. Y eso a pesar de su8s declaraciones. Evidentemente, no se va a cerrar puertas. Ya no es el de hace nos años y podría marcharse (antes, no), pero una cosa es poder y otra querer. Por otro lado, me cuesta incluso más creer que el Sevilla vaya a aceptar esa venta. Supongo que otros van antes en las preferencias para las salidas. Y teniendo en cuenta que a equipos como el nuestro no les va a quedar más remedio que tirar mucho de cantera en los próximos años, el mantener como figura principal precisamente a un canterano, creo que sería una medida muy acertada.

Pero, claro, esta es mi opinión. Luego los que mandan harán lo que crean conveniente. Eso sí, me gustaría decir que a mi me parecería bien la venta de cualquier jugador. Incluso la de varios. Pero a Navas no lo tocaría. Creo que debería ser absolutamente intransferible, el estandarte del equipo, y me sentiría profundamente decepcionado si se marchara.