jueves, 23 de mayo de 2013

Mitos, leyendas y mentiras del Descubrimiento (II)

EL PERSONAJE


Capítulos anteriores: (I)


Cristóbal Colón es, sin duda, uno de los personajes más controvertidos que ha dado la Historia. Sin ningún género de duda. Prácticamente nada de lo que se sabe de él se puede afirmar de un modo categórico: ni el lugar donde nació, ni su condición social, ni su nivel de formación, ni el modo en que fue capaz de desarrollar su proyecto... ni siquiera el lugar donde está enterrado. Pero es que él mismo se encargó de que eso fuera así. Algo muy, muy gordo tenía que ocultar para empeñarse en emborronar su pasado continuamente. La historia oficial es la que es, y está bastante bien documentada, pero eso no es óbice para que surjan un sinfín de dudas al respecto: de cosas que no cuadran, que no encajan, que no tienen explicación. Y lo peor es que, mientras más trata uno de informarse y documentarse, más dudas surgen. La vida de Cristóbal Colón es un galimatías, una especie de laberinto en el que, mientras más avanzas, más perdido estás.



Cristóbal Colón
Todo esto le convierte, por supuesto, en un personaje fascinante. No sólo por la curiosidad que despierta y que uno no puede saciar, sino por lo absolutamente descomunal de su hazaña. Tan descomunal que es imposible creerse muchas de las cosas que la historia oficial cuenta sobre él. Y como la nebulosa que envuelve su vida hace que a menudo hablemos sobre especulaciones o suposiciones, es necesario aplicar la lógica y el sentido común para evitar que agrandemos su mito más de lo necesario, o para comprender que, por mucho que nos hayan contado en clases de historia, la realidad tuvo que haber sido de otra manera.


Pero vayamos por partes y analicemos algunas de esas muchas cosas que es complicado creer en su biografía oficial.

Fecha y lugar de nacimiento


Sobre la fecha y, sobre todo, el lugar de nacimiento de Cristóbal Colón hay multitud de teorías, unas disparatadas y otras con cierta base. Y, entre estas últimas, unas explican algunos de los misterios que existen y otras, otros; pero todas dejan alguno sin solución. Ninguna lo explica todo, con lo que siempre dejan abierta la duda sobre su veracidad. De Colón se dice que nació en Italia, en Francia, en Castilla, en Portugal, en Cataluña, en Mallorca, en Ibiza, en Extremadura, en Galicia..., hasta en Grecia, en Suiza o en Noruega. Hay teorías para todos los gustos.

No obstante, la más aceptada es la de que nació en Italia, en concreto en Génova, en 1451. Más que nada porque existen documentos de la época que certifican que un tal Doménico Colombo y su esposa, Susana Fontanarosa, vivieron en Génova y tuvieron cinco hijos llamados Christóforo, Bartolomé, Giacomo, Juan Peregrino y Bianchinetta. Christoforo sería Cristóbal, Bartolomé, el hermano que le acompañó en tantos avatares, Giacomo sería el otro hermano que vivió con él en Castilla (aunque aquí se le conoce por Diego y nadie explica el por qué de ese cambio) y de los otros dos, nada más se supo. Esta familia existió, pero eso no quiere decir que fuera la de Colón. Que Christóforo fuera don Cristóbal. Sin embargo, eso sí, es la oficialmente aceptada. 

Como digo, esta teoría está basada en muchos documentos que no voy a empezar a desarrollar. Pero es, digamos, la más sólida en ese sentido, aunque deja en el aire muchísimas preguntas. Ya he comentado una: ¿por qué Giacomo pasa a llamarse Diego? Bueno, se podría decir que él se lo quiso cambiar al llegar a Castilla y que sus razones tendría. No se puede tumbar una teoría respaldada por tantos documentos sólo por eso. Pero es que no es sólo eso. Hay muchos interrogantes más.

El idioma de Colón

Cristóbal Colón jamás utilizó el italiano en sus escritos. Y escribió mucho. Muchísimo. No sólo sus diarios de a bordo en los viajes (el correspondiente al primero es verdaderamente fascinante porque cuenta, día por día, el viaje por mar más alucinante de toda la Historia), sino una cantidad ingente de correspondencia con personajes de todo tipo. Muchos de ellos italianos. Y ni siquiera con estos utilizó su supuesto idioma de cuna. Por ejemplo, se carteó frecuentemente con Nicolo Oderigo, embajador genovés ante los Reyes Católicos, pero lo hizo en castellano, a pesar de ser compatriotas. O con los responsables de la genovesa Banca de San Jorge en Sevilla (genoveses ellos también), que eran quienes gestionaban sus dineros (cuando los tuvo). Es que ni en las cartas que dirigió a su hermano Bartolomé (como, por ejemplo, la que le envió a Inglaterra para decirle que dejara de presentar el proyecto porque Castilla lo había aceptado y partía inmediatamente). Escribió en portugués, en castellano, incluso en catalán, pero jamás, jamás en italiano.

Clase social y conocimientos

Según la historia oficial, Cristóbal Colón era hijo de unos humildes tejedores genoveses. Sin embargo, fue capaz de casarse con una noble portuguesa dos años después de llegar a aquel país a nado, tras un naufragio, y cuando no era más que miembro de la tripulación de un buque mercante. Eso, en aquella época, (e incluso, en ocasiones, en la actualidad), es inaudito. Se puede llegar a comprender que, gracias a esa posición ganada con el matrimonio, pudiera tener acceso al rey para presentarle el proyecto, pero lo difícil de entender es que obtuviera el primer logro. El de casarse con una noble.
Felipa Móniz de Perestrello
Primera esposa de Colón

Pero es que la cosa no queda ahí. Cuando abandonó Portugal para marcharse a Castilla (una vez fallecida su esposa y trayendo de la mano a su pequeño hijo Diego), llegó a nuestro país casi a escondidas, por mar, no por tierra, y pidiendo refugio en el convento de franciscanos de La Rábida. ¿Cómo es posible algo así en una persona que alcanzó la nobleza y trató con el rey de Portugal? Para colmo, años más tarde, cuando ya estaba en tratos con la reina de Castilla, el rey de Portugal le mandó una carta en la que le llamaba “amigo”, le invitaba a regresar al país luso y le aseguraba que la justicia no tomaría medidas contra él. ¿A qué se refiere esto? ¿Qué hizo Cristóbal Colón en Portugal para que, siendo “amigo” del rey y esposo de una noble, tuviera que huir de allí del modo en que lo hizo y pedir caridad en La Rábida? Y más aún, aceptando que pudiera tener acceso al rey portugués gracias a la familia de su esposa (y hasta que entablara amistad con él), ¿cómo es posible que también llegara a contactar con la reina de Castilla, así como enviar a su hermano a Francia e Inglaterra para que departiera con los reyes de aquellos países? ¿Es eso normal en el hijo de un humilde tejedor genovés?

Y luego están sus conocimientos. Por mucho que navegara durante años, incluso con los mejores de la época, los portugueses, los conocimientos que demostró tener Cristóbal Colón van mucho más allá de lo que se podía llegar a adquirir con esa experiencia. Hablamos de los conocimientos necesarios para hacer un viaje que nunca antes, jamás en la Historia, nadie osó hacer. Conocimientos suficientes para convencer a reyes y a su cohorte de expertos en cada una de las materias. Conocimientos avanzados, no sólo en navegación, sino en matemáticas, en astrología, en cartografía, etc. Eso, como digo, no se adquiere como grumete o como marinero. Al principio de la serie comparaba la odisea de Colón con un supuesto viaje tripulado a Marte. Y siguiendo con esa comparación, una cosa es ser un magnífico ingeniero aero – espacial y otra muy diferente ser capaz de organizar una expedición tripulada a Marte, volver y establecer una ruta permanente con la que colonizar el planeta rojo. Es que no es lo mismo. Y aun aceptando que Colón era algo así como un superdotado (que lo era, no puede ser de otra forma), en algún sitio tuvo que recibir la formación, porque las matemáticas no se aprenden en la cubierta de un buque y rodeado de rudos marineros.

En este sentido, en la biografía que su hijo Hernando Colón escribió sobre él, asegura que estudió en la Universidad de Pavía, pero eso no casa para nada con lo que se dice de que estuvo en la mar desde muy joven. Sin duda, la el tema de la formación de Cristóbal Colón es un auténtico enigma.

El extraño caso del Papa Inocencio VIII

A continuación, y también a lo largo de los siguientes capítulos de esta serie, voy a comentar algunas de las teorías heterodoxas que tratan de explicar los orígenes de Cristóbal Colón. Como decía antes, las hay para todos los gustos, pero yo voy citar solo las que me parecen más interesantes. Y empezaremos por la que concierne al papa Inocencio VIII.

Inocencio VIII
Giovanni Battista Cybo fue el papa número 213 bajo el nombre de Inocencio VIII, y su pontificado duró desde el 29 de agosto de 1484 hasta el 25 de julio de 1492. Es, casi con exactitud (primera casualidad), el periodo que transcurre desde que Cristóbal Colón tuvo que huir a escondidas de Portugal y el de la partida del primer viaje, el del Descubrimiento. La primera noticia que tenemos de Colón en Castilla (su llegada a La Rábida) es de la primavera de 1485, pero los tres o cuatro meses anteriores a esa fecha son un misterio, ya que se supone que sale de Portugal a finales de 1484. Un misterio del que hablaré más adelante porque puede tener una importancia capital en toda esta historia. Pero ahora lo que interesa es que Colón se va de Portugal casi justo después del nombramiento de Inocencio VIII como Papa. Y además, para elevar bastantes enteros la curiosidad, este señor fallece justo una semana antes de que Colón parta del puerto de Palos rumbo a lo desconocido.

Sin embargo, el colmo de los colmos en lo referente a este papa es lo que pone en su epitafio, en su tumba:

Novi orbis suo aevo inventi gloria”.

Que en castellano quiere decir, Suya es la gloria del descubrimiento del Nuevo Mundo”

Tumba de Inocencio VIII - Vaticano
¿Cómo puede ser esto si falleció una semana antes de comenzar el viaje descubridor, o sea, dos meses y medio antes de que se produjera dicho descubrimiento? ¿Qué hizo Inocencio VIII para merecer tal honor? Porque algo grandísimo tuvo que hacer, ya que América se descubrió bajo el papado de Alejandro VI, el Papa Borgia, otro que tiene su miga, pero que no viene al caso.

Inocencio VIII nació en Génova (segunda casualidad) en 1434, aunque como era hijo de un político, pasó su infancia en la corte napolitana de Alfonso V de Aragón, ya que allí se encontraba su padre. Estudió en Padova y en Roma, donde comenzó su carrera eclesiástica al servicio del cardenal Calandrini, hermanastro del Papa Nicolás V. Esas relaciones le permitieron ser nombrado Obispo de Savona (tercera casualidad) en 1467, época en la que Colón ya debía andar de grumete de barco en barco, pero aún con base en Italia, ya que no llega a Portugal hasta 1476. De hecho, en 1467 se supone que su familia reside allí, en Savona. En 1473 fue nombrado cardenal y en 1484, papa.

Durante su papado, y dado el peligroso dominio que tenían los musulmanes en el Mediterráneo Oriental, urdió un plan para reconquistar la ciudad de Jerusalén, tratando de emular a los cruzados. Para ello necesitaba la colaboración de las grandes potencias, pero el rey de Hungría, uno de los países involucrados, murió al poco y la coalición no pudo realizarse. Sin embargo, el papa no cejó en su empeño y siguió organizando su plan, centrándose en el ámbito financiero. Y es aquí, según los historiadores a los que me referiré a continuación, cuando coge la fuerza definitiva el proyecto de Colón (y todas las riquezas que prometía), el cual por entonces estaba ya en Castilla, recibiendo una larga tras otra por parte de los Reyes Católicos. Pero tras la muerte del rey húngaro en abril de 1490, los acontecimientos para don Cristóbal se precipitaron, a pesar de que hubo que esperar a la conquista definitiva de Granada (que también tenía la calificación de Cruzada, dada por el propio Papa Inocencio VIII). De hecho, tras la toma de Granada en enero de 1492, se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe en abril, y en agosto ya estaba la expedición en los mares.

Pues bien, los historiadores a los que me refería antes, los italianos Lionero Boccianti y Renato Biagioli (que deben ser de esos que creen más en la causalidades que en las casualidades) decidieron estudiar todas estas coincidencias y presentaron sus conclusiones en un congreso sobre Cristóbal Colón celebrado en Génova en 2004. Y sus conclusiones fueron que Colón pudo ser hijo ilegítimo de Inocencio VIII tras una aventura con una noble italiana llamada Anna Colonna. Los Colonna no son cualquiera en aquel país, sino una familia histórica entre cuyos miembros encontramos hasta papas. De hecho, la tal Anna era sobrina del papa Martín V y esposa de otro noble, Antonio del Balzo Orsini, príncipe de Otranto. Ese escarceo habría tenido lugar cuando el futuro papa era aún muy joven; y como se trataba de una situación ciertamente embarazosa (un niño hijo de un monje y de una noble ya por entonces casada), dicho niño fue dado en adopción a la pareja considerada por la historia oficial como los padres de Colón.

Esta es la última teoría con cierto sentido, y respaldada por algunas posibles pruebas, que se ha conocido y que se enfrenta a la oficial. Esto no quiere decir que yo me la crea o que suponga que pueda ser cierta. Hay otras muchas teorías con cierta base y bien presentadas. La pongo como simple ejemplo para mostrar hasta qué punto el personaje es oscuro y despierta el interés de historiadores que no se creen la versión oficial. Y no se la creen porque, al igual que todas las demás, tiene enormes lagunas. Esta teoría que presento, por ejemplo, mantendría los sólidos argumentos que defiende la historia oficial, y además explicaría algunos de los interrogantes de la misma, como son la facilidad que tenía ese hijo de tejedores para moverse entre nobles y reyes (en la época, si uno iba respaldado por el Papa, todo era posible); la formación, ya que, según estos historiadores, Inocencio VIII siempre tuvo a ese niño algo así como apadrinado, con lo que pudo haber tenido acceso a estudios sólo al alcance de unos pocos; el mimo con el que nuestro personaje ocultó su pasado (ser hijo ilegítimo de un papa es para estarse calladito); o ese empeño que tuvo en repetir ante los reyes españoles que el objetivo final del proyecto era la conquista de Jerusalén.

Sin embargo, sigue sin dar explicación al hecho de que Colón jamás se expresase en italiano, cuando no tuvo inconveniente en hacerlo en otros idiomas. Y deja la puerta abierta a especulaciones acerca del conocimiento previo que se debía de tener de esas islas y tierra firme al otro lado del Atlántico, ya que, incluso, el propio Papa confía en ello la financiación de un proyecto tan ambicioso como la guerra contra los musulmanes en Tierra Santa.

Estatua dedicada a Colón en la localidad
portuguesa de Cuba (Alentejo)
Y lo mismo ocurre con otras tesis muy bien argumentadas también. La del origen catalán de Colón está respaldada incluso por expertos en caligrafía que aseguran que su forma de escribir y expresarse en castellano indica que su lengua materna era, muy probablemente, el catalán. O la que defiende el origen portugués del descubridor, que, según ella, habría nacido en una localidad del Alentejo llamada nada más y nada menos que Cuba, y en base a la cual sería hijo ilegítimo de un importante noble luso emparentado con las casas reales castellana y portuguesa.

En definitiva, todas las teorías serias explican lagunas importantes de la historia oficial, pero dejan en el aire otros muchos aspectos que hacen que se tambaleen de igual modo que todas las demás. Y, por descontado, convierten al personaje y a su hazaña en algo verdaderamente fascinante para cualquiera medio interesado en la Historia, mucho más allá de la importancia que tuvo lo que hizo. Porque lo que hizo no es sólo un hecho histórico. Lo que hizo significa un cambio oficial de Era. Lo que hizo, impulsado por el avance musulmán por el Mediterráneo (que empujó a los europeos al Atlántico) y por la nueva forma de interpretar el mundo que trajo consigo el Renacimiento (en las artes, las ciencias y la política), es la frontera entre la Edad Media y la Edad Moderna. Ni más ni menos. 

Y entre esas grandes lagunas, hay una que el sentido común obliga a plantearse seriamente: ¿de verdad Cristóbal Colón pretendía llegar a Asia por la ruta occidental? ¿De verdad no sabía que entre medias había otros territorios? ¿Fue el Descubrimiento una enorme sorpresa para los hombres de su tiempo? ¿O quizás se sabía ya algo y lo que hizo Colón fue ser el primero en plantearse en serio el proyecto y lanzarse a la aventura?


El sentido común, como digo, indica más esto último. Y es lo que trataré de explicar en el siguiente capítulo. 



Capítulos siguientes: (III) - (IV) - (V) - (VI) - (VII)

2 comentarios:

Marcu dijo...

Amigo, siento mucho no poder contestar como merece tan magnífico artículo, digno de un buen investigador del susodicho tema.

¿Sabes lo que te digo? Que aún hoy, bien metido en el primer tercio del siglo XXI, pocos historiadores e incluso enseñantes de la Historia se atreven a poner en dudas la versión oficial so pena de terminar en la hoguera inquisitorial (hablando en sentido figurado, claro)

Ya el gran Salvador de Madariaga dice en uno de sus libros sobre Cristóbal Colón: "Su vida está rodeada de tanto misterio como él mismo ha querido...y subsisten grandes claroscuros y fosos sin franquear aún"

Creo, no estoy muy seguro, que fue el investigador Carlos Brant quien dijo que Cristóbal Colón podía ser hijo ilegítimo del Papa Inocencio VIII, aunque como muy bien dices, si las fechas son ciertas (que esa es otra) el Papa debería ser muy joven cuando cometió tal desliz sexual que por otra parte era lo más normal de de época.. Sin embargo eso indicaría el fácil acceso a las Coronas de Portugal, Castilla, Aragón e incluso Francia.

Lo que sí parece que está cada vez más confirmado es que antes que Colón llegaron a Las Indias y en varias ocasiones y por tanto..."su padre el Papa" lo sabía y tenía documentación privilegiada al respecto. De ahí el epitafio de su tumba "Suya es la gloria del Descubrimiento"

Al respecto, López de Gomara dice en uno de sus libros que un piloto había llegado a las costas del Nuevo Mundo y que, medio indigente, lo acogió Colón en su casa; dicen no salió vivo de allí y el genonés se adueñó de todas sus pertenecias incluidos mapas, cartografía, planos, observaciones, etc.

Darte nuevamente mi enhorabuena por tan buen trabajo y pendiente de cómo lo terminas y cómo comienzas el de los Gorgias, familia prototipo de corrupción, nepotismo y ambiciónes perversas.

Permíteme desde aquí mandar un abrazo a nuestro amigo común José M. Ariza, que el cine hizo que me enganchara a ALGARIVO y luego disfrutara de sus artículos.

Un abrazo

Rafael Sarmiento dijo...

Gracias, Juan.

En efecto, tengo delante uno de los libros de Salvador de Madariaga sobre Cristóbal Colón. Es un autor que me gusta porque, abrazando la teoría oficial, no le hace ascos a poner en duda muchos de sus capítulos y a reconocer, como dices, que no es creíble del todo. Incluso a dar su propia versión de algunos de esos capítulos.

Por otro lado, debo pedirte paciencia. Llegarán las alusiones a posibles viajes previos a lo que luego se conoció como América. Los que se dan por seguros (vikingos) y otros. Y se citará a ese piloto al que aludes y al que se le suele conocer como el "protonauta". Te adelanto que será en el próximo artículo, que espero que te guste porque es el más trabajado.

Este tema da para una enciclopedia. Por eso lo he dividido en capítulos, y aún así me han quedado considerablemente extensos. Y eso que me dejo muchas cosas en el tintero.

Y por último, debo darte las gracias de nuevo. Ver que a otros también les entusiasma el tema es lo que me hace ver que ha merecido la pena meterme en este "embolao" y lo que me proporciona las ganas de hacer cosas semejantes en el futuro.

Un abrazo.

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