lunes, 15 de abril de 2013

Hervé Falciani

Ayer salió en las noticias

Hervé Falciani es un ciudadano italo - francés que trabajaba como informático para el banco británico HSBC en su sede en Ginebra (Suiza). Gracias a su labor en dicho banco, fue capaz de obtener información escabrosa y confidencial sobre 130.000 clientes en el país helvético, gracias a la cual se les metió mano a un gran número de evasores fiscales y se destaparon casos de corrupción y blanqueo de capitales en diversos países como Francia, Alemania, Gran Bretaña y la propia España. El juez del caso Gurtel tiene importantes intereses en la información que este tipo facilitó. Incluso, es posible que el caso Bárcenas tomara consistencia gracias a la misma. 

Falciani fue descubierto por las autoridades suizas, las cuales le acusaron de diversos delitos tipificados en el código penal de aquel país, como por ejemplo el de revelación de secretos bancarios, y emitiron una orden de detención a nivel internacional que fue ejecutada el 1 de julio de 2012 en España, concretamente en Barcelona, en un control aduanero. Pero antes, a partir de 2008, había estado ofreciendo esa información en diferentes países, se supone que a cambio de dinero, aunque eso no se ha podido demostrar. Y gracias a ella se pudieron abrir un gran número de expedientes administrativos contra las personas de las cuales se revelaba información. Este señor estuvo preso en España hasta el 17 de diciembre, fecha en la que quedó en libertad, aunque se le retiró el pasaporte y se le obligó a presentarse periódicamente en la comisaría más próxima hasta que se decidiese el tema de su extradición. Cosa que ha hecho sin mayores problemas. 

Pues bien, el tema de su extradición se decide hoy. Hoy, la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional debe decidir si se extradita o no a Falciani a Suiza. En su contra obra, evidentemente, la petición de dicho país, que no es precisamente una república bananera donde puedan peligrar los derechos humanos. Pero a su favor cuenta con la importantísima colaboración que prestó a diferentes países para el descubrimiento y esclarecimiento de muchos casos de fraude fiscal. La información que Falciani aportó fue fundamental para ello, permitió procesar a muchos delincuentes (de corbata y maletín, pero delincuentes a fin de cuentas) y también obtener buenas cantidades de dinero evadido a las arcas públicas de dichos países. En Suiza se asegura que eso lo hizo a cambio de su propio beneficio, no porque fuera así de buena gente, pero eso no se ha podido probar. Y ya sabemos que en la Justicia, lo que no se puede probar no vale para nada. 

Y aquí se nos presenta un problema moral importante. ¿Qué debe hacer la Audiencia Nacional? ¿Respetar las leyes internacionales y las de un país democrático como Suiza, o "premiar" la importantísima labor de Falciani, desvelando una informaciòn que permitió detener a delincuentes? ¿Es justo que metan en la cárcel a quien prueba que una persona ha robado? ¿Aunque sea delinquinedo también?

Este dilema va mucho más allá de un caso concreto como el de esta persona. Este dilema entra de lleno en algo sobre lo que Europa, la moderna, liberal y democrática Europa, lleva pasando de puntillas y mirando para otro lado desde hace demasiado tiempo. Me refiero a Suiza, a lo que pasa en Suiza, al motivo por el que Suiza es un país rico cuando no tiene nada y por el que nunca se ha visto inmerso en ninguna guerra. Por el que siempre fue neutral y nunca nadie, ni siquiera el lunático de Hitler, levantó un dedo para intentar anexionárselo. Y también por el que no es miembro de la Unión Europea, algo que no se plantean ni por asomo. 

Hace no mucho se publicó una noticia curiosa que contaba que se había hecho una consulta popular en Suiza, en la que preguntaban algo así como si los ciudadanos querían más vacaciones (en concreto, pasar de cuatro semanas al año a seis) y estos votaron que no. En España nos estuvimos riendo de nosotros mismos al respecto durante un tiempo. ¿Qué resultado obtenría dicha votación en nuestro país? Sólo el pensarlo nos da la risa, ¿verdad? Pero esto es un reconocimiento implícito (hecho por nosotros mismos sobre nosotros mismos) de que somos un país de vagos y de que estos suizos sí que son unos tíos trabajadores y responsables. 

Me van a permitir una expresión un poco soez a continuación:

¡Y un mojón!

Suiza, el país, no tiene legitimidad ninguna para dar lecciones de ética o de moral a prácticamente nadie en el mundo. El dilema que se crea con el caso Falciani es debido a que Suiza ampara y defiende a todo tipo de personajes (a menudo siniestros), que son delincuentes, que son evasores fiscales, que son de lo peorcito de cada casa con tal de que lleven allí su dinero. Y les da igual la procedencia del mismo, ya sea por extorsión, por robo, por evasión fiscal, por tráfico de drogas, de armas..., les da igual, no importa con tal de que lleven allí su dinero. Y gracias a ese dinero (y a que en otros países más "vagos" no se protege a sus dueños), los suizos tienen uno de los niveles de vida más altos del mundo. 

Suiza defiende el anonimato de esas personas, protege que no se divulgue su identidad. En el caso de Falciani, uno de los delitos es precisamente divulgación de datos, de identidades. Suiza sabe que esos tipos son delincuentes, pero si no asegura su protección, el chiringuito se les derrumba. 

En Suiza tienen intereses todos los países europeos. En la II Guerra Mundial, Europa fue devastada, pero Suiza (situada en pleno corazón de la misma) se fue de rositas porque en Suiza estaba el dinero. De unos y de otros. Y Suiza era quien financiaba la guerra, claro, ¿quién la va a financiar si no quien tiene el dinero? Quien no tiene dinero no puede financiar nada. Y dicho esto ¿qué coño de lecciones nos van a dar estos tipos? Si con tal de mantener su estatus son capaces de prestar dinero a tiranos, de proteger la identidad de delincuentes, de recibir dinero sucio o directamente manchado de sangre. 

Esto puede ser muy hipócrita por mi parte. Las zapatillas que hoy calzo son "made in Vietnam", seguramente fabricadas por niños. Lo sé y miro para otro lado. Todos lo hacemos. Pero una cosa es eso y otra hacer de ello tu modo de vida, basar toda tu riqueza y todo tu bienestar en eso. Y encima querer dar lecciones a los demás. 

Lo siento, pero no. Me niego. Yo no seré un ser humano perfecto y tendré mucho que callar, pero a mí los suizos no me dan lecciones. Puede que otros, sí. Pero los suizos, precisamente los suizos, no, queridos. 

Hervé Falciani es un sinvergüenza que robó información confidencial y quiso traficar con ella en beneficio propio. Que una cosa es que se pueda demostrar en un juzgado y otra que el personal se chupe el dedo. Pero es que, con esa información, se pudo detener a otros sinvergüenszas que nos habían quitado un dinero que es nuestro. Quien defrauda a Hacienda está quedándose con un dinero que es de todos. Y para recuperar ese dinero que nos han robado a todos hay que contar con sinvergüenzas como Falciani. Sinvergüenzas que también son delincuentes porque han violado la ley. Otra cosa es que esa ley se atenga a la ética...

Por tanto, como decía antes, este dilema se debe a que Europa ha permitido lo de Suiza durante muchas décadas. Todo esto es debido a que hay leyes en Suiza que no son éticas. Y lo peor es que todos lo sabemos. Suiza no da datos de personas que se sabe que son delincuentes, y la única forma de dar con ellos es utilizando a otros delincuentes. 

Yo no sé qué se debe hacer con Falciani, pero si en Europa hubiera vergüenza (y no oscuros intereses), deberían empezar por acabar con los paraísos fiscales. Como el de Suiza, por ejemplo. 

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