lunes, 20 de septiembre de 2010

A partir de mañana, fútbol

Hola a todos

La verdad es que no sé cómo empezar este post. Debería hacerlo pidiendo disculpas por dejar pasar tanto tiempo sin actualizar el blog. Y eso que han pasado cosas desde la última vez que escribí. No es fácil volver a ponerse en marcha así, como si nada hubiera ocurrido. Ni tampoco de recibo, al menos en mi opinión.

No han sido estos últimos unos buenos meses para mí. No ha ocurrido nada grave, estoy bien de salud, mi familia también, todo sigue más o menos igual. Salvo por el último palo que la vida me ha querido dar. Afortunadamente, se trató de algo económico, laboral más bien. De esos que tienen remedio, que de los otros también los he tenido pero ya hace mucho de eso y no vienen al caso en absoluto.

No me gusta nada quejarme de mis penas. Más que nada porque siempre habrá alguien que las tenga peores y me diga que ojalá estuviera en mi lugar. Pero el modo en que las cosas afectan a cada uno es libre y subjetivo. Y ahí nadie puede entrar más que uno mismo.

Cuando hace dos años , la empresa en la que trabajaba quebró y desapareció, me lo tomé de otra manera. Y eso que no sólo dejó de existir mi puesto de trabajo sino, incluso, el propio sector en el que llevaba años desarrollando mi carrera. Yo me dedicaba a temas muy relacionados con el mercado inmobiliario. No creo que sea necesario decir a donde se fue ese sector con esta maldita crisis que estamos sufriendo. Toda la experiencia acumulada durante años quedaba inservible. Tocaba reciclarse.

Y lo hice. La primera oportunidad que me surgió fue una oposición, la cual estudié conseguí aprobar, pero no obtuve plaza. Eso sí, a partir de entonces, comencé a trabajar en la Administración Pública como interino. El año pasado me volví a presentar (estudiar y trabajar a la vez no es nada fácil), y el resultado fue el mismo. Las cosas iban bien. Después de aquel examen, estaba convencido de que a la tercera iba a ser la vencida. Absolutamente convencido. Para los que no lo sepan, para aprobar una oposición no basta con saberte el temario. También hay que saber cómo hacer el examen para que te de tiempo a terminarlo y así obtener mejor nota. Y eso se consigue con experiencia, la que yo obtuve en esas dos convocatorias a las que me presenté.

Pero este año, nuestro querido Gobierno ha decidido que una de las medidas para reducir el déficit del Estado sea la de echar a una gran parte de los interinos y no convocar apenas plazas públicas. También, por supuesto, eso de bajar el sueldo a los funcionarios, que esto es de lo que más se hablado. De lo otro no tanto, pero el drama para las familias afectadas es el mismo que cuando se plantea un ERE en una fábrica de coches o el que últimamente están sufriendo los mineros leoneses. El Gobierno ha decidido no pagar mi sueldo para poder tener dinero con el que mantener los subsidios de desempleo. Y en ello estoy. Ya no tengo trabajo, ya no tengo sueldo, y sí un subsidio por la mitad del importe de lo que cobraba antes. Con la que está cayendo en el país en forma de paro, aún nadie ha sido capaz de explicarme qué de bueno tiene esa medida para nuestra economía.

Pero no me quiero ir por las ramas de la política, que es un tema muy goloso. Lo que quiero decir es que con treinta y cinco años que tengo, después de estudiar mi carrera, parte de ella en el extranjero, de hablar dos idiomas, de llevarme diez años pegando botes de un lado a otro, trabajando en distintos lugares de España con el objetivo de hacer méritos para consolidar mi empleo, para obtener una estabilidad y mirar el futuro con algo de tranquilidad, todo se va al garete por culpa de una crisis económica que afecta de lleno al sector en el que trabajo. Aún así, me levanto y me busco la vida por otro lado, enderezo mi existencia y me paso dos años durmiendo seis horas, trabajando ocho y estudiando el resto. Y cuando parece que, por fin, voy a poder ver el resultado de mi esfuerzo, todo se va al garete otra vez.

Después de todo eso, con treinta y cinco años, tengo que empezar de nuevo de cero. Y ha sido demasiado para mí.

Durante estos meses que llevo sin escribir me he preguntado de todo. ¿Merece la pena tanto esfuerzo? ¿De verdad alguna vez se ven los resultados, o estamos expuestos a que un golpe de suerte, buena o mala, te eleve al éxito o te hunda en la miseria? Cuando mi mujer y yo decidimos tener un hijo, las cosas nos iban de maravilla. Sin embargo, cuando el crío nació estábamos los dos en paro. Y os aseguro que ambos teníamos magníficos trabajos muy bien pagados ¿Cómo se explica eso? ¿Cómo se puede pensar en el futuro si pueden ocurrir cosas así?

Por supuesto, esto del fútbol pasó a un segundo orden en mi vida de un modo absoluto. Y lo de escribir en el blog también, claro. Con la que tenía encima, ¿cómo perder mi tiempo en algo tan trivial como eso? Ni Mundial de Sudáfrica, ni fichajes de verano, ni Supercopa de España ni previa de la Champions. Mi estado de abatimiento era tal que nada de eso me importaba un pimiento, ni un bledo ni un rábano.

Y eso que el sentimiento sevillista siguió a flor de piel. Igual que, por muy mal que te vayan las cosas, no dejas de querer a tu mujer o a tu hijo, tampoco dejas de ser sevillista. De eso me di perfecta cuenta hace no mucho, cuando vi a mi hijo (que apenas supera el año de edad) mover los brazos en el aire mientras sonaba en la tele el Himno del Centenario. Se me cayó el culo al suelo en ese momento, rodó y rodó, y aún lo estoy buscando. El verdad, el niño baila con cualquier cosa que le pongas, pero a mi me gusta creer que algo de lo que le voy enseñando va calando.

Y entonces me pregunté: si haría lo que fuera para que ese crío tenga para comer todos los días, ¿le voy a privar de este sentimiento tan bonito sólo porque esté pasando una mala racha? ¿Me voy a arriesgar a que otra persona con otros gustos influya en él de tal manera que se me convierta en bético, madridista, o sabe Dios qué otra barbaridad?

Si tengo que levantarme del suelo para volver a enderezar mi vida laboral, también tengo que hacer lo propio con el resto de facetas. Y esta es una de ellas, por supuesto. Porque es un sentimiento tan hondo, tan arraigado, que por muy trivial que sea el tema del fútbol, ese sentimiento no lo es para nada. Es mucho más importante. Mi abuelo era sevillista y vio al equipo ganar la liga. Mi padre también lo era, y no vio al equipo ganar nada porque el pobre murió antes de tiempo. Yo, por supuesto, también lo soy y he visto lo mismo que todos vosotros. Lo más grande de nuestra historia. Y mi hijo lo sérá. De eso que no le quepa duda nadie. Para que pueda ver lo mejor que está por venir.

En estas últimas semanas, un nuevo proyecto laboral me ha devuelto la ilusión otra vez, y eso me ha sacado de mi letargo.

Porque Dios aprieta, pero no ahoga. Sobre todo a las personas que tienen algo por lo que seguir luchando a pesar de los batacazos.

Y ahora que vuelvo a tener ilusión, me reincorporo a vuestro lado. Otra vez.

Siento los meses de ausencia. Y también este rollo de pastel que os acabo de soltar. Os prometo que, a partir de mañana, aquí sólo se hablará de fútbol.

Un abrazo.

3 comentarios:

EL PAPI MAGASE dijo...

Me dejas casi sin palabras hermano,solo puedo decirte que se a que sabe esa medicina y tambien entiendo cada letra y cada coma de lo que acabas de contarnos,en primer lugar me alegro de tu vuelta no te imaginas como,tu blog,o sea tú,para mi eres uno de los mas importantes a leer y en el que merece la pena detenerse,acabo de llegar de solucionar los miles de problemas de la mañana,para vitaminarme un poco y enchufarme a otros tantos de la tarde,pero hoy me iré a afrontar la tarde con un aliciente en forma de alegria por tu vuelta a los ruedos,un abrazo HERMANO RAVESEN.

Rafael Sarmiento dijo...

Muchas gracias, amigo.

Por desgracia, son muchos los que saben de lo que hablo.

Pero esto del fútbol también sirve para olvidarte durante un rato de esas penas. ¿Por qué vamos a renunciar a ello, cuando las otras no se van a ir lo hagamos o no?

Un abrazo

Anónimo dijo...

Mucho ánimo, amigo "Ravesen", en esta vida todo pasa y sólo cabe la derrota en el corazón que no lucha. Como tú sí luchas... todo llegará.
Es cierto lo que dice "El Papi Magase": tu blog es de lo más interesante de la blogosfera sevillista: Buen análisis, buen criterio, buena expresión, ortografía... y sevillismo a raudales.

Manuel Galán

SITIOS DE INTERES

Economía y Política