lunes, 12 de marzo de 2012

Las culpas incongruentes

El Sevilla está haciendo una temporada nefasta, como por otra parte le pasa alguna vez a todos los equipos que no sean los dos grandes mangantes magnates de la liga española. Después de ocho temporadas consecutivas clasificándose para competición europea (algo que sólo los mencionados mangantes magnates han logrado en toda la historia), este año parece harto complicado continuar con la racha.

Esto es una obviedad. Algo evidente, claro e indiscutible. Estamos haciendo la peor temporada desde el último ascenso, y de eso hace ya una década. Nosotros no tenemos el poder de Madrid y Barcelona. Nosotros somos como el resto. E igual que a todos los equipos que componen ese resto, alguna vez nos toca dar la de arena. Ya estábamos tardando.

Tirando de sentido común, lo mejor que le puede pasar a este Sevilla es que acabe la temporada de una vez y que nos quedemos como estamos, virgencita, no me fastidies. Tirando de sueños, a uno le puede dar por soñar que igual el equipo pega un sprint de consideración en las últimas diez jornadas y nos metemos aunque sea en la Europa League. Maquillar la temporada, aunque eso nunca debería hacernos olvidar lo mala que está siendo y la de cosas que hay que corregir. De todos modos, cosas mucho más raras se han visto.

Pero lo que no pienso hacer en absoluto es tirar por la senda del apocalipsis. Me voy a quedar con el sentido común, actitud que está en las antípodas de esa otra. Esa otra en la que están instalados muchos, como pude comprobar ayer, leyendo cosas en foros y blogs. Un ejercicio cada vez más insano tras el que acabas con dudas como:

Si el equipo es malo de solemnidad, si los jugadores no dan para más y esto es lo que hay, habría que reconocer la gran labor de unos técnicos que han sido capaces de mantener a un equipo tan malo lejos de los puestos de descenso a pesar de la calamidad de plantilla que tenemos. Claro que a los técnicos se les ha puesto a caer de un burro.

Si a los técnicos se les pone a caer de un burro, entonces es que la plantilla que tenemos es buena, pero los entrenadores no han sido capaces de sacarle partido. Por tanto, si la plantilla es buena, la labor de Monchi y de la directiva es buena, el problema es la inutilidad de los entrenadores.

Claro que, entonces, uno no entiende por qué, cuando Jiménez nos tenía terceros en la clasificación, tanta gente clamaba por que le destituyeran y viniera Marcelino, o Manzano, o el propio Michel, sobre todo después de aquel repaso que nos dio el Getafe en Copa de Rey, a pesar de que al final fue el Sevilla quien pasó de ronda. Y quien acabó ganando el título también. Cuando pusieron a Alvarez, hubo quien se ilusionó porque era el segundo de Juande. Cuando vino Manzano, se le llamaba "El Profesor" o "El Mago de Oz". Luego se le defenestró. Cuando vino Marcelino, se decía que hacía mucho que el Sevilla no entrenaba con tanto ritmo y la intensidad. Luego se pidió su cabeza sin piedad. Y con Michel, se habló del "efecto Michel", que por lo que se ve, se ha diluido en diez días.

Y, encima, tenemos que oír continuamente referencias al Athletic de Bielsa. ¡Qué bien lo hace Bielsa! Claro que ya me gustaría a mí que nos hubiesen clasificado para fase de grupos de la UEFA sin jugar la ronda previa. O que nos hubiesen dado como rivales a Oviedo, Albacete, Mallorca y Mirandés para acceder a la final de la Copa del Rey. Así, el equipo va avanzando y compitiendo a la vez que coge la forma. Y también la moral. Y la confianza. Y todo eso que es tan necesario para que salgan las cosas. Una pizca de suerte que a nosotros nos ha sido negada. Como consecuencia, por supuesto, tenemos a un equipo enchufadísimo que es capaz de ganar en Old Trafford. Que aunque sea ante el peor Manchester de la década, no deja de tener su enorme mérito. Y aún así, teniendo en cuenta el desastre de nuestra temporada, sólo nos llevan 4 puntos. Nada fuera de lo común. 

Claro que muchos de esos que alaban a Bielsa son los mismos que aplaudieron la sustitución de Jiménez por Alvarez. Que jalearon la llegada de Manzano diciendo aquello de "ya tenemos un entrenador de verdad". Que tocaron palmas con las orejas cuando vieron la pretemporada de Marcelino. Y que se entusiasmaron con la reciente destitución de este. 

Por tanto, parece claro, según esto, que son los entrenadores los malos. Todos. Absolutamente todos los que han venido después de Juande. Por tanto, el gran problema del Sevilla está en los entrenadores, ¿no? La plantilla es magnífica, pero los entrenadores no le sacan partido. La labor de la directiva y de Monchi es sensacional porque han puesto en manos de los entrenadores muy buenas plantillas que luego no son bien explotadas por los entrenadores. Y la afición, que es sabia, se mete con estos últimos en consecuencia.

Claro que también se mete con Monchi y los directivos. ¿Por qué? Pues, por lo visto, según dicen, porque se han equivocado en los fichajes y han convertido el equipo en algo vulgar y mediocre. Pero, vamos a ver, ¿no habíamos quedado que el problema era que los entrenadores eran muy malos porque no sacaban partido a una excelente plantilla? ¿O quizás es como decíamos al principio, que la plantilla es muy mala? Mala de solemnidad, sólo da para la permanencia y gracias. Pero entonces, los entrenadores serían buenos por lograr dicha permanencia con holgura en los últimos años.

¿En qué quedamos?

Pues, según muchos, en que la directiva está dilapidando todo lo conseguido en los últimos años. ¿La directiva? ¿De veras? ¿No será el sistema que hay impuesto en esta mierda de liga? Porque, si nos metemos con ese otro equipo que hay en nuestra ciudad, que debe hasta de callarse, y nos indignamos porque le dejen competir como si nada cuando debe mucho dinero, cuando está en concurso de acreedores, es porque a nosotros no nos pasa eso. Y no nos pasa por la austera gestión económica de la directiva. O igual preferimos que nos pase como al Betis, al Granada, al Zaragoza, al Rayo o al Mallorca, que son los que están ahora mismo en concurso, o a la Real Sociedad, al Levante o al Málaga, que lo estuvieron. O al Valencia, que dejo de pagar a los jugadores, o al Villarreal, que se está descomponiendo por culpa de las deudas, o al Atlético de Madrid, o a tantos y tantos equipos que están con el agua al cuello. Tarde o temprano meterán mano al fútbol por estos motivos y el Sevilla saldrá indemne de cualquier medida que tomen. Puede que entonces valoremos lo que tenemos.

Al menos es así como yo lo veo. Pero claro, igual estoy equivocado, aunque eso no quita para que no entienda nada de todo esto que estoy hablando.

A mí, la crítica destructiva me abruma. Me cansa, me satura, me fatiga. No soporto el criticar por criticar, el verlo todo, absolutamente todo, mal. Quien así lo hace no me merece ninguna credibilidad. Ninguna, pienso de esos individuos que tienen algo por dentro, algo personal contra los que dirigen la nave sevillista, que les impide ser objetivos y opinar con sentido común. Es imposible que alguien lo haga todo mal. Imposible, eso es muchísimo más complicado que hacerlo todo bien. Ni aún proponiéndoselo, nadie es capaz de equivocarse en todo. Yo creo que hay cosas que hacemos bien por instinto. Es como el respirar o el hipo. No se puede evitar. 

Bueno, pues hay gente que insiste en que todo está mal. ¿Qué credibilidad van a tener?

Y luego está lo de los insultos. Entre las muchas cosas que he leído este fin de semana, en cierto lugar o foro que no recuerdo llamaron a Manuel Vizcaíno "personaje siniestro". Os prometo que no recuerdo donde fue, una lástima, porque hubiera puesto el enlace sin dudarlo. Pero es cierto. Que igual con eso le están llamando zurdo en italiano, o es una forma pomposa de calificarle de rojo o comunista. Aunque más bien parece que utilizan esa expresión para meterse con él. Para decirle que es una persona maligna, perversa, aviesa y malintencionada. Alguien que obra con mala intención, que causa temor por ser macabro o sombrío. Al menos estas son las acepciones de "siniestro" en la RAE, en lo que se refiere a las personas. 

Lo siento, pero esto a mí me parece intolerable, lamentable, es una bajeza, algo de muy poca clase, de muy mal estilo. Una cosa es estar en desacuerdo con alguien y otra muy distinta referirse ese alguien de este modo tan deplorable. Y, sinceramente, no sé a qué viene cuando de lo que se habla es de un mal partido del Sevilla esta jornada.

¿Alguien me puede explicar qué coño tiene que ver Manuel Vizcaíno con el juego del equipo? ¿No es sintomático que se meta su nombre en saco sin fondo, en una especie de cajón de sastre donde todo se revuelve y se remueve para escupir contra cualquier cosa que se menee? ¿No es como mezclar churras con merinas con el único objetivo de soltar mierda contra la dirigencia del Sevilla? ¿Para tanto es, por Dios, o es que yo me he perdido algo? Igual es eso. Igual yo soy un simple ignorante y son ellos los que de verdad saben. Igual hay poderosas razones para insultar y yo, que vivo en los mundos de Yupi, no me entero de la misa la media. Puede ser. 

Pero de lo que no me cabe duda es de que si los jugadores del Sevilla se hubiesen empleado con intensidad, si su actitud hubiese sido al menos pareja a la de los del Sporting, entonces quizás hubiésemos conseguido un buen resultado. Y en ese caso, estos que saltan ahora a la yugular estarían calladitos. O menos animosos, por decirlo de alguna manera. 

Y es en este punto donde me hago la última pregunta. Si el problema que todos vimos fue que los jugadores no se emplearon como requería el partido, ¿no será cosa de ellos, de los jugadores? ¿Es razonable pensar que, más allá de errores humanos que todos tenemos y de cosas que se han hecho mal y que hay que corregir, el gran problema del Sevilla está en los futbolistas?

Repito, basta con darse una vuelta por la Blogosfera para comprobar que la inmensa mayoría de los opinadores coinciden en que el equipo no puso los cojones necesarios para hacer frente a los asturianos. ¿No será que el día que los pongan, llegarán los buenos resultados y todos seremos mucho mejores, mucho más listos y mucho más guapos?

Yo, ya que me llega el intelecto para labrarme una opinión, pienso que la gestión del Sevilla como club es magnífica (salvo lo de los precios de los abonos, que no se puede vender mortadela a precio de jamón, por mucho que la mortadela alimente lo mismo), pienso que la plantilla es lo bastante buena como para estar mucho más arriba, y pienso también que nos estamos convirtiendo en una trituradora de entrenadores por culpa de la actitud de esa plantilla. Es decir, que el principal problema del Sevilla son los jugadores; la actitud de los jugadores. 

Y también pienso que todo el mundo es libre de expresarse como le de la gana. Yo respeto profundamente la opinión de todo el mundo. Hasta la de quien insulta, que a veces lo hace porque no conoce otra manera de decir lo que piensa y en eso no me meto. Pero ese respeto es hacia la persona. Como opinadores, la opinión de quien todo lo ve mal por sistema no me merece ninguna credibilidad, ningún respeto. Lo mismo que la de quien lo ve todo bien.

Para mí es igual de mala la crítica destructiva como la autocomplaciencia. Ninguna de las dos cosas le hacen ningún bien a nuestro Sevilla. Porque es eso lo que buscamos todos, el bien para el Sevilla.

¿O no?

7 comentarios:

DORI dijo...

AMÉN, a todo lo dicho, como hablas y lo razonas todo.
Gracias por ello necesitaba leer a alguien que razonara asín y no tanta porqueria ( con perdón ) que hay por hay.

TE QUIERO SEVILLA CON TODA MI ALMA Y SIN CONDICIONES.

EL PAPI MAGASE dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EL PAPI MAGASE dijo...

Desde luego Rafa eres de las pocas personas que escribe de esta manera,quizás yo por ejemplo sea algo mas rápido en reaccionar ante una derrota como la del otro dia y no me temple unos dias antes de hacer mi juicio de valores,si tengo claro despues de dos dias,que la culpa es de los jugadores,como dices este equipo se ha convertido en una trituradora de entrenadores y la verdad cuando veo plantillas con menor potencial ponerlo todo en el cesped me digo ¿porque esta nuestra no juega con esa intensidad? ¿tenemos nosotros la culpa en algo? puede que yo también me encuentre viviendo en un mundo irreal y vea fantasmas donde no los hay,lo que si tengo claro es que este año hay que coger los 43 puntos ya y luego y al final de todo nos sentamos y debatimos que es todo lo que no se ha hecho bién,como siempre vuelvo a felicitarte por tu acertadisimo post,un abrazo hermano.

Juan Angel de Tena dijo...

Ten cuidao Rafael que ya mismo te estan etiquetando...

Yo pienso exactamente como tu. Hasta el punto que me encontraba preparando algo relacionado con este tema pero con algun que otro matiz de por medio...

A ver si soy capaz de acabarlo.
Quedate con la copla #meopongismo...

Un fuerte abrazo amigo.

Anónimo dijo...

Con independencia de que en ocasiones no esté de acuerdo con usted (partes de esta entrada, por ejemplo) permítame que le felicite por ser un bloguero tan extraordinario.

Rara ver claridad expositiva y claridad de ideas se confunden en un blog. Tiene usted la extraña virtud de lograrlo.

Mis respetos y admiración

Alvaro Yanes

Miguel dijo...

CAMBIO RADICAL

Rafael Sarmiento dijo...

@Dori

Gracias a ti por el comentario. Me alegro de que te haya servido.

@Papi Magase

No creo que haya tanta diferencia entre nosotros. Yo he dejado pasar dos días desde el partido antes de publicar. Y, efectivamente, yo estoy convencido de que el problema está en la actitud de los futbolistas.

@Juan Angel de Tena

Es fácil etiquetar a las personas cuando no las conoces. Cualquiera que me conozca mínimamente verá imposible etiquetarme porque soy tela de raro.

Allá cada cual, a mí, francamente, me importa bien poco.

@Alvaro Yanes

No se puede estar de acuerdo siempre en todo. El mundo sería aburridísimo si así fuera. El debate y la confrontación de ideas enriquece. Todo lo contrario que la crítica destreuctiva y el exceso de autocomplaciencia.

Muchas gracias por sus palabras.

@Miguel

Hace poco he leído en algún sitio que en el Sevilla falta una oposición seria que presione a la directiva actual. Y el hecho de que no la haya es un serio problema porque impide que haya ningún cambio, ni radical ni no radical.

Muchas gracias a todos, un abrazo

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