viernes, 27 de mayo de 2011

Vértigo

Eso es lo que estoy sintiendo estos últimos días cada vez que doy un repaso a la actualidad del Sevilla. Y no tanto por la cantidad de cosas que están ocurriendo, sino por su importancia.

Entre el lunes y el martes nos volvimos todos locos con el asunto de Bielsa. A mí, sinceramente, me parece todo una exageración. No creo que nadie merezca tanta atención, tanta revolución. La cosa se convirtió hasta en chiste, en broma, con esos inútiles vestidos de periodistas dando palos de ciego al son que cantaba algún que otro gracioso con poco que hacer y muchas ganas de guasa. La pena fue que eso salpicó a gente de buena fe que se tiraron a la piscina publicando en sus blogs noticias que luego se demostraron mentiras, que hicieron el ridículo propio del engañado y que tuvieron que acabar pidiendo perdón, cosa que les honra como ya comenté en el post anterior. Y lo peor fue que al día siguiente, muchos de esos inútiles vestidos de periodistas volvieron a caer con la falsa noticia de que el argentino fichaba por la Real Sociedad.

Ahora parece que "El Loco" no va a venir al Sevilla, aunque yo no lo diría tan alto. Al menos hasta que no se oficialice el fichaje del nuevo entrenador. Lo que sí que espero es que nos dejemos ya de cosas raras y que no se vuelva a producir el esperpento de inicios de semana.

Pero la cosa no queda ahí. Aparte de eso, se ha producido la despedida de Manzano, la noticia oficial del fichaje de Del Moral y de Trochowski... y las otras despedidas. El desfile de jugadores históricos que se marchan.

A mí todo esto empieza a sobrepasarme. Después de Luis Fabiano hace unos meses, en un par de días nos hemos visto obligados a digerir la marcha de Dragutinovic y de Renato. Y es aquí donde me quiero parar porque el vértigo que siento me va a hacer caer.

Sé que la inmensa mayoría de la blogosfera se ha hecho eco de estas noticias. No es para menos, teniendo en cuenta lo histórico de ambos personajes. Pero debido a la rapidez con la que está ocurriendo todo y a la cantidad de cosas que están pasando a la vez, no nos está dando tiempo a expresar con rotundidad la importancia que tienen. Y esa importancia se resume en lo siguiente:

De aquel equipo que ganó los cinco títulos, sólo nos quedan Palop, Escudé, Jesús Navas y Kanouté...

A día de hoy. No sabemos cuántos quedarán el día en que comience la próxima temporada.

Y mi pregunta es evidente: ¿Qué va a ser del Sevilla esa próxima temporada?

Porque el Sevilla no tendrá nada que ver con los Sevillas anteriores. Pero nada en absoluto. Cierto es que ni Renato ni Dragutinovic han jugado prácticamente nada este último año. Incluso Palop ha perdido la titularidad. También es verdad que ya hace tiempo que el Sevilla no se parece en nada al que ganó los títulos. Incluso, que el peso del juego del equipo cae a día de hoy sobre jugadores nuevos como Cáceres, Medel, Rakitic, Perotti o Negredo. (Por cierto, ¿cuándo se va a ejercer la opción de compra por Cáceres? No me fastidien que se le va a dejar marchar). Pero es que impresiona tanto ver desfilar a tanto grande. A tanto histórico.

Recuerdo que Drago llegó al Sevilla para sustituir a Sergio Ramos, que se marchó al Madrid cuando faltaban minutos para que acabara el plazo de fichajes y la liga ya había comenzado. Aquella temporada ganamos la UEFA de Eindhoven. ¿Cuántos títulos ha ganado Ramos desde entonces? ¿Cuántos Dragutinovic? Sólo responder esa pregunta hace comprender a cualquiera hasta qué punto es importante el personaje que estamos despidiendo en estos días. 

¿Y qué decir de Renato? Imprescindible tanto dentro como fuera del terreno de juego. Decían de él que era el líder del clan de los brasileños. Que gracias a él Luis Fabiano no fue tan excéntrico como lo pareció. O que Alves creció y maduró como debía, no como lo suelen hacer los brasileños. O que a Adriano le ocurrió algo parecido que a este último. Es cierto que lleva dos años malos, pero es que es tanto lo que nos ha dado. El extranjero que más veces ha vestido nuestra camiseta. Y en la época en la que más extranjeros había en el equipo, y ganando casi todo lo ganable mientras tanto. 

Y puede que quede lo más grande. Porque puede que en los próximos días tengamos que decir adiós a Kanouté, nada más y nada menos. 

Esto es demasiado. Sé que la hora de todos ellos tenía que llegar. Pero ni aún así te sientes preparado cuando realmente llega. Madre mía, ¡qué de recuerdos! ¡qué de momentos felices! ¡qué de lágrimas de alegría me han hecho derramar estos señores! Todos ellos dicen que jamás olvidarán Sevilla, que siempre nos llevarán en el corazón. ¿Y qué puedo decir yo respecto de ellos? Que me siento orgullosísimo de haber tenido el privilegio de verlos jugar en mi Sevilla. Que lo que me hicieron vivir no se paga con dinero, que no sé si volverá a ocurrir alguna vez, ojalá, pero que me importa bastante poco porque yo lo he vivido y lo tengo grabado para tener la certeza de que no fue un sueño. Es más, caso de volverse a repetir, ya no será igual. Nunca será igual. La primera vez es siempre más impactante y lo que estos señores me han dado...

Díos, es que no sé ni cómo expresarlo con palabras. 

Todos les estamos dando las gracias por lo que han hecho, es lo menos, pero es que dar las gracias es poco. A mí al menos me parece poco. Sólo espero que hayan sentido el tremendo cariño que tiene por ellos la afición del Sevilla. Que, a pesar de la vorágine de acontecimientos con la que han coincidido sus despedidas, se vayan con el convencimiento de que aquí se les adora, de que se les echará de menos siempre, SIEMPRE, y de que tienen las puertas de nuestros corazones abiertas para cuando quieran volver. 

Y, una vez despedidos, vuelvo al principio. Al vértigo. Se va el entrenador, se van jugadores históricos, vienen otros futbolistas a sustituirlos, queda por llegar el nuevo técnico...

Y yo no sé qué va a ser de mi Sevilla el próximo año a la vista de tanto cambio.

Dicen algunos compañeros en la blogosfera que hay que tener paciencia, que no debemos tener tanta prisa, que es necesario tomarse las cosas con más calma.

Y tienen razón, es de esa manera como se deben hacer las cosas para que salgan bien.

Pero yo estoy deseando de tener algo de certeza acerca de lo que va a pasar con mi equipo en adelante. Ya digo, son demasiados cambios, demasiado importantes y demasiado seguidos. No se trata de prisa, sino, ya digo, se trata de vértigo.

Y estoy que no veo el momento de que se me pase esa desagradable sensación.

2 comentarios:

Miguel dijo...

No se que a a pasar pero esto se esperaba aunque habria que gaberlo realizado progresivamente no la misma temporada

EL PAPI MAGASE dijo...

Hermano si te sirve de consuelo yo me encuentro de la misma forma que tú asi es que si eres un bicho raro por decir lo que dices,ya somos dos,es verdad todo lo que dices y tambien es verdad que por culpa de ese vértigo quizás no estemos dandole a las cosas la dimensión que merecen,pero bueno tratemos de montarnos en el carro que nos impone esta vida veloz y si no nos montamos,tampoco pasará nada,yo voy a seguir disfrutando de mi sevillismo como siempre lo mamé y si le tengo que dar dos patadas a to este tinglao se las daré y me quedaré tan pancho,un abrazo Ravesen desde que has vuelto me siento como menos solo en esta batalla del dia a dia de nuesto sentimiento,eso será porque me identifico contigo en cada coma que dices en tus entradas,ademas que se te ve al vuelo las formas de vivir este bello sentimiento y yo al menos te digo que me cala un montón.

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