Es curioso ver cómo en verano igual pasan los días sin que nada ocurra e igual la actualidad te arrolla al acumularse las noticias.
Aún seguimos cabizbajos después de la triste muerte de Juan Arza cuando la atención se nos reclama de nuevo ante la inminente venta de Diego Capel al Sporting de Lisboa.
La verdad es que la noticia ha causado revuelo y una disparidad grande de opiniones en el sevillismo. Muchos han dado la suya, en un sentido y en otro, exponiendo sus argumentos, tan debatibles como respetables. Y otros han aprovechado la ocasión para cargar de nuevo contra todo y contra todos. Llama mucho la atención comprobar que hay aficionados que siguen amargados porque todo lo que se hace les parece mal. Es difícil de comprender esta circunstancia cuando estamos viviendo una de las mejores épocas de la historia de nuestro club. Una época es una sucesión de años, y como es natural unos años son mejores que otros. El hecho de poder afirmar que es una de las mejores épocas de la historia viene fundamentado en que se considera un éxito menor, y hasta un fracaso, clasificarse para la otrora Copa de la UEFA. Yo entiendo perfectamente que haya personas a las que no les parezca bien tal o cual decisión, o que estén en desacuerdo con la gestión de tal o cual persona. Pero eso de llevarse las manos a la cabeza con cualquier cosa y arremeter de modo inmisericorde a la mínima que se puede me parece un escándalo. Estamos en una situación que sólo veíamos en nuestros sueños hace apenas cinco o seis años. Un poco más, quizás, pero no mucho. Y es evidente que se puede criticar según qué cosas, es necesario hacerlo, pero los dramas son para otros. Para nosotros no. Eso es un hecho objetivo.
A mí el traspaso de Capel me produce sensaciones encontradas. Lo primero que debo decir es que me causa frustración. La mayoría recordareis que de Capel se hablaba hace unos años en términos parecidos a como se hace hoy con Luis Alberto. Era una especie de estrella fulgurante en ciernes, que venía pegando fortísimo desde los escalafones inferiores y que llegó a debutar en el primer equipo sin haber cumplido los 17 años. Que se dice pronto, eh. Su progresión no fue lineal, tuvo altibajos, pero sí que llegó muy pronto a lo más alto. Incluso a la selección absoluta y a que equipos como el Real Madrid, o mejor su prensa adláter, fantaseara con su fichaje. Tampoco hace tanto de eso. Pero esa progresión se ha estancado hasta lo que es hoy. Y a mí me produce una profunda frustración ver en lo que ha quedado alguien que prometía tantísimo. Eso lo primero.
Lo segundo se refiere a la situación actual del mercado. Ya lo comentaba el otro día en un post. Dicha situación es lamentable. Los equipos grandes están empeñados en sus fichajes súper millonarios. Los medianos, los que les siguen en el escalafón, están mirando el euro del derecho, del revés y hasta de canto, y se están gastando lo mínimo posible. Y después viene el llanto y las lamentaciones de clubes arruinados acogidos a la ley concursal y con un excedente en sus plantillas que son incapaces de reducir, precisamente por ese alarmante estancamiento del mercado. Por tanto, la cotización de los jugadores ha bajado de forma drástica. Esto el lo que hay, y la culpa la tiene un cúmulo de circunstancias que no se reducen únicamente a la crisis económica mundial que estamos padeciendo.
En tercer lugar me gustaría resaltar la situación en la que se encuentra la banda izquierda del Sevilla y también el modelo de plantilla que el cuerpo técnico está intentando instaurar. Para la posición de Diego Capel también tenemos a Perotti, a Armenteros (tras el escandaloso temporadón que hizo el año pasado aunque fuera en Segunda), a los polivalentes Trochowski y Del Moral y también a Luis Alberto, que se mueve muy bien escorado a la izquierda. No se trata precisamente de un puesto con carencias, con lo que la pérdida deportiva no es tan importante. Además, Marcelino parece convencido en tener una plantilla corta de jugadores polivalentes que le den muchas opciones y variantes y que puedan jugar continuamente ya sea en una posición u otra. Polivalentes son Cáceres, Fazio, Rakitic, Trochowski, Del Moral... incluso Kanouté y Navas. El primero se mueve bien allí donde le pongas, y el de Los Palacios lo hace muy bien por el centro jugando en media punta, e incluso a banda cambiada. Evidentemente hay otros jugadores cuya polivalencia es menos, pero si hay un jugador en el Sevilla que no es en absoluto polivalente, ese es Diego Capel. El año pasado me desgañité quejándome de que estaban quemando al almeriense por ponerlo en la banda derecha. No podemos juzgar su rendimiento teniendo en cuenta esos partidos. Eso sería de lo más injusto.
Pero, por el mismo argumento, podemos decir que Capel demostró que no es en absoluto polivalente, con lo que, al ser tan importante ese requisito en el Sevilla de hoy, está por delante de otros a la hora de poder ser considerado como transferible, como de hecho ha ocurrido.
Y por último, quisiera dirigirme a esos que basan su descontento con la operación comparando los precios de compra de jugadores como Alexis, Acosta, Romaric, etc, todos sabemos que quien hablamos. No voy a entrar en el debate de que el mercado está ahora peor que hace uno, dos, tres o cuatro años, que lo está, sino que voy a reconocer que esas compras fueron erróneas. Más, menos, regular... erróneas a fin de cuentas. Y que son errores con los que hay que cargar y que es necesario asumir para no volver a cometerlos nunca más. Pero lo que no podemos permitir es que esos errores nos sigan perjudicando aun cuando ahora parece que se están reconociendo, aunque sea tácitamente. Es decir, si seguimos el hilo argumental de estas personas que menciono, Capel debería valer pongamos siete, ocho o diez millones de euros. Como el mercado está como está, nunca conseguiríamos venderlo y dejaríamos de ingresar un dinero que necesitamos. Eso perjudicaría al club, o sea, seguiríamos viéndonos perjudicados por errores del pasado.
Pienso que no deberíamos dejarnos llevar por ese tipo de comparaciones. Los errores se cometieron y este año el Sevilla está demostrando con su forma de proceder a la hora de fichar que los ha reconocido y que están tratando de no volverlos a repetir. Dejémoslo estar, pues, y actuemos de la forma más sensata posible.
A mí el precio que se va a cobrar por Capel me parece bajo. No digo que se haya hecho mal, sino que es frustrante, como decía al principio, ver en lo que ha quedado una promesa como él, y también el tener que tragarse algo como esto por culpa de la inactividad del mercado.
Pero también pienso que, de no venderlo ahora, nos podríamos arrepentir en un futuro. Porque su cotización va a seguir cayendo a la vista del estilo de plantilla que se está modelando y de lo que viene por detrás, llámese Luis Alberto.
En definitiva, me parece una decisión valiente y polémica que no va a perjudicar al Sevilla ni deportiva ni económicamente, pero, vuelvo a decir, profundamente frustrante para alguien como yo que cree firmemente en una política de cantera.
Por supuesto, a Diego Capel le deseo lo mejor en su carrera deportiva. En los buenos y en los malos momentos lo ha dado todo por el Sevilla, con sus cosas buenas y con sus limitaciones. Es un buen profesional y se merece triunfar allí donde vaya.
2 comentarios:
Es una buena venta ya que el jugadr va en franca proyeccion negativa y año tras año empeora por lo cual lo mejor es un salida. Que le vaya bien eso seria señal de que juega ya no lo veremos mas jugar como una cabra loca con la cabeza agachada por la banda del Pizjuan sin centrar bien casi siempre. En fin han sido ocho años y seis titulos quien te lo iba a decir cuando empezaste en el Sevilla
Nadie lo dice, pero yo ahora lamento la oportunidad que se tuvo en su día de venderlo por 15 millones. Claro que a toro pasado es fácil de opinar. Por eso creo que la venta es oportuna. Más vale pájaro en mano que ciento volando.
Muchas gracias, un saludo
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