lunes, 18 de julio de 2011

Hay cosas que no se pagan con dinero

He comentado en alguna que otra ocasión que fue mi abuelo quien me hizo sevillista, aunque jamás he mencionado a mi padre en ese sentido. Y a veces me he sentido mal, porque mi padre también fue un gran sevillista, que ya hace años que se fue a tercer anillo y que seguramente se merezca un poco más de atención por mi parte, insisto, en este asunto que nos ocupa. 

La diferencia entre mi abuelo y mi padre radicaba en la pasión. Mi abuelo era de los que lloraba cada vez que el Sevilla marcaba un gol. Su sentimiento se transmitía con facilidad, por tanto, y fue eso lo que pasó conmigo. Mi padre, sin embargo, era mucho más frío. No es que fuera insensible, pero no mostraba esos sentimientos. Se los guardaba dentro de sí.  Esto es como el que roba el balón en el centro del campo y el que marca el gol tras el contragolpe posterior. Las palmadas de admiración se las lleva el delantero, pero sin el robo anterior nunca se habría producido el tanto. 

Pero había una cosa que sí que hacía que a mi padre le brillaran los ojos y se le escapara una sonrisa de ilusión. Más bien, había una persona, un futbolista, que ejercía ese efecto sobre él. Se trataba de Juan Arza, que se nos ha marchado este fin de semana al tercer anillo, y que era sin lugar a dudas su gran ídolo de la niñez.

Yo no vi jugar a Juan Arza, como le pasa a la mayoría del sevillismo actual por una sencilla cuestión de edad. Pero está aceptado de una manera general que se trata del mejor jugador de la historia del Sevilla. Hoy día hay gente que le empieza a dar ese título a futbolistas como Daniel Alves y, sobre todo, Frederic Kanouté. No es de extrañar. Arza era una de las figuras del único Sevilla campeón que la historia ha conocido... hasta ahora. Al menos desde la existencia de la Liga. El Sevilla actual es campeón como aquel, con lo que es lógico que algunos de sus jugadores puedan competir por ese honor con las estrellas de aquella otra época.

Pero aún es pronto para que la tradición se rompa, y la tradición dice que Arza es el mejor jugador de la historia del Sevilla. 

Y yo me lo creo. No puedo evitar creérmelo. Mi padre nació en 1944, con lo que su niñez sevillista coincidió con la mejor época del navarro. Me contaba que, cuando estaba interno en los Salesianos de Alcalá de Guadaira y los jugadores sevillistas se concentraban en Oromana (por lo visto lo hacían a menudo), él y otros niños se escapaban del colegio para verlos entrenar. Me hablaba mi padre de Campanal, de Busto, de Araújo y, sobre todo, de Juan Arza. Y, como digo, se le iluminaba la cara al hacerlo. Cualquiera que conociera a mi padre sabe de sobra que muy pocas cosas en la vida conseguían ese efecto sobre él.

Por eso yo siempre he admirado a Arza con todos mis sentidos. Por eso y por cosas como ver a un señor tan mayor corriendo dando vueltas alrededor del Sánchez Pizjuán. Me maravillaba al hacerlo. Si con esa edad hacía eso, ¿qué no sería cuando tenía veintipico años?

Pues eso, el mejor jugador de la historia del Sevilla. 

Esta mañana tenía pensado escribir sobre Gary Medel. Tenía el post en la cabeza, lo venía recitando en el coche, como hago tantas veces. Pero al abrir el periódico y ver la noticia del fallecimiento de este verdadero monstruo..., pues casi se me saltan las lágrimas. ¿Qué le voy a hacer? No he podido evitar acordarme de mi padre, de mi abuelo, de mis orígenes sevillistas, del germen de este sentimiento irracional que me hace escribir cosas como esta un día sí y otro también. 

Gary Medel tendrá que esperar a mañana. 

Yo no sé si algún jugador del Sevilla actual será recordado dentro de cuarenta años como se recuerda hoy a Juan Arza. En mi opinión, si alguien lo puede llegar a conseguir, no será Kanouté (aunque se quedará cerca) ni tampoco Daniel Alves (no basta con haber jugado muy bien). En mi opinión, ese jugador será Jesús Navas porque, igual que Arza, llegó al Sevilla siendo muy joven (Navas de la cantera y Arza cuando era un un chaval de tan poca edad que le llamaba "el niño de oro"), igual que Arza, tiene toda la pinta de que jugará en el Sevilla hasta que se retire (o casi), e igual que Arza, su palmarés se llenará de títulos y de internacionalidades. Además, Navas lleva camino de batir todos los récords batibles en el Sevilla, salvo el de goleador, porque él no es delantero.

Para colmo, también a él le llaman "el niño". O le llamaban.

Pero mientras ese día llega, lo que Arza ha hecho por nuestro club es incontestable. Muchos futbolista que se van repiten si cesar que estarán agradecidos eternamente al Sevilla porque el Sevilla se lo ha dado todo. El Sevilla también se lo dio todo a Juan Arza, pero hay una diferencia fundamental entre este y aquellos: Juan Arza, a su vez, también lo dio todo para el Sevilla. Como jugador, como entrenador, como delegado..., como lo que sea. Le dio su vida, toda una vida ligado al Sevilla. Y cuando ya se jubiló y abandonó la entidad (oficialmente) siguió ligada a ella por sentimiento, por historia, por merecimientos... y si a alguien le cabía alguna duda, ahí estaba el tio dando vueltas corriendo alrededor del Sánchez Pizjuán. 

Para quitarse el sombrero. Para aplaudir hasta quemar las palmas. Para hacer la ola hasta que se disloquen los hombros. 

En estos días de verano, con el mercado de fichajes abierto, vemos como muchos jugadores fuerzan sus posiciones en los clubes que les pagan para irse a otros lugares, en plan mercenarios, lo que son. Y yo no voy a discutirle a nadie su derecho a prosperar en la vida, aunque sus métodos sean a veces un tanto (o un mucho) indignos. Pero ninguno de ellos podrá nunca llegar más allá de la altura del tacón de gente como Juan Arza. Nunca serán modelos de conducta, nunca serán verdaderos ídolos de nadie, nunca ninguna persona les pondrá como referente de nada. De nada en absoluto.

El dinero es muy goloso, pero no lo paga todo. Ni siquiera lo más importante. Eso lo sé de sobra, pero este es uno de esos momentos en los que ese axioma se vuelve indiscutible hasta el punto de que casi lo puedes palpar con las manos. Porque en este momento estoy viendo con toda claridad ese brillo en los ojos de una persona tan reservada como mi padre cuando hablaba de Juan Arza.

Y a partir de hoy podrá hacer como cuando era niño e iba a admirarlo mientras entrenaba en Oromana. Los dos están en el tercer anillo.

¡Qué feliz tiene que ser en estos momentos!

¿Qué dinero puede pagar eso?

5 comentarios:

Miguel dijo...

Navas sera historia al igal que Arza no se movera de aui hasta que se retire y batira todos los records

Miguel dijo...

Navas sera historia al igal que Arza no se movera de aui hasta que se retire y batira todos los records

Rafael Sarmiento dijo...

Al propio Arza le preguntaron un a vez si en la actual plantilla del Sevilla se siente identificado con alguien y mencionó al de Los Palacios.

La verdad es que se habla mucho más de otros jugadores que de él, pero Navas, dentro de su discreción, está aplastando todos los registros habidos y por haber. Y sólo tiene 25 años.

UN saludo, muchas gracias.

Rinat Rafaé dijo...

Me consta que en la votación sobre los mejores jugadores de la historia del Sevilla FC que hicieron en el centenario, los más votados fueron Arza y Suker, por lo tanto, hasta que no se vuelva a hacer otra votación (¿por el bicentenario?) ARZA SEGUIRA SIENDO EL MEJOR JUGADOR DE LA HISTORIA DEL SEVILLA. Eso es así.

Rafael Sarmiento dijo...

@Rinat Rafaé

Claro que para esa época aún no había explotado el gran Sevilla de los últimos años, o lo estaba haciendo. POr tanto, habría que quitar a Suker que nunca ganó nada con el Sevilla. Pero Arza sí, con lo que es justo dejarlo donde está

Un saludo

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