Hoy os voy a invitar a hacer un ejercicio de imaginación de esos que a mi tanto me gusta hacer de vez en cuando.
Imaginemos que el partido de anoche no se jugaba en el Bernabéu, sino en el Sánchez Pizjuán, que Madrid de anoche no era el Madrid, sino el Sevilla, y que el Sevilla de anoche no era el Sevilla, sino un equipo inferior a nosotros, pero potente y complicado. Un equipo que nos suele poner en problemas de vez en cuando, pero al que hay que ganar sea como sea para seguir la estela de nuestro objetivo. Pongamos el Deportivo por ejemplo. Justo la situación en la que nos encontraremos la semana que viene, en que recibimos a los gallegos.
Sigamos imaginando. Imaginemos ahora que, además de todo lo anterior, el Pellegrini de anoche no era Pellegrini, sino Jiménez. Es decir, imaginemos que Jiménez, ante un partido vital, que se juega en casa y ante un equipo inferior (por muy complicado que sea), decide poner a Arbeloa de lateral izquierdo, a Marcelo de interior izquierdo y a Lass en el centro del campo, dejando en el banquillo a Guti, a Van der Vaart y a Raúl. Eso podría ser semejante a sacar, cambiando de banda (estamos imaginando) a Stankevicius de lateral, a Konko de interior, a Navas de segundo delantero, y a Romaric y Duscher en la media, dejando a Zokora, Renato y Kanouté en el banquillo. O sea, que el entrenador, en un partido como el de anoche, condiciona su once y su táctica a ese rival inferior que nos visita. Pero sigamos.
Supongamos que ese rival inferior que nos visita domina la contienda sin demasiados problemas, en nuestra casa, mientras nosotros no somos capaces de hacer otra cosa sino correr detrás del bálón. Y en un momento dado, en una jugada desafortunada, nos marcan un gol. Entonces nosotros tratamos de irnos arriba, pero sin claridad de ideas, y el rival inferior controla el partido más o menos cómodo. Poco a poco nos estiramos, ya dominamos nosotros, pero no creamos ocasiones claras. El primer tiempo termina, y el segundo empieza igual que el primero. Exactamente igual. Nosotros buscando el gol, pero sin claridad, y ellos marcando otro en una nueva jugada desafortunada. Y es entonces cuando reacciona el entrenador y saca a los buenos. A los que dejó en el banquillo de inicio, nadie entiende por qué.
¿En serio no os recuerda esto a algo? ¿No es exactamente lo mismo que hemos visto en nuestro estadio un montón de veces? Claro que la diferencia entre lo que pasa en nuestra casa y lo que ocurrió ayer se da en este preciso momento de mi relato.
Imaginaos la situación en este instante. Planteamiento conservador del técnico, equipo que no cre peligro de verdad, rival inferior que se pone por delante por 0-2... ¿qué hubiera ocurrido en este instante en el Sánchez Pizjuán?
Todos los sabemos. Pitos, pitos y más pitos. Algún "Jiménez vete ya por aquí", y algún "Del Nido, echa a Jiménez" por allá. Mucho de "así no vamos a ninguna parte", y todas esas cosas de siempre, hasta el final del partido.
Pero, volviendo a la realidad, ¿qué ocurrió anoche en el Bernabéu, entre el Madrid y el Sevilla, y con Pellegrini de técnico de los primeros?
Pues que la afición aparcó sus enfados y se dedicó a animar a muerte a su equipo, convirtiendo el Bernabéu en una caldera. Salieron los buenos y comenzaron a arrasar al rival inferior. Sin piedad. Apelaron a su estilo clásico, a su garra, su lucha, su ambición. Eso lo tienen todos claro. La afición y los jugadores. Al menos los jugadores que ahí mandan, como Raúl, Casillas o Guti, y otros venidos de fuera que han aprendido rápido, como Sergio Ramos. Y de pronto se crea una especie de catarsis colectiva, de simbiosis que hace que el partido cambie por completo. No es la primera vez que lo sufrimos. De hecho, cuando me di cuenta de eso, a pesar de ir ganando por cero a dos, lo vi claro. Este partido lo perdemos.
La afición madridista animó a muerte con cero a dos, animó a muerte cuando redujeron distancias, se volvió loca cuando empataron, y animó aún más a muerte. Y cuando los jugadores parecían fundidos, y daba la impresion de que se tendrían que conformar con el empate, ellos seguían animando a muerte, obligándoles a no bajar los brazos y a seguir atacando. Y en el descuento obtuvieron su premio. Tres puntos a la buchaca, y nuevos líderes.
A partir de hoy empezarán a "cagarse en las mulas" del Pellegrini por su once tan cobarde, por los 60 minutos de desconcierto, por ponerse con 0-2 en contra, por el gol en propia puerta, por el fallo de Casillas, por lo malo que es Arbeloa (¿este tío nos va a representar en el Mundial?). Serán crueles y despiadados en sus críticas. Pero con los tres puntos en la buchaca.
Y eso que la afición madridista tiene muchos más motivos de queja que la sevillista. El Madrid se ha gastado la mayor cantidad de dinero de la historia del deporte en crear un equipo que evite lo del año pasado por parte del Barça. Su objetivo ineludible es la Liga, pero este año ahí siguen, otra vez a la estela del Barça. Mucho más cerca (incluso ahora empatados), pero a su estela. Además, fueron eliminados de la Copa del Rey por un Segunda B, tras un ridículo y un bochorno monumentales. Y En Champions andan con las carnes abiertas, aunque visto lo de anoche creo que pasan seguro.
El Sevilla por su parte tiene como objetivo ineludible la cuarta plaza (no la tercera, ineludible digo). Y ahí estamos. Somos finalistas de Copa, y en Champions lo tenemos mejor que el Madrid. Yo no digo que no critiquemos lo que se hace mal. Ni muchísimo menos. Todo lo contrario. Pero sí que tenemos menos motivos para quejarnos que el madridismo. Y sin embargo ya vimos cual fue la actitud de estos anoche.
Y todos sabemos cual hubiera sido la actitud del sevillismo en circunstancias parecidas. Vamos, la misma que ha tenido en circunstancias parecidas, que este año nos hemos visto en las mismas en varias ocasiones. Y el resultado fue el que fue, pero yo estoy convencido de que si el sevillismo en esas ocasiones se hubiese comportado como el madridismo anoche, hubiésemos sacado muchos mejores resultados.
El Real Madrid es el equipo que peor me cae del mundo. Pero en mi afán por ser objetivo no puedo dejar de reconocer cual es la realidad.
Tienen un equipazo. De las mejores plantillas del planeta, aun dirigidas por un entrenador mediocre como demostró ayer. (Los más grandes no quisieron comerse el marrón que es el Madrid de los 300 millones invertidos. ¿De verdad pensamos que querrían comerse el marrón del Sevilla para mejorar a Jiménez?)
Tienen a un aparato mediático brutal que los apoya sin reservas, manipulando, mintiendo, exagerando, presionando, haciendo lo que haga falta por el bien del equipo. (Y se meten con ellos de forma cruel también cuando procede). Yo eso lo aborrezco, pero ya me gustaría a mi que el Sevilla contara con ese apoyo. Y el Madrid también tiene medios ofiiciales.
Y luego está la afición, para cuando el resto falla. Se trata de una afición chulesca, engreída y sibarita. Me caen como una patada en el culo. Pero que sabe dar a su equipo lo necesario cuando es necesario. Saben criticar de un modo despiadado, exigiendo todo lo exigible, pero en el campo, cuando se requiere, presionan a favor de los suyos como nadie. Pasan de ver el partido como si fuera una obra del teatro a convertir el estadio en una caldera.
Y esa es la lección que nos dieron ayer. Ya sabemos algo más de lo que nos falta para ser grandes de verdad. Tenemos que aprender a hacer eso. A exigir al máximo, pero apoyar cuando es necesario.
Porque exigir con los tres puntos en el bolsillo es más agradable. Más bonito.
¡Qué pena de partido de ayer!
6 comentarios:
Muy buen post que dice verdades como templos.
Si esto sucede en nuestro estadio yo te digo lo que pasa, que muchos piden el tercero para chillar mas.
Un abrazo
la aficion del sevilla está irreconocible, muchas características de la gran afición que hemos sido las ha perdido. no entiendo el malestar que se ha generado, incluso entre el mismo sevillismo, creando división.
Yo no considero que la afición del madrid sea mejor que la del sevilla, he visto partidos del madrid donde la afición, aun ganando su equipo ha sido de vergüenza.
pero desde luego ... la aficion sevillista deja mucho que desear ultimamente.
un beso
Muy buenas.
Quizá incluso nos perjudicó el resultado del Almería y el Barcelona, porque no veas cómo se calentó el ambiente en la calle (calentarse en el buen sentido, sin violencia) cuando se enteraron de aquello.
Yo pienso, igual que tu, igual que todos, que ni por asomo la afición del Madrid es mejor que la nuestra, pero las circunstancias que se vienen dando son las que son.
Las que se dan en el Sevilla ya las hemos comentado mil veces, y este fin de semana en el Madrid se daban las circunstancias que se daban. Lo que viene haciendo el Barcelona se le tiene que estar haciendo eterno a los madridistas, porque en las calles de Madrid y en el Barnabéu se palpa auténtico complejo. Y el Sábado vieron la luz, y nos tocó sufrirlo.
Bueno, si la semana pasada lamentábamos el calendario (visitando al Real Madrid y veremos que hace el Valencia dentro de un rato) la semana que viene es la ocasión ideal para darle la vuelta, con nosotros en casa y con el Valencia en el Nou Camp.
Un abrazo.
@RamonStones
El caso es que somos el equipo que más cerca estuvo de acabar con la imbatibilidad del Madrid en casa, y eso será por algo. Me da que vamos a llegar al final de temporada a tope. Espero que las criaturitas lo disfruten en la Sexta.
@Talibán Sevillista.
Muchas gacias. A ver si entre todos vamos convenciéndonos de que lo que tenemos que hacer es apoyar al equipo, y dejar los estúpidos debates para otro momento.
@Para el Sevillista
En ningún momento he querido decir que la afición del Madrid sea mejor que la nuestra. En absoluto. Pero sí que si nuestro comportamiento en ciertos partidos hubiese sido el del madridismo el sábado, hoy día no seríamos cuartos, sino terceros. Y que tenemos que aprender de eso, pero nunca parecernos al madridismo en todo lo demás. Dios nos libre.
@Gol Sur Tribuna Alta
Al final el Valencia no consiguio ganar, y ahora nos toca a nosotros hacer del Pizjuán una caldera para ganar al Deportivo, porque si lo hacemos, lo normal será que acabemos la semana a dos puntos de la tercera plaza. Y así cogeremos al CSKA con la moral por las nubes.
El equipo está a tiempo de hacer una temporada histórica, y la afición también lo está de unirse a ese momento de gloria que tenemos al alcance de la mano.
Espero que todos pongamos de nuestra parte para conseguirlo. Tenemos la oportunidad, se dan las circunstancias. Ojalá todos estemos a la altura.
Muchas gracias a todos, y un abrazo
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