lunes, 1 de marzo de 2010

Y yo que me lo veía venir...

Pensaba yo en las vísperas del partido que no iba a ser nada fácil ganar este domingo, y al final nos hemos tenido que conformar con un empate. Después de jugar nada menos que en Moscú el miércoles, y de no poder contar con gente tan importante como Squilacchi, Zokora, Luis Fabiano o Negredo,  a mi no me gustaba nada el hecho de tener que disputarnos los puntos contra un equipo tan aguerrido como el Athletic, entrenado por alguien que tan bien nos conoce, y con el Real Madrid como próximo rival. Muchos daban por hecha, o por lógica, la victoria, pero yo no me fiaba en absoluto.

Para colmo, nos quedamos con diez casi a la mitad del partido, después de haber perdonado al contrario. Para colmo eso. Perdonamos primero, y nos quedamos con diez después. La cosa pintaba fatal, porque lo lógico era que nos hubiesemos hundido físicamente al final. Y hemos sacado un punto que, si por un lado puede parecer poco premio, por otro igual resulta fundamental al final de la temporada.

Sea como sea, sigo pensando que la dinámica del equipo ha variado por completo respecto a lo visto hasta hace un mes. Jugamos bien, merecimos ganar, no nos hundimos a pesa de jugar con diez, y acabamos empatando un partido que, en otras condiciones, hubiésemos perdido seguro. Además, estamos recuperando futbolistas. Fazio parece completamente recuperado, y Acosta ha vuelto a jugar. Este último no está en absoluto a tope, pero ya está listo para disputar partidos. Ahora queda tener un poco de paciencia, no hundirlo. Al que se le pase por la cabeza esto último, que recuerde que ninguno de nosotros ha tenido aún la oportunidad de verlo jugar. Acosta no es malo, es que ha estado lesionado. Parece una perogrullada, pero es que hay veces que es necesario recalcar evidencias para evitar las extravagancias de algunos. De esos que se creen tan listos que nos quieren hacer tontos a los demás.

Sinceramente, yo no estoy tan disgustado como se podría pensar después de dejar escapar otros dos puntos en casa. Y mucho menos después de ver perder al Deportivo y al Valencia. Alejamos a uno de los rivales, y nos acercamos al que tenemos por delante. El punto es bueno. La victoria hubiese sido mejor (esto es lo de la botella medio llena o medio vacía), pero este partido era muy feo a priori. Muy, muy feo. El típico partido que pierden los que no son grandes, que ganan los que sí lo son, y que empatan los que sufren cuatro bajas importantísimas, se quedan con diez en el minuto ciuncuenta y pico y han jugado en Moscú el miércoles anterior. Que cada uno saque las conclusiones que crea pertinentes.

Las mías las tengo claras. Si el equipo no hubiese perdonado en el primer tiempo, los tres puntos serían nuestros. Si no nos hubiesemos quedado con diez, también. Si en vez de Acosta hubiese jugado Luis Fabiano, por supuesto, y si Palop no fuese nuestro portero, pues igual no. El Sevilla de primeros de enero hubiese perdido este partido, y el de inicios de temporada, el candidato a todo, lo hubiese empatado en las circunstancias en las que nos encontramos esta semana. Y, sobre todo, los equipos competitivos, los que acaban arriba en la clasificación después de la jornada 38, empatan los partidos que no pueden ganar. Los partidos como el de hoy.

Y para terminar de consolarme, recurro a la realidad. Esa que me dice que somos cuartos, a tres puntos del tercero. Somos finalistas de la Copa del Rey. Tenemos un pie en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Y, sobre todo, estamos recuperando futbolistas, juego y sensaciones. Hoy no se ha podido ganar, pero sí recortar diferencias respecto al tercer clasificado. Hoy merecimos ganar, pero no lo hicimos. El día de Getafe merecimos perder, pero no perdimos. Las temporadas son largas, y estas cosas pasan, la balanza cae de un lado o de otro según las circustancias.

Pero lo más importante es que seguimos ahí, y que estamos mejor que hace una semana. Más cerca del tercer puesto, más cerca de los cuartos de final de la Champions, jugando mejor y recuperando a más futbolistas. Sé que soy optimista, y sé que otros no lo son tanto. Pero es que yo soy así, con mis virtudes y mis defectos. Si cogemos mis virtudes, y las virtudes de los que no opinan como yo pero buscan el mismo objetivo, pues tenemos el doble de virtudes en pos de este último.

Lo que está claro es que perderse en la melancolía de lo que se ha dejado de ganar hoy no vale para nada. Ni para el conservador ni para el ambicioso. Porque ambición también es olvidarse de las milongas y levantarse, para recuperar las fuerzas y pensar que el siguiente partido es una buena oportunidad para seguir sumando puntos.

Aunque sea en el Bernabéu.

¿Acaso a los moradores de ese estadio no les tiemblan las piernas cuando se enfrentan contra nosotros?

¿Acaso ese hecho no es también signo de que somos grandes?

Porque para ser grandes también hay que creérselo.

Y yo me lo creo.

Por eso el partido de hoy no lo hemos perdido.

4 comentarios:

Gol Sur, Tribuna Alta dijo...

Fueron una pena las circunstancias de ayer. Para empezar cayó un chaparrón horroroso de 6 a 7 de la tarde, lo que dejó a mucha gente en casa y enfrió a las que si fuímos. Joder, yo no me acuerdo cuando fue el último partido en Nervión sin que se nos cayera el cielo en lo alto.

Respecto al empate, lo que comentas. Antes de empezar el partido, no me gustaba el empate. Tras la expulsión, lo firmaba. Ahora, y viendo que el Sevilla era superior hasta con 10, simplemente lo acepto. Ya veremos para qué vale.

Y sí, a pesar del empate, la situación sigue siendo muy buena. Para ser optimista. O para no dejar de serlo.

Un abrazo.

Talibán Sevillista dijo...

Poco premio para el mérito contraido.
Como dices la dinámica ha cambiado y esto invita al optimismo, por mucho que los de siempre intenten lo contrario.
Un abrazo

QUEQUENO dijo...

estoy contigo hay que aprovechar mejor las jugadas que lastima bueno hay q seguir luchando si o si nos vemos un abrazo de quequeno
sigo mirando mas blog abrazos

Rafael Sarmiento dijo...

@ Gol Sur Tribuna Alta

Cuando no se puede ganar, el empate siempre es bueno. La liga es regularidad, y hay que sumar siempre.

El problema del Sevilla es que llueve sobre mojado, nunca mejor dicho. No son dos puntos que se van, son otros dos puntos que se van, y son ya demasiados.

Pero seguimos ahí, y eso es lo importante. Hay que elegir entre lamentarse por lo ocurrido en el pasado, o mirar con optimismo el futuro. Y mi elección la tengo clara

@ Talibán Sevillista

Los de siempre dirán siempre lo de siempre. Da igual lo que ocurra. Yo soy optimista, y si hoy merecimos más de lo obtenido, otro día obtendremos más de lo que nos hayamos merecido.

@ Quenoqueno

Lo chungo sería no tener jugadas que aprovechar. Pero si nos faltan los delanteros que están más en forma, estas cosas pasan.

Muchas gracias a todos, y un abrazo

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