En muchas ocasiones nos quejamos los sevillistas del poco respeto que se nos tiene desde la prensa nacional. Del modo en que se nos ningunea o desprestigia, o de la forma en que continuamente se nos trata de desestabilizar sacando a la palestra el interés (verdadero o falso) de cualquier grande por alguno de nuestros futbolistas, normalmente en la víspera de un partido del Sevilla contra dicho grande. La que nos está cayendo últimamente con Jesús Navas es el mejor ejemplo.
Pero como el mal de muchos es el consuelo de tontos, uno que no se considera tonto se indigna cuando ocurren cosas como lo que he visto hoy en la televisión que pagamos todos. La que se considera la primera, la pública, la nacional. En la sección de deportes se daba eco de una entrevista que el diario Marca (que es privado, no veo a qué viene publicitar tal noticia) ha hecho a Sergio Canales, poniendo como titular (los de la primera) el dato de que el jugador cántabro se pone por primera vez la camiseta del Real Madrid. Y, en efecto, sale el ínclito chavalote con la elástica merengue en lo alto, y besando el escudo.
Yo no sé qué pensará la afición del Rácing, de cuyo bolsillo también sale el dinero con el que se paga la televisión pública, pero para mi, la falta de respeto es sencillamente monstruosa. Un futbolista que juega para un equipo sale vestido con la camiseta de otro, en plena temporada, y besando el escudo. En la tele que pagamos todos, la cual hace publicidad de un reportaje publicado por un medio privado.
Total y absolutamente vergonzoso. Para el que tenga vergüenza, claro.
Y en esas que a mi se me pasa por la cabeza una de esas ideas que hace que mi mujer a veces me mire con gesto de desconcierto, como preguntándose si de verdad conoce bien a la persona con quien se ha casado, y si esa persona está capacitada para educar al hijo que acaba de tener con ella.
¿No sería posible que los equipos españoles decidieran crear una liga paralela, prohibiendo participar en ella al Madrid y al Barcelona?
No estaría mal eso. Así se acabaría ese trato de favor que se tiene para con los dos equipos grandes, y se les caería el chiringuito a más de uno. Nosotros jugamos a lo nuestro, y que los grandes se busquen la vida.
Además, eso sería fantástico para los enfervorizados aficionados de esos equipos. Así, la prensa podría vender un partido del siglo todas las semanas, porque todas las semanas se jugaría un Madrid – Barça. Uno en casa de uno, y otro en la del otro. Incluso podrían salir de gira, como los Globbertroters. De ese modo, en un momento dado se podría organizar uno de esos partidos en La Rosaleda, por ejemplo. Y el campo del Málaga se llenaría de merengues y culés malagueños, y se pegarían entre ellos y todo eso. Luego, la semana siguiente podría jugar…, qué digo yo…, en El Plantío, y los merengues y culés de Burgos y alrededores abarrotarían el estadio, y se pegarían entre ellos y todo eso también.
¿Qué maravilla, no? Todas las semanas los periódicos se llenarían de titulares manipulados para generar polemica, y los protagonistas se enzarzarían en ridículas discusiones de esas que tanto gustan a los periodistas expertos deportivos. Y se hablaría del villarato más aún incluso que ahora, con lo que redactores como el tal Relaño tendrían asegurado el tema de su columna de opinión día tras día. Y también podrían turnar a los futbolistas como los mejores del mundo. Una semana sería Messi, otra Kaká, las dos siguientes Cristiano Ronaldo, luego los “pequeñitos”, y más adelante Ibrahimovic. Y Raúl recuperaría las portadas de vez en cuando, y también Guti, que igual cambia de peinado y hay que volver a hablar de eso, que interesa mucho al personal. Y se hablaría continuamente de los calzoncillos de Cristiano, del color de las botas de Benzemá, de las negociaciones por contratar a Ribery, o de la marca de bragas de la última tía con la que se ha revolcado cualquiera de estos pelagatos. Que eso, a esa empresa de lencería fijo que le viene bien como publicidad.
Vamos, lo mismo que hasta ahora, pero con muchísima mayor intensidad. Eso debe suponer casi el clímax para esos a los que les gustan este tipo de cosas.
Y mientras, los demás a lo nuestro. Con nuestra liga de dieciocho equipos. Mucho más manejable, con el calendario menos cargado, y sin jornadas inter semanales.
Se podría decir que económicamente no sería viable, pero igual sí. La viabilidad económica de un evento depende del número de personas interesadas en el mismo. De este modo, si sumamos el número total de aficionados al Madrid y al Barça, no creo que sea superior a la suma de los hinchas del resto de los equipos, con lo que mercado en potencia hay. Quizás no tanto para que un banco como el BBVA se decida a patrocinarla. Igual nos tendríamos que conformar con uno más pequeño. No sé…, Bankinter por ejemplo. O mejor aún, el Banco Popular. Sí, este último es mejor. Así nuestra liga pasaría de ser la Liga BBVA, a la Liga Popular, que queda mucho más campechano. O quizás no, que habría votantes del PSOE que se preguntarían por qué no llamarla la Liga Socialista, que hay gente pa tó.
Otro inconveniente sería el tema de las competiciones europeas. Pero igual se podría llegar al siguiente acuerdo: que el Madrid y el Barça vayan siempre a la Liga de Campeones. Eso de regalo, con tan de que nos dejen en paz. Así, la UEFA no vería peligrar la presencia de dos de los grandes año tras año, que aquellos también tienen un negocio que mantener. Y de nuestra liga iría el campeón, y el segundo jugaría la fase previa, como ocurre en muchos países como por ejemplo Holanda. Luego irían a la UEFA los dos siguientes, y el campeón de la Copa del Rey, aunque en este último torneo sí que jugarían Madrid y Barça. Pero eso afecta poco. Total, tanto uno como otro renuncian al mismo año tras año.
Esta nueva liga sería de lo más abierta, y por tanto, mucho más interesante. Varios equipos optarían al título temporada tras temporada, y las alternativas se sucederían continuamente. Además, eso de que un club mediano pudiera optar a levantar la copa en un momento dado sería mucho más factible, con lo que el atractivo de la competición se multiplicaría. De ese modo, es posible que la primera temporada fuese un poco insulsa, porque la mayoría de la atención de la prensa se centraría en la otra liga, la de los dos grandes. Pero los aficionados de provincias, los que son de Madrid o Barça porque son los que ganan, pronto se aburrirían de tanto partido en la cumbre. Es como lo del jamón, que está muy bueno, pero cuando uno se come un buen ibérico entero, de una vez, sin probar ninguna otra cosa, pues acaba por hartar.
Y entonces se produciría una transferencia de seguidores de una liga a otra, lo cual llevaría parejo la consiguiente transferencia de interés de la prensa. Los medios van a donde va la gente, o sea, a donde va el dinero.
A partir de ahí, nuestra liga se fortalecería. Los equipos punteros comenzarían a tener seguidores más allá de sus ciudades, pero de un modo mejor repartido que actualmente. Eso se explica porque, al haber varios candidatos al título todos los años, y no sólo dos, pues los aficionados simpatizarían con cada uno de ellos, y no se bipolarizaría el interés, como ocurre hoy día. Los dineros se repartirían más equitativamente, en la misma proporción que el número de aficionados y simpatizantes, y ello redundaría en beneficio de la liga en su conjunto.
A la vez, Madrid y Barça se debilitarían, al recibir menos dinero y tener menos hinchas, con lo que los jugadores que antes suspiraban por jugar en esos equipos, empezarían a venir a los nuestros. Lo mismo ocurriría con los contratos televisivos, marcas de publicidad, patrocinio, etcétera, etcétera, etcétera. Y así iniciaríamos un proceso irreversible de crecimiento de los nuestros, y decrecimiento de los otros dos. Vamos, exactamente lo mismo que ocurre ahora, pero en sentido inverso.
Yo no sé si es que estoy grillado por completo, pero me sorprende que a nadie se le haya ocurrido esto antes. O igual si que se le ha ocurrido y yo no me he enterado, que todo puede ser. Pero si alguna vez algo así saliese a la luz, yo sería un defensor acérrimo de la causa.
Y que los grandes se busquen la vida. Que creen esa Súperliga Europea de la que hablaron, o que directamente se vayan a jugar al Lejano Oriente, que según Florentino es donde está el futuro del negocio.
Pero, por favor, que nos dejen en paz.
De una puñetera vez.
P.D. Con todo este rollo tan propio de un desequilibrado quiero decir que los grandes, sin los demás, no son nada. Que su grandeza se apoya en que son mejores que los otros, pero que sin los otros no habría grandeza, porque no habría nadie de quien ser mejor. Actualmente los grandes, con todos sus aparatos mediáticos, se están cargando la liga española, porque están empequeñeciendo a los equipos que la componen. Y un día lo lamentarán, porque el nivel de la liga en que compiten habrá caído tanto, que los jugadores no querrán venir, y los que hoy ponen dinero perderán su interés y dejarán de ponerlo. Y entonces ellos también se volverán pequeños.
3 comentarios:
hola me gustaria invitarte a nustro concurso de blog de futbol hay buenos premios y un buen reconocimiento suerte un abrazo....
¡El Plantío!
¡Qué estadio más noble, más añejo, más castizo, más antigüito! Me has recordado a mi epoca de coleccionar estampitas.
¿Seguro que entre madridistas y culés no suman más que entre todos los demas? Mmmmm... lo dudo mucho. Tristemente, lo dudo. Ahora bien, ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Se les echa más cuenta porque tienen más aficionados? ¿O los aficionados son en su mayoría de esos dos equipos porque te los meten por los ojos hasta que revientes?
Menos mal que has aclarado alguna cosa con la Post Data, porque nosotros ya te veíamos aporreando la puerta de la LFP con un gran sobre en la mano que pone "Sugerencia".
Esto es lo que hay en lo que una vez comparaste con la Scottish Premier League.
De todas maneras, de todas las cosas que has dicho (que podrían ser verdad, pero que como no lo sabemos ni han ocurrido, de momento son ficticias), hay una que sí es real y está planteada desde hace unos años: la Superleague. Los gordos, cuando quieren recibir más dinero amenazan a la UEFA con la Superleague, que daría más dinero que la Champions, rechazando los gordos participar en esta última. Eso ha pasado este año. Los premios de la Champions han subido un tercio ante esta amenaza.
El temita que falta por pulir es el siguiente: entre los futuribles de la supuesta Superleague está está el Sevilla, formalmente invitado.
¿Entonces qué? ¿Subirse al goloso carro, o seguir con la actitud valiente y rebelde, que tanto nos gusta (a mi también) de plantarle cara a los gordos, desde enfrente, desde el otro lado?
?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?
Un abrazo.
Podríamos jugar la Superleague con el primer equipo, y la liga con el Sevilla At., aunque yo creo que eso cabrearía al resto de clubes. No podemos ser los listos, y los demás los tontos.
De todos modos, lo de la Superleague no se va a producir. No lo creo, al menos. Además, ¿qué preferimos, ser un gallito de la liga nacional, o un mindundi de la europea?
En verdad este post es una aplicación práctica de mi legítimo derecho al pataleo. Uno se queda de lo más a gusto después de desahogarse escribiendo lo que piensa. Pero nada de esto tiene solución. Porque fijo que de plantearse algo así, los que ponen el dinero reaccionarían ofreciendo más a equipos como el At. Madrid, el Valencia o incluso el Sevilla para convencerles de que se quedasen en la liga original, con lo que habría deserciones y todo se iría al traste.
Claro que de este modo igual sacaríamos tajada de la revolución, quién sabe. ¿O no la sacan los grandes equipos europeos amenazando a la UEFA con la Superliga, o sea, con algo parecido a lo que estoy planteando?
Sea como sea, algo tiene que ocurrir, alguien tiene que hacer algo. Porque si no, algún día lo lamentaremos. POr lo pronto, los equipos españoles cada vez caen antes en las competiciones europeas.
No hay más ciego que el que no quiere ver.
Un abrazo
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