jueves, 12 de abril de 2012

La tristeza de la gente

Esta Semana Santa (los días no laborables) los hemos pasado en León con la familia de mi mujer, como solemos hacer siempre que tenemos vacaciones. Y estando allí, cierto día a cualquier hora, charlando de lo que fuera con mi suegra, ella me hizo una pregunta que me dejó bastante pensativo:

- ¿No notas a la gente triste en Sevilla? Así es como yo percibo que está todo el mundo aquí. Triste. 

Se refería, claro está, a la situación económica que atravesamos, que está superando todos los límites hasta convertirse en una verdadera crisis social. De primeras, yo le respondí diciendo que en Andalucía hay mucha gente acostumbrada a ser pobre y que su ánimo no se ve tan afectado cuando vienen malos tiempos. Al menos no tanto como el de otras personas de distinta condición o forma de ser. Sin embargo, esa pregunta siguió rebotando en el interior de mi cabeza durante días. Y la verdad es que la mujer tiene bastante razón. Yo, por ejemplo, me puedo considerar triste en las actuales circunstancias. Aunque también habría que añadir el sentimiento de "cabreado". No obstante, no sabría decir si estoy cabreado por estar triste, o triste por estar cabreado. No podría asegurar si fue antes el huevo o la gallina. Pero hay  mucho de tristeza en mis sensaciones día tras día. Eso no lo puedo negar. 

Y no se trata de tristeza por tener apuros económicos o por conocer gente que lo está pasando mal. Bastante peor que yo sin ningún género de dudas. Se trata de otra cosa. Se trata de que a mí me educaron en el convencimiento de que las cosas me irían bien en la vida si estudiaba mucho y bien. Y si luego trabajaba con ahínco, aun empezando desde lo más bajo, con sencillez, con humildad, pero también con ambición. Bien sabe Dios que he hecho todo lo que se suponía que tenía que hacer para lograr tal objetivo. Sin dudarlo, sin escatimar esfuerzos, sin que se me pasara por la cabeza otra cosa que seguir por ese camino. Al final, el resultado no ha sido para nada el prometido. Y tal cosa me produce esa mezcla de cabreo y tristeza. Cabreo porque estoy convencido de que el fracaso no es culpa mía, yo he hecho lo que se supone que tenía que hacer. Y tristeza porque eso es lo que te entra cuando te sientes frustrado por algo. 

Por otro lado, me imagino que mis mayores no se dedicaron a trabajar como negros durante toda su vida para que su descendencia viviera como vivimos hoy día. Ni tampoco creo que nos dieran los consejos que nos dieron pensando en nuestro mal, sino todo lo contrario. Y sé que eso les frustra a ellos, que se preguntan en qué se han equivocado, qué ha salido mal, mientras se sienten culpables del fracaso de sus hijos. ¿Cómo pueden ser ellos los culpables? ¿Acaso no dedicaron todos sus esfuerzos en busca de nuestro bien? ¿No es para sentirse tristes por su tristeza?

Hay quien dice que esto que estamos pasando no es más que una racha. Esta mañana escuchaba a alguien en la radio decir que nuestra sociedad es ciclotímica, es decir, que se mueve a base de impulsos en función de los ciclos, de modo que si las cosas van bien nos creemos los mejores del mundo y si van mal, pues pensamos que todo se va a ir a la mierda con nosotros dentro. Igual esa persona tiene razón con dicha reflexión, pero yo tengo la sensación de estar al borde del precipicio, de vivir al filo de navaja. Me da la impresión de ser como un barquito de papel en medio de la inmensidad del océano, de modo que un simple golpe de agua me puede hacer naufragar. Y no creo que sea nada catastrofista algo así, más bien pienso que se trata de algo muy ajustado a la realidad. Si mi familia vive al día y una de las fuentes de ingresos es lo que da un negocio, a nada que dicho negocio vaya mal un par de meses seguidos, nos hundimos. Y con nos hundimos me refiero a que dejamos de pagar facturas, hipotecas, etc. Afortunadamente, yo tengo una familia que me puede apoyar, pero no a todo el mundo le pasa lo mismo. No hay seguridad, no hay perspectivas de futuro. No se puede planificar la vida porque no se sabe qué va a ocurrir. Puede que este ciclo acabe y comience otro positivo, pero, aún así, viviremos los suficiente (Dios lo quiera) para conocer un nuevo ciclo negativo. ¿Y entonces, qué? Igual me salvo de la quiebra ahora que tengo 37 años, pero caigo dentro de 20, con 57. 

¿No es para entristecerse?

A menudo, el día a día nos absorbe de tal manera que no nos paramos a pensar en cómo nos sentimos. Al menos a mí me pasa. Cuando al final del día caigo derrotado en el sofá de mi casa, no me encuentro nada bien, pero lo achaco al cansancio, algo natural. Pero ese cansancio no es sólo fruto del trabajo diario. Ese cansancio también viene de la presión continua que sentimos en nuestras cabezas. Del saber que, por mucho que trabajes y te esfuerces, puedes caer en cualquier momento por culpa de factores completamente ajenos a uno. 

Factores completamente ajenos a uno. Ahí está el culpable. Muchas veces, cuando algo me preocupa, me pregunto si he hecho todo lo que está en mi mano para ponerle remedio. Y si la respuesta es sí, he aprendido a olvidarlo. A que no me quite el sueño, a que no evite que sea capaz de darle una sonrisa a mi hijo o un beso a mi mujer. Vivo con la conciencia tranquila de haber hecho todo lo que se supone que tenía que hacer y de que la culpa de que las cosas no hayan salido como se esperaba recae en factores ajenos a mí. 

Pero no deja de ser triste que en vez de disfrutar de los beneficios de mi esfuerzo, haya tenido que inventarme un método de supervivencia para evitar que la frustración consuma mi existencia. 

Definitivamente, sí. Yo también me siento triste. 

4 comentarios:

EL PAPI MAGASE dijo...

Rafa antes que nada me alegro de volver a verte actualizar el blog y ver que sigues bien de salud,tiene,debe de haber una salida para todo esto que está pasando,no creo que esto sea algo que no tenga final,es mu dificil el momento,pero toca seguir confiando,yo me encuentro todos los dias con miles de estados de ánimos,no puedo evitarlo,solo trato de que no me engulla y seguir transmitiendo a los mios esa confianza necesaria de que todo va a salir bién,estar triste o alegre es algo como decir estar vivos y eso al menos es algo por lo que debemos de dar gracias,un abrazo y desde aqui y dentro de mi tristeza o alegria dependiendo del momento te mando un fuerte abrazo hermano.

Marcu dijo...

Yo sí creo en los ciclos y tú que eres inteligente y culto sabes que toda la HISTORIA está formada por conjuntos de ciclos y no solo a nivel económico sino también en lo político y sobre todo en lo social cultural y moral.

Esta crisis, enmarcada en lo económico porque es lo que más nos duele físicamente, es una crisis de valores, de moralidad, de educación, etc

Estamos en la Roma imperial, en la Rusia de los zares o la Europa inquisitorial o anterior a la Revolución Francesa.

Pero tú has hecho lo que tenías que hacer que no fue otra cosa que cumplir con la propuesta cultural de tus padres y es por eso por lo que HOY estás en mejor posición de salida que otros muchos, aunque no sea tu mejor propuesta.

Te hablo como si fueras mi hijo mayor, que hizo la carrera más dificil que había en el mercado en su momento, que estuvo en Holanda, igual que tú y hoy está en Londres porque aquí no hay trabajo para gente como él y como miles y miles de cerebros universitarios que aquí no tienen cabida. Ni con el gobierno anterior que era socialista ni con éste que es de derechas. Eso sí, los corruptos, todos tienen cabida.

¿Que te sientes un barco de papel en medio del océano? Pues imagínate el parado, hipotecado y que ya le han quitado la vivienda o se la van a quitar.

Como dice el sabio de El Papi, esperemos que este ciclo acabe pronto que yo lo veo muy dificil.

Cuando se te baje la moral mira a Marcos y ya verás como te entran ganas de luchar con más fuerza.

Un fuerte abrazo.¡¡Vuelves en forma,campeón!!

Juan Angel de Tena dijo...

Y despues de lo anteriormente comentado por el Papi y por el profesor....¿que se supone que puedo comentar yo?.

Imagino que vivimos en unos tiempos donde estamos pagando los excesos de creer que se puede vivir sin valores, que todo es fruto de demasiadas CAUSALIDADES que nos estan explotando en toda la cara.

Quiero pensar que aunque sea a lo lejos, debe haber una luz que termine iluminando a la buena gente, a esa gente que como tu ha sembrado para recoger y que desgraciadamente lo unico que tenemos para llevarnos a la boca hoy es la ingratitud de ver como todos nuestros esfuerzos caen en saco roto.

Con todo, quiero ser optimista Rafael, quiero sentirme solidario con esa gente que realmente se ha quedado sin nada creyendo simplemente que habra un futuro mejor.

Mucho animo y a tirar "palante"

Un fuerte abrazo amigo.

Rafael Sarmiento dijo...

@Papi Magase

SIn duda habrá una salida. Y sin duda también, dentro de un tiempo releeré este post y me reiré de mi mismo por tanto pesimismo. Hay que seguir adelante simplemente porque no hay más remedio. Ah, y muchas gracias por preocuparte por mi salud. Ya andamos mejor, pero me ha dado bastante más fuerte de lo que pensaba.

@Marcu

La cultura y la inteligencia (la poca o mucha que tengo) la he adquirido y desarrollado con los años. Ahora sé lo de los ciclos. Antes, no tanto. Antes confiaba en lo que me decían con los ojos cerrados y ahora interpreto las cosas en base a mi experiencia.

Te agradezco mucho tus palabras porque me animan bastante. Es cierto que gracias a lo que hice, tengo al alcance cosas que quien no lo hizo no puede conseguir. Y también que mi situación es infinitamente mejor que la de muchos otros (lo reconozco en el post) por mucho que sea bastante peor de lo que imaginaba hace unos años.

Pero, gracias a Dios, ya hace un tiempo que acepté la situación y sigo adelante. Lo que pasa es que hay veces que algo (la pregunta de mi suegra) me hace pararme a reflexionar y me acuerdo de todo esto de lo que hablo en el post. Pero ya digo que la frustración no me domina. La he vencido, podemos decir.

@Juan Angel de Tena

Una de mis frases favoritas es esa que dice que la vida acaba poniendo a cada uno en el lugar que se merece. A lo que yo añado que eso es así, pero el problema está en lo que se lleva por delante antes de que te pongan en tu sitio.

Siempre hay luz al final del túnel. Incluso dicen que eso eso lo que ves cuando mueres, una luz al final. Además, como le digo al sr. Papi, no nos queda otra que seguir adelante. Vendrán tiempos mejores y otros peores de nuevo después. Y lo único que nos queda es ser fieles a nosotros mismo y hacer lo que se supone que tenemos que hacer.


Muchas gracias a todos, un abrazo.

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