martes, 28 de agosto de 2012

La exigencia que nos hace grandes

Después de mucho tiempo leyendo y escuchando a los Guardianes de la Memoria (años ya), hoy llamados miembros del Area de Historia del Sevilla FC, uno ha aprendido bastante acerca de lo que somos y de donde venimos. Quien más quien menos, todos tenemos nuestras nociones acerca de la historia de nuestro club, pero, gracias a estos señores, tenemos la oportunidad de profundizar en ciertos aspectos, de conocer detalles que se escapan al conocimiento general y, sobre todo (en mi opinión), de comprender por qué somos como somos. Y a esto quería ir hoy. 

Una de las cosas que más me ha me ha marcado de lo aprendido gracias a estos señores es la idea de grandeza de la afición del Sevilla. Es decir, la respuesta a la pregunta de por qué una afición cuyo club no había ganado nada durante décadas (hasta hace dos días como quien dice), que ni siquiera se había acercado a hacerlo, que incluso pasó un buen número de años en Segunda División, tiene esos aires, es tan exigente, está siempre pidiendo más..., es tan inconformista. Yo, que tengo la familia política fuera de Sevilla, puedo asegurar que es algo que no se entiende en otros lugares, hasta el punto de considerarnos engreídos por pretender ser lo que no somos. 

Pero es que resulta que sí que lo somos. Otra cosa es que los números no nos den la razón. 

Si alguno de nuestros investigadores lee esto, que me corrija si me equivoco. Leyendo y escuchando a estos señores, he comprendido que el Sevilla siempre fue un grande. Fue pionero en esto del fútbol. De hecho, ya se sabe que fue el primer club en España dedicado expresamente al fútbol. Los demás siguieron nuestra estela. Siempre fue el primer equipo de la ciudad. Se le conoció como el eterno campeón de Andalucía. Comenzó la liga en Segunda, pero pronto ascendió y ganó títulos durante los años 30 y 40. En los cincuenta no los hubo, pero sí subcampeonatos. Y algún que otro entorchado robado a última hora por una particular actuación del trencilla de turno. Hasta que llegó el año 1958, se inauguró el estadio Ramón Sánchez Pizjuán y, con ello, comenzaron las penurias económicas. Nuestro gran estadio se convirtió en una terrible hipoteca que lastró al club en su conjunto hasta llevarlo a Segunda División. El equipo cayó, pero sesenta años de grandeza son suficientes para incluir ese sentimiento en el ADN de la afición, del sevillismo. Eso ya no se puede sacar de ahí. Eso es parte de nosotros, igual que el que es rubio lo sigue siendo aunque se le caiga el pelo. Una cosa es ser rubio y otra demostrarlo con una buena melena. Una cosa es ser grandes y otra demostrarlo con éxitos. Con éxitos corrientes, no pasados. 

Mi sevillismo creció y se desarrolló durante los años ochenta. Una época en la que el Sevilla era un club mediocre que obtuvo éxitos menores circunstancialmente. Siempre quise ver un Sevilla grande, igual que le pasa a cualquier aficionado de cualquier club del mundo. Pero la diferencia entre nosotros y la mayoría de los demás es que el Sevilla no quería llegar a ser grande; quería recuperar su grandeza, quería volver a demostrarla. Que éramos grandes, eso ya lo sabíamos, aunque fuera en nuestro subconsciente. 

Eso se recuperó durante la primera década del s.XXI. Los sevillistas que nunca vieron al equipo ganar nada se quitaron esa losa de encima. Todos nos sabíamos grandes, pero en esos años lo demostramos con números. Como si aquel rubio calvo recuperara su pelo. Ahí estaba. Eso es el Sevilla. 

En estos días, como viene pasando en los últimos tiempos y como así ha sido casi siempre, la afición anda recelosa por el juego del equipo, en este caso en el inicio de temporada. Dos partidos y cuatro puntos. Es un buen comienzo, pero la gente no está conforme. Se encuentran fallos, se duda de la capacidad de algunos jugadores, se critica la planificación que se ha hecho..., no se está conforme. 

Los hay (yo el primero) que ponen excusas, que dan explicaciones, algunas hasta cargadas de lógica, pero para muchos no sirven. El equipo no juega bien, no da buenas sensaciones, no gusta. O no termina de gustar. Pues bien, esto que puede parecer un acto de soberbia, de vanidad, es algo muy positivo si se canaliza bien. 

Esto es el sevillismo: una afición exigente en función de su grandeza. Y habla uno que tiende al conformismo, pero no dejo de reconocer y de alabar este hecho. El sevillismo exige porque sabe que el Sevilla es un grande. Porque es algo que está en su ADN. El sevillismo pide a sus jugadores que entiendan esto, que comprendan la importancia del escudo que lucen en el pecho. El sevillismo no se conforma con ganar 2-1 al Getafe, sino que pide hacerlo bien, como lo hacen los equipos grandes. El sevillismo puede perdonar un mal partido, y dos, incluso tres. Pero ya van varias temporadas en las que no se hacen las cosas como se debe. El sevillismo le cantaba a Luis Cuervas aquello de "otro año igual" cuando el Sevilla llevaba décadas sin hacer nada mejor que aquello que se estaba haciendo aquellos años. Pero es que el sevillismo nunca olvidó su grandeza. No lo puede hacer. Está en su ADN. 

Muchas veces me he preguntado por qué somos tan exigentes. Y estos últimos años, leyendo y escuchando a los señores de los que hablaba al principio, lo he comprendido. Y os aseguro que me siento orgulloso de ello. Esa exigencia es nuestra alma. Lo que nos diferencia del "manquepierdismo", lo que nos impulsa a seguir creciendo, lo que impide que nadie se duerma en los laureles... lo que nos mantiene grandes. 

Es cierto que a menudo me crispa un poco comprobar que hay gente que nunca parece conforme con nada. Que siempre le busca la pega a todo. Que jamás da su brazo a torcer a la hora de reconocer algo bueno. Que siempre anteponen lo que se hace mal a lo que se hace bien. Yo tengo otra forma de ver las cosas. Yo suelo ser de los que ven el vaso medio lleno (en estos tiempos de crisis es una actitud muy recomendable a la hora de seguir sobreviviendo), de los que se agarran a lo bueno y tratan de tener paciencia con lo malo, con la esperanza de que se acabe corrigiendo. Soy, ya digo, bastante más conformista que otros. 

Pero hoy quisiera dar las gracias a los que no son como yo. A los exigen, exigen y exigen. Gracias porque eso es parte del sevillismo. Porque está en nuestro ADN y porque nunca se nos debe de olvidar. Ni siquiera a gente como yo, que con un poco menos se dan por satisfechos. 

9 comentarios:

Dori dijo...

Cuando leo o escucho historias de nuestro club,el corazón se me acelera y creo que es porque me emociona saber que mi club (este que amo con toda mi alma y sín condiciones)que grande ya es poco, es más que grande, no me importa nada mas que verlo en nuestro estadio todos los años y el juego bonito me da igual si gana.
Gracias a los guardianes de la memoria por su labor inconmesurable y a ti también Rafa por recordarnos de donde venimos y donde queremos ir.
Saludos sevillista

pjsendra dijo...

Gracias Rafa por percibir al SFC como lo que es.Siempre fue grande simplemente porque nació así,de la Nada futbolística y con unos nobles pincipios.

EL PAPI MAGASE dijo...

Una cosa es la paciencia y otra el conformismo,por eso el sevillismo es tan grande,porque es capaz de entender una mala racha y apoyarla,pero como vea que la actitud de los que se baten el cobre abajo en el cesped es de pasotismo,aqui por arte de mágia se toca generala y se ponen las cosas en su sitio a la voz de ya,lástima que ultimamente la cosa se esté convirtiendo en algo que a muchos no nos está gustando ni un pelo,pero seguro que todo volverá a lo que siempre fué,es y será,porque ese ADN del que hablas es mas potente que todo lo demás y eso es lo que hace de esta afición y este sentimiento lo que es,un abrazo Rafa y hago este abrazo extensivo a esos guardianes que están cada dia develandose por enseñarnos todo lo referente a este gran club,son unos monstros y unas excelentes personas,doy fé de ello,conozco a casi todos y es un placer estar a su lado aunque sea por unos instantes,te insuflan un subidón de sevillismo en cero coma dos segundos y eso es algo que ni se compra ni se vende,como decia los morancos,o te entra o no te entra.por cierto tú eres otro de esos sevillistas que da gusto compartir este sentimiento contigo,doy gracias al cielo por haberte puesto en mi camino,de momento a través de internet,espero que ya el momento de conocernos esté mas cerca y por fin extrechemos estos lazos de afinidad un poco mas si cabe.

Rafael Sarmiento dijo...

@Dori

Todos los sevillistas sentimos algo parecido, unos de una forma y otros de otra. Unos son más exigentes y otros menos, pero todos tenemos cabida.

@P.J. Sendra

Si no es por vosotros, no lo percibiría de ese modo. Es importante conocer la historia para comprender lo que somos.

@Papi Magase

Exigencia, paciencia, conformismo..., hay muchos sentimientos, muchas actitudes... muchos sevillistas. Pero todas esas actitudes son importantes, aunque a veces haya cosas que no comprendas o te crispen. Todas esas actitudes, bien canalizadas, crean la simbiosis necesaria para seguir creciendo, o para aguantar el tipo en los malos momentos. Esos malos momentos que a otros cuestan segundazos o desapariciones y a nosotros, no. A veces algún segundazo, pero normalmente, no.


Muchas gracias a todos y un abrazo.

Jose Manuel Ariza dijo...

Saludos.

Gracias.

Solo un apunte: Guardianes somos todos.

No lo olvides.

Un abrazo y cuídate.

PadreManuel dijo...

Sin dudar de tu argumento, el cual comparto, en la idiosincrasia del sevillano existe una autovaloración muy elevada en nuestras cosas, ya sean fiestas o costumbres y así lo hacemos ver fuera de nuestra tierra, cuestión esta que crea muchos celos a los restantes mortales al oírnos hablar de Sevilla.

Pienso que esto también tiene que ver con el fútbol.

Saludos.

Rafael Sarmiento dijo...

@Jose Manuel Ariza

Puede ser, pero sois vosotros los que me habéis enseñado cosas que no sabía.

@Padre Manuel

El apunte es muy oportuno y estoy muy de acuerdo. Justo de eso hablo a menudo con mi mujer, que es de León.

Sin embargo en el fútbol hay un matiz importante en este sentido porque, siendo ambos sevillanos, el Betis cae muy simpático y a los sevillistas nos consideran arrogantes. Y mi post trata de explicar ese hecho.


De nuevo, muchas gracias a todos, un abrazo.

Miguel dijo...

PALOP PALOP PALOP sin duda alguna debe de ser el portero titular solo con decir su nombre basta. Deben de jugar PALOP y 10 mas lo demostro el pasado domingo y lo seguira demostrando si el tecnico quiere y a buen seguro que aporvechara su oportunidad.

Rafael Sarmiento dijo...

@Miguel

Estoy de acuerdo. Yo también me decanto por el valenciano.

Muchas gracias y un abrazo.

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