miércoles, 4 de enero de 2012

Una historia real

La historia que voy a contar hoy es absolutamente real y la conozco de primera mano. Su protagonista es una mujer, pongamos que se llama María. María tiene más de 55 años, aunque menos de 60. Es más alta de lo normal en su generación, y rubia, y tiene mejor tipo que cualquiera de sus dos hijas (no es una exageración). María se casó obligada por un embarazo que no supieron prevenir cuando sólo contaba 20 años. No lo supieron prevenir porque en aquella época la información era mínima y los calores juveniles los mismos de siempre. Pero el gran problema de María no sería el tener una hija con tan poca edad; su verdadero problema se lo mostró a las claras su marido, hasta entonces encantador, y a partir de la boda un verdadero monstruo.

Durante 35 años, María fue maltratada por su esposo. La mayor parte de las veces fue un maltrato psicológico, aunque también lo hubo físico. Ese hombre la anuló completamente como persona humillándola en público y en privado, convenciéndola de que era una inútil y una ignorante (os aseguro que en verdad era justo lo contrario), hablándole con desprecio, y si alguna vez ella se rebelaba, era entonces cuando venía el castigo físico. 

Por increíble que parezca, María tiene, a parte de padre y madre, cuatro hermanos como cuatro castillos. Y cuando digo castillos me refiero a cuatro moles, cuatro armarios con forma de hombre. Cuatro zopencos que conocían perfectamente la situación en la que vivía su hermana y que lejos de echarla una mano, se escudaban en eso de "no meterse en lo que pasa de puertas para adentro" y hasta se iban de cervecitas con la bestia de su cuñado. 

Hubo una ocasión en la que María le echó valor y abandonó al marido, llevándose con ella a sus dos hijas. Pero no encontró el apoyo de nadie, ni siquiera en su familia. Y se vio obligada a volver. Eso sí, durante los siguientes años rompió todo trato con sus padres y hermanos. Si nada recibía de ellos, nada iba a perder dejándolos de lado.

Pero María es buena persona. Es tan buena que a veces parece tonta. Y les perdonó. No así su hija mayor, ya independizada, la cual a día de hoy sigue sin hablar con nadie de su familia que no sea su madre y su hermana pequeña. Esta última también volvió a tratar con aquellos, aunque con algo de distancia. El problema de María es que es muy familiar. Sus padres son sus padres, y abandonarlos es superior a sus fuerzas. Y menos ahora que ya están mayores y necesitan ayuda. Ellos no la ayudaron a ella, pero ella sí que les ayuda a ellos. María no se considera creyente, pero conozco pocas persona tan cristianas como ella. De las que ponen la otra mejilla. Una persona maravillosa, aunque ella tenga tan bajo concepto de si misma. Eso es lo que pasa cuando alguien  te humilla a a diario. Que se carga tu autoestima. 

Y así, durante los siguientes años, María iba una vez en semana a casa de sus padres para limpiar y echarles una mano en lo que necesitaran. Y los montaba en el coche para llevarlos al médico cuando lo requerían. Y estaba allí, lista y preparada para cualquier cosa que les hiciera falta. Y mientras, su marido seguía a lo mismo, tratándola con la punta del pie y de vez en cuando recondándole que seguía teniendo una mano larga. Cualquiera podría pensar que esa mujer es tonta, pero no se trata de eso. Es buena, ni más ni menos. 

Por supuesto, en el pueblo donde vivían, todos hacía como si nada pasase, como si aquella fuese una familia normal, con sus cosas normales, con sus roces habituales y ya está, mirando para otro lado ante el infierno que seguía viviendo María. Tampoco sus hermanos hacían nada. Ni sus padres. Estos ayudaban a sus otros hijos económicamente (a pesar de que todos ellos ganaban bastante dinero y lo que hacían era despilfarrarlo), pero no hacían nada con María. Y eso que sabían que ella se tuvo que poner a trabajar y que  ocultaba parte del dinero que ganaba para que no se enterara su marido, ya que este se lo quitaba todo para "gestionarlo" él. Así, ella misma reconocía que tenía que pedir permiso para comprarse unas míseras bragas, mientras que a veces, limpiando la casa, encontraba sobres con miles de euros escondidos. Esa era la "gestión" que su marido hacía. Esconderlo para utilizarlo él cuando le viniera en gana. 

Cierto día, hace dos años, María le echó el valor definitivo y le dejó. Recibió el apoyo decidido de sus dos hijas y de los maridos de estas, ya que su propia familia observaba la situación como el que ve los toros desde la barrera. Lo pasó francamente mal, muerta de miedo porque no tenía ni idea de la reacción que tendría aquel hombre. Abandonó el pueblo para alquilar un piso en la ciudad y se valió de su trabajo para tratar de salir adelante. Pero hasta eso le falló. Perdió el empleo y se planteó seriamente la idea de volver con quien siempre la había maltratado, ya que este vivía bien gracias a una pensión de prejubilado. 

Sin embargo, sus hijas se lo impidieron y le encontraron una salida en forma de negocio propio. Hace un año que abrió las puertas de este gracias a una de esas subvenciones que el Estado otorga a las mujeres en su condición. Y ahí anda la buena de María tratando de sacar adelante su vida con su pequeña empresa. Las cosas le van bien, dentro de lo que cabe, aunque muy justitas y con mucho esfuerzo. Pero diciembre ha sido un mes complicado. Muchos días de fiesta, muchos días de puente, la gente pensando en otras cosas...; el negocio ha flaqueado un poco este mes y le falta un pequeño pico para pagarlo todo. Normal y comprensible, pero lo cierto y verdad es que le falta ese pico. 

Entonces María se acordó de la de veces que sus padres ayudaron a sus hermanos dándoles dinero, y pensó que por una vez, por una única vez en su vida, iba a ser ella quien les pidiera algo en vez de dárselo. ¿Y sabéis cual fue la respuesta de su padre?

- Yo no te voy a dar dinero. Pídeselo a tu marido. 

En estas condiciones, ¿pensáis que de verdad valen para algo las políticas de los gobiernos para combatir la violencia de género? No digo para ayudar a las que la sufren, que sin duda las ayudan, sino a erradicar esa lacra de una vez por todas. ¿No creéis que es un tema cultural que tardaremos décadas y generaciones en vencer?

Como decía al principio, la historia de María me toca muy de cerca. Y muchas veces me pregunto cuántas historias parecidas más habrá. Un montón de ellas sin lugar a dudas.  El sufrimiento de María se habría cortado de raíz a nada que sus padres y hermanos hubiesen intervenido desde un primer momento. Pero no lo hicieron. ¿De qué sirve todo lo demás, entonces?

Sirve de mucho. De muchísimo. Aunque sus resultados no los veremos hasta dentro de bastante tiempo. Décadas y generaciones, ya digo. Pero no podemos parar. La sociedad no pude parar, a pesar de lo lento de los avances, hasta desterrar de una vez a esta gente. A los que lo hacen y a los que miran para otro lado cuando lo hacen. 

7 comentarios:

Alberto H. dijo...

Yo no puedo entender la mentalidad del marido ni, por supuesto, la de sus hermanos y padres. Está claro que a ninguno les importa. No la quieren.

Y si no fuera porque conozco a alguna persona que, por mucho que le peguen, siguen poniendo la otra mejilla, tampoco entendería la postura de ella.

Un saludo.

Juan Angel de Tena dijo...

En tu analisis final das con la clave Rafael.

Pasara mucho, pero mucho tiempo para que esa lacra desaparezca.

Amen de un problema cultural de epocas pasadas, el gran problema es la transmision de esos enfermizos "poderes" que se les hace a las generaciones venideras.
Aquello de que un hijo hace lo que ve en casa, no es al 100%, pero casi.

Mientras tanto, hay que seguir combatiendolo con todas las armas posibles y entre una de ellas y muy poderosa, combatir la indiferencia, el hacer oidos sordos a esta dramaticas situaciones eleva y multiplica el impacto del maltrato.

Un fuerte abrazo amigo.

EL PAPI MAGASE dijo...

Ya me hubiera gustado a mi esa Maria para poderla ayudar,tengo a otra de esas Marias que me toca muy de cerca,la he tenido en mi casa mas de un mes y al final le es imposible dejar despues de mas de treinta años al maltratador del marido,es algo que a mi al menos me hace sentir impotencia,porque en mi casa le hemos dado todo el apoyo y al final veo que es ella quien despues de perder toda su autoestima y su identidad,tiene a tres hijos metido en un callejón sin salida,este tema la verdad Rafa es que se puede ver de segun que formas y según la Maria en cuestión,por eso te digo que ojalá me hubiera tocado una Maria valiente para apoyarla hasta lñas últimas consecuencias ¿sabes al final como hemos quedado mi mujer y yo en todo esto? pues imaginatelo porque si lo explico es para que nos echemos todos a llorar,al igual que no entenderé a familiares que miren para otro lado,tampoco podré entyender quien teniendolos a sus piés lo tiren todo por la borda,asi que en mi caso y con todo el dolor de m i corazón por mas que me duela decirlo,tengo que decir a boca llena "QUIEN TIENE CAMA Y DUERME EN EL SUELO NO HAY QUE TENERLEW DUELO".

Es muy triste pero en este caso es una realidad,un abrazop Rafa,hoy has hecho un post que ya me gustaria a mi que fuera gtenerico,pero bien sabe dios que hay millones de casos y de muchas clases,los hay hasta de hombres maltratados por sus verdugas,lo que se suele decir de todo hay en esta viña del señor.

Marcu dijo...

Por desgracia existen en esta sociedad más Marías de las que se conocen y algunas no la conocen ni siquiera los propios hijos, los padres o los hermanos.
Y como bien dices, custión de mentalidades y cultura.
Un abrazo

antonio Delgado dijo...

Solidaridad con todas las María del mundo. En la medida que seamos capaces de que estas historias tengan un enorme interés, así actuarán los poderes públicos. Se han llevado varios años exaltando el terror de ETA porque eso, daba votos, cuando por esta causa no moría nadie. En cambio, el terrorismo del paro y el machista, si se han cargado a mucha gente. Si logramos que sea un ranquin de interés y vean una buena bolsa de votos. Los poderes públicos le dedicarán más dinero y más medios a apoyar a quién lo necesite. ¿A lo mejor quien no da el paso, es porque no ve nada claro las ayudas? Muchas son pan para hoy y hambre para mañana. Agravándose más cuando hay hijos por medio, que suele ser casi siempre. Saludos

Miguel dijo...

Este tema es una lacra que creo no va a tener solucion sino que se expandira mucho mas por desgracia para todos

Rafael Sarmiento dijo...

@Alberto H.

Afortunadamente no lo entendemos porque no hemos pasado por eso. Es una situación tan complicada y que deja tantas secuelas, que no se puede calificar el comportamiento de estas personas de la misma forma que el del resto.

@Juan Angel Tena

Hay muchas cosas que se pueden hacer: desterrar el machismo, no hacer ni reír chistes sobre el tema, fomentar que la igualdad no sea sólo un cupo, un 50% obligado en según que consejos de dirección (que sea un 40-60 o un 70-30, pero siempre en igualdad de oportunidades), marginar socialmente a quien maltrata del mismo modo que lo hacemos con quien viola, etc. Hay mucho en nuestras manos.

@Papi Magase

Ya te respondí comentando tu post. Sólo repetirte que esa actitud es para sentirte orgulloso y para ir por la calle con la cabeza muy alta.

@Marcu

En las últimas dos décadas se han reducido drásticamente los accidentes de coche a base de continuas y machaconas campañas de sensibilización. Algo parecido debería ocurrir con este tema.

@Antonio Delgado

A mime da mucha rabia cuando se da la noticia de que han matado a una mujer y se dice que no había denunciado previamente, como queriendo decir que podría haber hecho algo para evitar el suceso. En muchas ocasiones, cuando no denuncian es porque tienen miedo a las represalias y ven que el sistema no les da las garantías necesarias.

@Miguel

No sé si será así, pero es obligación de las buenas personas empeñarse en que sea al contrario de lo que dices. Torres más altas han caido a lo largo de la historia.

Muchas gracias a todos, un abrazo

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