viernes, 11 de mayo de 2012

Los cuentos infantiles eran muy crueles...

Lo que voy a contar hpy no tiene nada que ver con el fútbol. No se trata más que de algo que me llama mucho la atención y de lo que me di cuenta hace relativamente poco.

Para que lo puedan entender, es necesario que diga que en la actualidad tengo 37 años, es decir, que mi infancia transcurrió entre finales de la década de los setenta y buena parte de la de los ochenta. La cosa va sobre las historias infantiles que nos contaban cuando éramos niños para entretenernos: los cuentos, las películas, las series de televisión de dibujos animados (las pocas que había) etc. 

¿Os habéis parado a pensar alguna vez lo tremendamente crueles que eran muchas de ellas?

En los últimos tres años, la edad que cumple mi hijo este mes de mayo, me vengo tragando todo tipo de material infantil y he de reconocer que hay oferta para todos los gustos. Pero toda ella tiene en común el ser estrictamente escrupulosa con ciertos aspectos: son educativas, las historias tienen moraleja, enseñan cosas a los niños (inglés, los números, las letras y palabras, pronunciación, algunas tareas básicas, etc), se vuelcan con valores del tipo igualdad de sexos, respeto por las diferentes razas (las pandillas de protagonistas siempre son de niños de distintos colores), seguridad vial... no sé, todo muy didáctico, muy educativo. 

Eso es lo que ve mi hijo en televisión normalmente, pero nosotros, con toda la buena fe del mundo, pues hemos decidido ampliar la oferta con películas de otra época. Y aprovechando que el niño lo flipa con los elefantes (no me preguntéis por qué, pero mi niño lo flipa con los elefantes), pues nos hicimos con la película de Dumbo porque pensamos que le gustaría. 

Y no nos equivocamos, le gustó. Pero también caímos en eso acerca de lo que preguntaba antes. Sobre todo cuando el vimos al niño todo preocupado por el elefantito y la suerte que correría la madre del mismo. Por si no os habéis dado cuenta, una película tan infantil e inocente como esta consiste en que un personaje con un defecto es rechazado por todos a cuenta del mismo. De hecho, su nombre es una adaptación de la palabra "dumb", que en inglés significa tonto, imbécil o algo así. Vamos, un insulto. Y cuando su madre sale a defenderle de unos niños que se dedican a putearle, tirándole de las orejas, pues es encerrada y la separan de su hijo. Claro, ante esto, mi niño se escandalizó y se pasó el resto de la película preocupadísimo por la suerte de la madre del elefantito. 

Fue así como llegó el comentario de mi mujer: 

"Hay que ver lo crueles que eran los dibujitos que nos ponían de pequeños". 

Coño, y es verdad. ¿Quien no se acuerda de Marco? Aquel niño a quien separaron de su madre y que se dedica durante toda la serie a recorrer medio mundo en su busca. O de Bambi, ¿habrá cosa más ñoña e infantil que Bambi? Bueno, pues su madre muere, joder. Que no es que le separen de ella, es que muere. Por otra parte, Heidi era huérfana, igual que Tom Sawyer. ¿Y qué decir de Huckelberry Finn?

Niños abandonados en la selva que han de vivir como animales, patitos que son dejados de lado por su familia por el hecho de ser feos, un niño de madera al que le crece la nariz cuando miente...

Pero el colmo de los colmos es Caperucita Roja. De modo que un lobo acecha a una niña (hoy día iría a la cárcel por pederastia), la engaña, se come a su abuela, se la come a ella, y luego pillan al lobo, lo abren en canal, sacan a las dos personas, le llenan el estómago de piedras y lo tiran al río para que se ahogue. 

Ni Tarantino, macho. La saga de Kill Bill es menos malvada. 

Yo no digo que a los niños de hoy haya que educarlos en la ñoñería o en la debilidad, pero, joder, es que lo que hicieron con nosotros no tiene nombre. Es que no sé como no hemos salido psicópatas o algo parecido. Será porque veíamos mucha menos televisión que ahora. 

En fin, sé que esto  no tiene demasiado interés, pero tenía muchas ganas de soltarlo. 

3 comentarios:

EL PAPI MAGASE dijo...

Debo confearte que en stos tiempos los dibujos han cambiado bastante,hay una escena inolvidable de la pelicula de EL REY LEÓN,cuando muere Mufasa y ese pequeño leoncito quiere despertarlo para regresar a su casa con su padre los dos sanos y salvos,te prometo que mis tres hijas han llorado con esa escena a lágrima viva y a mi es algo que me ha hecho estremecerme porque justo despues de ver la escena la reacción de las tres ha sido la misma,venir a arroparse a mi lado y a meterse debajo de mi brazo,joder Rafa al final me estoy poniendo algo tontorrón con este post que hoy nos regalas,un abrazo crack.

Marcu dijo...

Estimado Rafa: Hoy quiero que sepas que este comentario tras la lectura de tu.......post, está hecho al alimón entre mi esposa (recien pre-jubilada de la Escuela Infantil) y yo mismo.

No te imaginas cómo nos lo estamos pasando.

La Cenicienta: Matrato psicológico y físico por parte de la madrastra y sus hermanas.

Piel de Asno: Un rey que se queda viudo y se quiere casar(liar) con su hija adolescente.

El Abeto: Este árbol está solito en el bosque, lo llevan a un hogar en Navidades, lo decoran y vive muy feliz pero... terminan las navidades y...a la chimenea.

El soldadito de plomo: Tanto él como su amada terminan calcinados.

Las zapatilla rojas:El verdugo corta los pies a la heroina para que recobre la paz.

Y para finalizar un cuento de Andersen: La pequeña vendedora de cerillas, que muere una Nochebuena de frío al querer encender las cerrilas que le habian quedado.

Y como éstos...así (gestos de unir las puntas de los cinco dedos)

Como yo digo en mis post algunas veces, no solo de fútbol vive el hombre pero...ojo con los cuentos y las películas infantiles que a veces decimos los padres ¡¡cómo puede ser este niño así!! y puede que la respuesta esté ahí.

Te pedimos mil disculpas por extendernos pero seguimos recordando cuentos, sobretodo ella, que ha tenido que contarlos y prohibirlos.

Un abrazo y...¡¡0jo!!

Rafael Sarmiento dijo...

@Papi Magase

No cité al Rey León porque no corresponde a mi infancia, pero es otro buen ejemplo. Vaya tela.

@Marcu

Debería adjuntar tu (vuestro) magnífico comentario al post porque lo completaría. Pero, ¿qué mejor comentario que uno que hace eso, completar el post? Al fin y al cabo, adjuntado queda.


Muchas gracias y un abrazo.

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