lunes, 15 de febrero de 2010

Desconcierto

Esa es la sensación que me produce la situación del Sevilla tras la victoria cosechada ayer contra Osasuna. Un Sevilla que parece que no juega a nada, que vive sumido en una crisis de juego que comienza a ser preocupante, cuya afición se debate en una continua discusión acerca de lo que estamos haciendo y lo que tenemos que hacer en adelante, con un equipo que siembra dudas en muchos, con una buena parte de la prensa local empeñada en hurgar en la herida, y con una sensación generalizada de que así no vamos a ninguna parte. Con un entrenador permanentemente discutido, para el que todos los partidos son finales, como si estuviese puesto ahí de forma provisional, y se jugase el puesto todas las semanas a pesar de sus excelentes resultados, y ya va para dos años y medio en el cargo.

Bueno, pues este Sevilla, después de la terrible travesía del mes de enero, tiene a estas alturas un punto más que el año pasado en la misma jornada, sólo que la temporada pasada ya no estaba vivo ni en Europa ni en Copa, y este año somos finalistas de esta última, y la semana que viene disputamos la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones (el año pasado disputaba la UEFA).

Y yo hay veces que no sé qué pensar. Mientras cada día que pasa estoy más preocupado por el juego que despliega el equipo, es mirar la situación en la que nos encontramos y el corazón se me hincha del orgullo. Es cierto que un equipo grande no puede permitir ridículos como el de Getafe, pero es que ridículos como ese lo perpetran todos los clubes, grandes o pequeños, a lo largo de todas las temporadas. Justo ahora que los medios de comunicación no paran de incidir en la plaga de bajas del Barcelona, que le han costado su primera derrota en liga. Qué cosa más curiosa. Como he dicho en varias ocasiones, si a un equipo le quitas la mitad de su plantilla durante un tiempo, lo que le ocurre es lo que le ha pasado al Sevilla estas semanas atrás. Y al Barça, al todopoderoso Barça, le ocurre exactamente eso.

Sí, ya sé que estoy otra vez con el tema de las excusas, pero es que las cosas son como son. He intentado olvidarme de ellas para entender a las personas que no opinan como yo, pero es que ya digo, las cosas son como son. Y si ponemos buena voluntad, y consideramos lo de Getafe como el partido tonto que todos los equipos tienen todos los años, lo cierto es que desde que vamos recuperando futbolistas, la tendencia se está invirtiendo. Y aunque no hemos recuperado el juego, ahora ganamos. Antes perdíamos, y ahora ganamos. La sangría de puntos que se fueron del Sánchez Pizjuán en diciembre fue escandalosa. Pero ahora llevamos tres victorias consecutivas en casa. Y si me estoy empeñando en comprender a todo el mundo, y admito que el juego del equipo no es el deseable, tampoco puedo obviar este hecho. Ha sido empeza a recuperar jugadores, e invertirse la tendencia de un modo inmediato. Salvo el día del Getafe, claro. Yo soy así. O al menos intento serlo. Intento ser objetivo. Y las cosas son como son.

Ayer se ganó, y se hizo por la mínima, pero con solvencia. Y eso que aún nos faltan efectivos importantes como Konko, Squilachi y Dragutinovic (media defensa, vamos). Pero ayer se produjo la sensacional noticia de la recuperación de Fazio. Ojalá haya superado por fin sus problemas, porque en este chico tengo puestas unas expectativas enormes. Y hubo otra cosa que me alegró de manera especial: el buen partido de Diego Capel. Ahora que Perotti anda de bajón, el que el almeriense esté en buena forma es una estupenda noticia para el equipo.

Esta semana, por fin, no tenemos partido inter semanal. Con lo cual, disponemos de un tiempo fundamental para descansar e ir recuperando efectivos. Luego viene la Champions. Es cierto que el equipo no ha recuperado las sensaciones del principio de la temporada, con lo que no sabemos qué nivel vamos a ofrecer en Moscú. Además, antes tenemos otro partido importantísimo en Mallorca, donde el equipo local aún no ha perdido en liga. Pero es que las espadas siguen en todo lo alto. A pesar de todo. Y, como decía al principio, esto me provoca un desconcierto del que no sé cómo salir.

Me siento como si nos encontráramos en el filo de la navaja. Como al borde de un barranco, de modo que dependiendo de cómo demos el siguiente paso nos caeremos, o seguiremos en pie. Todos los partidos parecen finales, todas las semanas parece que nos jugamos la vida. Y eso es lo que se llama presión. La presión propia de un equipo grande.

Al final, esa es la conclusión a la que llego. Ya somos un grande. Ya nadie puede discutir eso. Todos los partidos son finales porque todos los partidos hay que ganarlos, no valen medias tintas. Además hay que hacerlo demostrando que somos superiores, no por suerte o por la sobrehumana actuación del portero. Y cuando el equipo pierde se desencadena la crisis, pero eso no lo digo yo. Lo dijo el presidente hace no tanto. Este es el carro en el que nos hemos subido, y tenemos que aprender a vivir con ello. No da tiempo de disfrutar un logro, cuando ya tenemos otra vez la espada de Damocles sobre la cabeza. Pero eso es simplemente porque tras ganar un partido, o pasar una eliminatoria, apenas justo después de alegrarse y celebrarlo, ya tenemos por delante otro partido que ganar como sea. Bueno, como sea no, hay que ganarlo con la dignidad propia de un grande.

Ayer el equipo ganó, sin jugar bien, pero con dignidad. Mostrándose superior a Osasuna y sin desgastarse más de lo necesario. Era justo lo que necesitábamos. Sumar los tres puntos con solvencia, pero conservando las fuerzas para lo que está por venir.

Prometo que he intentado ser lo más objetivo posible. Yo estoy que me salgo del pellejo por la alegría que me da ver al Sevilla como está. Pero me empeño en que eso no me ciegue, para ser consciente de los problemas del equipo. Sólo porque para solucionar los problemas primero hay que ser conscientes de ellos. Sin embargo, la realidad es la siguiente.

A día de hoy, tenemos un punto más que el año pasado a estas alturas, sólo que el año pasado ya estábamos fuera de UEFA y Copa. A día de hoy, la temporada que estamos haciendo es notablemente mejor que la pasada.

Y eso me desconcierta.

Y me ilusiona, por supuesto.

Una barbaridad

P.D. Anoche, al tal Cerezo, presidente de nuestro rival en la Final de Copa, se le llenó la boca diciendo que su equipo ha sido el único capaz de ganarle al Barcelona este año. No sé si se refería a ganarle en liga, o a ganarle en uno de sus desplazamientos, no especificó. Sea como sea, aún estoy esperando que alguien le saque de su error. No son los únicos ni los primeros. Los primeros fuimos nosotros, el Sevilla FC.

4 comentarios:

balonreondo.- Fran y ... dijo...

Fuimos los primeros en derrotar al FC Barcelona en su propio estadio. Pero si somos nostros no tiene importancia alguna, al parecer.
Yo que tu no me preocuparía tanto del juego, sencillamente tenemos que saber ganar como los mejores campeones ganan.
A la italiana, a la francesa, a la española, a la alemana, a la brasileira, a la argentina, etc.
Hay que sorprender.
Hoy se estudian muy bien a los rivales. Sobran medios técnicos y psicológicos. Por lo tanto lo de como, siempre que no sea por sistema, es lo de menos. Lo importante es ganar.
Un saludo
Fran

EL PAPI MAGASE dijo...

creo que ahora empezará el buén camino,por lo que tu tesis se estaria cumpliendo,pedazo de notición el que pudimos ver todo el sevillismo con la vuelta del gigantón fede fazzio.

Un abrazo crack.

Gol Sur, Tribuna Alta dijo...

¡Muy buenas!

Famosas palabras aquellas de Del Nido: "Cada vez que no ganemos tiene que haber una crisis". No se yo si las hubiera pronunciado de saber que muchos las iban a utilizar para hacer daño.

Esta exigencia no es propia de aficionados de equipo grande. Más bien, esta exigencia es propia de aficionados de equipo grande que aún no han encontrado su sitio. Tienes toda la razón, y lo llevas diciendo desde hace meses, en que el Sevillismo tiene una crisis de doble personalidad, e intenta encontrar su sitio para conciliar lo que el Sevilla es, lo que fue, y lo que puede llegar a ser. No es fácil.

Entre tu y yo, y sin que nadie se entere: en el campo del Real Madrid (equipo con más exigencias que el Sevilla) la presión, a veces, es infernal. Me refiero a la presión hacia el contrario, no a la propia. Ellos saben donde están, saben cual es su sitio. En el Barcelona, ni te cuento. Aunque no sean dos aficiones especialmente animadas (de ahí la expresión "teatro" del Bernabéu) rara vez tienen fisuras como las que aquí hay ahora.

Ojalá que cuando el Sevillismo encuentre su sitio, que lo hará, porque es una afición muy inteligente, hayan rodado el menor número de cabezas posible. Porque algunas de esas cabezas pudieran ser útiles y podemos arrepentirnos de haberlas perdido(ejemplo Daniel Alves, apodado "el colaero" por el Sevillismo).

Que bueno es volver a Sevilla, dormir 50 horas, ver un partido, y volver a leer los blogs de categoría.

¡Un abrazo!


PD. Por supuesto que hay que estar orgullosos del Sevilla. ¿Estamos locos o qué?

Rafael Sarmiento dijo...

@Fran

Además, en aquel partido que ganamos al Barça, las bajas las teníamos nosotros, no ellos.

Yo también pienso que hay que ganar como, da igual el estilo. Lo de Osasuna fue como muchos llaman "a la italiana", no "a la brasileña" como reclaman otros. Y de verdad que me da igual como se haga, mientras se haga.

Pero lo de Getafe hay que evitarlo. Eso tiene que ser, como he dicho en el post, el partido tonto de la temporada.

@Magase

Lo de Fazio es una sensacional noticia. Ese es un pedazo de jugador al que sólo le faltan partidos para que explote. Además, me consta que Jiménez cuenta mucho con él. A ver si lo aprovecha

@Gol Sur tribuna Alta

Bienvenido de vuelta.

Del Nido dice esas cosas para cargarse él la presión, y que esta recaiga un poco menos en el equipo. Si la gente habla de chorradas como el rabo, el sombrero, la calderilla o las crisis, dejan en paz a los técnicos y a los jugdores para que trabajen.

Respecto a lo del Madrid, el ejemplo claro lo vimos el año que nos robaron la liga, y también el pasado. COn un equipo muy por debajo de sus expectativas, los aficionados se olvidaron de las críticas y crearon tal fortín en pos de la remontada, que un año la lograron, y el otro casi casi. Esa conjura es la que me gustaría ver en nuestra casa. Eso es lo que le falta a nuestra a afición. No se trata de no criticar, sino de saber cuándeo hacerlo, y cuando ir a muerte con el equipo. Pero aprenderemos, estoy convencido de ello.

Muchas gracias a los tres y un abrazo

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