Una comparación obscena

Había tomado la decisión de no decir nada respecto al nuevo entrenador del Sevilla hasta que no se hiciese oficial su fichaje. Más que nada para contribuir a evitar espantosos ridículos como el que se dio con el caso Bielsa. Pero no me puedo aguantar, lo siento. Aún no es oficial, lo sé, pero todo indica a que es un hecho que Marcelino García Toral será nuestro nuevo técnico para la temporada que viene. Y dado que una gran parte de la blogosfera ha dado su opinión sobre este tema, yo no quiero ser menos.

Vaya por delante que a mí no me ha gustado un pelo el modo en el que se ha hecho el fichaje. Levantarle el entrenador a un equipo que cuenta con él para la temporada que viene y con quien tiene un contrato en vigor no es lo que se dice propio de un club señor. Que sí, que ya, que el mundo del fútbol está montado así, que a nosotros nos han hecho cosas semejantes en situaciones anteriores, que pitos y que flautas. Nos podemos poner como queramos. No me gustan este tipo de cosas. Me desagrada que se hagan así. 

Bien, dicho esto, paso a opinar acerca del otro tema que se viene debatiendo en las últimas horas. La comparación de la actitud de Marcelino con el Rácing y la que tuvo Juande con nosotros. A ver, a mí esta comparación me parece hasta obscena. Y aquí voy a ser absolutamente fiel a la postura que siempre he tenido a este respecto. Cuando Juande se fue del Sevilla, yo le critiqué de un modo furibundo. Pero no lo hice porque se fuera o porque se vendiera por dinero. Lo hice porque se marchó por la puerta de atrás (por la cloaca, más bien) y con la temporada ya comenzada. Siempre (SIEMPRE) dije que si se hubiese marchado en verano, cuando a punto estuvo de hacerlo, yo no habría puesto ninguna objeción. Ninguna. Me hubiese fastidiado, por supuesto. Pero no habría ido más allá para nada. 

Por contra, Marcelino no se viene al Sevilla por dinero. Si es cierto que en el Rácing cobraba casi un millón de euros, no creo que aquí vaya a percibir mucho más. No tanto como para considerar la oferta como irrechazable en ese sentido. Y, sobre todo, ante todo y por encima de cualquier otra cosa, se va en junio. A primeros de junio. Cuando queda un mes para el fin de las vacaciones y el inicio de la pretemporada y dejando al club de origen margen de maniobra de sobra para sustituirle. 

No puede ser lo mismo en absoluto, de ninguna de las maneras. Pero para nada. Si Juande se hubiese marchado del Sevilla en esas condiciones, no creo que las críticas que recibió hubiesen llegado ni a una mínima parte de las que se produjeron. De las que se siguen produciendo. 

Luego están las otras excusas que Marcelino ha dado. Más allá de la oportunidad de entrenar a un equipo como el Sevilla, para mí es más importante el hecho de que aquel club parece estar como a la deriva, con un payaso vestido de indio como dueño, que por lo que se ve miente más que habla. Una situación inestable ante la que cualquier persona cabal se sentiría inseguro. Juande, sin embargo, se encontraba en un equipo súper campeón, que pagaba (y paga) religiosamente, en pleno crecimiento y con una estabilidad que creo que nadie pueda poner en duda. Y eso que yo siempre defendí que el manchego se fue del Sevilla, no tanto por dinero (que también), sino sobre todo por egolatría, porque en el Tottenham creyeron que era él el que forjó el equipo que hizo campeón al Sevilla, porque allí le daban el mando en plaza que aquí le negaban. A él y a Marcelo Bielsa últimamente, que en ese sentido el Sevilla sigue siendo consecuente con sus ideas. Serán más o menos discutibles, pero consecuentes son sin lugar a dudas.

El Tottenham no tardó en darse cuenta de su error, como podéis comprobar en este artículo del Herald Tribune (es necesario manejar un poco el inglés para ello). Pronto se dieron cuenta que era a Monchi, y no a Juande, a quien tendrían que haber fichado. Ya escribí este post sobre ello en su día. Pero eso es otra historia. 

En definitiva, y dejando fuera de lo que voy a decir a los sevillistas de corazón que desde su buena fe opinan distinto que yo, toda esta maniobra orquestada desde según qué medios de comunicación para comparar las actitudes de ambos entrenadores tiene como objetivo, en mi opinión, seguir dividiendo al sevillismo y atacar a su cúpula directiva. El tema de Juande es muy recurrente para ello y los hay en el entorno del Sevilla (no me refiero a los aficionados que opinan de este modo, insisto) que no hacen más que utilizar la más mínima excusa para hurgar en las heridas y buscar la gresca. Aprovechando, claro está, que en este tema, como en todos, hay división de opiniones en el sevillismo. 

Pero es que el sevillismo lo componen cientos de miles de personas. ¿Cómo no va a haber división de opiniones respecto a cualquier tema que se trate? Lo extraño sería que no la hubiera. Es que si no la hubiera, sería para reunir en cónclave a los mayores expertos de sociología del mundo para que estudiaran el caso, porque se trataría de algo verdaderamente inaudito. Cientos de miles de personas. Cada una de su padre y de su madre. ¿Qué se puede esperar?

Lo triste es que los haya que utilicen algo tan obvio para seguir buscando la división y la confrontación. A ver si de una vez por todas nos damos cuenta y los mandamos a todos a paseo. O a tomar viento. O a lo que se os ocurra, que hoy me siento fino y no quiero poner ninguna bordería. 

Eso sí, vuelvo a repetir, a pesar de todo lo que he dicho, a mí no me ha gustado nada cómo se han producido los acontecimientos en este asunto.