La tecla

Decía Marcelino hace no mucho que aún no había dado con la tecla para hacer posible que el Sevilla jugara como él desea. Y yo no sé si por fin ha encontrado la fórmula, pero en los dos últimos partidos las cosas han salido bastante mejor que en semanas anteriores, no sólo en lo que a resultados se refiere, sino, sobre todo, repecto al juego del equipo, el cual, aunque sea a ráfagas, ha mejorado ostensiblemente. 

Esta mejoría ha coincidido con un cambio de sistema táctico. Por fin nuestro técnico ha tenido a bien jugar con tres futbolistas en la zona ancha y un único delantero, algo que buena parte del sevillismo le venía reclamando desde hace tiempo, entre ellos yo mismo, como expresé en este post.

Después de la magnífica victoria sobre el Getafe, Marcelino dijo lo siguiente:

La ansiedad por ganar nos condicionó tremendamente pero yo creo en una idea para atacar y defender más que en el sistema. Estad tranquilos que no cambiaré el sistema en toda la temporada si con éste ganamos todos los partidos. Pero es necesario analizar más cosas. Es un problema de confianza y seguridad, producto de muchos partidos.

Según esto, lo que yo entiendo que quiere decir es que las cosas no dependen de utilizar un sistema u otro, sino de que los jugadores ganen en confianza y seguridad. Claro que estas son más fácil de obtener si cada uno juega en su sitio, como medio para que se sientan más confiados y seguros de lo que están haciendo, y que su rendimiento aumente. 

Cuando uno tiene una meta, puede encontrar varios caminos para llegar a ella. Seguramente se alcanzará dicho objetivo de diferentes maneras, mediante diferentes trayectos, pero unos son más directos que otros. Con unos se llega antes que con otros, y a los sevillistas nos gustaría que se encontrase el modo de jugar bien lo más pronto posible.

Ya he dicho en otras ocasiones que, en mi opinión, a veces es necesario tirar de sentido común, hacer las cosas fáciles, no complicarse sin tener que hacerlo. Si Fazio es central, pues que juegue de central, no de medio centro, por poner un ejemplo. 

Cuando un equipo al que le van mal las cosas destituye a un entrenador, el nuevo que llega lo primero que suele hacer es tabla rasa, motivar a los jugadores y hacer que se concentren en tres o cuatro premisas básicas, liberandoles así la mente y facilitándoles el jugar más sueltos, menos presionados. Y una de esas premisas básicas es poner a cada uno en su sitio y dejarse de experimentos y demás gaitas. 

Tanto contra el Zaragoza como contra el Getafe, el Sevilla salió con un lateral derecho en el lateral derecho (no un central diestro reconvertido). Con un central diestro, un central zurdo y un lateral izquierdo en el lateral izquierdo. Con un medio centro defensivo experto en esa posición. Con dos buenos jugadores creativos en la zona de creación. Con dos extremos en las bandas, y con un único delantero centro. Esto último permitía tener a otro delantero centro en el banquillo por lo que pudiera pasar. 

Lógico, evidente, cada uno en su sitio, cada uno rindiendo bien porque juegan en la posición en la que son expertos. En mi opinión, la polivalencia está muy bien (pero que muy bien) porque permite dar golpes de efecto en el desarrollo de los encuentros, y también porque facilita la creación de alineaciones cuando, por la razón que sea, la plantilla se ve atenazada por las bajas. Pero son armas con las que manejar un equipo, no la base para dicho manejo. La base debe constar de jugadores expertos en cada una de las posiciones. 

De igual manera, el tener una buena cantera de la que poder tirar es bueno. Es otro arma a utilizar. Pero todos estaremos de acuerdo en que no pueden ser los canteranos la base de las alineaciones. Para eso están los integrantes de la primera plantilla. 

Ha sido poner a cada uno en su sitio y emplear un sistema acorde con los futbolistas que se tienen, y los resultados e incluso el buen juego han empezado a llegar.

No se me olvida, por supuesto, el hecho de que Rakitic esté recuperando la forma, algo imprescindible para el Sevilla como se demostró en la segunda vuelta del pasado campeonato. También que Kanouté y Negredo esté recuperados. Ahora se turnan en la punta de lanza, con lo que no se desgastan, no se sobre-explotan. Y esto, en el caso de Kanouté, es de lo más interesante porque un Kanouté en plenitud física hace cosas como lo que le llevó a marcar el tercer gol contra el Getafe. Incluso, es muy destacable la buena forma de Manu del Moral. Cada día me gusta más este jugador. ¿Quién decía que no tenía gol? Es un futbolista que se está asentando, que está creciendo, que rinde bien en diferentes posiciones, y que como Perotti no se ponga las pilas, le puede quitar el puesto a la voz de ya. 

La verdad es que la cosa tiene mejor pinta. Es cierto que en esto del fútbol todo se vuelve del revés en cuestión de un par de partidos, pero igual que me he quejado cuando no me ha gustado el equipo, ahora es de justicia reconocer lo contrario. Y es que nunca es tarde si la dicha es buena. El Sevilla de los dos últimos partidos tiene mucha mejor pinta que lo que que vimos en el mes anterior. Aún ha de seguir trabajando, y así lo reconoce Marcelino. Pero parece que por fin se ha encontrado el camino bueno por el que avanzar. 

Queda trecho, pero a mí al menos me ha vuelto la esperanza.