Por fin, fútbol

Y mañana juega el Sevilla en el Sánchez Pizjuán.

Por fin.

Se acabaron las historias raras alrededor de encuestas absurdas y manipuladas. Cuando se abran las puertas del estadio, todo eso quedará en el olvido. Al menos durante alrededor de un par de horas. 

Se acabaron los partidos de la selección. Hasta la próxima vez, que no sé cuando es, pero que espero que tarde mucho, muchísimo. Ya no tendremos que aguantar día a día las muestras de cariño que se profesan los jugadores de Madrid y Barça, mientras los demás les doran la píldora cual pelotas arrastrados. Es cierto que eso dará paso a otro tipo de cosas igual hasta más insoportables, pero podremos olvidarnos un poco de ellas porque juega el Sevilla. Y eso sí que nos interesa. 

Se acabaron los días en los que uno se tiene que devanar los sesos para escribir sobre algo que tenga que ver con el fútbol, que no se trate sólo de cosas negativas, que no se insista continuamente en quejas y fantasmas conspiratorios. A veces echo un vistazo a lo que llevo escrito en las últimas semanas, y me doy cuenta de que parezco algo así como el pitufo gruñón de Blogger. Me gustaría hablar más de cosas bonitas, agradables. Pero para eso necesito que el Sevilla juegue, y que gane. Mañana es una buena ocasión. Por fin. 

Mañana todos estaremos atentos a lo mismo. Por fin volverán los debates sobre qué sistema de juego debe emplear el Sevilla, eso es mucho más agradable que lo ocurrido en el Calderón respecto a Antonio Puerta. Y hablaremos de las consecuencias de no haber fichado a un tercer delantero, por mucho que diga Marcelino que con sólo uno de ellos lesionado puede dormir. Y nos insistiremos en que hay que tener paciencia con Manu del Moral, que Luis Fabiano, Kanouté y Negredo también comenzaron regular sus andaduras sevillistas. Nos quejaremos de Alexis, o de Fazio, o del mal momento por el que atraviesa Perotti. Nos preguntaremos por qué no se le dan más minutos a Campaña. Nos congratularemos de lo bien que lo viene haciendo Fernando Navarro, y de que Navas empieza a parecerse a Navas. Le pediremos a Medel que marque un gol como el que hizo con Chile, y volveremos a rendirnos ante Frederic Kanouté, no importará que juegue bien, mal o regular. Animaremos para que la portería siga a cero y Javi Varas pueda celebrar su renovación aspirando a batir el récord de imbatibilidad en el campo del Barcelona. Casi ná. 

Por fin, vuelve el fútbol. A pesar de que lo otro seguirá ahí. La ofensa de los de Antiviolencia alel sevillismo no desaparecerá. Ni tampoco la lucha de la afición para que se haga justicia de una vez. El linchamiento público desde Madrid no parará, ya sea por motivo de la pelea de Del Nido por los derechos televisivos, o por cualquier chorrada que haga algún jugador de los nuestros (tipo Spahic versus Aduriz), o por algo que pueda ocurrir en el estadio, lo que sea les vale. Y si no hay nada, pues se lo sacan de la mangan, como hicieron con la encuestita de los cojones (con perdón)

Pero, aunque nada de eso vaya a desaparecer, nosotros tendremos un motivo para no hacerles caso, porque, como vengo diciendo, por fin ha vuelto el fútbol. Por fin juega el Sevilla. 

Mañana será un día complicado para los sevillistas, aunque si termina como todos esperamos, habrá merecido la pena. Mañana haremos lo que tengamos que hacer con el pensamiento puesto en las diez de la noche, que vaya horitas, por cierto. Mañana imaginaremos nuestra alineación ideal, aunque lo más seguro es que la mayoría no acertemos con la que ponga Marcelino. Si el resultado es bueno, no nos importará haber errado. Si no lo es, ya tenemos tema para hablar el lunes. Pero de fútbol, del Sevilla, que eso es otra cosa. 

Y cuando vaya llegando la hora del partido, los habrá que pongan camino del estadio para ocupar su localidad. Otros se pegarán a la tele para verlo desde casa. O harán lo propio con la radio para escucharlo. O las dos cosas a la vez, como hacía mi abuelo. Mi abuelo llegaba a tener la tele con su volumen y la radio puesta. ¡Qué grande era mi abuelo! 

Y los habrá que no puedan hacer nada de eso, que por la razón que sea no podrán ver ni escuchar el partido, pero que tendrán el corazón en un puño mientras dure el mismo, y no podrán relajar su espíritu hasta que no llegue la medianoche y puedan conocer el resultado. 

El lunes hay que trabajar, los que tengamos el privilegio de hacerlo, de modo que espero que la noche del domingo sea plácida y agradable. Eso será señal de que el Sevilla habrá vencido y seguiremos estando en el sitio que nos corresponde. Siendo así, como decía el personaje inventado de la chica en mi post anterior, que los demás rebuznen lo que quieran.