Por fin, la primera denuncia

Hoy me gustaría hablar algo que me ha agradado mucho, más allá del buen resultado que el Sevilla cosechó en la jornada de ayer en un campo tan difícil como el Vicente Calderón. De todos es sabido que en ese estadio, esa afición tan "estupenda", cada vez que el Sevilla les visita, nos "deleitan" con una serie de cánticos deleznables dentro de los cuales se lleva la palma ese tan asqueroso, tan rastrero, tan inhumano, tan abominable (y póngale ustedes el adjetivo que deseen) referido a Antonio Puerta. Cuesta trabajo creer que pueda haber en el mundo gente tan miserable, y mucho de los que escriben hoy en clave sevillista se hacen eco otra vez de tal cosa. Me refiero a los blogueros, porque en la prensa sevillana cuesta encontrar referencia a tal hecho, lo cual sorprende cuanto menos. 

Y posiblemente sea eso lo que más rabia da, por encima incluso de que tales cánticos se produzcan. Porque todos entendemos que energúmenos hay en todas partes, y no se puede calificar a un colectivo por lo que haga una pequeña parte del mismo. Pero que se ponga el grito en el cielo por cualquier chorrada que ocurra en nuestro campo, y se silencie esta barbaridad, es algo cuanto menos indignante. 

Pues bien, anoche, en el programa resumen de la jornada que se emite en Canal +, ese que presenta un señor que se parece al de la Fórmula 1 (pero que no es él), ese en el que interviene otro impresentable llamado Santi Cañizares, ese en el que para el que este año han fichado a Kiko Narváez como comentarista, en ese programa se hicieron eco de lo ocurrido. Pusieron imágenes de un  momento concreto del partido, aumentaron el volumen para que se escuchara lo que se cantaba desde la grada, y se escucho a la perfección la asquerosa soflama. No comentaron nada, más que nada porque no hay nada que comentar, las palabras les definen sin que abundar más sea necesario. Pero es muy gratificante comprobar que, por fin, alguien demuestra tener el mínimo de vergüenza necesario como para no mirar para otro lado. 

Y es que es denigrante que las imágenes de Spahic forzando la tarjeta roja del pardillo del contrario den la vuelta al mundo, y de esto no se diga nada. Que la chorrada de lo de la clasificación en la web del Sevilla (siendo mentira el argumento) se convierta en portada de la prensa deportiva nacional, y de esto no se diga nada. Y yo creo que no es algo contra el Sevilla, sino contra Sevilla en general, porque es impresentable que al Betis le pongan una multa porque a "Palmerín", su ridícula mascota, le de por parar un balón que se iba fuera de banda sin remedio, justo antes de que saliera, y que de esto no se diga nada. Que ningún árbitro tenga la vergüenza, la decencia, la simple humanidad (llamadlo como queráis) de reflejar algo así en el acta de un partido, pero que luego no se les escape ningún detalle, tontería o minucia de lo que ocurre en cualquier campo de fútbol. No hablo ya de los gritos racistas contra Kanouté (que ya hay que ser bobo e imbécil para decir cosas así a alguien de la categoría humana de Kanouté), que sólo eso ya sería motivo, ni tampoco de los insultos que hacia todos los sevillanos se dirigen desde la grada siempre que vamos por allí, que de eso se oye de todo en todas partes y contra todo el mundo. Pero mofarse de lo que le ocurrió a Antonio Puerta es propio de tíos mierdas, y si de verdad se quiere erradicar la violencia de los campos de fútbol, es imprescindible que a eso se le de publicidad y que les sancionen ejemplarmente. 

Tal cosa no ocurre, o no ha ocurrido hasta ahora, pero de igual manera que nos quejamos de eso, de que nada haya ocurrido al respecto, también es justo resaltar que, por fin, hay un lugar, hay un medio, hay unas personas que no han aguantado más y que han decidido aunque sea denunciarlo, publicarlo, comentarlo, hacerlo saber. Hace ya cinco años que Antonio Puerta falleció, y desde entonces esos cánticos se vienen produciendo. Con los avances tecnológicos que hay hoy día, era imposible que hasta ahora nadie se hubiese dado cuenta. A las televisiones no se les escapa nada, continuamente sacan reportajes tipo "Lo que el ojo no ve" en los que se nos muestras curiosidades que pasan en todos los campos de España. Eso que ocurre en el Calderón cuando allí juega el Sevilla lo saben todos en todas partes desde hace mucho tiempo. 

¿Y por qué se denuncia ahora, y no antes?

Pues fijaos que yo pienso que es el propio Kiko el responsable de todo esto. Y no es más que un parecer personal. Cuando el gaditano colaboraba en las retransmisiones de La Sexta, era el único que de vez en cuando salía en defensa del Sevilla cuando la ocasión lo requería. Yo creo que Kiko, que es jerezano, cosa que en esto del fútbol no es baladí si a la relación con el Sevilla nos referimos, nos tiene el cariño propio que se nos destila desde su ciudad de origen. Y aunque es atlético, porque el grueso de su exitosa carrera deportiva lo pasó en el Atlético de Madrid, se le debe de revolver el estómago cuando escucha cosas como esta. En verdad, cualquier persona con un mínimo de humanidad debe sentir asco al escuchar esos cánticos, y mucho más si proceden de la afición de la que uno se siente parte. Asco y vergüenza. Y casualmente, en el primer Atlético - Sevilla en el que Kiko toma el protagonismo de verlo y comentarlo posteriormente en el programa para el que trabaja, se produce esta denuncia. 

¿Es que en Canal + no se habían dado cuenta antes? ¿Es que no llegan allí los sonidos que proceden de la grada? Precisamente Canal +, que se lleva cámaras a todos los campos para hacer el programa ese de "El día después", con las curiosidades de las que hablaba antes. ¿Ha tenido que llegar Kiko para denunciarlo? ¿O es que no lo hicieron antes pensando que sería algo pasajero, pero que al ver que perdura en el tiempo han decidido no dejarlo pasar más?

Sea como sea, gracias a Kiko Narváez, yo estoy convencido de que es él el responsable. Y gracias a Canal + por lanzarse por fin a decir algo de esto. Por ser los primeros en hacerlo. De igual manera que otras veces nos hemos metido con ellos por la forma tan parcial que tienen de interpretar la realidad, ahora es de justicia resaltar que han sido ellos los que, de una vez por todas, han sacado a la luz el asunto.