Un Sevilla para soñar

El Sevilla no hizo un partido brillante en Huelva.

Ganó de penalty, pero debió sentenciar y no lo hizo.

Mosquera cometió un fallo grave que casi nos cuesta la victoria, aunque afortunadamente eso no ocurrió.

El Recre no empató porque Maidana no es Kanouté.

Hay por ahí quien dice que el arbitraje nos benefició.

Al final acabamos sufriendo, contra un equipo muy inferior.

Todo eso puede ser cierto, pero al final la victoria cayó de nuestro lado, y eso es lo más importante.

Para colmo, el Villarreal perdió, y ya está a nueve puntos.

Pero yo me quedo con una cosa. Nunca antes en toda la Historia había tenido el Sevilla tantos puntos como ahora mismo. Nunca. Es quiere decir que estoy viviendo la mejor temporada del Sevilla en liga de toda la vida. A mi eso me parece algo tan grande que me dan igual el resto de consideraciones. Me voy a dedicar a disfrutar de este momento, y para ello voy a emplear lo que queda de semana hasta el partido en casa ante el Getafe. Porque nunca antes ningún sevillista había podido ver a nuestro equipo con tantos puntos. Cuando llegue el final de temporada se decidirá si lo hecho es un éxito, o no tanto, pues es posible que de haber jugado de otra manera a lo largo de la campaña igual podríamos estar hasta más arriba. No lo discutiré. Es posible. Pero me da igual, porque no sé cuánto tiempo pasará antes de poder volver a disfrutar de algo como lo que tenemos en estos momentos. Ojalá que muy poco, pero es que nunca antes había ocurrido algo así. Nunca.

Quedan nueve partidos, y le sacamos nueve puntos al cuarto. Hace unas semanas me preocupaba el Atlético de Madrid. Pensaba que estaba en racha, y que como ya había jugado contra los grandes, el mejor calendario que le quedaba le hacía un equipo peligroso y susceptible de remontar la diferencia, como hizo en la primera vuelta. Pero ya apenas me preocupan. Y si el Villarreal es capaz de recortarnos nueve puntos en nueve partidos, por mucho que nos tengan aún que recibir, será para ponerles un monumento. No lo veo factible. Y si permanecemos concentrados, lo veo imposible.

Me da rabia que tanto Madrid como Barcelona estén haciendo una temporada tan buena. Me da muchísima rabia tener dos puntos más que la temporada que casi ganamos la liga, pero que el título esté a una distancia de 15 puntos. Es una pena enorme que los grandes no hayan fallado este año. Pero la situación del Sevilla hoy por hoy es histórica. Y no sólo ya por los puntos que atesoramos. Es histórica porque somos uno de los muy pocos equipos sin deudas. Porque el año que viene vamos a jugar la Champions como cabezas de serie, a no ser que ocurra un cataclismo. Porque eso nos va a permitir apuntalar el equipo con grandes jugadores, sobre la extraordinaria base de plantilla que tenemos. Porque este año no hay futbolistas con la cabeza en otro sitio, como les ocurría a Baptista, Ramos o Alves en años anteriores, por poner algunos ejemplos. Y porque no recuerdo otra ocasión en la que el Sevilla tuviera tantas cosas a favor para crear un equipo capaz de aspirar a ganar la liga.

Porque eso es lo que nos queda. Y visto lo ocurrido este año, con tantas lesiones, con tan mal juego en muchas fases del campeonato, con tantos partidos no ganados que debieron de ganarse, con un entrenador tan novel como discutido... con tantas cosas.... Y a pesar de todo estamos como estamos y donde estamos.... Mi cabeza no puede evitar echarse a soñar. No puede.

Sé que el partido del Sevilla no fue bueno, y que igual que lo ganamos, otra cosa podría haber ocurrido. Pero me niego a pensar en eso. Ya habrá tiempo de hacerlo cuando acabe la temporada y llegue el momento de juzgar las cosas con serenidad. Ahora prefiero regodearme en el triunfo.

Disfrutaré del momento hasta el partido contra el Getafe. Apoyaré al equipo para lograr la victoria ese día. Y si les ganamos, cosa bastante factible, por supuesto, esos sueños y ese disfrute se consolidarán y multiplicarán. Qué maravilla.

Por cierto, sigo deseando con todas mis fuerzas que cuando el Madrid venga a visitarnos, estén a tiro de piedra. Sé que es difícil, pero... ¿quién sabe?